*Pleamar – Cuando la marea alcanza su punto más alto. Hace algunos años ya que conocí la música de Edgar Mondragón gracias al honorable sello nacional Abolipop, en ese entonces con un EP llamado Veintiún Lunas, corría el año 2013. Un trabajo que llamó poderosamente mi atención, una producción cuidada, techno, ambient, secuencias melódicas, todo envuelto en una tranquila atmósfera onírica. Algo sumamente refrescante en ese momento. Tiempo después tuve la oportunidad de verlo en vivo como parte de la fiesta de aniversario de otro netlabel, una casona abandonada cerca de Balderas, en el centro de ésta caótica urbe; fue el escenario. Me llevé otra grata sorpresa. Acompañado ya de músicos que tocan las partes instrumentales y en formato de banda daría visos del que sería su sonido distintivo a la fecha, guitarras al más puro estilo del postrock más introspectivo, muros aurales shoegazeros, sin olvidar su lado más techno. Cabe señalar que en éste formato se dieron a conocer como Mondragón, vendrían infinidad de conciertos y presentaciones, escenarios de toda índole, desde El Museo del Chopo hasta el afamado festival South By Southwest, en la ciudad de Austin en Texas, Estados Unidos, pasando por festivales de postrock y el cierre del festival NRMAL en Casa del Lago. Fue el año pasado también que gracias a una campaña de fondeo la banda pudo producir y lanzar su primer álbum Presentimiento, ésta vez bajo el sello Suplex/Abolipop, sin duda uno de los mejores lanzamientos de ese año, y me atrevo a decir que de la discografía independiente nacional, una concreción de esfuerzos, con un sonido totalmente afianzado y característico. Es el festival MUTEK MX en su edición nacional que ve el regreso de Edgar y su proyecto solo. Una alabada presentación que dejaría satisfechos a propios y extraños. Sin duda definitoria en la ascendente carrera de Edgar. En Marzo participa en el ciclo “SINESTESIA”, en el que se comisiona crear una obra a diversos artistas basada en el diálogo con alguna de las piezas de la colección del Museo Tamayo, y que, se presentan en el mismo recinto. “Tensión para tres” de Manuel Félguerez serviría de inspiración para el track “Tensión“, un profundísimo ambient/drone envolvente y meditativo. Volvamos al inicio y al presente, al motivo de éste escrito. Como la marea que siempre regresa. Edgar Mondragón regresa en solitario para presentarnos su nuevo EP, “PLEAMAR”, seis tracks que se mueven en los terrenos del ambient, guiños al dream-pop y por supuesto techno y muchos sampleos. Mezclado y Masterizado por Polo Vega alias Trillones, con arte de Erik López “Imgn.XYZ”. Un trabajo que retoma maquetas del inicio del proyecto, y que trata bajo una narraruva cinemarográfica y visual inspirada en artistas tales como Brian Eno y Burial. El EP comienza con “Levedad”, una sólida base tech, un bajo grave que se arrastra y marca la pauta, sampleos procesados, y una sutil pero emotiva secuencia que acompaña al beat hasta el final. “Lunas” es el segundo track, en donde el protagonista es un sampleo de Juan Rulfo leyendo “No oyes ladrar los perros” un cuento de “El llano en llamas” enmarcado en un techno-ambient con prístinos sonidos de sinterizador. “Ser”, quizá el más emotivo track del EP, gracias a la profunda y distintiva de voz del Cronopio Mayor, Julio Cortázar leyendo un fragmento de su afamada obra “Rayuela”, un soundtrack perfecto para esa historia, que igual que el libro se trata de una intrincada y compleja, pero emocional narrativa. Llegamos al cenit de la obra “Solar”, notas de piano, sonidos ambientales y una voz casi inintligible, una secuencia in crecendo, un kick tan brutal como exacto, y un intrigante groove que ataca directo al cerebro, que se entrelazan para formar el momento más catártico del plato. En “Crisálida” confluyen finamente ensamblados todos los elementos que aparecen a lo largo de la producción, el track más bailable de todos. Llegamos al final de viaje y encontramos la pieza que le da nombre y sentido al ep “Pleamar”. Un track que se puede dividir en dos partes, después de algunos minutos reflexivos en clave drone, el panorama se aclara, una luminosa secuencia de sintetizador acompañada de un emotivo bajeo orgánico nos conducen al final del viaje. Tal parece que Edgar Mondragón está muy conciente de su propia evolución y crecimiento. No cabe duda que estamos frente a uno de los mejores productores del país, que refleja en su música el sentimiento ser parte de ésta ciudad y todo lo que ello conlleva. Un proyecto que se ha afianzado a base de talento y mucho trabajo. Con personalidad propia y un sonido particular y único. Una luz en el a veces obscuro panorama de la música nacional. El EP está disponible en todas las plataformas digitales.