Todos sabemos que Kraftwerk tuvo un gran impacto en la música, pero no solamente en la electrónica, te llevamos por un oasis musical con los tributos que Señor Coconut y Balanescu Quartet, sacaron en su momento, uno con ritmos latinoamericanos y otro con tendencias orquestales de cuerdas que abraza la música clásica.
Señor Coconut – El Baile Alemán
Uwe Schmidt, también conocido como el Señor Coconut, convirtió en una obra maestra su disco El Baile Alemán, en donde disfrutamos de la música de los robots pero en versiones desde merengue, hasta el famoso cha cha cha. El resultado final de las versiones es realmente sorprendente y con un cierto sentido del humor impecable, una gran característica del disco, es que, aunque no estés muy apegado a estos sonidos, simplemente los disfrutarás. ¿Otro punto excepcional? Claro, su magia también radica en que no se enfoca en un disco en específico, si no en varias canciones de toda la discografía, desde Autobahn hasta Tour de France.
La escucha constante de principio a fin de este tributo, desafiará el temple propio y el de cualquier entusiasta musical más allegado que conozcas, es realmente brillante, increíblemente sexy y con una picardía absoluta. Kraftwerk para Latinoamérica. Uwe Schmidt, genio.
Balanescu Quartet – Possessed
Balanescu Quartet dando cátedra en lo que es quizá uno de sus trabajos más pulcros que grabaron, acercándose a la música de kronos a través de sus cuerdas.
Desde que el disco inicia con “Robots”, uno puede sentir ese extraño pero satisfactorio palpitar de que algo especial está a punto de suceder, desarrollarse, y quedarse en nosotros permanentemente, se trata de una orquestación perfectamente sincronizada como solo Kraftwerk se merece y como siempre fueron e inspiraron, a través de esa perfección y arquitectura musical.
Tan hermoso y tan clásico, un tributo en donde todas las transcripciones funcionan sutilmente en todos los niveles. Cabe aclarar que no es un disco en su totalidad dedicado a Kraftwerk, también incluye tres canciones originales de la autoría de Balanescu Quartet y cierra con una dedicatoria a David Byrne y su composición a “Hanging Upside Down”. Impecable todo.