De cómo Thom Yorke es una máquina de hacer música y da cátedra en Suspiria (Music for the Luca Guadagnino Film)
Aprovechando los ‘en vivos’ de Thom Yorke en Electric Lady Studios que soltaron el día de ayer, y como gran admirador de su trabajo, escribí para ustedes algunas de mis apreciaciones sobre el OST del remake de Suspiria (creo que ya se vale platicarlos sin riesgo de spoiler). El trabajo de Yorke es, una vez más, fenomenal y grandioso, y va de más a MÁS. En unas piezas me recuerda a Philip Glass en coros y melodías, y en otras a György Ligeti con sus características capas de armonías; particularmente en ‘A Choir of One‘. Pasa de música concreta en ‘Volk‘ y ‘Synthesizer Speaks‘, a dreamwave en ‘The Jumps‘. De guitarra al estilo barroco en ‘Open Again‘, a drones en ‘The Innevitable Pull‘. De piezas de solo de sintetizador, a piezas escritas para orquesta interpretadas por la London Contemporary Orchestra. Un minuto nos presenta la proyección multidimensional de una pieza de tintes ‘krautrock-ish‘ en ‘Has Ended’, para después meterse en estructuras de Asia y Medio Oriente en ‘Unmade’ y ‘The Universe is Indifferent‘, respectivamente. De todas las piezas que presenta, podríamos decir que la más cercana al contexto convencional de un score sería ‘The Hooks‘, que tiene un ligero ‘hanszimmer-ismo’, pero mucho más sombrío; tal vez como la cinta o la naturaleza misma de Yorke, requiere. Finalmente, del tema principal (‘Suspirium’) no es necesario hablar, es perfecto; es como un paseo eterno por el jardín en donde somos enterrados. Si no se lo han dado, denle una vuelta, es uno de los trabajos más valiosos del año pasado. ¿Mi personal favorita? ‘Klemperer Walks‘. Es para enamorarse de nuevo. ¿De la pérdida? ¿Del dolor? ¿De los errores? ¿De las posibilidades de redención? No lo sé. Tal vez habremos más perturbados de los que creemos. Texto por: Alfonso Guerrero, explorador musical. Puedes saber más de él en su cuenta de Twitter: @alfonsoguerrero.