Desde 2007 Bandcamp ha sido una de las mejores alternativas para una infinidad de bandas que lanzan su música a través de esta plataforma, la cual es conocida por tener un trato más justo con creadores de música así como consumidores, evitando intermediarios, incentivando a la música independiente y ofreciendo un fabulosa opción para aquellos que van más allá del algoritmo, que prefieren una recomendación música hecha por un humano. Si bien el modelo de Bandcamp no es perfecto funcionaba y cumplía su objetivo de manera exitosa habiendo pagado alrededor de 1.7 billones de dólares a creadores independientes.
Hace más de un año la plataforma fue comprada por Epic Games quien a su vez la vendió a Songtradr y con esto anunciando el despido del 16% de su fuerza laboral. Sin embargo, la semana pasada el 50% del staff de bandcamp fue despedido dejando sólo las áreas más fundamentales a nivel operativo y desapareciendo por completo a muchas otras. La decisión claramente llevó al descontento, el cual se manifestó a través de redes sociales… para muchos, el final de Bandcamp (al menos como lo conocíamos), es inevitable.
Los cambios en la plataforma afectan principalmente a los músicos y consumidores pero también para editores, escritores, programadores, artistas visuales y todo lo que conforma un modelo de este tipo. Personas que dedicaban su dinero a la plataforma obteniendo a cambio buenos textos editoriales (desde recomendaciones de bandas poco conocidas pero relevantes, hasta escenas contemporáneas), música y mercancía. Es increíble pensarlo en los tiempos que vivimos pero esa comunidad que se había formado de manera digital aún paga (dinero de verdad, no criptomonedas), por música en formato físico y digital. Si hay algo que diferenciaba a bandcamp de otras plataformas no sólo eran sus políticas frente a los músicos y la manera de distribución si no la parte editorial / periodística que fue creciendo con colaboradores de diferentes latitudes, perspectivas globales que fomentaban a la lectura acompañada de la música. Bandcamp iba mucho más allá que otras plataformas que se conforman con un breve resumen de la banda. Era periodismo musical, independiente y bien hecho.
Aunado a la situación de bandcamp, esta semana, su contraparte Spotify ha decidido cambiar sus políticas de regalías afectando directamente a todos los artistas que no poseen grandes números por medio de hacer que cumplan con una “cuota” mínima de streaming.
Si bien la situación de bandcamp (y por consiguiente de la música independiente), es desfavorecedora la realidad es que también es un espacio de oportunidad para otras plataformas, creadores y la necesidad de mantener esta comunidad vida, a la cual le importa la música más que cualquiera de otros intereses. El éxito de bandcamp está probado, ¿por qué no construir otro bandcamp con las lecciones aprendidas? ¿por qué no hacer varias plataformas de este tipo? Existe el know how, tecnología y gente dispuesta a construir desde cero. Quizá esta sea la única opción viable ante un mundo que no está dispuesto a pagar lo que la música realmente vale, devaluando el trabajo de los que empiezan, de los que proponen cosas diferentes, de los que nos están preocupados por “pegar”, ni tener muchos números… Por más complicado que se vea el panorama, me gusta pensar que la música independiente siempre encuentra un camino.
Gracias a Marcos Hassan, periodista de bandcamp por el apoyo para esta nota.