Depósitio Sonoro

Recordando a Julee Cruise (1956 a 2022), pionera del dream pop

El complejo firmamento del shoegaze y el dreampop se expande cada año —y más últimamente, ahora que estos estilos parecen haber formado ya una nueva ola de revivalismo—, pero siempre termina por apuntar a los mismos lugares.

Uno de ellos, indiscutiblemente, es el Floating Into the Night (1989) de Julee Cruise, un álbum que ha pasado a la historia por su estrecha relación con la serie de culto Twin Peaks (1990 – 1991), clásico de David Lynch. El deceso de Cruise, ocurrido el pasado 9 de junio, nos invita a revisitar una música que se mantiene errante en medio del paso del tiempo.


La historia de Floating Into the Night, el primer álbum de Julee Cruise, es conocida, pues se cruza con la biografía del mismo Lynch. Durante la producción de su filme Blue Velvet (1986), el director estadounidense había quedado fascinado por el estilo etéreo y melancólico de la canción “Song to the Siren” de This Mortal Coil, el supergrupo formado por artistas del sello inglés 4AD. Ante la negativa de esta disquera por permitir el uso del tema en su cinta, Lynch y su musicalizador Angelo Badalamenti decidieron crear su propia versión del tema. Para concretar esta idea, Badalamenti recurrió a una artista que conocía en sus días de trabajo en el teatro, una mujer con el aura y el timbre de voz perfectos: Julee Cruise.


El resultado fue la canción “Mysteries Of Love”, la cual no solo formó parte de la banda sonora de Blue Velvet, sino que también inició un proyecto más ambicioso a cargo de lo que ahora se había consolidado como una tercia musical. Se trataba de una colaboración musical firmada bajo el nombre de Julee Cruise como solista, en donde participó Lynch como letrista y Badalamenti como arreglista, quienes terminaron por desarrollar el estilo etéreo y susurrado tan característico de Cruise. Producto de este trabajo fue Floating Into the Night, álbum con el que Cruise entró de lleno en el mundo de la música, mientras que la serie Twin Peaks consiguió su identidad sonora con los temas “Falling” y “Rockin’ Back Inside My Heart”.
Quizá por esto último resulta tan difícil separar el nombre de Cruise del de Lynch; si bien Floating Into the Night ha demostrado ser un álbum sólido por sus propias cualidades.

Para 1989, el dream pop se encontraba en estado naciente gracias a las atmósferas etéreas de Cocteau Twins y a la poderosa distorsión de A.R. Kane. Sin embargo, el público general habría encontrado a los primeros muy densos y, a los segundos, muy ruidosos. Hacía falta un equilibrio entre ambos extremos con ayuda del componente “pop”. Así, el álbum de Cruise contribuyó a la comunión entre estilos que por entonces rozaban lo experimental y un formato de canción más habitual para las sensibilidad de los hits radiales. Cruise, con su voz apagada sobre atmósferas y letras surrealistas, abrió la puerta a la consolidación definitiva del dream pop en los 90, abanderado por grupos como Lush y Mazzy Star.


Qué tan satisfecha quedó Julee Cruise con haberse convertido en leyenda gracias a Twin Peaks es un tema que continúa en discusión. Sin embargo, el paso de los años y la revisión de su material han permitido destacar su talento más allá de su trabajo en el cine. Tras terminar su relación artística con Lynch y Badalamenti —y salir de gira un tiempo con el grupo B-52’s en reemplazo de Cyndi Wilson—, Cruise lanzó 2 álbumes escritos por su propia pluma: The Art of Being a Girl (2002) y My Secret Life (2011, con DJ Dmitry). Si bien éstos materiales recibieron una tibia aceptación de la prensa, demostraron la capacidad de Cruise por desarrollar un discurso artístico por sus propios méritos, fuera de las inquietudes artísticas otrora marcadas por Lynch, incursionando en terrenos como el lounge y el trip hop.
Independientemente de la revisión histórica de la música de Cruise, es un hecho que su influencia ha perdurado hasta el día de hoy en nombres como Goldfrapp o Lana Del Rey. Su partida ha permitido reconocer lo mucho que la música “de culto” trasciende los circuitos underground y, no solo eso, sino que también ha conseguido sacar de las sombras a shoegazers y amantes de la música oscura una vez más para el reconocimiento de una influencia en común. La dulce voz de Cruise, como un cuerpo celeste en el firmamento del “pop de ensueño”, es ahora una estela que se encuentra lejos, flotando entre la noche.

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