Para el segundo trabajo de larga duración, Fake Names recluta de forma permanente al baterista Brendan Canty, de Fugazi, que ya colabora en el EP del mismo nombre en 2021. Otra pieza importante que se suma para todos los fanáticos del punk hardcore, a saber, es Brian Baker (Minor Threat, Dag Nasty, Bad Religion), Michael Hampton (S.O.A., Embrace, One Last Wish), Dennis Lyxzén (Refused) y Johnny Temple (Girls Against Boys, Soulside). El homónimo álbum de debut de hace 3 años había puesto sobre la mesa un potente y aparentemente contrastado concentrado de power pop-punk y política, todo melodías como There was no tomorrow, que encajaba bien en la estela ideal de producciones que ha dejado una buena huella en el tiempo. El quinteto regresa con la intención de darle más impulso al mensaje con mayor sabor visceral y pop y si ya no tenían nada que reprochar desde este punto de vista. En comparación con su predecesor, el disco es más preciso y atento a los desarrollos armónicos, pero al mismo tiempo capaz de tocar de forma directa y potente gracias a la mayor afinación de la mezcla de rock&roll, catarsis melódica y socio-crítica política a partir de mensajes fáciles. Una manera demasiado fácil de transformarse sin saberlo en objetivos que pueden ser manipulados por el sistema, peones privados de elección que se perciben a sí mismos como nada frente a la existencia. La última circunstancia está bien narrada con tomas melódicas de hardcore al estilo Dag Nasty, de la canción principal.