Depósitio Sonoro

Una entrevista con Viiaan: Superponer realidades, materializar obsesiones

Guiada por su naturaleza experimental y su interés por mezclar realidades, Viiaan ha creado en poco tiempo un archipiélago de proyectos alimentados por un solo interés: el sonido

Viiaan lleva la música en la sangre. Su abuelo ha sido maestro de música por décadas y, hoy, a sus 88 años continúa dando clases. Cuando ella nació se vio rodeada por guitarras, amplificadores, micrófonos y teclados. “Todo el tiempo había gente en mi casa cantando boleros”, cuenta. Muy pronto, tomó unas maracas o las claves que le dio su abuelo y ella intentó unirse. El ritmo era lo que más la llamaba: los bongos y las percusiones, así como cantar, algo que cultivó en un coro en el que formó parte a temprana edad. El abuelo fue la inspiración, pero ella debió pronto tomar su camino. Él intentó enseñarle a tocar la guitarra, pero no fue un instrumento que apasionó a Viiaan. Las percusiones fueron las que ganaron pronto su atención.

Viiaan tiene muy claro el recuerdo del momento en que empezó su amor por la música electrónica. Tendría unos 9 años. En la escuela organizaron un festival de Halloween en el que cada salón tenía que bailar una canción. Los chicos de primero de secundaria escogieron un track que la obsesionó: “Get Get Down” de Paul Johnson. “Fue algo muy importante en mi vida, se me quedó grabada desde el momento en el que lo escuché”.

Ahora que ve hacia el pasado, sabe que con esa canción había nacido su obsesión por buscar música. Viiaan comenzaría pronto a recolectar música y a compartirla intensamente, casi como una competencia, con varios amigos con quien compartía la misma obsesión. “Empecé a juntar demasiada música”. Aunque su primera colección de vinilos llegó a ella como un regalo de su padre, unos 100 vinilos que arribaron antes de que ella empezara a comprar los suyos.

“Nos empezamos a juntar mucho todos a los que nos gustaba la música electrónica, hicimos un grupito de amigos, y no faltaba el que ya tenía su controlador y empecé a mezclar. Ahí comenzó realmente el camino, que ha sido muy orgánico”.

En un periodo complicado de su vida, la música se le mostró como un alivio, pero también como una manera de expresar lo que sentía. En medio del caos y la falta de claridad compró un controlador. Comenzó a dar salida a la necesidad de expresarse con él y los montones de música acumulada. Llegó al punto en el que se dijo: “me voy a grabar”. Ponía música, grababa y, después, volvía a escuchar esos sets. Eran sets de poco más de media hora que decidió compartir. Ahí adoptó el alias con el que hoy la conocemos.

“Nunca fue un plan estratégico, empecé a subir lo que grababa a Soundcloud. Para mí, Soundcloud ha sido mi mánager hasta hoy, literalmente. Por él empecé a tocar para más gente, no solo para mis amigos y para mí”.

Boris Vian es su autor favorito, uno con el que se identifica en muchos aspectos. Al igual que ella también se dedicó a la traducción y a la música. Y su literatura tiene un humor negro, incómodo, que ella comparte. Cuando uno echa un vistazo a lo que Viiaan ha subido a su Soundcloud en el último año, o acude a escucharle tocar en un mismo mes, pronto descubrimos que tiene montones de intereses sonoros que van desde lo ambient y experimental, hasta la música más orientada al dancefloor sin hacer a un lado el riesgo. Esa multiplicidad de intereses es reflejo de su propio temperamento.

“A pesar de que estoy enamorada del ambient y lo experimental, me gusta moverme y no puedo estar tanto tiempo estática, siento que mi gusto por los demás géneros siempre recae en lo experimental”.

Viiaan puede tocar drum & bass, technoacid, pero en algún punto va a decantar en lo experimental. No será un techno 4/4, en algún punto romperá y, tal vez, se volverá sincopado para luego regresar a los cuatro tiempos.

“Creo que lo que me gusta en sí es el sonido, no pienso en géneros a la hora de seleccionar música, solamente que tenga esos rasgos que mi oído sigue”.

Sus sets suelen ser impredecibles. Le gusta que sus selecciones rompan, que tengan texturas, que suba y baje de tempos… Siempre nos mostrará alguna de sus dos facetas: una muy contemplativa o una más oscura que se halla cómoda en el techno más duro, más rasposo.

“Siempre es una investigación de la persona, del sello, del lugar o de la hora en que tocaré, es algo que me encanta porque me obliga; es como una aventura, como conocer un nuevo lugar. Trato de llegar a profundidad”.

Por ejemplo, cuando los chicos de la revista P.O.V. la invitaron a colaborar con un mix para su serie Audiodrome, tomó en cuenta el espíritu de la propia revista para decidir cómo sonaría. “Su contenido es agresivo, su literatura es transgresora y ese mixtape es uno de los que disfruté al 100 por ciento, porque pude sacar ese lado mío transgresor, oscuro, más rudo, con un BPM mucho más alto”.

Además de su trabajo en solitario, Viiaan tiene varios proyectos colaborativos: Femal, al lado de Concepción Huerta y Balæna, junto a KOI. Esas colaboraciones le han permitido aprender nuevas técnicas. “Siempre es una retroalimentación enorme ver cómo la otra persona puede hacer lo mismo de diferente manera, eso me ha ayudado bastante, también a ser un poco más abierta para afinar mi oído, a no ser tan grinch en cuanto a la música en los lugares, a encontrar muchas estructuras de la música, otras formas”.

Su proyecto junto a Concepción Huerta se basa en la experimentación y en la improvisación en el que incorpora texturas y grabaciones de campo —sonidos de la naturaleza— y da salida a sus juegos con los tempos, los ecos, las voces. “Nos sentimos, nos escuchamos y nos guiamos por lo que nos va diciendo lo que estamos haciendo”.

En el proyecto con Balæna, Viiaan y KOI han configurado un proyecto más conceptual, uno que hable de las ballenas. “A mí me fascinan las ballenas, estoy obsesionada con ellas porque es el animal que tiene el sentido del oído más desarrollado, y me encanta eso. Es un proyecto más de diseño sonoro”.

Juntos han creado un EP que se encuentran en masterización, estrenado a finales de 2019. Otro proyecto que también se trata de colaboración, amistad y música es Voragine, el sello que fundó al lado de Simon Called Peter, su mejor amigo. “Nuestra amistad se basa en el silencio y en la música. Cuando nos vemos, en realidad no es como que platiquemos de cómo nos fue, cómo está la novia; más bien es escuchar”. 
En mayo de 2017, Viiaan publicó Discromía, su primer EP en el sello mexicano Maladolescenza Sounds. “Nøvaxpress fue el primero que creyó en mí y el que me dijo: tienes un oído muy cabrón, tú puedes hacer música”. Así fue como hice mi primer EP en dos días, como en 14 horas cada track”. 
Cuando iban a lanzar Voragine, Viiaan quiso que Nøvaxpress fuera quien inaugurara el catálogo. Así fue como Metabolic Regulator, un EP con dos tracks de acid house experimental se convirtió en el primer lanzamiento del sello.

Aproximarse a Viiaan es conocer a una artista de múltiples facetas que confluyen en su interés por los lenguajes sonoros, visuales, escritos y por la superposición de realidades. “Mi vida es eso, mezclar realidades tanto como sea posible y sacar toda esa energía que tengo en mi mente y trasladar todas esas ideas a lo material, a lo físico”.

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