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Roma: la música que definió a México en los años 70

En diciembre del 2018 llegó a Netflix la galardonada película Roma, de Alfonso Cuarón. Una película que se enfoca en la vida de Cleo, una empleada doméstica en la Colonia Roma del México de 1970. La película ganadora del Oscar por Mejor Director, Mejor Película Extranjera y Mejor Fotografía logra transportar al espectador de vuelta al pasado, a través de los recuerdos de Alfonso Cuarón. Además, estuvo nominada a Mejor Sonido y Mejor Edición de Sonido, a cargo del talentoso Sergio Díaz, quien se encargó de encontrar cada uno de los elementos sonoros que hacen que la película tenga una gran peso evocativo. En cine, los elementos que componen un filme, como la fotografía, dirección, escenografía y el vestuario, le dan a éste las herramientas para sumergir al espectador dentro de ella. Pero hay un elemento en específico que llega a empatar con las fibras sensibles de la persona, y ese es la música. Uno de los elementos más fuertes dentro de la película multipremiada de Cuarón, es el Diseño de Producción, el cual, ha llevado al equipo de este departamento a reconstruir, con detalles minuciosos, el México de 1970. Roma es una película que carece de música original, todo lo que podemos escuchar dentro de este viaje a los recuerdos del pasado, son los sonidos que nos remiten a ciertos lugares, como el sonido del afilador, el del camotero, o inclusive ruidos, como los gritos de comerciantes ambulantes o el tráfico. Y es aquí, que la música entra de forma circunstancial, apareciendo como guiños, constituyendo un elemento fundamental para transportarse a esa época. El México de 1970 es una época definida por movimientos sociales que agitaron al país. Las marchas y represiones estudiantiles del ’68 y ‘71 dieron visibilidad a los problemas nacionales e hizo evidente el autoritarismo gubernamental. De este primer movimiento, la música de protesta se volvió parte del espíritu de los estudiantes, siendo Óscar Chávez y Judith Reyes los músicos que serían la voz del movimiento junto con Joan Baez, Leonard Cohen, Bob Dylan y Peter Seeger, quien fue invitado por el Partido Comunista a tocar en la Facultad de Ciencias de la UNAM. Los grupos de Rock&Roll de la década los 60 comenzaron a diluirse, Enrique Guzmán, César Costa y Johnny Laboriel dejaban Los Teen Tops, Los Camisas Negras y Los Rebeldes del Rock respectivamente, y comenzaron a forjar sus carreras como solistas. Mientras tanto, el movimiento hippie comenzaba a influenciar a los estados fronterizos. Si se tuviera que elegir a un género musical que haya definido a esta década, definitivamente sería el de balada romántica con arreglos sinfónicos. A pesar de las cosas que sucedían en el país, esta música sirvió para poder hacer al mexicano olvidar su realidad. Es en 1970, año en el que transcurre la película, que las carreras de artistas como Leo Dan, Juan Gabriel, José José y Rocío Durcal se consolidaron y marcaron a gran cantidad de la población haciendo que sus canciones vivan hasta nuestros días. Los grupos sudamericanos y españoles encontraron en México la cúspide de sus carreras, como lo fueron Los Pasteles Verdes, de Perú, Los Terrícolas, de Venezuela, o Los Ángeles Negros de Chile. Por ejemplo, Leo Dan, originario de Argentina, llegaba a tierras mexicanas en 1970 con el éxito Te he prometido. Él era gran aficionado de la música mexicana, y aquí, grabó otras canciones que le llegaron al público nacional, como Toquen mariachis canten y Mi última serenata. Este año, significó también el nacimiento de El Príncipe de la Canción, José José, quien tuvo como primer éxito la canción La Nave del Olvido. Meses después, se presentaría ante un público internacional televisado en el II Festival de la Canción Latina, con sede en el Teatro Ferrocarrilero de la Ciudad de México, en dicho evento, cantó por primera vez el éxito que marcó su carrera para siempre, El Triste. El Divo de Juárez, Juan Gabriel, después de graves problemas financieros e incluso penales, lanza en 1971 su primer disco Alma Joven, con el sencillo No tengo dinero, este álbum -al igual que con José José- ayudó a posicionarlo como uno de los interpretes de balada romántica más importantes del país. La música que nunca ha faltado en el corazón de los mexicanos es la de artistas como Álvaro Carrillo, Javier Solís y los clásicos Pedro Infante, José Alfredo Jiménez y las irreverentes canciones de Tin Tan. Todos estos artistas, consolidados 20 años antes, seguirían marcando a la población. Pero no todo fue música romántica y baladas durante la década de los años 70. Esta década representó el punto de quiebre para las bandas de rock nacional. Había una división musical demasiado amplia, porque, a pesar que los artistas antes mencionados eran de consumo masivo, las clases populares y sectores más contestatarios se inclinaron al rock. Es así, que tres meses después de la Matanza de Corpus, se llevó acabo el primer festival masivo de música en México, el Festival de Rock y Ruedas de Avándaro, considerado el Woodstock Mexicano, el cual estaba programado para 5 mil asistentes, que verían una carrera de autos acompañados de bandas, pero la asistencia final fue alrededor de 150,000 personas, que experimentaron en el festival una especie de catarsis social que emanaba del recuerdo de las matanzas de los años anteriores, además de expresar el amor libre y el uso de drogas. Fue en este festival que la banda Three Souls In My Mind, después conocida como El Tri, que marcaría y sería el estandarte del rock de esa década. Después de este evento, el gobierno mexicano prohibió grandes reuniones juveniles, para evitar nuevos movimientos y cerró las puertas en el país a grupos internacionales de rock a presentarse por esta misma razón. Es por eso, que la música en México que llegaba a las grandes audiencias, era aquella que fuera más tranquila y de temas más generales. Roma se desarrolla entre 1970 y 1971. Como se puede observar, este par de años sirvieron como punta de lanza para el desarrollo

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5 grandes del Doom Metal

El sonido central de Doom Metal es reconocible al instante, y lo ha sido durante más de 45 años. Y aunque los practicantes actuales han modificado un poco la estructura, la han combinado con otros subgéneros y han acelerado o hecho los tiempos más lentos, el Doom siempre tendrá su lugar en el léxico del metal. La estructura de la música está arraigada y el impacto emocional del Doom es paralelo al espíritu drenado y abatido de artistas como Robert Johnson y Son House. Pero el sonido se amplifica y se amplifica. Desde el momento en que Black Sabbath rompió con su debut homónimo en 1970, esencialmente definiendo el metal en proceso, sentaron las bases de lo que posteriormente sería el Doom, el cual transmite sensaciones de oscuridad con guitarras difusas, ritmos arrastrados y voces generalmente sosas. El ritmo es primordial, al igual que una cierta cantidad de repetición, que generalmente se logra con acordes de guitarra aplastados y silenciados complementarios, melodías y ritmos menores que aumentan y disminuyen, solo para volver a aumentar. Una vez que el Doom tuvo un punto de lanza nunca fue lo mismo. Primera ola (1971 – 1990) Pentagram Una de las primeras bandas en aprovechar el nuevo y ennegrecido espíritu de la fatalidad fue Pentagram, de Virginia, que inyectó sus canciones con los sonidos de Blue Cheer, Jethro Tull y Uriah Heep. El líder Bobby Liebling, un individuo volátil con una larga historia de adicción a la heroína y una reputación reciente de misoginia, fue prolífico desde el principio y escribió docenas de canciones en los primeros años de existencia de la banda. Pero unos pocos singles que sacó Pentagram entre 1973 y 1979 fueron ignorados en gran medida hasta su primer lanzamiento. Su debut homónimo salió en 1985 y capturó la turbulencia de la banda. The Obsessed   A lo largo de las décadas el pilar del doom metal de Estados Unidos. Los veteranos del Doom comenzaron su carrera en 1976 en el grupo Warhorse de Potomac, Maryland, que en 1980 cambió su nombre a The Obsessed. Al igual que con otras bandas tempranas de este género, llevaría casi una década para que el público se pusiera al día con el grupo, que tocaba influenciados también por el punk. The Obsessed finalmente dejó su marca en 1990 con su debut homónimo, que había sido grabado con Wino en 1985. Poco después, Wino dejó Saint Vitus y regresó a The Obsessed para grabar 2 álbumes bien recibidos, Lunar Womb de 1991 y The Church Within de 1994. Un año después la banda se separó por segunda vez. Sin embargo, en 2016, Wino reformó The Obsessed con miembros de The Hidden Hand, Spirit Caravan y Ghost Ship Octavius.  Saint Vitus Saint Vitus se formó en Los Ángeles en 1981 y se llamaron así por la canción “Saint Vitus Dance”, de Black Sabbath. Su vocalista original era Scott Reagers, pero la banda se hizo más conocida como el vehículo de Wino. Mientras que Saint Vitus era claramente partidario de la fatalidad y favorecía los ritmos ominosos, los gruñidos de estallidos, los ritmos en expansión y las voces histriónicas, se firmaron con el guitarrista SST Records de Black Flag, Greg Ginn, quien los animó a acelerar parte de su música. Así capturaron su sonido con un poco más de música punk que la mayoría de las bandas del Doom. Candlemass   En los años 80 las bandas suecas de metal rara vez tuvieron un impacto global, pero con el lanzamiento de su debut en 1986, Epicus Doomicus Metallicus, Candlemass fue ampliamente abrazados por el underground y rápidamente llegó a la cima del metal. La banda tocó canciones de múltiples facetas conducidas por voces tristes, acordes de poder penetrante, curvas sombrías de cuerdas y pistas melodías ardientes. Lanzaron 4 álbumes más antes de separarse en 1994. Desde entonces, se reunieron con varias formaciones y lanzaron numerosos álbumes, incluido el disco doble Epicus Doomicus Metallicus – Live at Roadburn 2011. Segunda ola (1990 – ) Sleep La última banda de Stoner-Doom de la que haremos referencia abre un nuevo ciclo a partir de la década de los 90 y permeando parte del sonido del género que existe en la actualidad. Sleep se formó en San José, California en 1990, con la influencia de Saint Vittus y de Black Sabbath. Al centrarse en los patrones rítmicos lentos, las líneas de bajo tambaleante y los acordes de poder sostenidos y vibrantes, la banda creó canciones oscuras y trascendentes que reverberaban con un ambiente psicodélico. Después de 2 discos, el volumen uno de 1991 y el de Holy Mountain de 1992, la banda fue firmada por el sello principal London Records. En 1995, Sleep presentó Dopesmoker, un álbum de más de una hora compuesto por una sola canción. El sello renombró el registro de Jerusalén, le pidió a la banda que lo editara a 52 minutos y luego retiró al grupo de la lista. Cuatro años después, Jerusalén finalmente obtuvo la admiración merecida y en 2003 fue reeditado con su tiempo original de reproducción de más de 63 minutos. Los oyentes pacientes podrán superar la mera repetición y apreciar los múltiples y sutiles cambios que lo definen. En 2018 lanzaron The Sciencies, lo cual marca un nuevo hito y faceta en la banda.

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Voices From The Lake: enigmas de un trance hechicero

Donato Dozzy y Neel son las voces que con sus mentes musicalizan este concepto. Debutaron en 2011 para la disquera Prologue con su EP: Silent Drops, pero no fue hasta que sacaron su larga duración y la propuesta de un acto en vivo que los reflectores voltearon a verlos. Llegó entonces el momento de Voices From The Lake, disco homónimo que advertía un techno más llamativo y de una manera evocadora hacia nuevos pasajes a lo desconocido, quizá comandado por el misterio y la intriga. La obra está compuesta y llena de matices esotéricos que diversifican la propiedad de nuevos géneros.  El sonido electrónico ambiental que manejan son registros atraídos sorprendentemente de las profundidades de sus sintetizadores atemporales. Una jugada atrevida sin duda pero efectiva cuando se llega al nudo de las composiciones, es imposible resistirse al efecto de su trance hechicero.   La magia de este dueto es que logran mantener un ritmo constante ligeramente más lento que la mayoría de sus contemporáneos, esto crea un punto de referencia sobre hacia dónde se dirigen las cosas. Es como si lograran tipificar rítmicamente las sonoridades de sus percusiones apuntaladas por los lamentos de un mundo en donde los espíritus también escuchan, también sienten, también bailan. Eso puede sonar aterrador y quizá lo es, sin embargo; es extrañamente reconfortante escuchar la música de este dúo italiano. Cuentan con un disco en vivo liberado este 2015 bajo el sello Editions Mego que lleva por título Live At Maxxi y que pone en claro de todo lo que son capaces. El álbum nos abraza con mucha profundidad y sutileza, representa una nueva revelación, son espeluznantes, estimulan, atrapan y congelan el cerebro de quien los escucha por primera vez y ustedes pudieran ser los próximos. Son responsables de que lo hipnótico cobre un nuevo significado.  

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Shackleton: atmósferas macabras experimentales

Shackleton es una fosa llena de creaciones macabras experimentales sorprendentes, hay dubstep y muchos órganos sintetizados, le gusta el coqueteo con el techno y encontramos referencias inclusive, a la danza, es en pocas palabras un artista con un entorno intimidante que trasciende más allá de sonidos apocalípticos épicos. Si uno escucha detenidamente y rastrea el mensaje, encontraremos un sentido orgánico del movimiento de la música. https://www.youtube.com/watch?v=QoTJeEPH7cw Melódicamente en conjunto, a través de su mundo se percibe algo fantasmal con implementaciones espirituales que a su vez encuentran un equilibrio en tonos suaves y melancólicos. Los coros eléctricos o capas de voces con las que trabaja también están muy presentes y son su etiqueta personal. Eso es en gran parte a sus primeros trabajos que datan desde el 2005 cuando se inició, pero no fue hasta que gracias a la presencia de impenetrables, gruesas, apiladas y glorificantes disonancias casi imperceptibles a un nuevo mundo de frecuencias estéticamente cuidadas de su obra maestra: Music For The Quiet Hour / The Drawbar Organ EPs de 2012, que estableció su propio simbolismo, una especie de nueva síntesis mega abrazada en los avances que la tecnología moderna tiene que ofrecer. El disco arropa perfectamente y engloba todo lo que ha venido haciendo hasta el día de hoy, todo lo que produce puede parecer raro en comparativa con los círculos de la música de baile mundial porque él a diferencia de beats tradicionales muestra como estandarte morbosas imágenes y esqueletos rítmicos de su música. Acordes fúnebres y de alguno o miles de panteones desolados instrumentados por un órgano, un órgano que pareciera evocar las resonancias más monstruosas destinadas a generar conmoción en presencia de una deidad todo poderosa. Sam Shackleton requiere atención y múltiples escuchas. Es complejo y abstracto pero contagioso, magistralmente bien elaborado en la decadencia experimental. Si no están familiarizados con su mundo, puede tomar un poco de tiempo para acostumbrarse, pero una vez ahí, nulas ganas darán de alejarse de su extraño y desconcertante abismo. Un ente asombroso que ha marcado una evolución dejando tensión a su paso, una tensión hacia una música más madura.

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Dominick Fernow y su voracidad techno, noise, industrial detrás de Vatican Shadow y Prurient

Pareciera como si hubiera surgido de todo eso que asecha a una escena subterránea velada en secretos, pecados y delitos. Dominick Fernow crea pasajes siniestros fuera del mundo real e inspirado en las guerras del medio oriente como Muslimgauze lo solía hacer, todo desde su base interna de operaciones ya sea como Vatican Shadow, Prurient y demás proyectos de tintes techno/drone/noise/industriales. Ha liberado numerosos casettes que datan de finales de los 90 bajo su alias Prurient hasta que finalmente desarrolló un sonido de culto bajo las sombras del vaticano en 2011. Cada versión deja al descubierto una fotografía o pasaje militar y un título de alguna emisión extremadamente rara, maneja todo un concepto abstracto. La música de Fernow cuenta con la etiqueta de Blackest Ever Black, Hospital Productions y Modern Love. Por supuesto, no es un archivo mucho más profundo de las liberaciones en virtud de sus muchos otros aliases. El acto en vivo que presentará está cargado de explosiones espirituales, atmósferas negras y como su sello lo ha venido marcando: una conceptualización de la guerra en donde las únicas ruinas serán las que dejen bailando cada uno de los asistentes. Vatican Shadow es hostil y oscuro, está hecho de patrones repetitivos, su disco de 2013: Remember Your Black Day es la clara prueba absoluta. Distorsiones, percusiones y darksynths perfectamente equilibrados a través de las paredes cerebrales que habitan en Fernow. Su música es turbia y difícil, golpea fuerte y no deja lugar a respiro, es una extrema composición que redefine ritmos industriales, irregulares, atemporales, adormilados y que van por igual pintando un nuevo laberinto para mostrarnos un panorama infernal. Sus álbumes son muy directos y de gran propulsión, siguen la línea de un cambio evolutivo visible a una conexión funcional afinada al sentir inhumano, al apocalipsis. Es la mejor apuesta para una experiencia sombría, como si nos sumergiéramos en las profundidades de los abismos más para descubrir a nuestros peores fantasmas.

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u-Ziq, un ente creativo del IDM destacable en su generación

Mike Paradinas es un ente creativo del IDM destacable en su generación, ya que ha ido dejando huella poco a poco a través de su propio sello Planet Mu que es muy venerado en la actualidad. Su catálogo musical ha sido una bendición de texturas que pintan melodías de colores exuberantes con un efecto muy relajante. Es como la miel para los oídos que escuchan los creyentes de una síntesis suprema. Es impresionante. Está en la misma línea que otros gigantes como lo son Aphex Twin, Autechre, Luke Vibert y el mismo Squarepusher. μ-Ziq ha declarado que se siente  más cómodo tocando como DJ que tocando en vivo porque no siempre está al 100% en seguridad y confianza con sus propias canciones, pero últimamente ha experimentado y probado algunos métodos para hacer bailar a la gente. Cada disquera ha estado en un momento diferente de su carrera,  y ciertamente siempre genera algo de presión estar en un sello tan grande como lo es Virgin. Ya que dependes mucho de las ventas y después de un cierto resultado de ellas, ligeramente se limitan muchas de tus posibilidades. Para Mike Paradinas (su nombre de pila) la escena de la música electrónica actual es tan saludable como siempre lo ha sido. Tiene grandes ofertas en su  discográfica Planet Mu.

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Luke Vibert: trigonogramas del breakbeat

Luke Vibert es un productor británico muy prolífico, quizá un poco a la sombra de Squarepusher y Aphex Twin, éste último con el que comparte una amistad desde hace muchos años y que los ha llevado a tocar y grabar cosas juntos, sobre todo sets. Vibert fusiona breakbeats con acid, dub y hasta electro, el panorama sonoro que maneja es bastante amplio y nunca encasillado, le gusta experimentar, es un acérrimo de hacer eso. Tanto que sus diferentes alias lo avalan, dígase de Plug, Wagon Christ o Kerrier District. El imperio sonoro de Luke combinaba post-techno y ambient con hip hop experimental y drum’n bass, más tarde y con el paso de sus diferentes grabaciones e influencias definió un sonido más dubstep electro IDM, estilo esquizofrénico mezclado delicadamente con mucho funk. Su legado ha sido discreto pero sustancioso e importante, pues sin estar en la mira de los reflectores todo el tiempo ha tratado de redefinir los contornos de la música electrónica de los últimos años, lo cual le ha valido colaborar con artistas de renombre como Nine Inch Nails, David Sylvian o la agrupación de culto Meat Beat Manifesto.

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Paula Temple, techno intenso y ecléctico

Paula Temple es una de las referencias femeninas más representativas en la música electrónica global que podremos disfrutar en el presente. Es una mujer y productora con habilidades increíbles. Es intensa, astuta y ultra mega ecléctica, aunque pareciera que sólo se inclina al techno, no es así. Explora en sus “live sets” con música propia, los lanzamientos más voraces y clásicos que en ocasiones abarcan los géneros industriales o el techno de Detroit. Sus registros de creaciones cubren un futuro muy brillante por delante para ella ya que muchos tienen la idea de que se trata de una nueva artista pero no es así. Paula debutó en 2002 con The Speck Of The Future bajo el sello Materials y desde entonces ha mostrado una idea muy clara en su visión de redefinir la música techno. Su impresión artística la llevó a convertirse en la primera mujer en ser firmada en toda la historia de la legendaria discográfica de Bélgica: R&S Records. Pero ser DJ y productora no le ha bastado y también ha aportado en materia de tecnológica musical, siendo co-creadora de uno de los primeros controladores midi para tocar en directo llamado MXF8, que ella misma llevó de gira entre 2003 y 2005. Para el 2012 creo su propia disquera a la cual nombró Noise Manifesto, con producciones que llevan un mensaje de confrontación, y que éste a su vez, fue la inspiración detrás del título de la discográfica, que todo fuese invisible para alcanzar una liberación y eventos para recordar a través de un 50% de mujeres y artistas homosexuales. Paula Temple es infernal, desata patrones de ruido constantemente recurrentes a una realidad industrial, mientras que el ritmo que va construyendo está cargado de una energía muy obscura, lo que hace realmente interesante a dónde terminará todo esta odisea que se encuentra emergiendo de cero hasta alcanzar una brutalidad superior a las guerras atmosféricas de otros mundos. Es la señal que marca el nuevo origen de un nuevo templo en la electrónica completamente transhumano y sónico, quizá más uno que otro. No importa hacia donde se dejen llevar cuando la escuchen, el resultado siempre será un estruendo apocalíptico digno de una expansión/explosión muy cercana a un nuevo ¡Big bang!

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