“En Mirage, estoy tratando de ocultar al humano”, dice Ben Lukas Boysen sobre su nuevo álbum, haciendo de él, un álbum desafiante y escondite. A los colaboradores de este disco, aunque sabemos que están ahí, hay que buscarlos detalladamente, y aunque el primer sonido del álbum es la voz de Lisa Morgenstern, parece más como una nota generada por un sistema digital que por un ser humano.
Género: IDM / Experimental / Ambient / Abstract /
Label: Erased Tapes Records
Para Boysen, sentir y fluir es más importante que el verso y el coro, por ejemplo, a medida que un mar de sonidos mueven la voz modificada de Lisa Morgenstern, se puede escuchar después a Anne Müller que puede ser solo un espejismo, o en Kenotaph, en donde lo más destacable es el sonido del piano que en realidad son dos tocados en dos continentes diferentes. En Mirage, la mente juega trucos en el oído, o al revés, el oido le juega trucos a la mente. Sin embargo, a pesar de las intenciones de Boysen, no se puede ocultar al humano por completo, ya que los temas transmiten una sensación de calidez, distante o no.
Incluso la imagen de la portada es oscura, como una escondite; uno tiene que analizarla para descubrir que en ella hay un rostro humano escondido. En este álbum, queda mucho para la interpretación de los ojos y los oídos. El oyente anhela claridad cuando todo está oscurecido, pero esto no es apofenia o pareidolia; estos patrones audiovisuales pueden ser cualquier cosa menos aleatorios.