Depósitio Sonoro

7 agosto, 2019

Entrevista con She Past Away: la última expresión del Dark-Wave desde Turquía

Simon Reynolds describió en Retromanía cómo las nuevas propuestas musicales suelen reivindicar los sonidos del pasado. Y no se equivocaba, porque hoy en día existe un puente entre las escenas subterráneas de los 80’s y las contemporáneas que experimentan con las raíces del Dark Wave, el Rock Gótico y el Post Punk. El dúo turco She Past Away es un ejemplo de cómo se ha rescatado el espíritu de aquel tiempo al mantener paralelismos sonoros con bandas como Pink Turns Blue, The Danse Society y Clan of Xymox. Con motivo de la cuarta edición del Synth Fest –evento comprometido con la promoción de sonidos oscuros y organizado por producciones Eutanasia-, tuvimos la oportunidad de platicar con Doruk Öztürkcan, miembro actual de She Past Away, quien nos platicó sobre el  inicio de la banda, su interés por capturar la esencia del Dark-Wave y sobre cómo es hacer música en países musulmanes: “She Past Away se forma en 2006. Volkan compuso algunas canciones y las grabó en su computadora, después se unió Idris -el bajista-, y comenzaron a armar algunos shows en los escenarios. Ese mismo año fueron a mi estudio de grabación en Estambul y grabamos el primer EP, ahí fue donde yo me uní, formamos una banda de tres integrantes que tocaban el bajo, la guitarra y la batería eléctrica.” Aunque en 2015, Idris Akbult abandonó el proyecto, la agrupación turca continuó con su concepto original: “Básicamente nuestras influencias vienen de bandas de los 80’s; sobre todo bandas de estilo dark como The Sisters of Mercy, Bauhaus y Siouxsie and the Banshees. Quisimos llevar estos sonidos a nuestra música. Algunos podrían llamarlo Dark Wave, algunas personas lo llaman Goth Wave o Post Punk. Pero me gusta mantener la idea de que la banda es más Dark Wave.” En conjunto de estos sonidos Volkan desarrolló su poesía lírica basada en su lengua materna, la cual habla sobre “problemas personales, el mundo interior, las emociones y las ansiedades”, asimismo ha logrado experimentar con el idioma español y crear La Maldad, una canción que pertenece a su último álbum Disko Anksiyete, pues  estuvo viviendo un par de años en Barcelona. A pesar de que Turquía colinda geográficamente con Europa y Asia, la experiencia de reproducir sonidos occidentales y hacer música en países musulmanes cobra un significado distinto, ya que las escenas nacientes mantienen sus propias fronteras. -En una entrevista mencionaron que la cultura / estética post-punk no puede extenderse en los países musulmanes, ¿por qué? Por qué el Islam prohíbe el libre pensamiento, prohíbe que pienses y te comportes fuera de los parámetros de la religión, es considerado un pecado sí lo haces, en algunos países no son muy abiertos, no les gusta la influencia del mundo exterior. Prácticamente es por el conservadurismo. El post punk lo tienes que descubrir por ti mismo y estar en él, tú sabes, se trata de traer nuevas ideas, esta es la manera de cómo nosotros lo vemos. -Bajo ese contexto político, ¿cuál es el medio que utilizan los jóvenes turcos para encontrar música? Ahora puedes hacerlo accediendo a Internet, pero en nuestro tiempo, en los ochenta y noventa era más difícil. La única manera era visitando  tiendas de discos que importaban música, pero no música pop sino estilos alternativos. Tú ibas a las tiendas de discos a encontrar música diferente y aprendías del mundo exterior. -Además de visitar las tiendas de discos, ¿compartían música en el mundo underground con sus amigos o conocidos? Sí, el medio era a través de cintas. Hacía copias de cintas grabadas por los dos lados. Era la principal forma de recibir música de tus amigos o dársela a ellos, eran cintas grabadas de baja calidad. Incluso a principios de los noventa entregabas cassettes con arte hecho por ti mismo, ponías los títulos, los decorabas y hacías mixtapes. -¿She Past Away podría considerarse un proyecto que va en contracorriente de la ideología y los valores dominantes de su país? En muchas formas sí, porque no es bien visto que expreses ideas o sonidos extraños. En un país como Turquía no es muy normal cambiar los instrumentos tradicionales por otros, aunque esto no nos guste. Así que en lugar de hacerlo, elegimos la guitarra y la batería eléctrica. -¿Qué géneros se escuchan más en tu país? La música tradicional, Pop o Folk turco. -¿Hay una escena de Dark-Wave en Turquía? Sí, pero el Dark Wave y el Post Punk no son escenas fuertes. De hecho la mayoría de sus giras han sido en Europa, en Latinoamérica y recientemente en Estados Unidos, ¿cómo ha sido la aceptación del público? Muy buena, hemos agotado las entradas de las giras. Nos han recibido bien en Europa y Estados Unidos, pero veo que en México y Sudamérica, es decir, en Perú, Chile, Argentina y Brasil hay una conexión más fuerte, siempre están en busca de cosas nuevas. -¿Qué nos espera para esta noche? Locura. México siempre es genial, la audiencia es muy entusiasta. Esta es nuestra cuarta vez aquí y cada vez que tocamos la audiencia es la más ruidosa y nos da el máximo. Si te quedas al concierto lo verás por ti misma

Entrevista con She Past Away: la última expresión del Dark-Wave desde Turquía Leer más »

Beth Orton a 20 años de su disco ‘Central Reservation’

En 2005 el libro 1001 albums you must hear before you die (2005) incluyó a Central Reservation dentro de su lista de discos básicos de música en los últimos 70 años, sin embargo, resulta extraño hablar de una leyenda del folk electrónico y orgullo de Norfolk, Inglaterra, que es prácticamente desconocida de este lado del mundo: Beth Orton. A pesar de tener una larga trayectoria y estar a la par de figuras emblemáticas como K.D. Lang, Suzanne Vega y Sarah McLachlan, pareciese como si la compositora hubiera pasado de noche en nuestro continente, como una figura olvidada en el tiempo, justo como la música de Sixto Rodríguez y la carrera de los Rolling Stones desde los años 80 o el último disco de Bob Dylan. Con más de 25 años de carrera, Beth Orton nos ha entregado su alma y su voz en cada uno de sus trabajos musicales, que deambulan desde el folk y la electrónica hasta el ambient y el downtempo, gracias al elaborado panorama de sonidos que es capaz de arrancar con un pequeño conjunto de sintetizadores, pianos, guitarras y pedales de distorsión. Su primer trabajo a nivel comercial, Trailer Park (1996), fue nominado a mejor álbum de Reino Unido en los Brits Awards y al año siguiente conseguiría competir en la misma terna por el Mercury Prize, mientras se daba tiempo de colaborar por primera vez con un nuevo dúo de Manchester que se hacía llamar The Chemical Brothers con resultados enormes y conmovedores: Alive Alone, última canción del Exit Planet Dust. Sin embargo, el reconocimiento más notorio de su carrera (al menos en Europa) llegaría gracias a Central Reservation (1999), una joya perdida en el tiempo que el pasado 9 de marzo cumplió sus primeros 20 años. Un disco lleno de tonalidades divergentes en donde Orton hace despliegue de su potencial como compositora, con verdaderos momentos de dolor a los que recurre para olvidar y para sanar, en contraste con las armonías de su voz en Free to Believe, Stars all seem to weep y Devil Song, llenas de una calidez tan reconfortante que pareciera como un faro de luz en medio de una tormenta de emociones, además de aventurarse en terrenos quejumbrosos y ríspidos como el blues y el soul en Sweetest Decline, Love like laughter y Pass in Time, en esta última acompañada por otro grande del jazz-folk: Terry Callier. El segundo trabajo de Orton deambula entre una sensación de vacío existencial y la necesidad de alejarse de todo y de todos luego de perder a su madre durante las grabaciones de dicho álbum, una constante que se puede sentir desde su apertura con Stolen Car hasta el remix de Central Reservation, aunque irónicamente, también se trata de uno de sus trabajos más ligeros y fáciles de escuchar, gracias a la increíble producción de Ben Watt (Everythng but the girl) y David Roback (Mazzy Star) quienes se encargaron perfectamente de llevar las emociones y sentimientos de la cantante a pequeños arreglos de Jazz y Soul que encajan a la perfección con su estado de ánimo y dejan ver destellos de Nick Drake y Sandy Denny en su adn musical. Su poca notoriedad en el mercado americano, lejos de ser una limitante, ha sido su mejor arma para mantener su música a una distancia prudente de una industria indolente y sin rostro, continuando su carrera con 2 discos más que exploran sus raíces en el trip-hop y el electro-pop Daybreaker (2002) y Comfort of Strangers (2006); un regreso totalmente acústico en Sugaring Season (2012) y una mezcla de toda su evolución musical en Kidsticks (2016), donde su faceta como madre se refleja tanto musical como visualmente de forma magistral, sin perder el toque melancólico que le otorga su voz a cada una de sus melodías. Beth Orton es uno de esos ejemplos en los que un artista con gran talento no siempre logra llamar la atención de un público masivo al no contar con “ganchos musicales” o fórmulas preestablecidas que la habrían llevado por un camino mucho más relajado y cómodo, por el contrario, la oriunda de Norfolk ha elegido un camino duro: se ha negado rotundamente a convertirse en un producto prefabricado, a escribir hits momentáneos, a llenar estadios; en cambio, ha decidido ser trascendente bajo sus propias reglas y estándares de calidad, nunca ha seguido ninguna moda musical, ni ha formado parte de ninguna escena y solo compite contra ella misma en cada material publicado. Ese es su legado para el mundo, uno de más de 25 años que la ha colocado más allá del bien, del mal y del folk, y ahora gracias a los servicios de streaming se encuentra a uno cuantos clics de distancia. En este 2019, la artista colaboró con Mercury Rev en su último disco-homenaje a Bobbie Gentry: The Delta Sweete y se encuentra momentáneamente de gira con ellos hasta el próximo mes de Octubre, justo a unas semanas de su presentación en la CDMX. A quien escribe estas líneas nada le haría más feliz que poder ver por primera vez a Beth Orton en nuestro país, aunque sea acompañando a otra banda legendaria como Mercury Rev. Solo el tiempo lo dirá…

Beth Orton a 20 años de su disco ‘Central Reservation’ Leer más »

Scroll al inicio