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Teatro en Barcelona reabre sus puertas con un concierto para plantas

‪En Barcelona, el Teatro Liceu abrió sus puertas para que el Uceli Quartet interpretara “Crisantemi”, de Puccini, ante un público de más de más de 2 mil plantas. El artista Eugenio Ampudia inicia la actividad en el Liceu con un concierto para 2,292 plantas. Ayer 22 de junio se emitió por streaming el ‘Concierto para el bioceno’, en el que el cuarteto de cuerda UceLi Quartet interpretó ‘Crisantemi’ de Puccini para un público formado por 2.292 plantas procedentes de viveros de la zona. Como lo señala el video de Youtube: las plantas fueron entregadas posteriormente a 2.292 profesionales de la sanidad, concretamente del Hospital Clínic de Barcelona. El concierto nace de la iniciativa del Liceu y el artista junto con la Galería Max Estrella y el comisariado de Blanca De La Torre. Esta acción continúa con el diálogo entre el Teatre y las artes visuales que Víctor Garcia de Gomar quiere desarrollar dentro de su proyecto artístico y el preludio de una temporada 2020/21 llena de sinergias y encuentros entre disciplinas artísticas. Intérpretes de UCELI QUARTET: Yana Tsanova, violín Oleg Shport, violín Claire Bobij, viola Guillaume Terrail, violoncelo

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30 años del Goo, uno de los discos más importantes de Sonic Youth

Nueva York es una ciudad que alberga muchas culturas e ideologías, es el lugar perfecto para que una banda como Sonic Youth fuera vocera de la vida cosmopolita. Hace 30 años a finales de junio de 1990, lanzaron Goo, uno de sus discos más influyentes. Pasaron años para entender lo que sucedió con “Daydream Nation” (1988). Se acercaba el cierre de una década de consumo pop, la enajenación de masas, un terremoto en San Francisco que cobró 300 vidas, Michael Jackson siendo Michael Jackson y el término de un mandato tibio de un actor llamado Ronald Reagen, que cedería el poder a otro loco ex director de la C.I.A. llamado George Herbert Walker Bush. Eran tiempos raros donde los teenagers se sentían completamente invadidos por los supuestos preparativos de un nuevo mundo. Era 1989 y moría lentamente; mientras tanto, la radio estadounidense programaba a Depeche Mode con su “Personal Jesus”, a un joven renegado Phil Collins con su éxito “Another Day In Paradise” y se cocinaba el camino de la esperanza musical en Seattle llamada Nirvana. Kurt y compañía apostaban sus cartas con un sonido amable con “About a Girl”. Nadie sabía lo que 1990 tenía preparado, ni si quiera  Thurston Moore, Lee Ranaldo, Kim Gordon y Steve Shelley. Nueva York es la cuna del artista independiente con vísperas a la grandeza, el tiempo marcaba con exactitud el momento perfecto para llevar el sonido de Sonic Youth al siguiente nivel. La realidad, les importaba poco ser parte de una gran disquera tras-nacional. Aún les parecía encantador continuar con ese dialogo personal, que le hablaba a una generación desapegada del sueño americano. Cada uno de los integrantes de Sonic Youth buscó un nuevo sonido desde sus trincheras creativas, un sonido que ofrecía atmósferas que con el tiempo fue bautizó como noise. Sonidos extraños que no eran comunes al oído tradicional; lleno de aspereza y composiciones hipnóticas, en una constante variación de matices. Atonalidades, disonancias, distorsiones agresivas que de pronto se convertían en blancos y calma. El sonido de Sonic Youth fue perfecto contraste entre las pesadillas sonoras y los ritmos más sensuales que se encontraban para ensamblar y ser música. Su responsabilidad era crear un virtuosismo lleno de capas que narran momentos personales de cada uno de los integrantes. “GOO” era el statement de esa gran responsabilidad. Está producción de 1990 fue concretaba con la ayuda comercial de Geffen Records quien les dio un presupuesto importante para darle el mejor sonido jamas escuchado al sucesor de Daydream Nation. En la consola, la responsabilidad de ese sonido sucio con actitud y capaz de controlar esa rabia sonora fue del entonces ingeniero Nick Sansano; viejo colaborador de la banda, ahora profesor de The Clive Davis Institute of Recorded Music. También la responsabilidad se compartió con el productor Alemán  Ron Saint Germain; productor de Bad Brains y colaborador de algunas producciones de Kraftwerk, Jean Michel Jarre, Ornette Coleman y Lou Reed. La propuesta de la banda era armar un dialogo al escucha con vísperas de dejar ser para huir de la monotonía; es ahí, la razón del porqué GOO tenía que ser algo pegajoso. Sus tracks fueron sencillos que fácilmente entraron a la radio tal es el caso de “Kool Thing“, quizás la canción más pop compuesta por la banda con la participación de Chuck D. También escuchamos tracks como “Dirty Boots” cuyas guitarras parecían estar cayendo, retorciéndose y cargándose en todos lados. Algo que años después serian icono de Thurston Moore. Hubo sorpresas sonoras y una de ellas fue “Tunic” un track depresivo que era acompañado de una especie de marcha maldita con coros amenazantes: “Tú no irás a ninguna parte” como un taladro en la cabeza. A esto, sumemos el bajo que la volvía en una verdadera pesadilla. Cada quien interpreto el disco a su manera, era inicio de una década de liberación musical; después vino el grunge y con él, bandas que tomaron como estandarte ideológico la propuesta realizada en “GOO“. La portada también jugo un papel importante en la personalidad del disco ya que podemos ver en ella, la foto de David y Maureen Smith (hermana de Myra Hindley) dentro de un coche después de una audiencia en contra de los asesinos  Ian Stewart y Myra Hindley. Ellos cometieron por lo menos 6 asesinatos de niñas en Inglaterra en la década de los 60s´. Pero, hay un misterio más, ya que la portada tiene un texto que dice  – “I stole my sister’s boyfriend. It was all whirlwind, heat and flash. Within a week we killed my parents and hit the road” –  nada relacionado con la historia y la imagen; aunque se cree, que narra otro asesinato sin resolver. A la fecha se desconoce los motivos de ese texto. La portada ha sido re interpretada por muchos, convirtiéndola en icono dentro de las portadas contemporáneas de la música. Geffen sintió que sería difícil comercializar este disco en áreas de compras más conservadoras. Por otro lado; Thurston Moore dice que la banda se imaginó que la compañía tendría que trabajar un poco más duro, un simple intercambio de exigencias.

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Mira Discolocos, primer documental sobre la subcultura del sistema de sonido urbano High Energy

Discolocos, es la primera película-documental que retrata la subcultura del sistema de sonido urbano Hi Energy & Italo Disco, de la Ciudad de México, originada en los años 80 y 90 y que continúa hasta nuestros días Este documental está basado en las propias palabras y testimonios de los actores principales de esta movida subterránea originaria en los años 80. Muchos son los personajes que aparecen en este documental: desde el sonidero Polymarch hasta Pascal Languirand, miembro de Trans-X , banda de Quebec, Canadá, de estilo Hi-NRG y space disco mundialmente famosa por su canción Living on Video (1983). Pascal Languirand, es un músico y compositor que empezó trabajando para crear melodías para programas de TV a finales de la década de 1970. Su mentor fue Brian Eno. Discolocos, además cuenta la historia de varios actores y generaciones que han vivido de cerca esta música que sigue siendo una forma de vida para ellos. Un retrato ameno que tardaron en documentar más de 2 años. El High Energy surgió de la fusión del Disco y Synthpop en Europa, al que bautizaron como Hi-NRG en San Francisco y Los Ángeles, y con el paso de los años se posicionó y tomó su base mundial en la Ciudad de México.

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Simon Larbalestier, el ojo artístico de Pixies

La fotografía es el arte de guardar momentos estrictamente diseñados para recordar. Nadie como Simon Larbalestier para interpretar la oscuridad, el surrealismo y lo retorcido de una imagen a la perfección. Simon Larbalestier es un fotógrafo de Gales graduado de Royal College of Art en 1987. A través de su trabajo fotográfico, logra contar historias alternativas que recrean la sensación de curiosidad ante nuestros ojos. Esta visión alterna le permite conectar con gente que tenía los mismos fundamentos creativos. Ahí, en ese intercambio conoce al diseñador Vaughan Oliver, socio de la disquera 4AD. El amor que tenía Vaughan por la música se notaba en sus portadas; muchas de ellas eran inspiradas en trabajos de Salvador Dalí, Robert Rauschenberg y Andy Warhol. En una parte del libro Vaughan Oliver: Visceral Pleasures, Larbalestier consideró a Vaughan como una persona que complemento su creatividad para mejorar su nivel fotográfico. Eso le ayudó a narrar historias que juegan de manera visual con el argumento del disco. Incluso, cuenta que Vaughan; había estado en el mismo curso de diseño gráfico sin saberlo y que había tenido al mismo tutor, Terry Downling. Un gran hombre que fue mentor para los dos. Simon Larbalesteir fue considerado por años el “Fotógrafo de los Pixies“, la realidad es que este señalamiento le afectó en demasía ya que; muchas bandas que intentaron trabajar con él, lo rechazaban por miedo a que sus fotografías fueran como la de los Pixies. A pesar de la complicación, Simon fue parte clave para crear un fanatismo desmedido por todas las portadas de 4AD. También, aceptó que la labor de Vaughan y Chris Bigg en los impresos era muy importante para mostrar las texturas y elementos del montaje que él mismo colocaba a propósito en la producción. Años más tarde declaró que con la llegada del CD, esto se perdió. Dentro de sus experiencias en los trabajos con Pixies, decía que no le gustaba trabajar sus fotografías a color debido a su poco impacto visual. Por ejemplo; una vez al finalizar los tiros de cámara con su Rollieflex SL66 durante la sesión del Doolittle, el manager de los Pixies pidió de manera déspota tomar las fotos a color. Evidentemente Simon se rehusó y en su lugar añadió químicos para desteñir los bordes de todas las imágenes finales que se incluirían en el álbum, esto para hacer que el blanco y negro se vieran “más coloridos”. Su trabajo no sólo se conecta con la naturalidad del entorno, también crea escenarios que ayudan a la ambientación. Tal es el caso de la sesión de Surfer Rosa donde desarrolló un pequeño escenario. Cuenta Black Francis, vocal y guitarra de Pixies, que se imagino la portada de ese disco mientras componía canciones en el bar de mujeres donde su padre era el dueño. Larbalestier durante el shooting añadió el crucifijo y el póster roto, para dar un aire de catolicismo a las imágenes. Dentro del disco podemos ver más fotografías de esa sesión que en un principio tenían muy preocupados a la banda; ya que los desnudos eran cuestionables en las tiendas de discos. Incluso, el álbum llevaría el nombre de “Gigantic” canción que compuso Kim Deal, pero la banda temía que se malinterpretara por la portada. Es ahí donde deciden nombrarlo “Surfer Rosa” que es un extracto de la canción “Oh Golly!” que habla de una mujer desnuda.

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My Buddha Is Punk, documental sobre skinheads y punks en Myanmar, Asia

My Buddha Is Punk retrata la historia de un grupo de amigos que aman el punk y luchan contra la dictadura militar de su gobierno en Myanmaren, donde al final, pase lo que pase, es la música la que les da su verdadera identidad. Kyaw Kyaw es el protagonista y agitador principal en busca de su sueño: grabar canciones con su banda y lograr que más jóvenes se unan con el propósito de hacer despegar la escena punk, esto va transcurriendo al mismo tiempo de que crean su propio fanzine, la primer revista de punk de su país, un logro muy relevante para ellos, mientras no olvidan la raíz de todo, de ese fuego que saben necesitan extinguir, luchando contra las violaciones persistentes de los derechos humanos a las que han sido sometidos. Su filosofía, es, como lo marca el documental y ellos mismos, crear una simbiosis del budismo y el punk que rechazan el dogma religioso y sobre todo, político. Disfruta del documental completo y con subtítulos vía BáES RECORDS dando click aquí: My Buddha Is Punk, documental sobre skinheads y punks en Myanmar, Asia.

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Temas clave de la artista y una de las pioneras de la música electrónica: Laurie Anderson

Laurie Anderson, una artista única que trabaja en su arte sin ser contenida por él. En la década de los 80 parecía inverosímil en la escena post-punk, en donde a punta de violín y con un registro vocal inequívocamente tranquilo se abrió paso en las listas de popularidad logrando también allanar el camino para artistas contemporáneas como Kaitlyn Aurelia Smith y Jenny Hval, quienes comparten los banderines de Anderson para un audaz experimentalismo.  El trabajo de Anderson se basa en su papel de narradora de historias que gran parte ocurrieron en su vida mientras crecía y que originalmente comenzó a contar para entretener a su hermano menor quien tenía problemas para dormir.  Con un enfoque multidisciplinario, Anderson le dio sentido a su carrera artística mezclando escultura, cine y música, logrando extenderse entre la vanguardia y el pop. En 7 álbumes, la ahora de 73 años ha colaborado con figuras tan diversas como Nile Rodgers, John Zorn y su difunto esposo Lou Reed. Realmente no hay momento ideal para repasar la carrera de Anderson, por eso aquí tenemos algunos temas que sirven como una guía para entender la carrera expansiva y sorprendente de Laurie Anderson.  O Superman (1981) No hay un éxito más notable que O Superman, una canción de 8 minutos y medio de duración que se inspira en el minimalismo y la opera, una pieza musical densa e intertextual que forma parte de un disco compuesto por un espectáculo multimedia que mezclaba diapositivas, efectos de sonido y recitación de una concepción apocalíptica del poderío tecnológico de los Estados Unidos. El tema tuvo tanto éxito en el Reino Unido que alcanzó el numero dos en las listas de popularidad y colocó a Anderson como una artista de vanguardia con sede en Nueva York y un fenómeno del pop global dandole siete contratos en Warner Brothers. Cerca de cumplir 40 años, la canción suena tan fuera de tiempo como lo sonaba en 1981, lo que sugiere que Anderson estaba más que unas pocas décadas adelantadas a su tiempo.  From The Air (1982) From The Air es parte del camino que Anderson emprendió en O Superman pero con un ritmo más complejo, marcado en parte por la voz y el saxofón. A pesar de la participación tan importante de Anderson en este tema, no hay concesiones, por lo que se inclinó hacia sus idiosincrasias en lugar de trabajar en un tema más agradable para un publico más amplio.  Dark Angel (2001) La colación de Brain Wilson y Van Dyke Parks le da a Dark Angel una cualidad exuberante, como si se tratase de un musical perdido de los años 50 pero con una sensación nauseabunda que sugiere que la canción fue trabajada durante mucho tiempo; sin embargo, la voz de Anderson se siente improvisada, como si estuviera en un escenario mientras la música le persigue para darle ritmo. Un tema inteligente en el que la música de Anderson tiene un toque aún mas atemporal.  The Dream Before (1989) A diferencia del avant pop de sus primeros 3 álbumes, Strange Angels marcó un giro en la carrera de Anderson, en donde comenzó a quitar todos los arreglos a sus temas para hacer canciones marcadamente más musicales desde su enfoque. Al igual que en sus trabajos anteriores, en The Dream Before el movimiento de la canción está determinado por la narrativa pero nunca con tanto peso.  My Right Eye (2010) Con el lanzamiento de Homeland en el 2010, parecía que Anderson finalmente se sentía cómoda para sondear en la oscuridad sin tener que contrarrestarla con algunos temas o ritmos alegres. Canciones como My Right Eye tienen una cualidad directa que fue anticipada en trabajos anteriores como Strange Angels o Bright Red, enfatizando la voz sutil y expresiva de Anderson al tiempo que embellece la canción melódicamente con cuerdas y percusiones mínimas. Un tema que se siente honesto y sigue siendo tan intransigente como siempre.  A Story About A Story (2015) A Story About A Story es una reflexión sobre la vida, el amor y la muerte a través de la historia de su difunto perro, Lolabelle. Una línea ambiental de sintetizador que brilla levemente en el fondo mientras Anderson cuenta su breve historia. Un tema personal, con música austera en donde Anderson construye la canción con capas de voz narrativas antes de colapsar entre sí con un golpe final.  Estuvo casada con el cantante Lou Reed hasta la muerte de este iconico músico el 27 de octubre del 2013.

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NRMAL 2020 revive las presentaciones de Juana Molina, Wand y Belafonte Sensacional vía YouTube

Para muchos de nosotros y sabemos que para ustedes también, el festival Nrmal fue uno de los últimos eventos a los que asistimos este 2020 antes de la pandemia global, pero como el Nrmal es muy generoso ha subido a su canal de YouTube, fragmentos de las presentaciones de Juana Molina, Wand y Belafonte Sensacional para que podamos revivirlas a continuación. Juana Molina fue de lo más emocionante con una presencia sin igual. Fue hermoso llenarnos de sus vibras y conjuros sudamericanos que combina con guitarras y música electrónica de una manera tan especial. Wand dividió el cielo con sonidos mixtos entre el dream pop y la psicodelia, las atmósfera que crearon con sus guitarras atraparon a todos los asistentes, muchos encantados y otros dejándose encantar y sorprender con un cierre energizante. Belafonte Sensacional dejó claro que es actualmente una de las bandas más queridas y representativas de la escena nacional, desde sus letras y su energía, se han posicionado como una banda que en vivo destaca por inagotable energía y entrega. Lo dan todo.

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Punk: la teoría del caos, esto no es otro artículo de los Sex Pistols

El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo. Proverbio chino.  Si el aleteo de un insecto puede provocar un tsunami en otro continente. Si un virus puede paralizar al planeta tierra, ¿Cómo incide un concierto de punk en el mundo? El 4 de junio de 1976, el perturbador revoloteo de algunos disonantes riffs incitó una rebelión que haría explotar conciencias y, liberaría perpetuados juicios. El transgresor recital puso en el escenario a cuatro londinenses recién llegados a los veinte años, quienes con anárquicos óleos, bautizaron a su pandilla con el nombre de Sex Pistols.     El efecto mariposa y la teoría del caos, inspiradas en el batir de alas de una palomilla, argumentan que inestabilidad e imprevisibilidad genera cambios sustanciales en la evolución. ¡¿Qué más inestable e imprevisible que una función de los Pistols? ¿Cómo estos agentes infecciosos no iban a fundar alteradas transformaciones en la evolución del rock and roll?   Hace cuarenta y cuatro años las Pistolas Sexuales fraguaron El concierto que cambió el mundo. Se mostraron sin recato y exhibieron que la actitud lo es todo.  La ceremonia del levantamiento, a la que solo asistieron cuarenta inadaptados mancunianos, se conjuró en el Lesser Free Trade Hall, el más impropio de los sitios para dar voz, gritos e improperios, al cuarteto de las perturbaciones.   Algunos aducen que en esta sala de mediados del siglo XVIII habían tocado David Bowie y Pink Floyd, encumbrados actos que sucedieron en el Manchester Free Trade Hall, en el de los Pistols, el Lesser Free Trade Hall, se conjuraban huelgas o, albergaban conciertos de música clásica.   De los amplificadores brotaron mariposas nocturnas, surcaron encrespadas las detonaciones sexuales. Tras polinizar a la desenmascarada audiencia germinarían Joy Division, The Smiths, The Fall, Buzzcocks y un disímil etcétera. Prosperaría también la escritura, la fotografía y el diseño entre decenas de incalculables episodios por devenir.   Si ya había unas Pistolas Sexuales: ¿por qué no unas zumbantes? En realidad, no estamos en la música, estamos en el caos. Después de leer esta detonadora línea en una reseña de New Musical Express, para algunos las sagradas escrituras del rock, los Sex Pistols fueron expuestos a un par de imberbes, Pete McNeish y Howard Trafford. Después de asimilar la nota, enardecidos, elucubraron un plan tan llano como su situación, asistir a los foráneos conciertos de los recién descubiertos al día siguiente. Las ignominiosas fechas, 20 y 21 de febrero de 1976. ¡El sábado veinte, mientras fotocopiaban la revista Time Out buscando indicios de la caótica banda, leen el encabezado de un artículo, It’s the buzz, cock! La frase les reveló el nombre de su grupo, aún en gestión. Sin pistas de los inmorales apóstoles llaman a la revista NME. Neil Spencer, el autor de la turbulenta nota, informa a Trafford que al agente de la banda, Malcolm McLaren, lo podrían encontrar en su tienda, que resultó ser de ropa, también inquietante. Al llegar al tendajón textil, que estaba por cerrar, Pete y Howard se encuentran con McLaren, que les informa de los actos sexuales musicales de ese día y del siguiente. Delirantes, piden un auto prestado, manejan más de doscientos cincuenta kilómetros. Frenéticos, avistan la locura. Al día siguiente repiten la dosis. Tras atestiguar las alborotadoras funciones, en sus mentes solo deambulaba una palabra, caos, lo cual era insostenible cuestionar. El título de la revista desvirtuó en Buzzcocks, el dúo juvenil regresó con apellidos igual de desconocidos, Shelley para Pete y Devoto para Howard, los alias que pronto revelarían al mundo un inusitado advenimiento.   Hace más de novecientos años también hubo un relevante concierto Tuvieron casi cuatro meses para organizar la disonante sesión de una pub-rock band, qué podía salir mal. El boleto impreso mostraba dos insignificantes imprecisiones, señalaba Buzzcocks, banda en ciernes y quienes abrirían la incitadora gala, acto que no sucedería y, como año del evento, el de 1076, fecha tan imprecisa como todo lo que resultaría después. Los autores intelectuales de los fútiles errores estarían entre la venida del punk, Peter Oldham, Jon the Postman y Allan Hempsall. El claroscuro cartel promocional que anunciaba a las forasteras pistolas, fue creado por Jamie Reed, quien también sería el artífice de la portada del Never Mind the Bollocks, Here’s the Sex Pistols.     El solsticio olvidado Con relucientes sobrenombres a cuestas, Pete Shelley y Howard Devoto decidieron que su banda sería la encargada de preparar la velada de los representados por McLaren. Buzzcocks tuvieron su debut, desastroso, el 1 de abril de 1976, tan pronto ejecutaron tres canciones fueron desenchufados. Posteriormente dos de sus miembros se disgregaron del naciente zumbido. Sin reemplazos ni clandestinos remedios, llegado el 4 de junio cedieron su lugar a Solstice, La tercera banda de rock más grande de Bolton. El solsticio tuvo lugar entre treinta y cuarenta minutos con soleadas versiones de Santana, Uriah Heep y algunas propias, gracias a que Geoff Wilde, su líder, trabajaba en un molino con Howard Devoto, quien, sin opción, arregló que, pasado el cénit de Bolton, arribaran los liderados por Rotten a tocar bajo un cielo gris, desesperanzador y frenético.   Y en el quinto día el punk dividió al átomo del rock Malcolm McLaren, ataviado en ostentoso cuero negro, como anfitrión en el circo de las excentricidades, anunciaba con bombo y platillo afuera del Lesser Free Trade Hall, Los Sex Pistols, son grandiosos, son fantásticos, son realmente famosos.  Según la inscripción en el ayuntamiento de Manchester, una hoja a rayas con escasos datos escritos a mano, se registraron catorce libras por concepto de entradas. El costo de cada boleto, cincuenta peniques. Veintiocho boletos vendidos, irrisoria cantidad para las centenas que afirman legitimaron la gala. El concierto juro que ahí estuve, sería también el primero de los Pistols fuera de Londres. Sobre el escenario, acometiendo al no futuro, Paul Cook atizó tambores, bombos y platillos, que retumbaron en los ofuscados rincones de los juicios de la concurrencia, su comparsa, Steve Jones, más diestro en

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