Hablar sobre la industria musical mexicana resulta una tarea complicada, sobre todo cuando se piensa que esta antepone la mercantilización y se enfoca en explotar ciertos géneros, o que al situar bajo los reflectores al machote de artistas que año con año se instalan sobre los mismos escenarios y repiten fórmulas sonoras ya probadas, depende de lo piden y consumen los escuchas.
Fuera de ese embrollo, lo que es cierto es que el riesgo, el ingenio creativo y la diversidad sonora en nuestro país existen, tan sólo basta hacer un close up para registrar en el encuadre a algunas bandas como El Shirota, Los Mundos, Tajak, Sailawway, Car Crah Sisters, Terror Cósmico, Cabezas de Cera, Vinnum Sabbathi, entre otras.
Dentro del circuito también se encuentra Lorelle Meets The Obsolete (LMTO), un dúo originario de Guadalajara, Jalisco, que ha captado la atención del público a nivel nacional y en el extranjero en los últimos ocho años con su propuesta que transita entre la psicodelia, el garage y el shoegaze.
A principios de enero LMTO lanzó su quinto álbum intitulado De Facto, que se editó bajo el sello británico Sonic Cathedral y su nueva marca de grabación El Derrumbe, con la cual pretenden apoyar a proyectos emergentes.
De Facto es un álbum totalmente consistente, sin miedo a explorar los límites de su propio sonido, que refleja distintos estados de ánimo y que logra introducirte a un estado hipnótico.
De la paleta sonora de este trabajo se desprenden guitarras distorsionadas, sintetizadores eléctricos, percusiones altamente magnéticas y, a diferencia de discos pasados, intercambian las voces fantasmales en inglés por unas hispano parlantes.
Quizá estemos lejos de saber si De Facto sea uno de los mejores lanzamientos que se darán a lo largo del año, pero lo que sí es verdad es que la música de LMTO representa una oportunidad para desprejuiciar nuestros oídos acostumbrados a sonidos mono temáticos y para rescatar una de las tantas propuestas nacionales que están listas para ser escuchadas.