De los grupos alternativos/indies que circulaban inmunes al hedor grunge a inicios de los 90 –Lush, Ride, Curve, Pale Saints– CRANES se distinguían por su filia dark wave, portentosa sección rítmica, la etérea de voz de la cantante Alison Shaw y su devoción por grupos de los 80 como The Cure, Cocteau Twins ySiouxsie & the Banshees. Habían publicado eps siniestros como el “Inescapable” o el “Self Non Self” además de su primer álbum “Wings of Joy” (1991), densos trabajos de neo clásico y gótico con los que lograron despertar el interés de algunos. Entre esos fans estuvo Robert Smith (The Cure) a quienes telonearían en el Wish Tour del 92 instalándose en un mayor radio de acción y popularidad. Emprenden así la confección de su álbum más pop, “Forever” (1993).
Visto a la distancia el 93 fue un año fecundo para la música independiente, “Souvlaki” de Slowdive, el debut de Pram, “Quique” de Seefeel, Insides y su clásico “Euphoria”, el “Motion Pool” de Main… Hermoso estar vivo y vivir la primera juventud en aquellos años de melomanía transgresora y vanguardia recalcitrante. En Lima nacía la discoteca Bauhaus y gente como Eduardo Lenti, compartía primero que nadie este tipo de delicias desde su tienda en los Pinos, Transmission Records, a donde ibamos todos a encontrar las últimas músicas. Recuerdo como en un bosque haber bailado Cranes alguna noche en esa disco ya por el 95. Noches de exploración y aprendizaje.
“Forever” es un documento del alma. Amor a primera vista. Everywhere o Adrift más que canciones son himnos de rebelión y apostasía, Far Away, Cloudless y Rainbows -una relectura de Everywhere- supuran éter y melancolía en las vocales de Alison Shaw y los ambientes neo clásicos que despliega delicadamente el cuarteto. Jewel, el single de rigor, sería remezclado por el propio Robert Smith. Tales son las coordenadas y sensaciones con las que Cranes construye Forever, un documento básico para entender los 90. Más allá del grunge, brit pop, el techno rave y la prostitución mass mediática forzada que se instauró en Perú.
Cranes transgreden sus influencias y logran salir con un sonido propio, nuevo y contundente. No tienen la cantidad de seguidores de bandas como Slowdive oMy Bloody Valentine pero su lugar en la Historia está asegurado merced a joyas como “Forever” o “La Tragédie D’Oreste Et Électre” (1996). Música para bailar en tu cuarto o en la fiesta más in, solo o acompañado. Música para partirte el cerebro en pedazos. Pop de avanzada. Como la canción de la que toma prestado el título, una rareza de los Cure circa 1984, “Forever” es de esos discos que te quemarán eternamente cada vez que vuelvas a su madriguera. Narcótico y ensoñador, monumental, sangriento y hermoso.
TEXTO ORIGINALMENTE PUBLICADO EN PERÚ AVANTGARDE.