Depósitio Sonoro

15 julio, 2019

La historia (homenaje) de un verdadero artista, Daniel Johnston

No Daniel Johnston, una figura de culto de la música underground que ha extendido sus influencias a otras corrientes musicales y que su arte tiene una calidad que, aunque quizá no es universal, resuena en otros artistas ¿Qué tienen en común Pearl Jam, Tom Waits y Beck?, además de ser figuras icónicas en sus respectivos géneros musicales, todos han interpretado alguna canción de Daniel Johnston. El mismo Kurt Cobain promocionó con profundo impacto el estilo musical de Johnston e incluso dijo que Yip/Jump Music era uno de sus álbumes favoritos de todos los tiempos. Larry Clark usó parte de la música de Johnston para crear la banda sonora de su controvertida película Kids en 1995. Lana del Rey produjo una breve biografía que narra la enigmática y peculiar vida de Johnston. La lista continúa, pero ¿quién es el hombre detrás de la musa de tantos artistas?. Nacido en 1961 Daniel Johnston creció en las colinas rurales del oeste de Virgina, es el menor de cinco hermanos. Después de no tener éxito en el curso de arte de la Universidad Estatal de Kent, se mudó a Austin, Texas para continuar con su carrera musical. Rápidamente reunió a un público local pequeño pero dedicado repartiéndoles cintas con su música en el McDonald´s dónde trabajaba. Sus fanáticos acudían con fervor a sus presentaciones no tradicionales, por ejemplo en sótanos y así, poco a poco, Johnston amplió su alcance al aparecer en un programa de MTV que promovía la Nueva Sinceridad en Austin, un movimiento cultural y musical que sería la clave para entender el atractivo de Johnston, sin embargo, fue hasta que Cobain apareció en los MTV Video Music Awards de 1992 con una camiseta con la portada del álbum Hi How Are You de Johnston hasta que realmente su popularidad comenzó a despegar. A pesar de que Johnston residía en un hospital psiquiátrico en ese momento por sufrir esquizofrenia y episodios maniacos intensos, los sellos discográficos mostraron gran interés en su música. Después de negarse a firmar un contrato de varios álbumes con Elektra Records porque creía que estaban asociados con satanás y lo lastimarían, finalmente llegó a un acuerdo con Atlantic. Por problemas comerciales Johnston tuvo que dejar el contrato y volvió a grabar su música a su manera: solo y por su propia cuenta.  Para Johnston, escribir canciones es una compulsión. A lo largo de toda su carrera su discografía total actualmente es de 29 álbumes, el último lanzado en el 2013. En resumen, el estilo de escribir canciones de Johnston es, en todo caso, verdaderamente honesto. No intenta oscurecer el significado de sus letras a través de la ironía o el cinismo. Debido a esto se puede identificar a Johnston como la voz del principal del movimiento de la Nueva Sinceridad tanto en la literatura como en la música. No todo lo escribe lo ha experimentado, tanto física como mentalmente, pero cuan estrechamente esté vinculado a la realidad o sus experiencias, es otra historia.  Cuando se escucha a Johnston existe la impresión de que su mente está plagada por las voces internas características de la esquizofrenia, llena de palabras e historias que él intenta expresar con desesperación. Hay un discernible sentido de urgencia en su voz y música a medida que sus pensamientos caóticos ocupan lugar central en sus temas. La instrumentación rudimentaria y simplista define su estilo, a menudo categorizada por los críticos como experimentación pop o folk que parece ser adecuada para sus letras de expresiones crudas con energía infantil. En sus actuaciones en vivo, Johnston parece frágil, colocado delicadamente en un escenario frente a una multitud que parece demasiado grande para el tipo de nicho que él quisiera.  Con la edad, Johnston adquirió un temblor permanente y debilitante como resultado de su tratamiento antipsicótico, se ha retirado de su carrera con una última gira en el 2017 y se encuentra en su casa dibujando y escribiendo cartas a sus familiares. En una entrevista para New York Times, Johnston dijo que no podía dejar de escribir, si dejara de hacerlo no habría nada. Tal vez todo parara.  Actualmente Johnston continua viviendo en Austin, a lo largo de su vida se ha convertido en una figura de culto de la música underground, su influencia se extiende a otras corrientes musicales y su arte tiene una calidad que, aunque quizá no es universal, resuena en otros artistas.   

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Música de mierda o de: ¿Cómo llegamos a odiar a Céline Dion? entrevista con el autor Carl Wilson

Carl Wilson es autor de uno de los libros más provocativos de los últimos años. Hablar de los gustos musicales, siempre trae consigo una ola de opiniones, entre lo que nos gusta, lo que no nos gusta y lo que odiamos. Para el autor y para un grosor de las audiencias, Céline Dion es una de las artistas más odiadas en el mundo y es en ella en quien basa su libro ¿Qué lleva a la canadiense a ganarse ese título? Bueno, a través de su texto “Música de mierda” Wilson nos sumerge por una serie de argumentos que van desde los históricos, hasta el rigor de un periodismo musical documentado. A lo largo de sus páginas, el libro nos encara a la construcción de nuestros gustos musicales, los esnobismos culturales y los gustos culposos. ¿Qué es tener mal o buen gusto musical? ¿Cuáles son los criterios para determinar eso? Y sobre todo ¿Por qué odiamos tal tipo de música? Aquí las impresiones del autor sobre Céline Dion, los snobs y la música de mierda.   1.- Sabemos que el título original de tu libro era “Hablemos del amor” pero la casa editorial catalana Blackie Books decidió traducirlo como “Música de Mierda” ¿Te gusta este título?   Nunca estoy muy seguro que pensar de eso, la gente de la casa editorial me dijo que es una frase muy común en España, y que la palabra mierda no es tan fuerte como en inglés. Me parece muy simpático, y decidí confiar en sus instintos cuando me lo sugirieron. Aunque me preocupa que pierda la ambigüedad del título original. Se llama “Hablemos del amor” porque es el título del álbum de Céline Dion y era el formato de la serie 33 ⅓ para usar el título del álbum como el nombre del libro. Sin embargo, me gusta temáticamente, ya que el gusto es un sistema de amores y antipatías, y para mí significa “Hablemos del gusto”. El título original y los títulos de los capítulos eran más simétricos. Tengo miedo de que el título en español haga enojar más a los fans de Céline Dion de lo que yo quería.   2.- Henry Raynor dice que “Estar lo bastante al tanto de cierto tipo de música como para detestarla, es estar influido por ella” ¿Estás influenciado por Céline Dion?   Ella ha tenido una gran influencia en muchos años de mi vida, al menos profesionalmente. De hecho siento un profundo afecto por Céline en este momento. Me he comprometido y vivido mucho con su presencia. Regresando a la pregunta, también es verdad que lo que no nos gusta nos influencia en muchas maneras: Afecta nuestra imagen cuando uno se define en contra de ciertas cosas. Puedes ver esto políticamente, y se extiende dentro de la cultura. Mucho del objetivo del libro es cuestionar esos reflejos, e imaginar una estética que no se define a ella misma contra las cosas. Mientras sigo perdonando lo que no me gusta por diversión, ya soy más cauteloso de ello ahora, especialmente cuando parece que me hacen ser mejor o más auténtico que los demás. Ese proceso es uno donde Céline me ha influido mucho, no solo como mi caso de estudio, sino en las cualidades que ella tiene. Su urgencia para calmar el conflicto o su deseo de universalidad.   3.- En el libro hablas acerca del principio de tu odio hacia Céline Dion, y tiene una relación directa con el artista de culto Elliot Smith. Cuentas como Smith defendió a Dion por ser amable y modesta. Si un músico como Elliot Smith lo dice, ¿hay una posibilidad de que nosotros estemos equivocados acerca de Dion?   Bueno, el ejemplo de Elliot Smith fue una forma de poner mis sentimientos en la historia más que hablar de él individualmente, lo que sí, es que me sorprendió como defendió a Céline. Al final, esa historia sugiere desde el principio que Smith tenía razón y yo estaba equivocado, y es de lo que trata el resto del libro; discutir porqué.   4.-Si pudieras entrevistar a Céline Dion ¿Cuál sería tu primera pregunta?   Lo que más me gustaría preguntarle es cómo maneja toda la negatividad y burla dirigida hacia ella, particularmente en los años 90, y qué pensó que lo provocaba. Intenté un par de veces hablar con ella, pero creo que su equipo la protege de cualquier cosa que sugiera algo negativo. (Precisamente por esas experiencias). También me gustaría preguntarle que caminos musicales seguiría si pudiera quitarse la presión comercial de su carrera.   5.- ¿Qué caso odiarías más: Tu vecino usando una playera de tu banda favorita sin saber nada de música, o tu vecino escuchando todo el día “Let’s talk about love” de Céline?   Asumiendo que puedo escuchar a través de las paredes, es terrible cada vez que un vecino escuche la misma música una y otra vez, no importa si es Céline o alguien que me guste. Ése sería el problema más grave. Creo que lo de la playera no me molestaría en lo absoluto. Ya no quiero ser el policía de los gustos de otras personas, ni siquiera de los míos. No es una buena forma de relacionarse con la estética.   6.- Si tuviéramos que cocinar al perfecto snob de la música ¿Cuáles serían los tres ingredientes principales que escogerías?   El perfecto snob de la música sería como un monstruo, un psicópata de la estética. Mis tres ingredientes serían: falta de empatía, una obsesión por ser cool y una buena memoria para trivias obscuras.   7.- Dicen que los millenials escuchan de todo, desde Kendrick Lamar a Westlife. ¿Todavía hay espacio para el odio hacia la música?   La gente definitivamente sigue odiando canciones, ya sea por sobre exposición, razones ideológicas u otras asociaciones, pero creo que hay menos de eso actualmente de lo que solía haber antes. Estamos en un estado poco inusual de apertura, lo cual me hace feliz. Por otro lado, creo que generalmente la música no significa tanto para la

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