Reverbs explora y conjuga varias etapas del rock and roll: instrumentación sólida comandados por Arturo “Tulus” en voz, guitarra y teclados, Dion en el bajo y Joel (Joy) en la batería. Tienen un disco homónimo que salió en el 2017, y durante su andar desde el 2009 han acumulado varios sencillos y Eps. Han tenido la fortuna de trabajar con David Pérez de la banda Radio Kaos y masterizar su disco debut con el ingeniero Pepe Ortega, ganador de premios Grammys Reverbs ha compartido escenario con bandas como She Past Away, Cohete, Meffisto y muchos más. Platicamos con ellos para saber más acerca de su trayectoria, rol, visiones y experiencias. ¿Cómo se forma la banda? Hablemos de sus inicios. Oficialmente fue en 2006, cuando Arturo (voz, guitarra, teclado) se integra de forma definitiva, pero Dion (Bajo) y yo (Joel, batería) iniciamos en 2005. Comenzamos a desarrollar una serie de maquetas que se grababan entre la habitación de Dion y el cuarto de ensayo con ayuda de diferentes amigos cantantes y guitarristas, hasta que finalmente el click en todo sentido se dio con Arturo. ¿Cuál ha sido el impulso en el que han trabajado para que la escena crezca desde su trinchera en los últimos años? Creo que el hecho de seguir editando música de forma independiente y bajo nuestros propios términos, nos hace parte de una escena activa a la que se impulsa precisamente con eso, música nueva. Creemos que no sólo nosotros, sino un montón de bandas mantienen viva la escena saliendo a tocar a otros estados y países. El hecho de poder abrir conciertos para bandas más grandes nos pone a todos en el mapa. Definitivamente, el uso de las redes y plataformas musicales para auto promoción ha sido un parteaguas para todos los involucrados, igual, las colaboraciones con otros artistas o con gente que de forma independiente trabaja en circuitos subterráneos. ¿Cómo filtran su inspiración e influencias en su creatividad colectiva como banda? Con los años hemos establecido que, al momento de componer, toda pretensión queda fuera. Desde el inicio de las sesiones de composición nos planteamos no querer sonar a algo en específico, más bien fluye y conforme las canciones toman forma, se sugieren ciertas cosas que podemos tomar de cualquier banda e influencia que se tenga de forma grupal o particular. Creo que, en nuestro caso, es una cuestión de permitir que cada uno explore y aporte lo que tiene de forma personal, porque si bien hay puntos en común, todos tenemos gustos variados, que pueden ir desde Sepultura y Dream Theater hasta The Police, U2, My Bloody Valentine, Joy Division, Green Day o los Caifanes. ¿Hay algo que mejorar en el circuito musical de la CDMX? Bueno, en comparación a como estaba la escena en 2006 a la fecha, creo que hay muchas batallas ganadas. Aunque es curioso, hoy en día, algunos promotores siguen enganchando y engañando a las bandas con la venta de boletos para tocadas, y si no cubren sus “cuotas de recuperación mínimas”, siguen cobrándoles con parte de su equipo, se debería tener mayor control sobre esos fenómenos. Igual existe un grupo de gente a los que ya denominamos como “vividores musicales”, que básicamente es banda que renta estudios o espacios para grabar y ensayar y que se tardan mucho en settear, entorpeciendo totalmente lo que planeaste, pues todo el proceso se extiende horas y se sacan costos adicionales de la manga. Por otro lado, creo que los encargados y dueños de venues, promotores y bandas se han unificado de una forma nunca vista. ¿Cuál es una de las tocadas que más recuerdan? ¡Hay un montón! Una que recuerdo con mucho cariño, es la que compartimos con Cohete, los Meffisto y otra banda llamada Teatro Arlequín en la terraza de un hostal en el Centro Histórico, al final cayó un chingo de banda que estaba hospedada y se volvió una locura; hubo una serie de presentaciones en el Ghetto de la Roma que igual nos marcaron muy cabrón, y definitivamente, nuestras participaciones en los llamados Synth Fest y el Festival Hecho en México. Si tuvieran que elegir entre algunas de sus canciones para que los recordaran siempre hasta este momento: ¿cuál sería y por qué? ¡Es muy complicado! Voy a caer en el cliché de los hijos, no puedo querer más a uno por sobre todos. De forma personal escogería “Nada”, porque para mí, nos ayudó mucho a madurar en el sentido de apreciación musical y en la composición: es una canción que nos rodeó por años, de hecho, se convirtió en una especie de fantasma, pues dejamos de tocarla y perdimos interés en terminarla, pero revivirla nos puso a prueba y nos ayudó a superar ciertas limitaciones que creíamos tener, creo que es una de las canciones con mejor sonido e identidad que Reverbs tiene.