Esta artista visual regiomontana, amante de la cultura drag y la moda, descubrió, muy joven, su amor por el rock y la fotografía musical, actividad que actualmente combina con su trabajo como ilustradora, diseñadora gráfica y docente. No sabes cuándo, cómo ni dónde te va a llegar, pero cuando el rock se hace presente en tu vida y te atraviesa, no hay vuelta atrás. Esto fue precisamente lo que le pasó a Leyda Luz, artista visual a quien a los 10 años de edad la música de Queen, Rolling Stones y Kiss le dieron la bienvenida a un mundo hasta ese momento desconocido y del que no tiene la menor intención de salir. Con una década como fotógrafa musical Leyda ha cubierto festivales y conciertos, tanto en Nuevo León como en la Ciudad de México y Estados Unidos, profesión que no estaba en sus planes ejercer y que hoy la ha puesto frente a artistas de talla mundial a quienes ha inmortalizado a través de su lente. Platicamos con ella sobre qué la puso en el camino del rock, sus primeros trabajos con la lente, cómo se convirtió en fotógrafa oficial de Apocalyptica durante su visita a la CDMX en 2019 y cómo fue ver uno de sus diseños sobre la portada de un CD al interior de un Mixup. ¿Cómo nace tu amor por el rock y la fotografía? Siempre digo que me enamoré de la música por los ojos. A mí lo que me encanta y lo que me obsesiona todos los días son las imágenes de músicos, verlas, hacerlas, diario pienso en eso, un gusto que viene de mi infancia. Cuando era niña había mucha música en mi casa, desde las canciones de señora hasta rock clásico. Para ayudarle a mi mamá me encargaba de acomodar los discos y me gustaba mucho ver sus portadas. Como a los 10 años, tal vez, encontré unos álbumes de mi papá con recortes de fotos de músicos que sacaba de revistas que compraba en Estados Unidos. Hacía collages con ellas, sobre todo de Rolling Stones. Cuando vi esas imágenes pegadas por primera vez, muchas ya de color amarillo por el paso de los años, me hicieron querer viajar en el tiempo para poder ver a todas esas bandas y vivir lo que mi papá vivió. Fue una inspiración muy grande. A los 12 o 13 años, el dinero que me daban mis papás para el lounh lo usaba para comprar revistas de música como la Switch y la Mosca, y también CD’s y era padrísimo mirar las fotos de los grupos. Y ya más grande, como a los 16, pude ver a los Rolling Stones en vivo. Después de escucharlos gracias a los casetes de mi papá y tras haber ido a ese concierto me dije “quiero que de esto se trate mi vida”. Así que mi gusto por la foto musical nació con todo esto. ¿En qué momento ese gusto por la foto se volvió algo serio y lo llevaste hacia lo profesional? Estudié Diseño Gráfico en la Facultad de Artes Visuales en la Universidad Autónoma de Nuevo León, y aunque todos los años el plan de estudios cambia en ciertas materias, siempre había fotografía. En segundo semestre aprendí a usar cámara análoga, aunque no era mi tirada tomar la asignatura otra vez. Ya en séptimo semestre, al no abrirse la materia de Filosofía, tuve que volver a cursar foto. Y aunque al inicio no me atraía mucho, un profesor me hizo darme cuenta que la cámara era otra herramienta del diseño para hacer imágenes, así que empecé a agarrarle el gusto. En ese mismo periodo comencé a buscar dónde hacer mis prácticas profesionales y me enteré que en EXA Radio estaban solicitando un diseñador, así que apliqué, conseguí una entrevista y me aceptaron. En una de mis idas a la estación, literal estaba engrapando mi tarea de fotografía y la chica que me contrató me dijo que le gustaban mis fotos y que se las enseñaría a Raúl Coca, quien en aquel entonces era el gerente de EXA Monterrey. Las vio y me pidió que tomara las fotos en los eventos de la estación. Podría decir que fui privilegiada porque mis primeros trabajos profesionales fueron en la Arena Monterrey, con la mejor iluminación, fotografiando a Belinda, Enrique Iglesias y otros artistas pop, pero no era fan de ellos, solo iba a hacer mi trabajo y quería que vieran podía hacer un buen trabajo. Mientras contestaba teléfonos y ayudaba en la programación de rolas en un espacio de rock de la estación, buscaba cubrir conciertos de artistas que me gustaban. Pero luego de un tiempo renuncié porque quería seguir aprendiendo en otros lugares. Al salir de ahí trabajé en la agencia de diseño Tridente Brand Firm que, curiosamente, lleva varios proyectos de Tecate Pal’Norte, lo que me ha permitido participar en el festival desde su primera edición. Haber trabajado en EXA me dejó muchos contactos, por lo que empecé a pedir acreditaciones para algunos conciertos y así pude publicar mis fotos en varios medios como Marvin, Vice, en una revista local que se llama Vinil TV y otros. Y luego de un tiempo me encargaron una sesión de fotos de estudio para Jumbo, imágenes que un año después salieron en Rolling Stone México y yo fascinada a mis 23 años. Por esto digo que la foto me eligió porque no era mi meta ser fotógrafa. ¿Quiénes son tus influencias fotográficas? Mi primera influencia fue Fernando Aceves, un buen amigo que hasta la fecha sigue siendo una inspiración para mí. Desde muy chica veía sus fotos y ubiqué su nombre de inmediato. Del lado de las mujeres otra influencia es Toni Francois. En el momento en que conocí su trabajo ella era la única mujer haciendo fotografía de conciertos. Si nos vamos a lo internacional, Alberto García-Alix, fotógrafo español, es otra gran artista que me inspira. Pero sin duda mi fotógrafo musical favorito es Mick Rock, a quien pude