Los años 90 fueron, en retrospectiva, una especie de renacimiento de bandas sonoras de películas de gran presupuesto. La popularidad del formato de CD significaba que podía incluir más música en un álbum, lo que a su vez significaba hacer un álbum acompañante que era casi tan largo como la película. Sumando a eso los crecientes números de éxitos de taquilla, y a que cada estudio necesitaba su banda sonora para igualar la película. Éstos 8 álbumes significaron mucho, financiados por peces gordos de Hollywood.
1. Until the End of the World (1991; Warner Bros.)
El director Wim Wenders se acercó a tantos músicos sofisticados como pudo pensar para grabar canciones para una película sobre un futuro cercano con tecnología. Los resultados se superponen a lo que se convertiría en una entrada de amor o de odio en la filmografía de Wenders. El álbum incluye a Talking Heads, Can, así como la portada de Kinks de Elvis Costello y la toma de tango de Julee Cruise sobre Elvis Presley. U2 contribuye con una mezcla temprana de la canción del título antes de que apareciera en Achtung Baby, Depeche Mode hizo un himno, T-Bone Burnett hizo ciencia ficción, y Jane Siberry y k.d. lang hicieron “Calling All Angels” para todos los gritos de enojo.
2. Singles (1992; Epic)
¿Qué tal una de las mejores bandas sonoras de películas para capturar un fenómeno cultural en tiempo real? Singles hace esto y mucho más: atrapando el movimiento grunge en su apogeo, esta película de 1992 es tan kitsch como auténtica. La mayoría de la banda sonora no solo consiste en canciones de quienes lideraron el movimiento grunge: Alice In Chains, Pearl Jam, Mudhoney, Soundgarden, entre otros: las composiciones originales adicionales fueron calificadas por Paul Westerberg. Influyentes en el estilo del movimiento grunge, ciertamente contribuyeron a la influencia estética de la película.
3. Judgment Night (1993; Immortal/Epic)
La banda sonora de una película de acción sobre rubes de los suburbios que toman un atajo desafortunado a través de Chicago es francamente ambiciosa y combina bandas vanguardistas alternativas con artistas de hip-hop en diversas etapas de sus carreras en 1993. Esta película parece un esfuerzo por mejorar los perfiles de las bandas, seguramente alguien esperaba que esta fuera la gran oportunidad que Teenage Fanclub o Helmet necesitaban, pero, sorprendentemente, el truco funcionó bien. Algunos emparejamientos están bien encajados (el tema del título de Teenage Fanclub y De La Soul “Fallin” o “Biohazard and Onyx”). Otros se aprovechan inesperadamente de la tensión estilística (Sonic Youth y “I Love You Mary Jane”, de Cypress Hill, “Mudhoney y” Freak Momma “de Sir Mix-A-Lot).
4. The Crow – (1994; Interscope)
Las bandas sonoras en The Crow son bastante raras, el tipo de mixtape de gran presupuesto que reunió a un “quién es quién” de la música oscura, tanto el pasado (The Cure, Jesus and Mary Chain) como Nine Inch Nails, Rage Against the Machine. Ese lado no surgió necesariamente con la portada Poison Idea de Pantera o la portada Suicide de Rollins Band. Sin embargo, sí se mostró en la portada de Joy Division o de Nine Inch Nails.
5. Pulp Fiction – (1994; MCA)
El director de cine Quentin Tarantino se apresuró a establecer una reputación como un creador de tendencias, con la narración de los puntos de conexión de Akira Kurosawa o spaghetti westerns, Tarantino también se opuso a la tendencia que se escuchó en muchas otras bandas sonoras de los años 90, llenas de canciones contemporáneas que reflejaban momentos en una historia o que se usaban como herramientas promocionales. Su segunda película sobre las personas violentamente imperfectas que viven entre nosotros sería locamente anacrónica si no fuera por breves inclusiones de teléfonos celulares y cafés boutique, y la vieja música seleccionada por su banda sonora ayuda a prolongar la ilusión de que esta película se fijó más cerca de 1974 que de 1994. Dick Dale tocando la visión de rock de Tarantino de Ennio Morricone, Dusty Springfield y Maria McKee o Neil Diamond.
6. Natural Born Killers (1994; Nothing/Interscope)
Se requieren muchos cerebros para crear una película que integre el sonido incidental y el diálogo, así como la música, en elementos visuales para ayudar a avanzar una historia. Puede identificar los clásicos que hacen esto, tanto críticos como de culto, desde al menos A Clockwork Orange hasta Requiem for a Dream. Así que cuando el genio Oliver Stone comenzó a transformar un guión lleno de asesinatos de Quentin Tarantino en un tratado sobre la fama y la libertad, recurrió a un genio loco del sonido en busca de algunos ingredientes secretos. Trent Reznor y Stone, de Nine Inch Nails, reprodujeron un montón de audio en el set que se integró directamente en la música (“Shitlist” de L7, y “Night on Bald Mountain” de Mussorgsky).
7. Trainspotting (1996; Capitol)
La banda sonora de la adaptación frenética de Danny Boyle de la novela de Irvine Welsh sobre los adictos a la heroína de Edimburgo, es un puente entre subculturas tenues con más de 20 años de diferencia y emula el equilibrio de la película entre la manía vertiginosa y el colapso sombrío. Iggy Pop, la canción de apertura se ajusta al contexto de Trainspotting. Además de Brian Eno, Lou Reed (Perfect Day), quien jugó detrás de las escenas de inodoro y sobredosis, respectivamente. El material más nuevo de Blur (“Sing”) y Pulp (“Mile End”) sonaron como extensiones naturales del pensamiento, y la decisión de dejar que la melodía del título de Primal Scream y la increíble “Born Slippy” de Underworld. Inolvidables soundtracks muy presentes hasta nuestros días.
8. Lost Highway – (1997; Interscope)
En retrospectiva, la banda sonora de Lost Highway parece un poco surrealista. Para el director David Lynch, ése es a menudo el punto, como fue el caso con esta entrada notoriamente difícil en la obra del cineasta. Pero la banda sonora en sí misma fue un excelente trabajo, una yuxtaposición particularmente extraña de exitosos actos alternativos (Nine Inch Nails, Smashing Pumpkins, Marilyn Manson) contra la música del antiguo colaborador de Lynch, Angelo Badalamenti, algo de música ambiental de Trent Reznor y un par de David Bowie. Todo funciona, por supuesto, aunque éste es un universo musical que se encuentra a cierta distancia del fetichismo de los años 50 de las bandas sonoras de Twin Peaks o Blue Velvet.