Ariel Guzik, el inventor de asombrosos artefactos para comprender otros lenguajes de la naturaleza
Ariel Guzik diseña y produce mecanismos e instrumentos para investigar diferentes lenguajes con la naturaleza. Ha explorado la resonancia natural, la mecánica, la electricidad y el magnetismo y cómo se pueden aplicar estos fenómenos. A la música y los experimentos sonoros. Ariel Guzik nació en 1960 y se convirtió a una edad corta en amante de la naturaleza y los seres vivos, al punto de trasladar su trabajo en buscar comunicación escuchando obras cerebrales o vibraciones en plantas y animales, para tratar de crear otros tipos de lenguajes. Ariel Guzik ha jugado con ondas sonoras para recrear proyectos musico-científicos. Se le ha catalogado como inventor y estudioso de las vibraciones emanadas de diversos fenómenos, a partir de estudios en el mundo natural, en donde busca descifrar formas de lenguajes a través de magnéticos sonidos, haciendo audibles ondas cerebrales, luz solar y el crecimiento de vegetación. Parte de su trabajo más reconocido se dio en 2007 cuando creó Nereida, un cilindro de cuarzo que sumergió en el mar para buscar establecer comunicación directa con delfines y ballenas grises. Más adelante con Laúd Plasmath, un instrumento de cuerda con sensores electromagnéticos que buscó entablar comunicación con las plantas: primero captando las vibraciones de éstas y a la postre devolviendo la señal con una armonía hermosa proveniente del laúd. “Concierto para Plantas fue una instalación en donde el ejecutor es una planta conectada mediante pequeños electrodos al Laúd y la música es dirigida a un público también conformado por plantas. En este caso, la planta ejecutante será una cactácea del desierto de San Luís Potosí. Y las plantas participantes como público, provienen de diversas regiones del país, a manera embajadoras. Todas ellas son habitantes del Conservatorio de Plantas Mexicanas e integrantes de la colección botánica de El Charco del Ingenio”. Otro de sus inventos musicales es la prodigiosa Cordiox, una máquina inspirada en el monocordio de Pitágoras, capaz de amplificar “la voz de universo”, la música de las esferas, o el sonido que producen los planetas y el cosmos, imperceptible para el oído humano. La obra que representó a México en la 55 Bienal de Venecia, Cordiox de Ariel Guzik. En el video de abajo presenta el montaje de esta impresionante pieza sonora en el Laboratorio Arte Alameda. En 2009, Nicola Triscott, escritor e investigador, especializado en las intersecciones del arte, la ciencia y la sociedad, descubrió a Ariel Guzik en Transitio MX, un festival de arte electrónico y multimedia en la Ciudad de México. De la obra de Guzik, dijo Nicola: “me intrigó el trabajo de Ariel Guzik, una instalación de su resonador armónico espectral, que desarrolló para comunicarse con los cetáceos, y visité su estudio para conocer más sobre su trabajo. En septiembre de 2012, Guzik presentó un acto de sonido encargada exclusivamente para la primera reunión de Kosmica México. En junio de 2013, la obra de Guzik se exhibió como parte de la Bienal de México en Ex-Chiesa di San Lorenzo en Venecia, Italia. En 2015, Arts Catalyst le encargó a Guzik presentar Holoturian en el Festival de Arte de Edimburgo. Holoturian es un instrumento de resonancia submarina diseñado para comunicarse con ballenas y delfines en las profundidades marinas. La exposición en Trinity Apse incluyó la cápsula y una serie de dibujos de Guzik. Exposiciones de Ariel Guzik International Symposiumon Electronic Art – Alemania 55 Bienal de Venecia – Italia La Feria Arco – España Apijay Media Gallery – India Bienal de Arte – Cuba Iglesia de St. Mark – Estados Unidos State University – Estados Unidos Museo de Arte Moderno – México Laboratorio Arte Alameda – México Museo de Historia Natural – México Museo Universitario de Arte Contemporáneo – México Museo de Arte Carrillo Gil – México Museo Nacional de Arte y el Centro Multimedia del Centro Nacional de Las Artes – México