El enfoque innovador de la banda más alemana de las bandas alemanas ha permitido que su sonido se ramifique hacía muchos géneros y tendencias que surgieron después de sus primeros lanzamientos en la década de los setentas hasta la actualidad.
Kraftwerk comenzó con dos estudiantes alemanes de cabello largo y facciones serias, incluso intimidantes, Ralf Hütter y Florian Schneider, que se conocieron en Dusseldorf en 1968 tocando música experimental con instrumentos eléctricos y acústicos junto a el guitarrista Michael Rother y el baterista Klaus Dinger (quienes luego formaron Neu!).
Cuando se formó Kraftwerk en 1968 la música provenía básicamente de instrumentos de madera, de cuerdas que vibraban, de tambores de piel que retumbaban con golpeteos e instrumentos de metal. Las canciones hablaban sobretodo de amor, sexo y muerte, el mundo venidero no estaba en la mente de los artistas. Ahí fue cuando apareció Kraftwerk con su obsesión infinita en la fusión del hombre y la tecnología. Pasaron seis años más después de su formación (y tres producciones cortas en gran parte instrumentales de improvisación electroacústica) para que Kraftwerk anunciara la llegada de su primer álbum en 1974 Autobahn y otros cuatro años más para que los cuatro miembros de Kraftwerk se proclamaran autómatas en The Robots, tema de facto de la banda y del álbum The Man Machine de 1978.
Kraftwerk también cambió el significado de ser una banda. En dónde Led Zeppelin, Queen y The Who irrumpieron en el escenario con joyas, cadenas, grandes anillos, tops que les descubrían el pecho, drogas en exceso y alcohol, Kraftwerk llegó con un estilo solemne de trajes limpios, siempre sobrios con el cabello perfectamente peinado, todo en su máxima expresión. En el mayor éxtasis de sus canciones eventualmente realizaban algunos movimientos mínimos sabiamente rítmicos, nunca grandes movimientos de cuerpo.
A pesar de que la imagen de Kraftwerk ha cambiado a lo largo de los años, desde ser los músicos conservadores de pelo largo hasta los estilizados maniquíes que hacen música, Kraftwerk siempre creó un terreno para los circuitos del pop moderno. David Bowie fue el primero en introducirse al tema dedicando V-2 Schneider de su LP Heroes al fundador de Kraftwerk. New Order utilizó la música de Schneider en su tema casi himno internacional Blue Monday. The Human League y Depeche Mode siguieron el mismo ejemplo. REM es otra de las cientos de bandas que han seguido la misma doctrina de Kraftwerk. Para Marc Almond de Soft Cell, los músicos alemanes son los representantes más importantes del electro pop.
Kraftwerk es una influencia temprana de la escena hip hop, ya que básicamente inventaron la música electrónica que tuvo gran influencia en el pop y R&B contemporáneo. Por lo tanto, se convirtieron en el inverosímil padrino de la música de baile electrónica negra y del hip hop estadounidense, pieza inspiradora del sur de Bronx y Detroit. Hoy en día, la resonancia de Kraftwerk se puede escuchar en obras tan variadas como Radiohead y el hip hop de Kanye West y T-Pain.
Los ritmos fríos y estériles, las voces distorsionadas y robóticas, las letras a menudo concisas crean un ambiente único que es la base para crear melodías frías y hostiles del género denominado electronic body music encarnado por bandas belgas como Front 242 o Laibach de Eslovenia, cuyo líder Ivan Novak ve a Kraftwerk como la banda más importe e influyente de todos los tiempos.
El trabajo de Kraftwerk también ayudó a sentar las bases del sonido minimalista del movimiento techno que surgio a finales de los ochentas y principios de los noventas en Detroit.
La influencia de Kraftwerk parece tan palpable hoy como lo ha sido desde su inicio. Una banda organizada y sistemática en quienes el principio de renunciar a la tradicional imagen de una banda les funcionó a favor del diseño casi pulcro de su sonido.