En una ocasión, mi padre me mencionó unas cuantas líneas en relación del por qué las personas suelen cambiar y convertirse en el ser que son, de manera radical: “las personas no nacen malas, sino las estructuras, los discursos y la misma sociedad va formando al ser”, mi padre estaba citando al filósofo británico Bertrand Russell. Estas reflexiones me hicieron pensar en un personaje en especial: Michael Gira. El líder de la banda y multinstrumentista Michael Gira lanzó el pasado 25 de octubre, el último disco de Swans titulado Leaving meaning, un álbum colaborativo en el que participan un sinfín de artistas que han sido parte de la historia moderna de conjunto neoyorquino en algún momento. En esta placa también la alineación de la banda cambia radicalmente, lo que viene a marcar una nueva etapa de los cisnes como banda, una nueva identidad que se logra sentir en este nuevo escalón. El disco se divide en dos capítulos: el primero comienza con “Hums”, un prefacio angelical que prepara para la larga travesía, campanas que anuncian el trance en el que el escucha entrará, y la atmósfera que se formará alrededor de la repetición y la continua transformación. Como el título del álbum lo menciona “dejando el significado” enclaustra de manera perfecta lo que Gira trata de decir conforme avanza el disco; crea atmósferas solemnes que recuerdan fácilmente al trabajo anterior de la banda The Glowing Man, pero en esta ocasión pareciera que algo se rompió dentro del mismo cantautor: las ganas de colaborar se vuelven más presentes, la energía con la que se llena el disco pareciera una suerte de exponer ante un colectivo los demonios y los pensamientos más ambiguos de la humanidad, un momento estruendoso de introspección. Sunfucker (que ya se había presentado de manera rudimentaria en demos) es un ejemplo de la danza en la que se entrega Swans, un trance que recuerda a lo cantos de las tribus nativas americanas, acompañado de los cantos de las hermanas Von Hausswolff, crea una solemnidad que avanza y que se incorpora más tarde en “The Nub” que, acompañado del trío australiano The Necks, entra en un estado de sumisión que sirve como una bocanada de aire puro; el piano y las atmósferas acompañado de las vocales de Baby Dee embalsaman la energía que Swans adorna en este cuadro aún más contemplativo, sin dejar de lado la ira y el cólera en el que todo ser humano se abalanza ¿en ocasiones, como en “The Hanging Man”, una pieza cíclica que muestra que Gira no renuncia a su naturaleza; sino al contrario, la deja salir en cada segundo para que conforme avance cada movimiento ésta crezca y se transforme como el fuego ardiendo en una fogata. Aunque hay espacio para las atmósferas etéreas y la canción folclórica, como en “What is this?” o “It´s Coming It´s Real”, Gira muestra las vivencias que el ser humano atraviesa en la vida: el constante cambio, las energías fluctuantes, la retorcida realidad, la contemplación de las problemáticas y la resignación de nuestra propia naturaleza. un ejemplo claro de esto es el cierre del álbum con “My Phantom Limb”, en el que el caos se recrea de nuevo y es acompañado por patrones repetitivos que sobresalen en arreglos casi sacros bajo la voz monótona de Gira que recita como mantra pasajes tan abstractos como claros sobre la misma visión vital de su mundo. Michael Gira, en especial, y Swans son ejemplos de lo más arcaico del ser humano, la calma y la violencia, la pasividad y la arrogancia, la ambición y el desencanto por la vida. Gira en este disco forma un colectivo que ayuda a surcar dicha travesía en 12 tracks; un canto a lo que pareciera sagrado y, a la vez, a lo más mundano de nuestra existencia, una caminata por el mundo. Leaving Meaning es finalmente una celebración que no se detiene en el viaje a lo más recóndito del ser.