Autechre es sin duda una de las revoluciones más interesantes de los últimos tiempos, el dueto británico formado por Rob Brown y Sean Booth ha llevado a niveles inimaginables la música electrónica, que con el paso del tiempo hemos podido por fin imaginar, digerir, y mejor aún, sentir con más cautela y apreciación. Reseñamos a continuación a manera de introducción cada uno de sus discos de larda duración (LP), es decir, no incluimos sus EPs, el viaje inicia con Incunabula de 1993 y termina con Exai del 2013. Incunabula (1993) Para ser el debut, lo primero que puedo pensar es en tratar de recordar algo que cercanamente sonará así en 1993, entre raves y techno. Sin lugar a dudas, fue un portal naciente hacia los caminos densos y abstractos de la electrónica por venir. Amber (1994) Quizá el disco más poético y uno de los más accesibles y clásicos dentro del universo Autechre. Está lleno de cuadrantes hermosos que me transportan a universos binarios, entre calma y cataclismo sintetizado de tintes arcanos. Excepcional en sí mismo. Tri Repetae (1995) Música que suena aún al futuro. Sistemático, interesante, innovador, colapsante y arquitectónico, “Eutow” me parece de lo más revolucionario. Además, éste disco, lo puso en el mapa junto con Warp, la Rough Trade, una de las disqueras con mayor influencia de Inglaterra que ayudó a Autechre a llegar a nuevos escuchas. Chiastic Slide (1996) Creo que Rob y Sean asumieron intensamente el sentido de explorar los caminos más indefinidos de la síntesis en este disco. Tiene muchos sonidos que bien podrían ser una especie de drone/noise/ambient/IDM pero en un mundo de máquinas funestas. LP5 (1998) Fascinante obra pop dentro de los terrenos y estándares pop de Autechre, desde luego. Un disco sónico y pulsante. Vulnerable en texturas y beats. Un lado más humano y menos máquina en comparación de sus predecesores. Confield (2001) Primer disco del siglo XXI de Autechre y vaya manera tan ambiciosa de empoderar una cierta especie de síntesis distópica. Glitch matemático y de tintes robótico-industriales, elaborados en un mundo IDM, con este álbum volvieron a la vanguardia. Draft 7.30 (2003) Un álbum con energía diferente a los demás, Draft 7.30 es un nuevo portal, uno que se va expandiendo entre el desconcierto de diversas magnitudes frecuenciales, debatiéndose entre lo incisivo y lo retador. Untitled (2005) Uno de sus discos más pesados y extraños, la escucha de repente es bastante densa, tiene buenos momentos pero son pocos realmente, es un disco, crudo y complejo, y los ritmos mutan a lo incierto con canciones larguísimas, como “Sublimit” de casi 16 min. Un disco regular, de los más raro y casi poco disfrutable que han hecho. Quaristice (2008) Es el primer disco en el que abren con “Altibzz” un track totalmente ambient, se siente más soluble la manera en la que trabajaron los tracks y hay bastantes atmósferas más androides y de sensaciones eléctricas. IDM óptimo y más aterrizado en su línea clásica. Oversteps (2010) El disco “mainstream” de Autechre pero no tan popular dentro de su ranking. Me parece el mejor para entrarle por primera vez a su mundo, está en ese punto medio de lo que es su alcance entre el experimentalismo sonoro complejo y el más sutil. Sin duda es atractivo en su totalidad. Exai (2013) Un disco obsesivo sonoro/melódico que crearon hacia la síntesis de ruido vanguardista del 2013 en adelante, de tintes angelicales pero provocador en su idioma. Es una obra inquebrantable en los altos estándares del universo Autechre. Su último larga duración tras ya casi 7 años desde que salió. Ojalá les sirvan o ayuden estas referencia para interesarse en la música de Autechre o recordar alguno de sus discos, escucharlos es una gran experiencia. Rob Brown y Sean Booth han creado alguna de la música más emocionante de nuestra generación, están en el olimpo de la Intelligent Dance Music de la disquera Warp Records.