Una naciente generación a finales de los 80 en toda Europa y América también, estaba hambrienta de comerse al mundo con algunos de los más emocionantes, raros, exóticos y ácidos sonidos que la década había arrojado justo cuando todo parecía perdido gracias a la invención del 303 y el dueto Phuture y la droga del momento: el éxtasis.
Pero, ¿cómo pasa el éxtasis de ser una droga de uso bastante restringido a ser la “droga para bailar” de toda esa revolución? Desde unos contextos de uso bastante específicos, la MDMA se va poco a poco filtrando en los clubs más exclusivos de Chicago, Nueva York, San Francisco y Detroit, de la mano de los yuppies metropolitanos sumidos en el glamour del mundo del arte, del cine y de la música. La MDMA encuentra el mejor terreno en las entonces llamadas warehouse parties, fiestas muy de moda que se realizaban en bodegas subterráneas, almacenes abandonados y en clubs predominantemente gay, donde se comienza a hacer una experimentación musical más en forma y desafiante. En Chicago es el club Warehouse, paraíso de homosexuales y afroamericanos, en Nueva York el estandarte sería el Paradise Garage. En estas catedrales del baile, 2 DJs americanos: Frankie Knuckles y Larry Levan (el primero en Chicago el segundo en Nueva York) comienzan a crear un nuevo estilo musical con la intención de cubrir el vacío que se estaba creando en mundo de la música.
Estos serían los primeros pasos de lo que posteriormente se conoció como música House, esto según la versión del DJ británico Richard West conocido como Mr. C, sin embargo, versiones menos refinadas, refieren que el término “house” procedería del hecho de que este tipo de música puede ser fácilmente producida en cualquier casa, desde el hogar literalmente, eso sí, siempre y cuando se disponga de la tecnología necesaria.
El house rompe con todos los moldes musicales existentes hasta la fecha, lo mezcla todo, especialmente R&B, ritmos latinos, hip hop, funk y la música electrónica alemana de comienzos de la década de los años 80. La única concesión distintiva a esta mezcla completamente electrónica es la presencia de una voz femenina, que es sin duda una de los distintivos que crea un éxtasis total al momento de sonar en las pistas de baile.
Pero acá no acaba todo y de ahí un punto relevante del porque de su importancia, descendiente directo del house es el techno (término tan mal usado últimamente para todo), variante totalmente computarizado de más de 120 o en ocasiones 130 bpm y así, a esta nueva familia se irían uniendo los bizarros y relevantes en su momento gabber, tribal, el ambient y el hipnótico trance, así como la igualmente batiente e imprevisible música progresiva.
Estos géneros impulsados por el house dieron vida a los raves, es un término surgido para hacer referencia, desde hace algunos años, a un tipo de fiestas multitudinarias que se celebran en espacios cerrados, que se prolongaban durante toda la noche y, en las que predominaba un tipo de música fuerte y repetitiva que usaba muestras de música previamente registrada, que eran mezcladas a modo de collages y que fue bautizada atinadamente como Acid House.
El origen del término acid house no está del todo claro, ya que si bien algunos autores consideran que proviene del argot existente en las calles de Chicago dónde significaba “robar”, pretendiendo hacer referencia al proceso de creación de esa clase de música, son muchos más numerosos los que piensan que hace referencia al nombre coloquial del LSD, droga consumida preferentemente en las primeras fiestas acid house y que todos sabemos tuvo un impacto tremendo en la psicodelia de la década de los 70.
Existen algunos mitos y fuentes que apuntan a que fue en Chicago donde comenzó, el año registrado en los libros especializados es 1988, esto coincidiría con el hecho de que algunos DJs comenzaron a reunir a grupos de jóvenes donde permanecían bailando durante toda la noche música que consistía en fragmentos de discos que eran copiados y mezclados electrónicamente por medio de un sampler.
Desde América, el house, el techno y el éxtasis atraviesan el océano y penetran en el viejo continente, así es, lo habían logrado y nadie tenía una absoluta idea del movimiento revolucionario que empezaría a vislumbrarse; destinos enganchados y puntos clave: primero Ibiza y Valencia, posteriormente, Londres y Manchester. Había nacido una nueva era, un nuevo reinado.
En Ibiza comienzan a hacer furor en dos de las más famosas discotecas a nivel europeo de la época, Amnesia y Pachá, pioneros que ahora quizá no sean muy bien vistos por esta gran comercialización. Sin embargo, en Londres, el comienzo sería en locales principalmente de carácter gay como el Shoom, el Pyramid o el Jungle, donde se bailaba house toda la noche y se comenzaba a utilizar las primeras dosis de MDMA.
La mayoría admite que fue España, concretamente Ibiza, el lugar desde donde se exportó al resto del mundo este tipo de fiestas y el movimiento acid house. Ibiza constituía el lugar de encuentro habitual tanto de vendedores de drogas como de seguidores del movimiento denominado New Age, por lo que alrededor del año 85, el MDMA circulaba con cierta difusión por la isla, fechándose el inicio de los raves en el año de 1987.
Es en esa época cuando la juventud inglesa que veranea en Ibiza, comienza a importar ese tipo de fiestas a su país, dónde se convierten junto con el consumo del éxtasis en uno de los fenómenos de mayores repercusiones sociales de los últimos años, concretamente a finales del 87 y comienzos de 88 se aviva la tendencia en Inglaterra, cuando un grupo de cuatro DJs ingleses: Paul Oakenfold, Johnny Walker, Nicky Holloway y Danny Rampling, conocidos como Los cuatro jinetes del Apocalipsis:, regresan de Ibiza tras haber visitado Amnesia y Pachá y deciden recrear en su país lo vivido en estos lugares.
En sus clubs sonaban exclusivamente discos que pertenecían a un tipo de música aún inaudito, pero que posteriormente se haría famoso con el nombre de acid house.
En los medios o prensa crítica se hace por primera vez eco del fenómeno a finales de junio de 1989, cuando a la mañana siguiente de la inauguración de la discoteca Trip en Londres, cientos de jóvenes continúan bailando en la calle, gritando con todas sus fuerzas la palabra ‘acid’.
Y he aquí uno de los puntos de choque contra las autoridades como cualquier gran movimiento lo tuvo antes ante la proliferación cada vez mayor de las macro fiestas en 1990, el Parlamento Británico decretó una ley que marcaba sanciones contra los raves y sus asistentes cada vez más duras.
Este aumento de las sanciones trajo como consecuencia que estos grupos fueran desplazándose de las ubicaciones tradicionales a lugares menos previsibles, generalmente grandes almacenes vacíos o campos geográficamente al aire libre. Poco a poco se fue gestando un gran cambio y a partir de las grandes fiestas clandestinas de finales de los 80 comienza a desarrollarse este movimiento que es quizá el más popular en su rama y que sigue impactando con millones de oyentes en todo el mundo, como prueban los multitudinarios techno festivales alemanes, la popularidad alcanzada por algunos clubes que se volverán legendarios cuando cierren o en unos años más por todo el mundo, tales como el Omen en Frankfurt, el Rex en Paris y la mítica The Hacienda en Manchester en donde explotó todo, éxtasis, maremotos, Shawn Ryder, The Stone Roses, A Guy Called Gerald, Spectrum, Andrew Weatherall, Carl Cox, Mark Moore, Boy George, Robert Elms, Gary Crowley, Patsy Kensit, Keith Allen, Granada TV, Tony Wilson y sobre todo la gente que por primera vez en la historia aplaudía al DJ y no a la música.
MUY BUENA INFORMACION 😀 LASTIMA QUE EN MÉXICO ESTAS FIESTA YA SON PARA BURGUESES Y SI BAILAS EN UN EVENTO SE BURLAN DE TI YA NO ES COMO ANTES QUE EL HOUSE ERA LIBRE PARA TODOS