En la búsqueda de inspiración de la moda de la mano de Lipton, llegamos a la década de 1960. Más qué ninguna otra de las décadas anteriores, los años 60 marcaron una importante ruptura en la historia de la moda. Los cambios sociales y culturales tienen un impacto directo en la forma de vestirse, convirtiendo a la moda en una verdadera forma de expresión, y dando comienzo al reinado de la juventud, qué desde la calle comienza a dictar tendencias. La música inspira, las mujeres se rebelan y se derriba el paradigma que determina lo que se usa y lo que no, cuándo se usa y quién lo usa. La revolución ha comenzado en todo ámbito cultural, cinematográfico, moda y música. La moda de los años 60 va mucho más allá del estilo hippie y bohemio con el qué tanto se relaciona. Ésta se define en una variedad de tendencias cuya principal consigna era romper con todas las reglas y descubrirse a uno mismo. Pero el cambio no fue repentino. De hecho, los primeros años de la década continuaron nutriéndose de la moda de los 50. La elegancia prevalecía de la mano de simples vestidos sin mangas y de largo hasta la rodilla, junto con accesorios cómo sombreros y guantes. Las faldas eran sueltas y femeninas, mientras qué los tops ajustaban apenas el cuerpo para marcar la silueta sin incomodar. El toque final: un peinado con mucho fijador al mejor estilo Jackie Kennedy, una de las principales musas de la época. En esos primeros años un joven diseñador comenzaba a llamar la atención en Francia por sus creaciones: Yves Saint Laurent, quien se convertiría más adelante en uno de los abanderados de la moda de esta década. Sus chaquetas se volvieron populares en 1963 y dieron inicio a la tendencia sportswear, la más importante de ese año. Chalecos, poleras y tapados de piel eran piezas infaltables en el guardarropas femenino. Para la primavera de 1964, las colecciones en París impactaron al mundo con controversiales escotes y desnudos como el muy recordado traje de baño sin parte de arriba diseñado por Rudi Gernreich (una mujer, por ejemplo, fue arrestada por usarlo en Chicago). Los moños se convirtieron en un accesorio complementario para cualquier peinado, mientras que las faldas se hacían aún más cortas y los vestidos presentaban transparencias. Entretanto, los hombres también buscaban un estilo joven con prendas a rayas y trajes de colores claros. Y “joven” es justamente la palabra que define la moda en la segunda mitad de los 60. Con las canciones de los Beatles como banda sonora, la revolución de la moda estalla en Londres, convirtiéndola en la capital de la tendencia por excelencia, quitando el título a París. La capital británica comienza su influencia en la moda y la british invasion desembarca en New York, donde al mismo tiempo surgía el Pop Art. El color impacta por doquier -en las pinturas, en la ropa, en las personas- dando lugar a un minimalismo teñido por una variedad de tonalidades. El vestido Mondrian de Yves Saint Laurent define este momento. Para 1966 la moda escapaba a la tradición. En Londres se creaba el look mod, con minifaldas (creadas por Mary Quant), medias can can texturadas, zapatos bajos y chaquetas de hombros caídos o de largo hasta la cadera. Texturas como el encaje y redes aparecen en las páginas de Vogue junto a botas altas que complementaban a la perfección las cortas polleras (que cada año se acortaban aún más). Personajes como las inglesas Edie Sedgwick, Jean Shrimpton y Twiggy se convierten en iconos de estilo de la época, influenciando distintos ámbitos y adoptando el término de “it girls”. Por su parte, los hombres llevaban pantalones ajustados y poleras, eliminando así el uso de corbatas. Mientras, las mujeres robaban sus trajes, dando lugar al concepto de moda unisex (sí, no lo inventó Calvin Klein). Los pantalones eran celebrados por su versatilidad y hacia 1968 comienzan a ensancharse, llevados indistintamente por hombres y mujeres. Hacia el final de la década la Alta Costura parecía ver su final, y el ready-to-wear ganaba terreno obligando a diseñadores como Balenciaga a retirarse. Es en las calles donde se dictan las tendencias y es allí donde se desarrolla el movimiento hippie. Buzos sueltos se combinan con pantalones anchos y los pañuelos cobran protagonismo, llevándose en la cabeza. La inspiración llega de países como Nepal e India, lo que aportó coloridos estampados a la moda, preparando así el terreno para uno de los principales estilos de los 70. Tal ha sido la influencia de los años 60 en la moda, que su espíritu continúa presente en las referencias actuales. Al igual que sus coterráneas de aquella época, Alexa Chung lo ha adoptado como propio, mientras que marcas como Moschino y Louis Vuitton lo han impuesto en sus colecciones. Al mismo tiempo, diversas revistas se han inspirado en la época, tanto en sus tendencias como en sus musas, con producciones que recrean la psicodelia de los 60’s.