Depósitio Sonoro

El proyecto peruano Fractal reeditó su cassette después de 25 años

  • Fractal reedita las cintas de 1998 con bonus tracks y remasterizaciones

La cara B de la escena alternativa de Lima de los 90 presentaba sonidos fuera del radar como shoegaze, post-rock, drone y más. FRACTAL fue uno de los proyectos orientados a estas coordenadas, miembro del colectivo Crisálida Sónica junto a Catervas, Espira, Hipnoascensión y otros.

 

Fractal, dúo conformado por Wilder Gonzales (ex-Avalonia) y Wilmer Ruiz (Catervas, Resplandor) quienes en vida lanzaron el split “Alutru(bla)3” con Evamuss aka Christian Galarreta/Sajjra y finalmente publicaron lo que fue su deslumbrante demo el 3 de diciembre de 1998.

 

Fractal no es un álbum para todos, sino para mentes abiertas. Desde el principio envuelve en una atmósfera tan oscura y psicodélica como el oído humano puede soportar, convirtiéndose poco a poco en un festín de sonidos exquisitos que superan todos los parámetros establecidos. Desde shoegaze, electrónica experimental, a noise y neo-psicodelia, acompañado de sonidos espectrales y repetitivos derretidos en un hechizo que puede hacer que despegues del planeta.

El primero de Fractal, es un disco de suma importancia para la vanguardia de la música peruana, una joya infravalorada que ha pasado casi desapercibida debido a su caracter ultra underground, lo subte de lo subte.

Balance Atmosférico Adicional: esta versión es en realidad un diamante puro en términos de todos los sonidos refinados que sientan un antes y después en  la escena peruana. Muy recomendable y por eso fue que lo piratearon tanto. La reedición incluye 2 bonus tracks en formato digital y dos bonus tracks diferentes para la versión física. Producido por Jaime Alfaro y Luis Espinoza de Muki Records. Jorge González (Ensemble) remasterizó el demo tape de esta edición para celebrar su 25 aniversario en formato CD trigipack.

 

COMENTARIOS INCLUÍDOS EN EL BOOKLET DEL CD A CARGO DE DAVID STUBBS

Publicado originalmente en 1998, Fractal parece una reliquia reluciente de la era anterior a que Internet envolviera completamente el mundo. Las músicas que informan este álbum -la electrónica outsider de Conrad Schnitzler, el experimentalismo de caja negra de Faust, la energía dadaísta impulsada por el bajo de Cabaret Voltaire, el jazz cósmico de Sun Ra- habrían tenido que viajar físicamente a través de océanos, continentes, para llegar a Perú, donde son procesadas, filtradas, referenciadas y reinterpretadas para dar como resultado una obra con una originalidad, un carácter propio.

Con sus zumbidos, sus cálidos drones analógicos, su resplandor radiactivo, sus cambios de color y forma, sus palpitantes rayos láser, Fractal puede parecer a veces un laboratorio sonoro sin personal, que genera misteriosamente sus propias composiciones a altas horas de la noche. Pero el murmullo ocasional de una voz en una mezcla te recuerda que hay seres humanos al acecho en la maquinaria, determinando discretamente su curso.

 

Esta electrónica exquisitamente maltratada, a veces sin remordimientos, a veces dada a vuelos de agitación, de exploración, ilustra que de la repetición puede surgir una gran variación, ya que los bloques monolíticos de ruido desprenden chispas, que vuelan, se reproducen y cobran vida y tangentes propias. Fractal es un festín eléctrico para la imaginación.

 

– David Stubbs

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