.documento, el trío mexicano de música electrónica para bailar, lanzó su disco de techno-pop La Soledad de la Chica Cometa, disponible en formatos digital y disco compacto para deleite de los nuevos nostálgicos.
El trío de synth-pop .documento lanzó su disco La Soledad de la Chica Cometa, una grabación de Molécula Records que combina los sonidos del techno, el dark y el pop en una batidora retro de diez canciones minimalistas. Solían ser un dúo integrado por la cantante, guitarrista y artista gráfica Leticia Toussaint con el compositor Alejandro Mancilla en los sintetizadores y programaciones. Luego de grabar Dejo Flores en tu Puerta, editado por Amigo Records en formato casete, los dos se hicieron tres con la entrada del guitarrista Jorge Sandoval. Ya habían lanzado los sencillos “Odio a tus amigos” y “El Robot de Ayer”, además de “Cuando Todo Va Mal” y “Quiero Ir a Una Fiesta”. El disco, en efecto, tiene marcha y movida como el nuevo refresco sabor pixel en lata de video juego ochentero.
Los ochenta reloaded
Por alguna razón más misteriosa que Stranger Things, la década ochentera siempre es lapidada como lo peor respecto a la música y la moda. Sin embargo, la cultura pop y la industria del entretenimiento no se cansan de reciclarlos a través de series, películas, personajes y remakes que se ubican en la época y recogen todo lo que pueden con la licencia de la nostalgia y el tributo. Gracias a eso, los ochenta van y vienen en un eterno retorno. Por lo menos nos dejaron el punk hardcore, el dark y el acid house, así como la irrupción comercial de los sintetizadores en lo que Depeche Mode llamó Music for the Masses, su sexto disco de 1987. Los sintetizadores y las programaciones se utilizaron desde los sesenta y los setenta en la música experimental, el krautrock, el postpunk y la no wave. Gracias a la new wave, al rock y al pop, el sintetizador penetró de lleno en la esfera comercial. Brotó una cantidad ingente de dúos y tríos de synth-pop que dominaron la escena: OMD, Pet Shop Boys, A-Ha, Eurythmics y un larguísimo etcétera. Un ejemplo de transición musical es el primer Ministry, que del synth darketo para bailar evolucionó al metal industrial para eslamear.
El synth-pop oscuro de .documento
Hoy que te vas y me dejas en soledad, canta Toussaint en la primera línea de la primera canción, “Aniversario”. Esa oscuridad del primer Ministry es algo que de algún modo se percibe en La Soledad de la Chica Cometa, porque una de las influencias que el trío mexicano ha declarado es The Cure. También transpiran el gusto por Love and Rockets y guardan similitud con Automatic, el grupo synth-punk de Lola Dompé, la hija del baterista Kevin Haskins. El sonido sombrío está en las canciones infelices de Mancilla y Toussaint para clavados del drama: “Tristeza en Sanborns”, “Marchitas Flores del No Será”, “Odio a tus Amigos”, “Ya No Llames”. Aquí la cosa es que la voz melodiosa y dulce de Toussaint, en contraste con las máquinas, transforma los temas tristes en piezas felices –Bob Ross dixit– de aparente e ingenua alegría, como lo hacía Ana Torroja en Mecano. Esa voz casi infantil se pasea sobre ritmos que se mueven lentos y veloces como el Autobahn de Kraftwerk y la obsesión por los hombres-máquina de Florian Schneider en “El Robot de Ayer”, la canción producida por Iñaki Vázquez (Fobia, Moderatto y Gran Sur). Con el minimalismo tecnológico encima, la voz como único instrumento orgánico y la ligera presión rítmica, la guitarra es la única que se toma su tiempo, regala detalles acústicos, matiza cada canción y atiza en el reggae electrónico “Ya No Llames”, un dub que promete mucho para los remixes que anuncian en formato casete.
Música, diseño y televisión
El diseño gráfico, las ilustraciones, el arte del disco y del trío son creación de Leticia Toussaint, una conexión directa con el pilar de la música electrónica para bailar en México: Década 2, el dúo mexicano formado por el fallecido Mateo Lafontaine y Carlos García en los ochenta. Lafontaine era un pionero musical que hizo alquimia con techno + música oscura y artista gráfico, creó toda la imagen de su proyecto inspirado en la obra de Kraftwerk y Joy Division. Suficientes conexiones entre el dúo y el trío con casi cuatro décadas de distancia. Nada más ochentero que matar el tiempo hojeando revistas en el Sanborns. Imposible un título más certero que La Soledad de la Chica Cometa, no porque la soledad sea un ritmo de nuestro tiempo, sino por ser una de las principales referencias infantiles de la Generación X, debido a la serie de televisión japonesa de la Señorita y el mamón de Chivigón. Toussaint nos la cambia por una cinta china de acción y una Pepsi fría del congelador. Una estupenda muestra de la nueva ola de nostalgia ochentera que estamos atravesando en la música, el cine, la moda, los deportes y la televisión.