João Gilberto, quien murió el sábado 6 de julio de 2019 a la edad de 88 años, fue uno de los músicos más influyentes del siglo XX. Él y su compañero y colaborador Antonio Carlos Jobim ayudaron a crear y popularizar la música bossa nova, una versión tonificada y romántica de música de samba brasileña.
Joao Gilberto (Juazeiro, 10 de junio de 1931- Río de Janeiro, 6 de julio de 2019) fue un cantante, compositor y guitarrista brasileño, considerado como uno de los creadores de la bossa nova. En el mundo era frecuentemente es llamado padre del bossa nova y en su país de origen, Brasil, es referido como “O Mito” (El Mito) o (La Leyenda).
La influencia de Gilberto es incalculable y ha “resonado en el trabajo de artistas como Caetano Veloso, Sade, Gal Costa, Leonard Cohen, Joni Mitchell, Stereolab, Seu Jorge y casi todos compositor brasileño desde 1960. Su compatriota Veloso ha dicho: “le debo a João Gilberto todo lo que soy hoy. “Incluso si yo fuera algo más y no un músico, diría que le debo todo”.
Muchas personas han dicho cosas similares a lo largo de los años sobre John Lennon o George Harrison, pero ¿un cantante acústico sin pretensiones que canta en portugués? ¿Podría realmente tener ese tipo de influencia cultural en todo el mundo? Puede que sea difícil verlo ahora, pero bossa nova se integró a la conversación global de la misma manera que lo hizo el rock and roll. Sin embargo, en lugar de rebelarse, se vistió; en lugar de aumentar el ritmo, la actitud y la energía, lo calmó y lo sedujo. Le inyecto dulzura a sus notas y dejó soundtracks que pueden perdurar en la memoria.
Bossa nova proporciona un contrapunto a la energía cruda del rock estadounidense y británico, se convirtió en su propio lenguaje popular. Elvis Presley incluso intentó sacar provecho de la creciente popularidad de la música en 1963 con su “Bossa Nova Baby” de la película Fun in Acapulco.
Bossa nova tiene un sonido creado para pequeños espacios y pequeños movimientos. El estilo tranquilo de Gilberto “se desarrolló en 1955 cuando se secuestró dentro de un baño en la casa de su hermana para no molestar a su familia”, escribío Félix Contreras en NPR, “y para aprovechar la acústica proporcionada por el azulejos del baño”. Dejando de lado ésta historia de origen íntimo, también podemos decir que es de un estilo que demarcaba líneas de clase en la música pop. En Brasil, la bossa nova atrajo por primera vez a “una nueva clase adinerada que deseó alejarse del sonido de samba más tradicional de los tambores explosivos y el canto grupal”. En su influencia sobre el jazz estadounidense con su ambiente profundamente relajado y exuberantes texturas sin prisas.
“En sus inicios, el término se usó para designar una nueva manera de cantar y tocar samba y vino a ser una reformulación estética dentro del moderno samba urbano carioca. Basándose en una instrumentación simple y un elegante manejo de las disonancias, desarrolló un lenguaje propio con un íntimo lirismo.
Con el pasar de los años, la bossa nova se convirtió en uno de los movimientos más influyentes de la historia de la música popular brasileña, llegando a alcanzar proyección mundial. El camino del género continuará, pero el legado de João Gilberto quizá será irrepetible.