El Festival Iberoamericano de Cultura Musical Vive Latino, mejor conocido como Vive Latino, regresó este 2022 tras una edición de un cese obligado.
Jordi Puig, actual promotor del festival, fue el encargado de concebirlo en 1998, teniendo como principal objetivo reunir en un solo recinto a varios grupos de rock en español y darles mayor exposición, formato que ya había visto en Europa mientras promovía bandas en inglés y que buscó emular en México.
Luego de 20 ediciones y cambios sustanciales en sus carteles, se mantiene como uno de los eventos masivos más importantes a nivel nacional, siendo el Foro Sol su sede oficial, venue que el pasado 19 y 20 de marzo recibió nuevamente a miles de personas que corrían de un escenario a otro, buscando el mejor lugar para ver a los más de 70 artistas que se presentaron ambas fechas.
A unos días de que se llevara a cabo, platicamos con Karen Dávila Flores, gerente de marca de cerveza Indio, quien nos dio detalles de la logística que requiere un evento de esta talla, estrategias de comunicación para maximizar su alcance, aforo, entre otros datos.
En los últimos años hemos visto un cambio importante en el line up del festival, lo cual ha dividido opiniones entre el público. ¿Qué les dirías a aquellas personas que no han recibido muy bien el cambio en los carteles, especialmente por la inclusión de bandas no latinas y de géneros diferentes al rock?
Todos como seres humanos debemos evolucionar. Por las pláticas que he tenido con el promotor, él cuida mucho el cartel, se preocupa que el ADN siga siendo el rock latino, pero también abraza otros géneros musicales. Esto es parte de la evolución del evento.
Seguimos abrazando la esencia rockera del Vive Latino. Pero al mismo tiempo nos abrimos a nuevas diversidades que nos hagan crecer como festival y como marca.
¿Cuáles fueron las diferencias, retos y aprendizajes más destacados de la edición de este 2022, con respecto a la edición de 2020?
Una de las primeras cosas que aprendimos durante este tiempo fue a lidiar con la incertidumbre, la encaramos de la mejor manera posible.
El estar desconectados durante tantos meses nos ayudó a refrescar la parte creativa que requiere el festival, lo cual dio paso a una mayor digitalización de procesos y estrategias de comunicación, algo que debimos aprender rápido y aplicarlo en el menor tiempo posible.
Nos dio la oportunidad de detectar aquello que no hacíamos bien y ajustarlo. Ahora como organizadores y usuarios ya sabemos perfecto lo que debemos hacer y lo que no.
Y también aprendimos a ser más ágiles y eficientes en la toma de decisiones.
¿Cómo es la logística que siguen para realizar un festival de estas dimensiones?
Hay 3 partes principales en la organización y realización del Vive Latino: el promotor, OCESA y nosotros como marca.
El promotor arranca pláticas con talentos desde un año antes. Al paso de 6 meses tiene un acercamiento con nosotros para darnos a conocer sus propuestas musicales, nos informa también en dónde está parada la marca y el festival, y lo que se puede hacer para innovar la siguiente edición.
En el tema de comunicación y marketing, iniciamos con esto cinco meses antes con nuestra agencia de medios, así como ATL y BTL a fin de generar propuestas de contenido que después presentamos al promotor y a OCESA para aprobaciones y ajustes.
Para esta edición comenzamos con la publicación de contenido en redes sociales el 19 de enero. El 19 y 20 de marzo estuvimos a full con la cobertura y continuamos con la comunicación post evento.
Como ves es una chamba que involucra a mucha gente. Solo en BTL tuvimos entre 80 y 100 personas, más el equipo de Indio, del promotor y OCESA.
En el tema de los patrocinios, ¿quiénes son los encargados de elegir a las marcas y bajo qué criterios lo hace?
Lo que conozco por parte de grupo OCESA y del promotor es que la selección de patrocinadores se hace tomando en cuenta las afinidades que tengan con el festival para que sea una relación de ganar-ganar.
¿Cuál fue el aforo que registró el Vive Latino 2022?
Las cifras compartidas por OCESA indican que el sábado hubo 73,386 asistentes; mientras que el domingo se contabilizaron 81,602.
¿Qué papel juega el Vive Latino dentro de la música en México?
El Vive Latino es incontenible, tanto como la música. El ver a un chico en silla de ruedas venir desde atrás y llegar hasta el escenario, con ayuda de los asistentes, eso es el festival, esa hermandad que se da entre todos.
La unión que genera la música y toda la experiencia que se vive en el festival es lo que lo distingue de otros eventos.