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Ocho canciones de metal que incorporaron saxofón

El metal es lo más extremo que puede ser una banda, en la velocidad con la que tocan, en la intensidad de sus canciones. Pero hay una frontera que pocas bandas de metal se atreven a pisar: integrar saxofón. 
Aunque el saxo en el metal es relativamente raro, esta lista identifica a unas cuantas canciones que sí lo integraron, ya sea que se toque con suavidad o se empuje a su tono más honesto, el saxofón ha demostrado que sí puede pertenecer al metal.
1. BLACK SABBATH – “Breakout”
Esta canción de Black Sabbath sonrió amablemente a muchos fanáticos y francamente, cuando eres una banda que ha lanzado una serie de álbumes tan fuertes como los primeros 6 de Sabbath, estás permitido a experimentar. Breakout se parece más a un tema de detectives de los años 70 que a un destripador de heavy metal, Breakout yuxtapone los riffs de guitarra de Tony Iommi contra una brillante explosión de metales que culmina en un solo de saxofón. 

2. Minsk – “Ceremony Ek Stasis Part 1”

Los casi 16 minutos de la épica Ceremonia Ek Stasis de la banda post-metal de Illinois, Minsk tienen tanto que hacer que parece casi reductor enfocar la atención en la inclusión del saxofón de Bruce Lamont. Hay muchos sintetizadores, riffs en ascenso, bajos atronadores y, sí, eventualmente un saxofón. Su inclusión se encuentra en algún lugar entre el darkjazz, convirtiendo una gigantesca tabla de psicodelia atronadora aún más misteriosa y exótica.
3. Cephalic Carnage – Repangaea
Cephalic Carnage evolucionó de gran cantidad de grind-core a una forma más progresiva de death metal técnico en el transcurso de una década, pero alcanzaron un nuevo nivel cuando se dieron cuenta de que el saxofón solo podía mejorar su sonido ya expansivo. Bruce Lamont, el MVP del saxofón de heavy metal, presta su talento a su álbum 2010 Misled By Certainty, y el destacado es este titán de 12 minutos. 
4. IHSAHN – “A GRAVE INVERSED”
Ihsahn, la leyenda del black metal, se hizo un nombre como pionero de la infame escena de black metal de Noruega, pero desde entonces ha crecido como artista y muestra más de una racha experimental y progresiva en su música. Y en el caso de su álbum After del 2010, eso ha significado prominentemente el saxofón en su intenso, rítmicamente complejo y técnico prog-metal.

5. NAPALM DEATH – “EVERYDAY POX”

John Zorn no es ajeno a la música pesada y agresiva. Con bandas como Painkiller, God y Naked City, empujó los límites del punk jazz hasta el punto de ser francamente hostil. Lo que, por supuesto, significa que su saxofón es un ajuste perfecto para Napalm Death. Esencialmente, esta pareja de artistas en Everyday Pox de 2012 es una colisión de extremos: jazz libre en la parte superior de grindcore, perforaciones agudas que atraviesan mínimos guturales. Es una agresión en un nivel avanzado, todo esto ocurre en el transcurso de 2 minutos.
6. EX EYE – “OPPOSITION/PERIHELICON; THE COIL”
Ex Eye cuenta con miembros del rock y metal experimentales, entre ellos, Greg Fox de Liturgy / Uniform, y Shahzad Ismaily de Secret Chiefs 3; así como de otros forasteros como el saxofonista y compositor minimalista Colin Stetson. El lugar donde se juntan está en la influencia de compositores de vanguardia como Glenn Branca, así como en la búsqueda común del éxtasis técnico. Esta pieza del debut homónimo de la banda coloca al saxofón de Stetson a la vanguardia de una exploración tensa y triunfante del metal, con roces de math-metal.
7. KEN MODE – THIS IS A LOVE TEST
KEN  MODE se ha convertido en una de las bandas de Noise Rock más brutalmente fiables de Canadá. Su álbum Lovin, de 201,8 albergaba un tono mucho más oscuro y ominoso que su predecesor y como resultado desafió las expectativas. Como, por ejemplo, al incluir a la saxofonista Kathryn Kerr en una serie de temas, sus texturas en ésta es una prueba que proporciona una yuxtaposición tonal contra los punzantes destellos de la guitarra de Jesse Matthewson.
8. RIVERS OF NIHIL – “THE SILENT LIFE”
Rivers of Nihil es el único tipo de banda de death metal que no solo incorporaría el saxofón a una canción, sino que en realidad formaría una parte central de un álbum completo, el 2018 Where Owls Know My Name. Lo más destacado El Silent Life es un impresionante escaparate de este improbable híbrido, con feroces ráfagas de death metal técnico en línea con un ambiente de jazz obscuro matizado, gracias al saxofonista Zach Strouse. 

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