En octubre de 1985 se estrenó el ahora clásico disco homónimo de Kortatu. El álbum que también es conocido como Aizkolari, anuncia diversos elementos del momento coyuntural que atravesó la escena musical en España y, en particular, del País Vasco y alrededores.
Los símbolos se dejan entrever desde la portada. Esta consta de la fotografía de un ‘aizkolari’, un deportista que practica un juego prominentemente vasco. Básicamente, su competencia consiste en cortar troncos con un hacha y es uno de los deportes rurales vascos más famosos por su singularidad.
Este primer elemento es una ligera insinuación, voluntaria o no, de todo el trasfondo identitario, cultural, político y social en el que Kortatu se adentró. Pero, ¿por qué un aizkolari nos diría tanto de aquel momento clave en el que Kortatu se gestó?
“Mañana sol y buen tiempo”: La Transición y los años 80
Kortatu nació en los años donde algunos de los efectos de La Transición española ya podían hacerse visibles. España se trasladaba del fin del franquismo a la restauración de la democracia. En 1975, Francisco Franco murió y puso fin a sus casi 40 años de dictadura, con lo que llegaron cambios políticos y económicos, por supuesto, pero también sociales y culturales.
En los años posteriores al fin del franquismo, la juventud española experimentó una época de libertad y diversidad cultural, lo cual se hizo más visible durante los años 80. Las escenas artísticas obtuvieron, durante esa época en particular, mezcolanzas interesantes con influencias de diferentes partes del mundo.
La música y el arte en general tuvieron un alcance significativo en diferentes puntos de España, bajo una estética alternativa y contracultural que retrató la libertad y las ideas revolucionarias de las nuevas juventudes. Escenas como la Movida Madrileña o la Movida Gallega, fueron algunas de las más populares que marcarían la historia de la música hispanohablante.
De estas ‘movidas’, musicalmente alcanzaron el éxito bandas como Alaska y Dinarama (antes con Los Pegamoides), Radio Futura y Parálisis Permanente. La influencia de sonidos provenientes de la New wave y el post punk hicieron de estas agrupaciones una bocanada de aire fresco para las nuevas generaciones, bajo un resplandor hedonista, relajado y divertido dentro de los últimos años 70 y la década de los 80.
Mientras tanto, en el norte de España el ambiente se caracterizó especialmente por la movilización social, la violencia, la crisis económica y altas tasas de paro. Ahí nació una escena con un ángulo diferente; se distinguió de sus contemporáneos por, sobre todo, un preeminente contenido político.
“En este contexto, otro de los aspectos que indicaba que las cosas estaban cambiando fue la extensión de diversos estilos musicales entre los jóvenes vascos que aparecen unidos no sólo a estéticas específicas sino en algunos casos a estilos de vida bien diferenciados. Entre ellos, fue el punk uno de los nuevos movimientos musicales más destacados en el País Vasco durante los años ochenta”. (1)
En El País Vasco, una de las zonas especialmente afectadas socialmente durante La Transición, se formó una particular escena musical y cultural que después sería denominada como Rock Radikal Vasco.
“Sabotaje, Rebelión, desobediencia, agitación”: Rock Radikal Vasco
El Rock Radikal Vasco (RRV) fue una escena musical y cultural que tuvo lugar alrededor de los años 80 en el País Vasco y en Navarra. Se definió por ser, en un principio, de gestión independiente, desarrollarse en el underground, incorporar diversos sonidos jóvenes y contraculturales de alrededor del mundo (principalmente el punk), así como por su estrecha relación con la política o la aversión a la misma.
Entre las bandas más representativas de este movimiento se encuentran algunos nombres conocidos como Eskorbuto, Cicatriz, Barricada, Hertzainak, La Polla Records y Vulpes. Al igual que en otros lugares de España, La Transición significó en Euskadi una ruptura de las viejas tradiciones que marcaron la llegada de las nuevas generaciones, con sus posturas ideológicas y políticas extensas. Esto se notó en la música, pero dentro del RRV tuvo un impacto singular.
Aunque el RRV se dirigió por una actitud punk de rechazo a las instituciones, tradiciones dogmáticas y el impulso por revolucionar su realidad, musicalmente no todas las bandas adoptaron el punk como su único estilo. Sobre todo, esta escena se distinguió por portar una diversidad de sonidos dentro del mismo concepto.
(…) Más que copiar un estilo punk muy marcado, recogían esa actitud característica de los grupos de este estilo más clásicos de juntarse y con los instrumentos a su alcance, sin una formación musical previa en muchos casos, componer sus canciones para expresar sus emociones e inquietudes sociales, políticas, etc. ante un público ávido de la experiencia colectiva de los conciertos. (…) Esa denominación se debía a que era «un rock muy fuerte, era radical y vasco»” (2)
Al mismo tiempo, el Rock Radikal Vasco representó una ruptura con la tradición. Si bien, este estilo fue heredero de los cantautores vascos antifranquistas, quienes en los años 60 y 70 fueron portavoces de un ala fuertemente politizada, los sonidos cambiaron notablemente y se extendieron en el RRV.
Esta nueva escena incorporó elementos frescos como el punk, el ska, el oi!, el hardcore y el heavy metal, estilos que ya tenían auge en otras partes del mundo, principalmente el Reino Unido. Fue mediante mediante viajes, material importado, fanzines y radios libres, que varios jóvenes de la época tuvieron acceso a los nuevos sonidos de primera mano.
“And we were fighting also in persecution”: Kortatu
Fue en este contexto en el que nació Kortatu. Fundado por los hermanos Iñigo y Fermín Muguruza, a quienes después se unió Treku Armendariz, Kortatu formó parte de un RRV que incorporó mucho más los sonidos jamaiquinos y el punk, tal y como habían hecho, años atrás, bandas como The Specials y The Clash en el Reino Unido.
Pero la principal particularidad de Kortatu fue la participación política que tuvo durante su trayectoria; tanto en conciertos como en sus propias letras. Estas últimas, altamente politizadas, donde con ironía, sátira y protesta hablaron de temas coyunturales de carácter mundial y nacional.
La postura política de su líder, el sociólogo y pedagogo Fermín Muguruza, fueron expuestas en la música de Kortatu, quien se declaró abiertamente a favor de la izquierda abertzale. Además, el grupo dejó en evidencia cierta afinidad con el grupo terrorista Euskadi Ta Askatasuna (ETA), lo cual tuvo algunas polémicas posteriores.
En 1985 nació su primer LP homónimo: Kortatu, también conocido como Aizkolari. El sonido convirtió a este álbum en uno de los clásicos del RRV y lo diferenció por su énfasis en los sonidos jamaiquinos. Además, pese a que no fue el único, ni el primero, al álbum también le dotó de identidad el incorporar varios temas con letras en euskera.
“Zuretzat, kalean gertatzen dena: beti besteen arazoak dira”: Posición política
Durante la segunda mitad del siglo XX, el País Vasco tuvo la particularidad de constantemente enfrentar conflictos sociales, los cuales aludieron principalmente a la defensa de la unificación e independencia del pueblo vasco, durante y aún después de la dictadura. Los grupos nacionalistas vascos se enfrentaron constantemente al régimen franquista, en el que el euskera, lengua originaria del País Vasco y Navarra, fue minorizada, prohibida y acechada durante algunos periodos.
Pero sobre todo, más que un apoyo al nacionalismo vasco, la incorporación de letras en euskera en las canciones de varios grupos de RRV significó una reivindicación de los valores de la juventud, de su participación política y de su lugar en la región.
“Se trató, por tanto, de una operación simbólica en la que el euskera pasó a estar asociado con la modernidad por ser contracultural, transgresivo y rompedor con la tradicional cultura española. (…) El rock vasco cantado en euskera y con letras políticas se convirtió en un reflejo importante de la identidad juvenil vasca moderna”. (3)
Pero Kortatu llevó esta reivindicación más allá; los efectos de la transición le permitieron hablar de temas polémicos con una fuerza que alcanzó a toda una generación, con ritmos agitados. Así, en el Aizkolari resaltan historias de presos políticos (Sarri Sarri), sátira al poder (Don Vito y La Revuelta en el Frenopático), críticas a las instituciones (La Cultura), conflictos internacionales (Nicaragua Sandinista y Desmond Tutu), la Guardia Civil y los grupos parapoliciales vascos (Hernani 15/6/84); tanto en español como en euskera.
La novedad de su sonido fresco, divertido, explosivo y enérgico convirtió al Aizkolari en uno de los álbumes más significativos de la música alternativa del País Vasco y España. Resaltan fuertemente el ska y otros sonidos jamaiquinos en temas como: El último Ska, Tolosa, Inauteriak y Jimmy Jazz (adaptación eufórica del tema originario de The Clash).
Asimismo, el álbum no pierde su eje del punk más tradicional, como se escucha en Mierda de Ciudad (añadida en una segunda edición el álbum, junto a El Último Ska), Tatuado, Sospechosos, Mr Snoid entre sus amigos los humanos, o la combinación de sonidos en La familia Iskariote. Pero también se observa un prominente hardcore en temas como Zu Atrapatu Arte y Hernani 15/6/84.
Todos los sonidos están presentes en diferentes combinaciones y matices del álbum, una de las grandes razones por las que es hoy un clásico de éxito internacional. Sin embargo, algunos de sus temas resultaron polémicos por sus referencias a conflictos políticos sensibles.
“Buena recompensa por un etarra muerto”: Conflicto vasco y la música de Kortatu
Entre los años 70 y 80, se fortalecieron los grupos de extrema izquierda y nacionalistas vascos. Se intensificaron grupos terroristas nacidos décadas atrás, principalmente el Euskadi Ta Askatasuna (ETA), quien fue confrontado por -entre otros- los parapoliciales GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación) y acentuaron la lucha violenta contra el terrorismo, conocida generalmente como Conflicto vasco.
Principalmente, Kortatu fue señalado por sus constantes referencias a grupos terroristas o al conflicto vasco. El tema Sarri Sarri es una brillante adaptación del clásico jamaiquino Chatty Chatty de Toots & The Maytals. Pero su letra en euskera es casi una epopeya que fue señalada como apología al terrorismo, al contar la historia de los presos “Piti” y “Sarri”, miembros del ETA que lograron huir de la prisión de Martutene al esconderse en los altavoces de un concierto.
La canción fue calificada de proetarra y la polémica persiguió a Fermín Muguruza durante su trayectoria, aún en años recientes. “Se especuló con que Kortatu y Barricada hubiesen estado implicados en la rocambolesca fuga, pero tal y como recuerda Anje Ribera en su blog Música Callada, el propio Fermín explicó tiempo después que todo aquello se estaba preparando desde tiempo atrás y que poco tuvieron que ver”. (4)
Aunado a esto, Kortatu criticó abiertamente a la Guardia Civil y las fuerzas parapoliciales que persiguieron y asesinaron, durante varios años, a militantes políticos, muchos de ellos miembros de ETA.
“Sombras verdes acechaban. Ahora lo recuerdo, asesinos a sueldo, buena recompensa por un etarra muerto”, se escucha en la canción Hernani 15/6/84, en conmemoración de uno de aquellos ataques.
Durante esos años, también tuvo lugar el Zona Especial Norte (ZEN). Este fue un plan diseñado por el entonces ministro de Interior de España, José Barrionuevo, con el objetivo de combatir el terrorismo de ETA, lo que ocasionó conflictos violentos a los que Kortatu se opuso. Así, se puede encontrar también la letra con tono irónico que incluye un acróstico de ZEN, mediante la canción Sospechosos:
“Barrionuevo y su plan
Zona
Especial
Nos trae por fin la seguridad”.
Para los años 80, las posiciones políticas estaban diversificadas y en las líneas más jóvenes de la izquierda abertzale hubo apoyo a diversos grupos del RRV, y viceversa. Los conciertos fungieron como un elemento clave en donde coexistieron música, euforia y política.
“Sus canciones y actitud fueron, por tanto, el reflejo en clave musical de la cultura radical y de violencia presente en la sociedad vasca durante los años 80 y 90. De este modo, hubo (…) actuaciones de Kortatu en las que el público gritó a viva voz «Gora Euskadi Askatuta, Gora ETA militarra»** a la par que bailaba el «Sarri, sarri»” (4)
** Traducido al español como: “Viva Euskadi libre, viva ETA militar”.
“En tu tierra te llaman La Revolución”: El camino de una leyenda
De esta manera, el Aizkolari de Kortatu se convirtió en un pilar del RRV, como advenimiento de una serie de controversias, conflictos, evolución musical y cultural en el País Vasco. Más tarde llegarían El estado de las cosas (1986) y Kolpez Kolpe (1988), en donde Kortatu pulió aún más la línea musical e ideológica que presentó en su álbum homónimo.
En Kolpez Kolpe, él tercer y último álbum de estudio de Kortatu, la banda perfeccionó su euskera y todas las canciones fueron añadidas en esa lengua. Esto fue un preámbulo claro para el futuro: Negu Gorriak. Este fue el proyecto aún más politizado, controvertido y musicalmente alternativo, que los hermanos Muguruza construyeron luego de la disolución de Kortatu y que musicalizaría una nueva época durante los años 90.
En los años posteriores, los hermanos Muguruza y compañía se dedicaron a múltiples proyectos individuales, dejaron álbumes recopilatorios, de estudio, en vivo, trabajo cinematográfico y literario. En 2019, el bajista Iñigo Muguruza falleció a causa de esclerosis múltiple, dando fin a una época y dejando un legado impecable con su trayectoria.
El trabajo de Iñigo y compañía es recordado por los fans y colegas como pieza fundamental de todo lo que comenzó en los ahora lejanos años 80, plasmados en aquél Aizkolari, quien cumplió 36 años este octubre de 2021.
Y quién lo diría, 36 años: El homónimo de Kortatu cumplió la misma cantidad de tiempo que el franquismo. La diferencia es sustancial: Durante todos estos años, Kortatu se convirtió en un héroe revolucionario de Euskadi que “Mandó a tomar por culo todo un cuartel”, cual Jimmy Jazz.
Referencias:
(1) Delgado, Ander y Etxezarreta, Ekaitz. De los cantautores al Rock Radical: Una aproximación a la música popular y juventud en la vida política del País Vasco (1960-1990). En Historia Contemporánea no. 57, Universidad del País Vasco, 2018: p. 393.
(2) Ibid. p. 394.
(3) Mota, David. He visto las calles ardiendo otra vez. La estabilización de la escena músico-política en el País Vasco durante la década de 1990. Del caso de Eskorbuto al de Negu Gorriak. En Historia Contemporánea no. 57, Universidad del País Vasco, 2018: p. 419.
(4) Casañas, Jesús. Kortatu, treinta y cinco años de su primer disco. Mondo Sonoro, 02-11-2020. Disponible en: https://www.mondosonoro.com/blog-musica/kortatu/
(5) Mota, David. Op. cit, p.417.