Encuadra
Recomendaciones culturales dentro y fuera del museo.
En la comunidad de Tauary (Brasil) una extraña criatura es conocida debido a la memoria oral de sus habitantes. Las voces se hacen presentes en el Museo Carrillo Gil gracias a grabaciones del investigador y artista sonoro Félix Blume. En Curupira el arte del sonido revela lo que los ojos de la ciencia no puede: una criatura que habita en el corazón del Amazonas.
Se dice que Curupira cuida el bosque de los invasores, pero también hay quienes murmuran que hipnotiza la mente humana desapareciendo a quienes se encuentran con ella. Tiene los pies al revés y monta un jabalí. El sonido que emite es agudo aunque puede utilizar el tronco de un árbol y hacerlo sonar con un ritmo más lento que el de los pájaros carpinteros. ¿Se mira? Tiene cabeza de mono y cabello largo -dicen algunos- … Pero la verdad es que la mayoría sólo la ha escuchado. El de Curupira es un sonido que se aprecia diferente al de cualquier otro animal, tampoco es humano.
Con este thriller sonoro en medio de la jungla Félix Blume acierta en situar al sonido como método de investigación eficaz, cuestionando los cánones visuales ortodoxos que reiteradas veces afirman “hasta no ver no creer”. Además, Blume hace uso del paisaje sonoro en narrativas contemporáneas, lo cual refresca el término de Murray Shaffer, quien lo popularizó fundando The World Soundscape Project hacia los años setenta del siglo XX.
Por otro lado, el film ofrece al espectador herramientas que flexibilizan la experiencia estética al momento de “ver” imágenes cuyo potencial se encuentra en lo sonoro. La belleza en los rostros de los personajes que cuentan la leyenda de Curupira es acompañada siempre por un par de audífonos; lo que nos incita a ver y cerrar los ojos al mismo tiempo. Mirar las tomas en cámara fija mientras la imaginación sonora se despliega.
Te invitamos a visitar Curupira, creature of the woods hasta el 28 de abril en el Museo Carrillo Gil al sur de la Ciudad de México.