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Escucha profunda: elige un disco, cierra tus ojos, deja el teléfono lejos de ti

¿Qué discos te gustaron o disfrutaste este año?¿Realmente lo escuchaste de principio a fin? Cuando ves una película o lees un libro éstos necesitan tu total atención, lo mismo pasa cuando escuchas un disco que te gusta.

Regálate un rato. Elije algunos álbumes completos, ya sea de tu colección o de tu servicio de streaming favorito.

Escucha.

Los músicos, al igual que en el cine o en la literatura, pasan meses y a veces años haciendo sus álbumes. Luchan por composiciones, melodías, puentes y ritmos con intensidad.

Pero la mayoría de nosotros somos un poco descuidados cuando se trata de escuchar álbumes. Ponemos el trabajo de los artistas mientras nos desplazamos por Twitter, incluimos en listas de reproducción y nos olvidamos de muchas canciones, de hecho a mitad del disco ya no estamos prestando atendión, a pesar de que están secuenciadas para que se escuchen en orden.

No tiene por qué ser así. Hubo un tiempo en que los oyentes trataban la mera existencia de un sonido grabado como un milagro, una maravilla, una especie de viaje en el tiempo. Imágenes de mediados del siglo XX muestran personas o familias sentadas alrededor de sus sistemas de alta fidelidad como si estuvieran calentadas por una chimenea. ¿Recuerdas haber visto estas escenas?

La compositora y profesora experimental Pauline Oliveros acuñó la frase “escucha profunda” solo para esta práctica. Definiéndola como una especie de “atención radical”. Escribió: “me distingo por escuchar y escuchar. Escuchar es el medio físico que permite la percepción. Escuchar es prestar atención a lo que se percibe tanto acústica como psicológicamente”.

Quizá no siempre se pueda, pero cuando sí: pon tu celular lejos de ti, ponte cómodo, pon tu bocina favorita o tus audífonos, lo que sea que funcione mejor. La atención plena es esencial. Enciende una vela o no, no importa, pero la luz tenue mejorará el entorno. Pon un volumen adecuado. El punto es escuchar con tus oídos de la misma manera que lees con tus ojos o como degustas un platillo de comida, para absorber sus sabores.

Inténtalo. Déjate ir. Las cosas pueden no estar del todo bien, pero hay música.

Con información de Los Angeles Times.

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