Depósitio Sonoro

Reseña de David Byrne en el Teatro Metropólitan

Son casi las 21:30 hrs y el suave canto de unos pájaros sonorizan el Teatro Metropólitan para abrir el show con “Here”. David Byrne sobre una mesa y un cerebro postrado. Lo toma, se levanta y ya escuchamos su voz. Está sucediendo.

No pasan ni siquiera tres canciones cuando después de “Lazy” escuchamos “I Zimbra” y “Slippery People” de los Talking Heads porque es pasado y el pasado nunca desaparece. Llega la colaboración con St. Vincent (no en escena si no en registro) y después dos canciones de American Utopia. La gente ya empieza a vivirlo pero explota cuando sin ningún preámbulo suena el comienzo de “This Must Be The Place (Naive Melody)”, la gente de pie y ojos brillosos discretos, corean y aplauden, es el momento de la noche hasta ese instante. La gente respira, sonríe y ahí viene de nuevo, otro hit, enorme “Once in a Lifetime”, ya es una locura. Todos forman parte de esa obra teatral que David Byrne estuvo planeando durante mucho tiempo. Sus músicos iluminan, actúan, cantan, bailan, todo en conjunto, segregados, alertas, pendientes, participativos. Te envuelven. Ya estás ahí. El sueño. Es. Sucede. Aún hubo más de American Utopia y más de Talking Heads, por supuesto, “Burning Down The House” es el primer encore, el teatro necesita apagarse pero moverse con más aplausos, el público es entregado, lo ha sido todo el show. Algunos dicen que fue como estar en una obra de Robert Wilson, nosotros decimos que fue como presenciar el Stop Making Sense de este siglo.

Inolvidable.

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