Depósitio Sonoro

11 julio, 2018

John Cage aseguraba que no existe el silencio en este mundo

  Ni estando en un cuarto aislado ni quedándonos estáticos podemos lograr que haya un silencio total; el latido del corazón, el sonido de nuestra respiración o el simple andar del viento lo impiden. Esto fue parte del análisis del compositor y músico John Cage (1912-1992), quien con sus reflexiones  hechas a partir de su visita en 1952 a una acústica anecoica, en la Universidad de Harvard, hizo que la concepción del silencio tornara en otro sentido. Su experiencia al permanecer dentro de dicha cápsula, se dio cuando al tratar de lograr un momento de silencio absoluto, seguía percibiendo dos ruidos, uno agudo y otro grave: su sistema nervioso en funcionamiento y su sangre circulando. Descubrió que siempre hay sonidos y nunca existe el silencio total. Este descubrimiento llamado “silencio más que sonido” fue derivado de sus estudios en filosofía Zen, la cual influyó siempre en su obra musical. La idea de continuidad y no-continuidad introdujeron el concepto de silencio como un elemento más en la música, reducida a la idea de un hecho acústico abandonado a la intención de oír. En el mismo año de 1952, al ver las Pinturas Blancas de Rauschenberg, Cage publicó la “pieza silenciosa” llamada 4′33″, título que hace referencia al único elemento común entre la música y el silencio dentro de patrones de duración; excluyendo volumen, tono y timbre. La pieza propuso un estadio estático en su ejecución, en la que el intérprete permanecía en el escenario sentado junto a un piano sin tocarlo, observando las partituras y pasando las páginas simulando ser leídas. El resultado de la pieza se componía de sonidos gestuales del compositor, los sonidos propios de la sala, del público y las resonancias del exterior. 4” 33 tenía por objetivo que las personas del público se centraran en el acto de escucharse, de pensar en sí mismas y no en lo que el músico expresaba a través de su interpretación. Según Cage, “el propósito se cumple si la gente aprende a escuchar”. Sin el silencio el ruido no existiría, ni las métricas. *El silencio como sonido acústico perpetuo *El silencio como flujo de ondas desconectadas *Sin el silencio viviríamos en un caos sonoro Ahora, los invitamos a prestar oídos a la pieza silenciosa de John Cage.

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Throbbing Gristle la banda que siempre redefinía la palabra expectación

El primer encuentro de un oyente con Throbbing Gristle es casi invariablemente la experiencia musical más desconcertante que uno pueda tener. Es abrasivo, extraño y confuso, incluso a veces repugnante. Si uno no llega al horror de inmediato, una inevitable inundación de preguntas sigue: ¿Esto es música?, ¿Cómo es esta música?, ¿Por qué es esta música? y finalmente ¿Quién hace esta música?. Comprender a Throbbing Gristle requiere algo más que una apreciación del ruido. Requiere un abrazo de dadaísmo y provocación hostil en forma musical. Si bien las duras líneas de sonido creadas por Merzbow o Kevin Drumm pueden parecer imposibles de entender para los no familiarizados con estos sonidos, Throbbing Gristle es un tipo totalmente diferente de música. Eran, en diversos sentidos, noise, música hablada, arte, performance, música mutante, música electrónica, un concepto musical y un pop suficiente para mantener todos sus álbumes sorprendentes y repetidamente gratificantes.  En ese espectro de géneros y enfoques, Genesis P-Orridge, Peter “Sleazy” Christopherson, Chris Carter y Cosey Fanni Tutti encontraron la manera de hacer música difícil y desorientada como sea posible, pero lo hicieron de una manera que permaneciera interesante en todos los sentidos. A veces eso significaba crear verdaderas pesadillas auditivas. Antes de entrar en el cómo y por qué, lo mejor es familiarizarse con quién. Throbbing Gristle se formó en 1975 en el Reino Unido a partir de un colectivo de arte performance llamado COUM Transmissions cuyo objetivo primario era desafiar las aspectos convencionales de la sociedad británica, gran parte lo hacían de forma musical, pero realizaban actuaciones, exhibiciones y performances creando controversia en la sociedad en todo momento. Un volante con el logotipo fálico del grupo llevo al líder Genesis P-Orridge a tener problemas legales, y en 1976 durante su exposición “Prostitution” en el Instituto de Arte Contemporáneo llevó a los miembros del parlamento a arremeter en contra del grupo tachándolos como “saboteadores de la civilización”. Algo cruel y provocativo sin duda era la exposición que incluía fotos pornográficas, cuchillos oxidados, jeringas, pelo ensangrentado, así como objetos y productos femeninos usados. El significado de esto estaba en debate: ¿Qué había hecho que todo eso incomodara a la gente?.  COUM Transmissions terminó sus actividades en 1976 con una actuación de Throbbing Gristle, la primera bajo este nombre iniciando así el legado del grupo. Throbbing Gristle  era oficialmente una banda de cuatro músicos que funcionaban esencialmente como artistas performance, solo que en lugar de exhibiciones de desnudos con violencia simulada utilizaban instrumentos musicales; aunque esos elementos no desaparecieron de forma contundente ya que imágenes pornográficas y otras escenas impactantes y a veces grotescas eran a menudo parte importante de sus actuaciones. Sin embargo, la música siguió siendo la parte mas extraña y desorientadora de Throbbing Gristle. En realidad, no es música bonita ni melódica en ningún sentido convencional. La composición sonora de Throbbing Gristle esta llena de grabaciones de cinta distorsionadas acompañadas de una gran variedad de efectos extraños y frases habladas que en conjunto logran experimentos sonoros radicales pero estructurados.  Throbbing Gristle lanzó cuatro álbumes de larga duración en su propio sello Industrial Records, pero es el primer álbum (First Annual Report es el primer álbum grabado en estudio pero no lanzado intencionalmente por la banda)  llamado The Second Annual Report una obra de arte digna de mencionarse. Grabado a través de un cassette de la manera mas lodosa y sucia posible que le da una calidad encantadoramente desgarradora, The Second Annual Report habla de la naturaleza absurda de la banda en un escenario auditivo incómodo por una gran variedad de razones. El lado A presenta tres versiones de “Slug Bait” y cuatro versiones de “Margot Death”, el segundo lado contiene 20 minutos de “After Cease to Exist”. Describiendo cada elemento de Second Annual Report, “Slug Bait” es en tres partes separadas un canto discordante que mezcla entre ópera y una guitarra distorsionada una entrevista con un asesino real, mientras que “Maggot Death” es una canción real, verdaderamente ruidosa aunque solo consiste en insultos de P-Orridge hacía el publico.   Mientras Throbbing Gristle usaba el término industrial para etiquetarse mucho antes que el industrial se considerara genero o tuviera algún tipo de reconocimiento, su segundo álbum D.o.A: The Third and Final Report se consideró una pieza clave dentro de la ola industrial que surgió en los años 80´s. Un álbum que musicalmente es parecido al The Second Annual Report pero que contiene una gran variedad de temas con más cuerpo, pistas  con ruidos electrónicos, voces grabadas y otras rarezas extravagantes como pitidos y gorgoteos socavados con el típico bajo de Christopherson.  D.o.A: The Third and Final Report a pesar de tener muchas piezas confusas, es un escenario en que los temas de Throbbing Gristle comenzaron a tener mas importancia convirtiéndolo en uno de los 1001 álbumes que se tienen que escuchar antes de morir. Estos temas estructurados aparecen esporádicamente, pero cuando lo hacen, son de gran impacto.  La progresión de Throbbing Gristle hacia hacer música mas convencional los llevó a realizar su celebre y tercer álbum  llamado 20 Jazz Funk Greats, un disco que va en contra del ruido comercial, mas amigable para el público, tan antitético como su propio modo de pensar a veces incluso en la portada del álbum que parece realmente amigable hasta que uno se da cuenta que la fotografía es en Beachy Head, un lugar popular para el suicidio al sur de Inglaterra. Un álbum que tiene una clara divergencia con la caótica anarquía de D.o.A y The Second Annual Report. Un disco con ritmos y melodías que parece tener algún tipo de dirección. Un disco extraño y retorcido como se esperaba, pero no del todo desgastante en el que hay espacio para la abrasión desagradable y la lectura accesible.  Throbbing Gristle lanzó un álbum más después del 20 Jazz Funk Greats en 1980 llamado Heathn Earth que en cierto modo compartía la estética en vivo del Second Annual Report y los sonidos más rítmicos del 20 Jazz Funk Greats, sin embargo no fue un álbum tan convincente como sus predecesores pero si

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