Texto por: Daniel Lazarini
Gran parte de las tradiciones oscuras de la música radical mexicana están fincadas en las investigaciones realizadas por la unidad espectral conocida como Oxomaxoma, una constante invitación a lo invisible, a la interzona, al más allá. El próximo 23 de agosto del 2024 se celebran 45 años de manifestaciones de esta agrupación invaluable para las tradiciones experimentales locales, el lugar será la Fonoteca Nacional, donde se llevará a cabo una conferencia con los miembros fundadores y con artistas que han pertenecido a esta experiencia a través de las distintas mutaciones, así como periodistas y otrxs expertxs en la fenomenología de Oxomaxoma, también ofrecerán una serie de improvisaciones para la ocasión con la participación de José Álvarez, Arturo Romo, Rolando Chía, Armando Velasco, Luis Bishop, Rabbit Doll y Sarmen Almond. En el siguiente texto voy intentar sumergirme en la formidable trayectoria de uno de los proyectos mexicanos más oscuros, invertebrados y mutantes de las últimas cinco décadas.
Desde sus inicios la energía plutoniana desarticulada se desplazó entre atmósferas y rituales que liberaron mensajes ocultos en los objetos, decodificación aural que manifiesta secretos subsónicos.
El origen de la molécula atonal fue 1976 con Hilozoizmo, un proyecto donde Arturo Romo, Víctor Rodríguez y Miguel Becerra realizaban música aleatoria, se encontraban deslumbrados por la corriente filosófica “hilozoísmo”, la cual asegura la existencia del “anima” en la materia, la naturaleza y los objetos. El trío había realizado avances notables en la investigación de psicofonías, concepto que se refiere a la aparición de registros de origen desconocido en grabaciones de audio.
En 1978 Romo conoce a José Álvarez en el colegio de Bachilleres, donde el primero estudiaba y el segundo trabajaba, sus gustos musicales y expectativas sonoras eran muy compatibles, la conversación sensorial entre ambas entidades bioacústicas se implementó en un discurso metafísico que sostuvieron en 1979 durante su primera grabación que se conoce como la etapa Álvarez-Romo, material en cassette que llega a la revista Eurock con base en Portland y dirigida por el periodista Archie Patterson, gracias al contacto que ya había establecido Carlos Alvarado con su proyecto Vía Láctea, Alvarado envío y recomendó una variedad de proyectos; Hilozoizmo, Álvarez / Romo, Oxomaxoma, Decibel entre otras propuestas oscuroníricas que se estaban escuchando en el México subterráneo de la segunda mitad de los setenta. De este CST se reeditó un fragmento en 2016 en formato vinyl, para el box set “Mexican Cassette Culture Recordings 77 – 82” del sello alemán Vinyl on Demand, posteriormente en 2019 el material aparece completo en una edición en cassette extraída de la exquisita caja de madera “Fanfarrias y Bostezos” editada por el sello mexicano Ruido Horrible que contiene cinco producciones clave realizadas en tape entre 1979 y 1997.
Después de que Romo mostró las grabaciones con José a los demás integrantes de Hilozoizmo, lo propuso como miembro, el ahora cuarteto continúa sus exploraciones donde la voz y la onomatopeya gutural de José Álvarez ofrecen nuevas narrativas.
Oxomatización; “Marcha a lo absurdo y grotesco”
La presencia del formato de cinta magnética conocido como cassette permite registrar audio de forma casera a un costo medianamente razonable, fue revelador entenderlo como un formato “accesible” que ofrece inmediatez y portabilidad además de la experiencia de reproducir y reconocerse en el espejo sonoro, un proceso clave en el ritual para diseñar y moldear la amalgama de elementos que subsisten en una atmósfera de invocación. Estas cintas DIY ultra limitadas distribuidas principalmente en Estados Unidos, Europa, y algunas pocas (casi nada) en México se agotaron rápidamente, por suerte Patterson también tenía un programa de radio en KINK FM donde expandía el alcance de su revista, compartiendo extravagancias sonoras de todo el mundo.
Hay distintas teorías que la prensa ha desarrollado a través de los años sobre los orígenes del nombre, hay quienes afirman que proviene del disco “Aoxomoxoa” (1969) tercer álbum de estudio de la banda psicodélica Grateful Dead, se trata de un palíndromo utilizado como mantra para entrar a la sala de edición de la película de la realidad. Otrxs especialistas aseguran que está tomado de las tradiciones y creencias Mexicas, directamente de “Oxomoco” señora de la noche, personificación del tiempo. También existen algunas investigaciones que sugieren que proviene del recurso retórico del “oxímoron”, en el cual una frase contiene dos conceptos que se contradicen, generando un tercer significado. Los orígenes son misteriosos y confusos tal como lo es el sonido de Oxomaxoma, sin embargo la versión oficial nos dice que una noche de 1980 Álvarez se encontraba descansando, ingresando a la fase inicial de sueño que aún permite percibir la realidad, la transición va diluyendo el aquí y allá, un estado al que define como duermevela, cuando escuchó una voz que le decía al oído la palabra Oxomaxoma.
Para este momento Hilozoizmo coexistía con Oxomaxoma, los integrantes eran los mismos en ambas caras de la moneda, hasta que decidieron hacer la transición total del nombre que definían como la búsqueda de un significado perdido, con una fuerte carga de humor negro, abrazando la cultura bizarra se trataba de forajidos sónicos, invocadores espectrales fuera del canon del blues o el rock, tal como se demuestra en su primera grabación bajo el nombre de Oxomaxoma; “UAM Azcapotzalco” (1981) cinta que también fue distribuida y comisionada por Eurock Magazine y más tarde reeditad en 2020 dentro del box set “Designios” donde la grabación aparece completa en CD-R, lanzado por el sello mexicano “El Otro Rock” del periodista y escritor David Cortés, un dedicado rescate que reúne lo más significativo de los rituales perpetrados en vivo entre 1981 y 1995.
Con una alineación fáustica que comparten los materiales en vivo del 81 “UAM Azcapotzalco” y “ENEP Acatlán” se traduce como la invitación a cazar una sombra, un destello, el impulso de la imaginación que estimula el movimiento inverso; José Álvarez, voz y susurros Arturo Meza, piano y voz Arturo Romo, tetragramatón y yeloguerlizet Miguel Pérez, percusiones y voz Víctor Rodríguez, detrefram 1927 y voces Desde Hilozoizmo habían cultivado el hábito de dar vida a los instrumentos, de bautizarlos, de otorgarles un lugar en la des-composición, apelar a la memoria emocional de los objetos, lo que ocasiona que se asomen las manifestaciones en su verdadera forma sónica.
Instrumentos como el mezafono o yeloguerlizet, creado por el poeta subversivo Arturo Meza y tocado años por Arturo Romo, se trataba de una mesa pequeña tipo neceser con un compartimiento que al abrirlo tenía un resorte, a los lados en las patas contaba con parrillas de refrigerador y en medio de ellas otros dos resortes, Meza y Romo en ocasiones se untaban brea en las manos para potencializar el sonido que podían obtener de los resortes, regularmente se utilizaba de forma percusiva, las posibilidades del muestreo de resonancia en aquel invento ofrecían una atmósfera muy particular.
Otro de los artefactos/ instrumentos clave en Oxomaxoma es el trombatrón, pieza recuperada por Romo del Antiguo Colegio de Medicina, se trata de un modulador de energía que estuvo años empotrado a una pared, se usaba para suministrar el control de voltaje del cinematógrafo, una resistencia eléctrica de principios de siglos XX equipada con una variedad de resortes con posibilidades de invocación y transición de tonos, un instrumento etéreo de percusión.
Uno de los desarrollos más interesantes y avanzados era el detrefram 1927, una vinculación de dispositivos, la comunicación o interferencia generada por un televisor analógico el cual se colocaba junto a un radio de onda que se sintonizaba en las últimas frecuencias del espectro, ocasionando el inaudito y misteriosos sonido que el electromagnetismo puede ofrecer, la onda corta invadiendo la onda larga a través del ruido blanco.
Para este instante nos encontramos con una de las etapas más crípticas y reveladoras, una asombroso balance en el arte de la contradicción, José Álvarez con su lenguaje propio, su manera de no cantar, estimulación de inquietudes oníricas que llevan al límite sus emociones, algunos aseguran que no dice nada, que simplemente utiliza el ritmo, por el contrario, nos encontramos frente a un profanador de lenguas muertas, de voces prohibidas, de oraciones dedicadas a deidades de otros mares, de otros mundos. “Naufragios y Demoliciones” de 1988 registrado en directo en Casa del Lago (también incluido en la caja “Designios” antes mencionada) es otra muestra excelsa del lenguaje de los objetos, una expresión primitiva e hipnótica que se comunica con las fuerzas de la naturaleza, hay detalles en esta grabación que se ocultan a la primera percepción, un material que al exponerse constantemente induce al abandono corporal, un acto de fe que proviene de la escucha.
“En el nombre sea de Dios” soltado en la primavera negra de 1990 concebido como el primer álbum ya que los previos se trataban de registros e invocaciones, para esta entrega se deja sentir el dominio absoluto de las habilidades invertebradas capaces de tomar cualquier forma, expandirse o implotar a voluntad propia, fue lanzado por el sello de culto “Gente de México” label fundada por Arturo Meza, contiene grabaciones caseras, de estudio y en vivo, que van de 1982 a 1989, la conceptualización del material ejerce un magnetismo siniestro con la participación de los cuatro miembros originales sumando aportaciones de Juan Wolfgang Cruz y A. Meza, la selección de las piezas y el correcto proceso de mezcla y master ofreció un producto sólido incapaz de dejar indiferente a cualquier persona que se someta a sus frecuencias. En él encontramos piezas clásicas y ya inmortales, por mencionar algunas; “Deja de Chingar Pendeja” con su extravagante humor y cinismo que emana influencia directa de los primeros discos de The Residents, registrada en 1980, comienza regurgitando y aclarándose la garganta, una fluido que se transforma en crooner, por otro lado la legendaria “Unicornio 13” enigmática, posesiva cargada de misterio, grabada en vivo en ECO TV, el sistema de cable en México por allá de 1988 sin olvidarnos de “La Conjuración De Los Cuatro Arcángeles” una de las piezas más oscuras y perturbadoras de su discografía, una plegaria diluida en sonido. Ese mismo 1990 se registra el concierto del 19 de abril en el “Museo de Arte Moderno” para el cierre de la exposición de Alejandro Montoya alojado en la cara “A” de la cinta, mientras que el lado “B” contiene el registro del 2 de marzo de 1991, en la “Escuela Nacional de Música” durante el festival “Expresiones Sonoras Imaginativas”. El material ve la luz en 1994 a través del sello italiano NeuroHabitat manejado por Simon Balestrazzi, el cassette se introduce en un case de plástico negro similar al del VHS, el arte de la portada tenso y violento es producto de los dibujos siniestros de Montoya, dan la sensación de aproximarse cuando los miras fijamente, obras que palpitan cuando la cinta suena. “Live At Mam” fue reeditado por “El Otro Rock” dentro del box set “Designios” ya mencionado antes.
1992; Bienvenido al vortex…
“Un difunto lleno de vida” nueva mutación, sus influencias más personales aparecen, flashbacks de Faust, Magma, y CAN son usados para rellenar el cadáver de Maximiliano de Habsburgo, en este delicioso power opposition trio conformado por Víctor Méndez (guitarras), Álvarez (voz), y Romo (teclado y percusión), fonemas y significantes que abrazan el espacio, sus temas continúan con esa fuerza hipnotizante y minimalista, hechizo multilayering, cambio de hábito encriptado y pagano que siempre los ha caracterizado, por ejemplo la notable “Extraños En la Noche”, compuesta por un croata, adaptada por un alemán para ser cantada por ítaloamericanos y re-interpretada por mexicanos, asimilada y procesada, interpretación sensorial de un clásico melancólico llevado al otro mundo a través de la profundidad de la noche… Editado para Opción Sónica en cinta y años más tarde —en 2012— lanzada por los mismos Oxomaxoma en el box set de 4 CD-Rs “Obras Completas”. Contiene participaciones de Blu (saxofón), y Rubén Moreno (bajo), fue realizado bajo la supervisión y producción de Armando Velasco, artista que orquestó la compilación de culto “Los Valses de Al Ejandra” editada en vinyl en 1988, material que también incluye a Oxomaxoma, Rolando Chía y Arturo Meza, entre otras propuestas experimentales de distintos puntos del mundo.
El poder y la fuerza de la naturaleza…
“Las pesadillas de Eustaquio Rahan” (1994) sin duda uno de sus puntos más altos, el entendimiento entre Álvarez/Romo ha llegado a conversaciones insospechadas, su entendimiento ha evolucionado en mecanismos autómatas, así como el flujo natural de la sangre, o el bombeo del corazón, una exhalación casi involuntaria que renderiza todo lo que nos rodea, el disco se acciona con Arturo y José que se encuentran solos para averiguar, invocar, liberar. Un material influenciado en los terrenos de la música concreta, estimulación del aparato abstracto ambiental, es notable su selección por los caminos que permiten flexibilidad y abstracción. Fue elaborado con el trombatrón procesado generando portales por los que atraviesan las psicofonías que continúan apareciendo en la experiencia sonora de Oxomaxoma.
Mientras los ángeles duermen, el ogro también descansa…
“Sin boca con los ojos negros” 1997 su primer material de estudio y el último disco con Arturo Romo, reunión exquisita de presencias; Álvarez/Romo, Víctor Méndez, Armando Velasco y Rolando Chía, increíbles las profundidades por las que nos conduce su sonido, elementos electrónicos como pedales y cajas de ritmos intervienen elegantemente mientras el trombatrón, la guitarra y otros objetos santificados para el ruido se diluyen en un aura que nos recuerda aquella película que jamás vimos, pero protagonizamos. Con intervención de Ma. Elena Duran, José Manuel Aguilera, José Luis Fernández Ledesma y Rodolfo Rendón, se traduce en un álbum de estudio que representa el compuesto expansivo de la oxomaxotonina que nos dejó leyendas que se siguen ejecutando como el tema “Violenta” donde se reconoce un léxico totalmente desarrollado en el lenguaje propio de Álvarez, la transición y progresión entre piezas es precisa y melancólica, un abandono de elementos marcados en su enfoque sensorial, los paisajes se construyen para ser absorbidos por la cambiantes estructuras. Esté fue el último disco donde participó Arturo Romo, saliendo del proyecto y regresando esporádicamente como invitado para presentaciones especiales como la de los 42 años de Oxomaxoma celebrada en la antigua locación del Multiforo Cultural Alicia, en la que se congregó prácticamente todas las generaciones activas de las tradiciones experimentales de la Ciudad de México,
artistas que habían sido parte de las primeras encarnaciones, así como proyectos actuales que están ligados al culto de Oxomaxoma.
“Marcelino pan y paleta de ardilla”….
“Espíritus en rojo y negro” se lanzó en 2002, es el final de una época, un disco muy especial que congrega gente que ha colaborado en los últimos 20 años en diferentes propuestas y expresiones dentro y fuera de Oxomaxoma, contiene grabaciones de 1990 a 1999, Un sonido que inmortaliza la fase donde se incorporan instrumentos electrónicos, guitarras y bajos eléctricos a los objetos cotidianos y de su propia invención, piezas contundentes como “Gaménida, oda por la primera epopeya” donde Álvarez/Romo trabajan con Antonio Rotuno (guitarra), Alberto Partida (sampleos, programación), y Manuel Partida (sintetizador), pieza grabada en el estudio de Cd. Victoria Tamaulipas, propiedad de la banda de culto, La Función de Repulsa.
Otra pieza destacable es “Línea Muerta” con Rolando Chía y Armando Velasco, ambos habían realizado avances de vanguardia en su proyecto Vistas Fijas, aportes que son notorios en el desarrollo de una estética post punk industrial. Arturo Meza vuelve a aparecer en “La Flor Blanca” registrada en 1990, pero esta vez masterizada y mezclada con un tratamiento propio del nuevo milenio, que nos hace sentir cada textura de su espectro, otro track a comentar es “Crónica De Muerte (1492-1992)”, donde se puede apreciar la colaboración entre Oxomaxoma, Alquimia y Arturo Meza, una emulsión de lo prehispánico con las máquinas y la electricidad, se grabó por Armando Velasco en el estudio de Margarita Saavedra (Alquimia), mezclada por Luis Fernández Ledesma.
Los que respiran odio… A partir de aquí inicia la gestación de la nueva cepa, en 2013 José Álvarez hace una sociedad con el artista y productor Luis “Bishop” Murillo, una de las entidades que ocupa distintas posiciones dentro del desarrollo de la música electrónica en México, pionero de la escena dance local, participó en algunos de los festivales y raves más notorios de los noventa e inicios del siglo XXI, ha producido y colaborado con decenas de artistas intercambiando investigaciones con sellos discográficos de todo el mundo, esto representó una aproximación muy distinta en la música de Oxomaxoma, Álvarez tiene nuevas oportunidades para desarrollar la morfología en su técnica de voz extendida. “Con Ojos de Fuego” (2014) se instalan en la vena post industrial, samploitation artesanal y
tratamiento de estructuras hard ambient que se potencializan con impactos de shock sincopado, un disco que pone los cimientos de la nueva estructura del proyecto comandado por Álvarez & The Prosumer, este último uno de los alterechos de Bishop, actualmente tienen una década moldeando el sonido de Oxomaxoma.
En 2019 lanzan una nueva placa “Industrial Body Music” uno de sus discos más digeribles y estructurados, no por esto ligero, se trata de una emulsión entre el EBM y la música industrial, también por parte de Álvarez se nota una lírica cada vez más clara, teniendo algunas de las primeras piezas con letras comprensibles sin abandonar su léxico distintivo, se pueden apreciar coros y otros elementos que se unen a los dancefloors de hoyos y clubs góticos de la CDMX, para muchos, el disco rompe con el esquema de Oxomaxoma, sin embargo, el único constante en la entidad siempre ha sido la eterna mutación y cambio, la alianza entre José y Bishop contaba con una nueva adquisición, el
joven e inventivo Rabdoll, quien se encargó de las guitarras y algunos otros procesos de señal, ejecutor que se incorporó al proyecto durante los en vivo de “Con Ojos de Fuego” (2014), creador sonoro, multiinstrumentista, productor y audio samurái, a través de sus diferentes proyectos escribe y encripta metaficciones, dónde post produce sueños y secuencia deseos, acciones que activan mecanismos de su narrativa sonora basada en una perspectiva cinematográfica.
El material fue pensado para ser ejecutado en directo, tener tracks mucho más concisos dejando menos espacio a la improvisación y a la incertidumbre, también aquí se comienza a hacer mención sobre la “Patamúsica” término engendrado por Luis Bishop que retoma los principios del artista surrealista Alfred Jarry creador de la Patafísica —estudio de lo subjetivo— la cual desarrolló en muchas de sus obras, principalmente en “César- Anticristo” (1895), “Ubú Rey” (1896) y “Gestas, seguido de Paralipómenos” (1921), desde mi visión personal “Industrial Body Music” representa un punto formidable en la faceta más reciente de Oxomaxoma, generando muchos de los temas que podemos escuchar en vivo durante las presentaciones de esta época.
Para el 2020 presentan la pieza más conceptual y experimental de esta etapa; “Laboratorio para la desocultación sonora de la ‘Patamúsica” (LDSP), lanzado en plena pandemia se trata de el primer vinyl de Oxomaxoma, álbum doble que en su versión de lujo incluye dos discos en de 140 gramos conocidos como “White Size” y “Black Size”, dos Cds titulados “Ambientral” y “The cycles of silence”, además de una descarga digital la cual ofrece “Vox Ex Machina” sumado a esto incluye pin, parche y sticker, un completo agasajo para sus seguidores, la música regresa a su terreno más abstracto, lo que permitió a los tres integrantes; Álvarez, Prosumer y Rabdoll explorar las oscuras regiones de la mente y sus perturbadores aludes sónicos, “un espejo acústico de la masa mediática que defiende gota a gota la dosis de absenta aural”. Es deslumbrante la seriedad con que abrazan la obra de Jarry de por sí compleja y estrafalaria, lo que resulta en música extravagante donde los gritos y guturales de Álvarez son procesados por los demonios que auxilian en las disputas de lo inútil, los arreglos de Rabdoll y la producción de Bishop nos ofrecen uno de los mejores discos de la occultura electrónica contemporánea de La
Ciudad de México.
“Chinga tu madre Donald Trump!”
“Compiurakenroff. Tuaken Gousk (2015) Tuaken Fakent (2022)” dos años después nos entregan una de las placas más divertidas y dinámicas que congregan el trabajo y las colaboraciones de los últimos siete años, estamos frente a un disco que reúne las piezas que aparecieron en compilados nacionales e internacionales, material preciso para iniciarse en la nueva versión de esta entidad mutante espectral, las compilaciones de donde se extraen los temas son; “Document 01” No Devotion Records” (USA 2016) “Dark: Escena Gótica” (MEX 2018) , “The Random Experience Of nothing 01”, Subunda & Breakbeats (MEX 2019), “Der Eisenberg Sampler Vol 9”, Subcultre Records (NORWAY 2019), “Electropop 15”, Conzoom Records (Germany 2019), “Sector Industrial” (Mex 2020), “Mexico Underground Vol 2” (MEX 2019).
Para el 2022 José Álvarez organiza un evento para celebrar los 42 años de trayectoria, se llevó a cabo en el antiguo Foro Alicia que estaba ubicado sobre Av. Cuauhtémoc, un evento que reunió a todas las generaciones activas de artistas experimentales de la Ciudad de México, ex integrantes, colaboradores y viejas y antiguas amistades se reúnen para dar tributo a uno de los monstruos sagrados más queridos de la escena oscura local, 21, 22 y 23 de julio se hizo historia con la participación de; José Álvarez, Arturo Romo, Luis Bishop, Rabdoll, Víctor Méndez, Leonore Rodríguez, El Blue, Germán Bringas, Marcos Miranda, Iván Bringas, Dr Kontra, Ulises Escalante, Daniel Lazarini,
Ramiro Ramírez, Jorge Sandoval, Humberto Álvarez, Carlos Vivanco, Alex Eisenring, Ramsés Luna, Luis Nasser, Adriana Camacho, Concepción Huerta, Gibrana Cervantes, Sarmen Almond, Ernesto Adriano, Rodo Ocampo, Octavio Patiño, Sergio Horrible, Rodrigo Ambriz, Gabrielle Pythonisse, Sergio López, Ruin Andrade, Rafael Catana, Luís Clériga, Farah Farach y David Cortés. Colegas, amigxs, maestrxs y héroes que quedan inmortalizados en álbum doble editado en CD “42 Años: Una Retrospectiva Sonora 1980- 2022”.
En 2024 lanzan su más reciente trabajo discográfico “Simbiontes”, una propuesta sumamente interesante, posiblemente su trabajo más maduro con la alineación actual, la cual ha alcanzado una comunicación envidiable tanto en el escenario como el estudio, han pasado 10 años desde que se comenzó a gestar el trío que actualmente integra Oxomaxoma, han empoderado un control total de su tridimensionalidad, dentro y fuera del espectro, la combinación de atmósferas ruidistas y siniestras junto a la violenta y metódica percusión heredada de las tradiciones del breakbeat, así como los secretos del bass subsónico —acuñada del jungle y el UK garage— sin olvidar la occultura industrial, vehículo por el cual desde sus inicios han podido “pertenecer” a falta de tener un rubro específico que los respalde, cuestión que nunca han necesitado pero que desde el punto de la investigación y documentación se siente indispensable. El disco presenta 16 temas que bien a los conservadores y puristas de la avant-garde —sea lo que eso signifique— siguen opinando que se trata de una mala broma, que Oxomaxoma ha perdido su esencia, sin embargo, en las líneas de este disco, se puede leer el texto que Luis Bishop realiza donde menciona que en sus inicios Álvarez/Romo, eran tomados por los puristas de aquellos años, de la misma forma, como una broma, dos hombres jugando con chácharas y basura, haciéndose pasar por “músicos” o “artistas”, es esencial que un proyecto de esta magnitud tenga sus detractores, personajes que no hacen más que estimular el ciclo, alimentar al monstruo que vive entre mundos, entre escenas, entre géneros, entre viejos y nuevos amigos y enemigos que aman y odian la transición de una criatura que jamás ha estado estática, al final, yo me siento afortunado de que contemos en el patrimonio experimental mexicano con un proyecto tan invaluable para tantas generaciones como lo es Oxomaxoma, uno de los baluartes más grandes que el norte de la Ciudad de México nos ha dado, que no toda la historia de la música radical del Distrito Federal ha sucedido en el sur, y visibiliza que no todos los pioneros de este país viajaron a Europa para “empaparse de lo nuevo”, que también es posible acercarse a la inmortalidad con objetos cotidianos, la basura de unos el tesoro de otros, algún día el trombatrón estará en un museo, exhibiéndose como un artefacto misterioso y singular del cual emanó mucha de la historia de la contracultura local.
Texto por: Daniel Lazarini