Jóhann Jóhannsson (1969-2018) estaba obsesionado con la textura del sonido. Junto con una dosis seria de inspiración creativa, esa obsesión le permitió destilar música verdaderamente hermosa y conmovedora. Tenía el don de reunir temas altamente complejos e ideas musicales que contrastan con una aparente facilidad y una sorprendente franqueza emocional.
Nacido en Reikiavik el 19 de septiembre de 1969, Jóhann Jóhannsson estuvo involucrado con la música desde una edad temprana. Alcanzó la mayoría de edad en su ciudad natal Reikiavik en la década de los 80 y probó desde el shoegaze formando parte de Daisy Hill Puppy Farm, hasta el metal con la banda Ham, antes de centrarse en escribir música y cofundar Kitchen Motors, un sello discográfico y colectivo encargado de explorar la música entre los límites del rock, jazz y música clásica. Su álbum debut, Englabörn se publicó en el 2002 e incluso, en esa etapa temprana, Jóhannsson ya era un compositor maestro que podía traducir sentimientos y emociones en paisajes sonoros poderosamente atmosféricos.
El éxito de álbumes lanzados como compositor solista en los años dos miles, lo convirtieron en un músico cada vez más ambicioso produciendo música cada vez más texturada. Entre los admiradores de su música se encontraba el cineasta franco-canadiense Denis Villeneuve quien eligió a Jóhannsson para que le ayudara con la banda sonora de su debut Prisioners en el año 2013.
La elegante música de Jóhannsson le dio peso a la película para convertirse en un thriller lento y sofocante sobre un hombre consumido por su dolor, lográndolo a través de una mezcla perfecta de sonidos interpretar cada escena de la película, siendo un ejemplo real de enlace entre imágenes y música en forma de arte.
Prisioners allanó el camino a Jóhannsson para tener dos colaboraciones más con Villeneuve, Sicario en el 2014 y Arrival en el 2016, colocandolo en el máximo nivel de compositores de películas de Hollywood. En pocos años Jóhannsson ganó un Globo de Oro y fue nominado al Oscar por su participación sonora en La Teoría del Todo.
Jóhannsson siguió componiendo hasta poco antes de su muerte el 9 de febrero del 2018 en Berlín. Una figura pionera de la escena musical contemporánea quien ignoró las barreras entre la música clásica y la electrónica, al fusionar elementos minimalistas, formas tradicionales, expresividad sinfónica y sonidos acústicos y electrónicos, creando no solo imágenes líricas, sino también un lenguaje musical completamente nuevo.