Entrevista sobre el presente de Rogelio Sosa
Es Domingo y la primera vez que llueve en meses llenos de semanas de calor. Todo el ambiente es húmedo y fantasmal, semi inundado de charcos por doquier que llenan las calles de reflejos y multiplicando ese peculiar gris en la Col. Xoco, un antiguo pueblo dentro de la ciudad de México de vibraciones muy bajas que posee en su territorio un hospital de emergencias donde se atienden los pacientes de accidentes automovilísticos violentos, un cementerio famoso porque las flores crecen directamente sobre las tumbas, una de las Radiodifusoras más importantes del país y por supuesto la fastuosa Cineteca Nacional lugar en el que se presenta la película “Manantial” ópera prima cinematográfica de Rogelio Sosa comprometido investigador del sonido, músico y responsable de los Festivales más importantes de la experimentación sonora del país. Al iniciar la película no hay presentación, no hay créditos no hay ningún tipo de preámbulo sólo en forma de un golpe volcánico hacia nuestros rostros aparecen unas pinturas rupestres y atemporales que la naturaleza y el tiempo pueden dar forma sobre los campos áridos de extensas sequías, vistas desde arriba; desde la perspectiva de un ave de rapiña suspendida en el viento. “Por muy rápido que viaje la luz, siempre se encuentra con que la oscuridad ha llegado antes y la está esperando” Terry Pratcher En medio de ésta iluminación y clima despiadados un grupo de hombres desentierran el cadáver de una mujer entre un montón de rocas para dar paso a una procesión sumamente oscura apenas distinguible en la pantalla, la luz baja en demasía para dar un énfasis inesperado al sonido que se va acrecentado hasta el climax del filme. Una secuencia es bastante clara y muy marcada en la narrativa y es el proceso: de la luz a las tinieblas, de la sequía a la acuosidad. Con los destellos desérticos del sol que terminan en un paisaje donde el agua del cielo y de la tierra lo cubren todo en completa obscuridad. ERICK DIEGO (ED): Rogelio, ¿es el cine una manera de sintetizar toda tu obra y de formalizar tu exploración? ROGELIO SOSA (RS): A diferencia de muchos, no considero al cine como una obra de arte total. Mi visión del cine es muy poco cinematográfica, es laxa. Me considero mas que nada un compositor que extiende los limites de su obra a otros territorios de expresión. Lo único que me interesa del cine como medio audiovisual es la capacidad que tiene de complementar mi música con imágenes en movimiento. ED: Creo profundamente que hacer cine es destino, ¿te gustaría mencionar un momento de tu infancia donde decidiste harías tus propias películas? RS: La idea de realizar piezas audiovisuales es muy reciente y nace de mi experiencia haciendo música para cine y piezas para otros artistas. Esto me llevó a darme cuenta de que mi música y sus sonoridades funcionan mejor la mayoría de las veces acompañadas por elementos cinéticos o elementos audiovisuales. ED: ¿Cuáles son las 10 diferencias en las que encuentras placer entre hacer una ópera y una película? RS: A diferencia de la ópera, 5 cosas que me gustan del cine son: poder hacer una obra sin usar necesariamente la voz; el nivel de detalle que permite la composición y la edición fuera del tiempo; la retroalimentación creativa que genera estar componiendo simultáneamente contra imagen; la reproducibilidad y el libre tránsito que tienen los trabajos audiovisuales así como el uso expresivo del silencio que permite el cine. RS: A diferencia del cine, 5 cosas que me interesan de la ópera son: la presencia que tiene la emisión sonora en vivo; la fuerza expresiva del canto; la jerarquía que tiene la música por sobre los demás elementos que la confirman; el potencial de ruptura que ofrece un género musical tan consolidado y el entramado performático que se genera en escena entre música, libreto y escenografía. ED: ¿Consideras que el tema en tu obra es el misterio de la muerte y su relación con los procesos del poder? RS: Mi visión de la muerte tanto en Manantial como en algunas otras obras recientes, que la abordan desde estructuras rituales es mucho más universal. Me parece un tema demasiado amplio como para ceñirlo al poder. En Manantial hablo sobre la muerte pero siento que aún mas sobre ciclos, equilibrio y renacimiento. ED: Recuerdo una impresionante musicalización de la película Begotten que aborda los enlaces entre humanidad, religión y territorio, ¿fue el primer experimento cinematográfico que hiciste? RS: Antes de musicalizar Begotten de Elias Mehrige había musicalizado varios documentales de Sarah Minter; además de haber realizado colaboraciones audiovisuales con artistas visuales. ED: ¿En Manantial es tu intención subordinar la imagen al sonido por medio de la secuencia de la iluminación? Nunca lo había pensado de esa forma pero en tu recuento de la película me di cuenta de que en efecto, hay un tránsito de la luz a la oscuridad. Sin embargo, me interesa más subordinar a la imagen con la música mediante la narrativa. A pesar de que mi música es de carácter experimental no encuentro mucho interés en las expresiones cinematográficas experimentales. Siento que mi obra sonora se amalgama mucho mejor con secuencias narrativas que con texturas y secuencias inconexas o planos sin dirección. En Manantial por ejemplo, no hay diálogos pero está presente una cierta historia subyacente con una coherencia en el orden de eventos. ED: ¿En tus presentaciones de improvisación sonora siempre prescindiste de visuales? Si. Uno de los elementos que me parecen más atractivos de la improvisación es la presencia escénica del improvisador. Por ello cuando mis presentaciones en vivo se centraban en dicha práctica no sentí la necesidad de agregar elementos visuales más allá de lo que ofrece la performatividad. ED: ¿Manantial es el inicio de muchos proyectos cinematográficos? No sé si de muchos o si los etiquetaría como cinematográficos, pero si es el inicio de un universo que me interesa explorar a profundidad. ED: ¿Podrías mencionar 3 películas que exhibirías en una sala de cine para
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