Depósitio Sonoro

9 abril, 2018

El infinito creativo de Uwe Schmidt

Uwe Schmidt es una de las mentes mas creativas y ambiciosas de la música electrónica internacional en las últimas dos décadas. Desde sus inicios en 1985 ha publicado numerosos discos en sellos de culto y ha trabajado con artistas como Depeche Mode, Air, Bill Laswell o Yellow Magic Orchestra. Originario de Frankfurt radicado en Santiago de Chile, lugar que resultó fundamental para impulsar su carrera al publicar internacionalmente el aclamado El Baile Alemán bajo el nombre de Señor Coconut, trabajo que le hizo obtener el premio Quartz por la categoría de mejores arreglos y producción musical. Un artista incansable que hasta la fecha sigue produciendo y trabajando en sus numerosos proyectos siendo Atom™ al que mas le ha dedicado tiempo lanzado recientemente otro interesante álbum de electrónica ácida. Uwe Schmidt es un compositor, músico y productor alemán radicado en Chile, uno de los personajes más creativos en mundo de la música electrónica. Una de esas personas que no saben o no pueden quedarse tranquilas. Desde mi punto de vista Uwe Schmidt es un enfermo obsesionado en quien la producción de sonidos son el único síntoma mecánico de su enfermedad. Este misterioso personaje alemán procedente de Frankfurt a pesar de ser el eje de más de una treintena de proyectos musicales enfocados a la música electrónica, le gusta ocultarse tras el anonimato que da el nombre a cada uno de sus proyectos como: Atom Heart, Dr. Mueller, Señor Coconut, Surtek Collective, Geeez `N´ Gosh, Lisa Carbon Trio, Erik Satin, Mambotur, CMYK, Atom™ y un larguísimo e interesante etc. Además Uwe Schmidt es director del sello Rather Interesting y miembro de M.A.C.O.S (Musicians Against Copyright Samples). “Siéntete libre de samplear mis discos” suele decir él. Desde sus inicios en 1985 Uwe Schimidt se ha convertido en un verdadero genio de la programación musical y la experimentación digital que a veces es imposible encuadrar en un solo estilo, mas que una clasificación estilística o formal tan solo se pueden usar dos palabras para sintetizar la esencia de Uwe Schimidt: innovación y calidad. Poco después de mudarse a Santiago de Chile en 1997 Uwe lanzo el aclamado álbum El Baile Alemán bajo el proyecto de Señor Coconut siendo editado a nivel internacional en 12 países.  Actualmente Uwe Schimidt cuenta con mas de 1800 temas originales en mas de 200 discos  con diversos sellos y una multiplicidad infinita de nombres. Uwe Schimidt continua produciendo música para una amplia gama de proyectos y recientemente ha lanzado un nuevo disco llamado Beauty>>Forward bajo el alias de Atom™, el proyecto más activo de Uwe en los últimos años.   

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¿Cuándo vendrá Death Cab For Cutie a México?

Por alguna extraña razón nunca han venido y no sabemos si algún día lo harán. We have the facts, and we’re voting yes: Hace unos días, gracias a la inmediatez de las redes sociales, me enteré del aniversario no. 15 del único y maravilloso disco de The Postal Service: Gave Up y fue inevitable no pensar en Death Cab For Cutie, y específicamente en Ben Gibbard, compositor y voz principal en ambos proyectos. Little Bribes Pero lo que en verdad llamó mi atención fue que tratando de recordar alguna presentación de DCFC en México, ¡oh sorpresa!, descubrí que NUNCA han pisado tierra azteca y, aunque las razones podrían ser muchas: desde que su booking manager pida lo imposible para traer a la banda, no aprovechar el timing de sus giras en festivales y presentaciones cercanas a México, su capacidad de vender boletos en México (que tiene mucho que ver con cuantos fans cuenta la banda en México, que no son pocos, debo decir), cuesta trabajo entender cómo es que los organizadores de conciertos y/o curadores de festivales en México hayan dejado de lado a tan importante banda del llamado Indie Rock. Sobre todo ahora que la cantidad de festivales aumenta y se diversifica exponencialmente año con año y que permite que bandas incluso más nuevas y con pocos recursos puedan presentarse en venues muy pequeños pero con una exposición mediática a nivel mundial. Y, ¿por qué tanto alboroto por una banda así? Podrían pensar… pues, por varias razones que ahora expongo:   This Charming Man Benjamin Gibbard nació y creció en Washington escuchando a las bandas punk de su escena local, desde Bad Brains, Fugazi y Minor Threat, hasta Sunny Day Real State, Scream, Mudhoney, Soundgarden y Nirvana (¡vaya escena!), lo cual lo lleno de bríos para comprar su primer guitarra en 1997, año en el que él solo grabó y editó todos los instrumentos de su primer disco, realizando las maquetas de sus primeras canciones, mezclando y produciendo todo hasta tener como resultado: You can play this songs with chords, un demo grabado en cassette que Ben repartiría con sus amigos durante fiestas, algunas radios locales y universitarias que terminaron por programar un cover muy punk y ultra lo-fi de “This Charming Man”, original de The Smiths. A partir de entonces, algunas radios comenzarían a programar dicho cover y a pedir que “la banda” (a pesar de ser un trabajo solista, Ben ya utilizaba el nombre de Death Cab For Cutie como agrupación) se presentara para algunas entrevistas, por lo que de la noche a la mañana tuvo que reunir a algunos amigos y conocidos para poder interpretar sus canciones en vivo, así surgiría la primer alineación de DCFC para su disco debut Something About Airplanes un año después y para los dos discos posteriores: We have the facts and we’re voting yes y The Photo Album, trabajos con los que ganarían el reconocimiento de la prensa especializada como Spin, Paste y Pitchfork, obteniendo criticas medianamente positivas; pero no sería sino hasta el 2003, tras la salida de dos de sus miembros fundadores: Nathan Good y Micheal Schorr, y la llegada de Jason McGerr, que junto a Christopher Walla y Nick Harmer y Ben, formarían la alineación clásica de DCFC.     So, this is the new year!! Hoy en día, es innegable que DCFC es uno de los pilares de la música Indie-Rock de EU, especialmente en Seattle, gracias a una trilogía de discos impecable y soberbia: Transatlanticism Plans y NarrowStairs,  pero también ha de reconocerse que fue gracias a la serie de drama juvenil The OC, que su carrera musical se disparó de la noche a la mañana, llevándolos al éxito comercial gracias a que uno de los personajes principales, Seth Cohen, era fan de la banda en la serie (y en la vida real), lo cual justificaba sus reiteradas apariciones tanto en el soundtrack como en la serie. Y es que The OC fue para el género indie (a nivel internacional) lo que Saturday Night Live fue para los actores de comedia norteamericana, o lo que Sub Pop Records fue para la escena Grunge en los 90, un verdadero semillero de talento que le daría vida a todo un género. En otras palabras no se puede hablar de DCFC sin hablar de The OC, o viceversa. Fue casi una relación simbiótica de la que ambos salieron beneficiados. Your heart is an empty room Después del éxito de la banda, Ben se dio el lujo de comenzar una relación con la hermosa e insufrible Zoey Deschanel, conocida en el bajo mundo hipster como “Summer”, con quien contraería nupcias en 2009, justo después de terminar la grabación del increíble Narrow Stairs, mientras su compañera grababa 500 Days of summer. 3 años después firmarían el divorcio. Algunos fans afirman que la mayoría de las canciones del Narrow Stairs están dirigidas a su ex esposa, con quién ya tenía problemas desde antes de su boda, y aunque nadie lo sabe con certeza, canciones como “The Ice is Getting Thinner”, “Your New Twin Sized Bed” y Talking Bird”, bien podrían ser cartas de desamor y decepción dirigidas hacia Deschanel. Así que, de alguna forma, habría que agradecerle a la señorita ser la musa inspiradora del disco más depresivo y azotado de DCFC.   Tiny vessels Sin importar su decepción amorosa, Ben continuó su trabajo con la banda, editando 2 discos más de estudio: Codes and Keys y Kintsugi; participando en soundtracks como Twilight (tal vez lo único bueno de esas películas); lanzando su primer disco solista: Former Lives y colaborando con Steve Fisk y AJ Schnack en el documental Kurt Cobain: About a Son; por si fuera poco, volvió a casarse algunos años después con la manager de su banda Rachel Demy; grabó una canción con Foo Fighters para su álbum/documental Sonic Highways, además de compartir escenario con Lauren Mayberry de CHVRCHES en su última gira en norte américa. Todo esto hace de Death Cab For Cutie, una banda que se debe ver y

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Oneohtrix Point Never entrega “Myriad” de su Age Of, próximo nuevo álbum

El aclamado productor Oneohtrix Point Never anunció que el 1ro de junio estará disponible mundialmente su nueva placa de grabación Age Of.     Para nadie es un secreto que la música de Daniel Lopatin te lleva a viajar por un cálidas texturas luminiscentes, inclusive a veces partículas sub atómicas mientras  los melódicos patrones de piano amenazan con disolverse en el éter sustancial de la música. Así lo expresa su nuevo track “Myriad” que puedes escuchar a continuación.  

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Broadcast, o sucumbir ante la escritura automática de los botones tiernos

Es un tanto llano el día de hoy buscar la casilla para definir una música como la de Broadcast, desde lo más amplio y abstracto como sería denominarle Indie Rock, hasta clavadeces más estilizadas como pudo ser electropop experimental. Ambas definiciones un tanto válidas… un tanto escuetas. Para robustecer esta mirada por el retrovisor apelamos a uno de sus álbumes más exitoso, y no por ello menos denso: Tender Buttons (Warp, 2005). Un disco en el que hay que estar preparados para escuchar sintetizadores saturados, comprimidos, electrostáticos, corto-circuitos y demás ruidos relacionados con aparatos que emiten sonidos provenientes de la electrónica de bulbos. En tiempos donde Audiogalaxy y su básico sistema de algoritmos nos llevaban de una banda a otra esperando horas (quizá días) para bajar algún disco que parecía interesante, cierta vez me topé con este material que me atrapó de manera permanente y merecía la pena utilizar todo el internet de conexión telefónica posible. Las letras nos llevan por caminos ambiguos basándose en el método de escritura automática, Trish Keenan nos lleva por de resonancias y psicodelias de corte más bien pop que se quedan como una goma de mascar con muchas tonalidades en sabores y colores a explorar mientras se van degustando. I found the F, es el tema que abre el disco con una especie de escala básica de acordes de sintetizador y una batería que recuerda a algunos fills del clásico Starr. Todas las piezas conservan esta estructura verso-coro- verso que; sin embargo, nos remontan a música experimental. Un tanto por la saturación de los efectos y ruidos armónicos, un tanto por las letras en aparente irracionalidad. Tears in the typing pool nos frena y nos da un respiro del ambiente fuzzy previo. Es una canción de corte casi acústica y tonos nostálgicos en cuya letra no encontramos más que atmósferas de situaciones: The letters are sighing // The ink is still drying // I told you the truth // And now I sigh too. Escenas efímeras, nada explícitas porque no hay mucho que explicar. ¿Para qué? Tender buttons es un disco que merece escucharse tanto para crearse imágenes oníricas en la cabeza, como para dejar que esos ruidos exploren diferentes partes a las que nuestro cerebro no está acostumbrado… o no tanto.

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Underworld: titanes de la música electrónica contemporánea

Como olvidar la ya tan sonada “Born Splippy” (sí, esa rola de la película Trainspotting  que ponen al final cuando Mark Renton va caminando). Corría el año de 1996 y la música electrónica estaba en total auge,  fue así que Underworld supo llevar el techno a otros niveles de los cuales no se estaban acostumbrados. La música electrónica ha pasado por diferentes etapas, desde sus inicios con los pioneros Kraftwerk,  abrieron una brecha para que el beat tomara forma y se  empezaran a diversificar distintos sub géneros y se empezaran a formar grupos a los cuales estaban llenos de propuestas frescas e interesantes dentro del género, uno de ellos fue Freur (sí, los mismísimos Underworld actualmente). A principios de los 80, Karl Hyde y Rick Smith pusieron en marcha las ideas de nuevos sonidos de los cuales no se había puesto atención alguna, su primer sencillo lanzado en 1983: “Doot Doot” fue lo que los dio a conocer como un grupo de música experimental el cual gustaba de jugar con diferentes sonidos dentro de las primeras cajas de ritmos en esa década, más tarde en 1988 ya con el nombre de Underworld, presentaron el siguiente sencillo: “Underneath the Radar” el cual mostraba un Hi-Energy totalmente estilizado pero aun algo difícil de entrar en el mainstream, al siguiente año lanzaban su tercer disco Change the Weather, mediante el cual seguían buscando su propio sonido. Para la década de los 90,  Underworld re definiría su sonido dentro de la electrónica, Dubnobasswithmyheadman  lanzado en 1993 fue el boom dentro de lo que el techno podría ser capaz de sonar en cada rave que se celebraban en cada parte de Europa y Reino Unido en especial, sellaron su sello característico para ubicarlos y llegar a decir “Ah sí definitivamente son Underworld”. Dirty Epic  es una muestra de cómo se puede vocalizar serenamente en un ritmo semi lento pero no por eso aburrido, Karl Hyde encontró la manera de como adecuar las vocales en cada track que creaban y mostrar una vez más que en la música electrónica se puede cantar con unas líricas atrevidas, agridulces y un tanto ácidas. En 1996 llegaria el Second Toughest In The Infants, un disco en el cual se podía apreciar que seguían esa línea innovadora y atrevida de crear ritmos más estilizados, “Juanita Kiteless To Dream of Love” es una rola de más de 14 minutos (la versión de 12 pulgadas) que te hace perderte y mover los pies mediante un ritmo que no tiene fin, esto se ve reflejado en el DVD que sacaron en vivo en 1999 llamado  Eveything, Everything donde venían a mostrar porque eran los reyes del techno, fue monumental escucharlos y estar moviendo el cuerpo con rolas como “Jumbo”, “Cowgirl” y al final cerrar con “Born Slippy” que pareciera que marcara al final de un milenio.

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El acid, la música house y su legado a finales de los años 80 y en los 90

Una naciente generación a finales de los 80 en toda Europa y América también, estaba hambrienta de comerse al mundo con algunos de los más emocionantes, raros, exóticos y ácidos sonidos que la década había arrojado justo cuando todo parecía perdido gracias a la invención del 303 y el dueto Phuture y la droga del momento: el éxtasis. Pero, ¿cómo pasa el éxtasis de ser una droga de uso bastante restringido a ser la “droga para bailar” de toda esa revolución? Desde unos contextos de uso bastante específicos, la MDMA se va poco a poco filtrando en los clubs más exclusivos de Chicago, Nueva York, San Francisco y Detroit, de la mano de los yuppies metropolitanos sumidos en el glamour del mundo del arte, del cine y de la música. La MDMA encuentra el mejor terreno en las entonces llamadas warehouse parties, fiestas muy de moda que se realizaban en bodegas subterráneas, almacenes abandonados y en clubs predominantemente gay, donde se comienza a hacer una experimentación musical más en forma y desafiante. En Chicago es el club Warehouse, paraíso de homosexuales y afroamericanos, en Nueva York el estandarte sería el Paradise Garage. En estas catedrales del baile, 2 DJs americanos: Frankie Knuckles y Larry Levan (el primero en Chicago el segundo en Nueva York) comienzan a crear un nuevo estilo musical con la intención de cubrir el vacío que se estaba creando en mundo de la música. Estos serían los primeros pasos de lo que posteriormente se conoció como música House, esto según la versión del DJ británico Richard West conocido como Mr. C, sin embargo, versiones menos refinadas, refieren que el término “house” procedería del hecho de que este tipo de música puede ser fácilmente producida en cualquier casa, desde el hogar literalmente, eso sí, siempre y cuando se disponga de la tecnología necesaria. El house rompe con todos los moldes musicales existentes hasta la fecha, lo mezcla todo, especialmente R&B, ritmos latinos, hip hop, funk y la música electrónica alemana de comienzos de la década de los años 80. La única concesión distintiva a esta mezcla completamente electrónica es la presencia de una voz femenina, que es sin duda una de los distintivos que crea un éxtasis total al momento de sonar en las pistas de baile. Pero acá no acaba todo y de ahí un punto relevante del porque de su importancia, descendiente directo del house es el techno (término tan mal usado últimamente para todo), variante totalmente computarizado de más de 120 o en ocasiones 130 bpm y así, a esta nueva familia se irían uniendo los bizarros y relevantes en su momento gabber, tribal, el ambient y el hipnótico trance, así como la igualmente batiente e imprevisible música progresiva. Estos géneros impulsados por el house dieron vida a los raves, es un término surgido para hacer referencia, desde hace algunos años, a un tipo de fiestas multitudinarias que se celebran en espacios cerrados, que se prolongaban durante toda la noche y, en las que predominaba un tipo de música fuerte y repetitiva que usaba muestras de música previamente registrada, que eran mezcladas a modo de collages y que fue bautizada atinadamente como Acid House. El origen del término acid house no está del todo claro, ya que si bien algunos autores consideran que proviene del argot existente en las calles de Chicago dónde significaba “robar”, pretendiendo hacer referencia al proceso de creación de esa clase de música, son muchos más numerosos los que piensan que hace referencia al nombre coloquial del LSD, droga consumida preferentemente en las primeras fiestas acid house y que todos sabemos tuvo un impacto tremendo en la psicodelia de la década de los 70. Existen algunos mitos y fuentes que apuntan a que fue en Chicago donde comenzó, el año registrado en los libros especializados es 1988, esto coincidiría con el hecho de que algunos DJs comenzaron a reunir a grupos de jóvenes donde permanecían bailando durante toda la noche música que consistía en fragmentos de discos que eran copiados y mezclados electrónicamente por medio de un sampler. Desde América, el  house, el techno y el éxtasis atraviesan el océano y penetran en el viejo continente, así es, lo habían logrado y nadie tenía una absoluta idea del movimiento revolucionario que empezaría a vislumbrarse; destinos enganchados y puntos clave: primero Ibiza y Valencia, posteriormente, Londres y Manchester. Había nacido una nueva era, un nuevo reinado. En Ibiza comienzan a hacer furor en dos de las más famosas discotecas a nivel europeo de la época, Amnesia y Pachá, pioneros que ahora quizá no sean muy bien vistos por esta gran comercialización. Sin embargo, en Londres, el comienzo sería en locales principalmente de carácter gay como el Shoom, el Pyramid o el Jungle, donde se bailaba house toda la noche y se comenzaba a utilizar las primeras dosis de MDMA. La mayoría admite que fue España, concretamente Ibiza, el lugar desde donde se exportó al resto del mundo este tipo de fiestas y el movimiento acid house. Ibiza constituía el lugar de encuentro habitual tanto de vendedores de drogas como de seguidores del movimiento denominado New Age,  por lo que alrededor del año 85, el MDMA circulaba con cierta difusión por la isla, fechándose el inicio de los raves en el año de 1987. Es en esa época cuando la juventud inglesa que veranea en Ibiza, comienza a importar ese tipo de fiestas a su país, dónde se convierten junto con el consumo del éxtasis en uno de los fenómenos de mayores repercusiones sociales de los últimos años, concretamente a finales del 87 y comienzos de 88 se aviva la tendencia en Inglaterra, cuando un grupo de cuatro DJs ingleses: Paul Oakenfold, Johnny Walker, Nicky Holloway y Danny Rampling, conocidos como Los cuatro jinetes del Apocalipsis:, regresan de Ibiza tras haber visitado Amnesia y Pachá y deciden recrear en su país lo vivido en estos lugares. En sus clubs sonaban exclusivamente discos que pertenecían a un tipo de música aún inaudito, pero

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