Descansa en los hombros del músico de Leicester, Ryan Lee West (aka Rival Consoles ) la enorme responsabilidad de ofrecerle a nuestros oídos un equivalente sonoro del fragmentado, complicado y bi-polar filme “Per-sona” (I. Bergman, 1966). Seamos honestos, esta misión es pretenciosa e inalcanzable, sobre todo si se considera toda la influencia que aquel thriller sicológico disfuncional de pulsión lésbica y de monólogos bizarros y muchas elipsis mudas legó al arte cinematográfico. ¡Qué cosas!, pero el detalle, no obstante, es coqueto, se agradece y es la intención la que cuenta. Género: Neo-Electrónica | Experimental Label: Erase Tape Records 2018 ⭑⭑⭑⭑1/2 “Persona”, el disco, no es una obra maestra pero si es de lejos la mejor grabación de Lee West, comparte con la película del genio sueco, su in-tento por arrastrarnos a una experiencia de corte surrealista, pulsando en nuestro subconsciente, presentándonos muchas aristas, aunque no es tan raro como la pieza a la que rinde tributo y a la larga resulta mucho más digerible e inteligible. En su cuarto larga duración el británico encuentra su identidad. Después de varios intentos en el Dance y el IDM (Intelligent Dance Music) confrontando tecnología análoga, manipulaciones de instrumentos acústicos y el uso de pedales para con-figurar capas, a Rival Consoles finalmente se le siente cómodo acercán-dose a una música abstracta e intuitiva que invita al oyente más a ensi-mismarse y menos a bailar. Cortes como “Rest”, “Untravel” o “Dreamers Wake” son puro ambient etéreo que conecta con nuestro costado más espiritual y trascendente, mientras que en otros tracks como “Hidden” o “Persona” no abandona-mos la pista de la discoteca después de todo. Por otro lado, “Be Kind” resalta por su naturaleza improvisada del mismo modo que “Fragment” lo hace por su descarado minimalismo y en ese orden “Sun´s Abandon” por su confesión dream-pop mientras que “Phantom Grip” reluce por su eclecticismo. Rival Consoles ha prensado un disco que se disfruta sin esfuerzos mien-tras contemplamos sin compromiso, Lee West ha cocinado un banquete en el que ningún platillo desmerece y al que por cualquier lado es posible entrarle; puede que resulte menos vanguardista que el imposible experi-mento de Bergman, pero venga, que la vida es corta y lo que hay son maneras de desdoblarse.