Depósitio Sonoro

David Byrne

Radiohead se llama Radiohead por una canción de Talking Heads

Radiohead se llama Radiohead por “Radio Head” de los Talking Heads, conoce el contexto. La canción fue inspirada por el Brasileño Chico Buarque, básicamente David Byrne escuchó la canción que contiene el término “Radio Cabeça” que se traduce al inglés como ‘Radio Head’ y le llamó la atención bastante, lo encontró interesante y escribió sobre ello. Además de eso, también se basó en el actor Stephen Tobolowsky y su historia, del cual Byrne era un seguidor. A  Radiohead le gustó esta canción y cambió su nombre de On A Friday por Radiohead, nunca ha sido un secreto y en entrevistas Thom Yorke ha comentado sobre su gusto por los Talking Heads calificándola como una de las bandas más originales en la historia.

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La música en tiempos del Yo: descarga y comparte

“Si bien algunas personas pueden no estar conmigo ahora, los discos que escuchamos juntos, están todos aquí en mi pequeña caja blanca de recuerdos, todos amorosamente copilados y curados, esperando el momento en que podría volver a necesitarlos.” –Dylan Jones. IPod, Therefore I Am David Byrne cuenta cómo la música al ser grabada, comenzó a tocarse para las grandes salas, clubs y radios. Incluso como el hip hop está pensado para las bocinas en las cajuelas de los autos, y así, los graves y agudos se acoplen a la acústica las partes traseras de los autos. Incluso nos dice la forma en la que las aves han cambiado sus sonidos y cantos de acuerdo a que los cambios que sufren sus entornos y contextos. Un ave de San Francisco, no canta igual a un ave del bosque y a su vez, esta tampoco lo hace que un ave de mar. Todo lo sonoro cambia de acuerdo a su contexto. Después Brian Eno, comentaba el origen de la música ambient, cuando el famoso pianista francés Eric Satie, componía Gimnopedias para que apenas se notara y se integraran a los ruidos de los cubiertos, platos, vasos, voces y demás ambientes sonoros del restaurante donde tocaba los viernes por la noche. Esto me hace pensar que en algún momento, la música se integraba a los demás sonidos del mundo, ya sea en el metro, un camión, por la avenida más transitada o un parque. No estoy seguro que la música siga siendo parte de ese ambiente. El mundo gira y las formas de consumo también. La música sufrió cambios significativos a finales del siglo XX y en la primera década del mismo. En la era digital en la que vivimos, es importante señalar la desmaterialización de la música.  El MP3, YouTube, Itunes, el Ipod y ahora el streming con plataformas como Spotify o Deezer. Tal vez, comenzó con el CD player, que ya brindaba la oportunidad de cambiar de una canción a otra, de adelantar la pista, de pausar o repetir una pieza, cosa que con el casete sucedía, pero era tardado y tedioso, y con el vinilo, era prácticamente imposible. Todas las plataformas de consumo de música que mencioné anteriormente, son una maravilla en muchos casos, pero sin duda, trajo consigo nuevas formas de ver el mundo y entenderlo,  también, por supuesto, de contemplar la música. El Ipod, el MP3 o el streaming brindan las posibilidades de llevar tu colección de música en un pequeño rectángulo, una radio que programa perfectamente lo que quieres escuchar, de acuerdo al contexto, a tu estado de ánimo, en el lugar y tiempo que lo desees. Incluso ya existen playlist prediseñadas a tu estado de ánimo y actividad, como si fuera una radio personalizada.   La radio ofrece un sentido de sorpresa, a diferencia de los cientos y/o miles de canciones descargadas. La cultura de la descarga ha dado en vuelco en las formas de consumo ¿Acaso nos acercamos al perfil de un archivista compulsivo capaz de descargar, seleccionar y ordenar de forma casi neurótica la información que se brinda en la red, a la de un escucha amante de la música? Los accesos son inmediatos, y las herramientas para ordenar ésta información nos hacen todo más fácil, con un click nuestros discos o pistas están perfectamente ordenados por alfabeto, o por cuestione más snob que uno puede elegir. Comencé citando a Eno y su comentario sobre Satie, porque hoy en día, me parece que la música no se integra a los demás sonidos del mundo, al contrario, se aíslan y nos aíslan ¿Hay algo más antisocial que los audífonos en volumen alto para caminar por la ciudad? Al final “I”pod y “I”tunes es una señal clara de que el yo manda, mi música cuándo yo lo decido y dónde yo lo decido. Hace una semana me quedé sin internet por algunos días, y a pesar de contar con varios días de música en el Itunes, una pila de alrededor 100 Cd´s y otra de 300 casetes, sumando las 230 canciones que carga mi celular que reproduce MP3, me sentía incompleto en el sentido musical, me di cuenta que el Deeze lo es casi todo para mí en términos musicales, a través del Deezer descubro y reincorporo lo que necesite escuchar en ese momento. Puedo encontrar las lo que necesite: diferentes versiones de alguna canción o banda, covers, versiones en vivo o ediciones singulares, y por si fuese poco, todo se puede descargar, lo puedo llevar y curar a mi antojo y reproducir en mi computadora a la hora de trabajar, en la ducha o en el metro, siempre mi música y yo. Tal vez la era del MP3, el Ipod y la cultura de “descarga y comparte”  han sido la de cambios más radicales para la música y su forma de consumo, hoy en día el deseo es reducido a unos cuantos segundos en lo que carga nuestra plataforma preferida para escuchar música ¿Será que estamos en un proceso de extinción de la contemplación de la música al tenerla tan a la mano? Perdidos en la música, intentando escuchar todo lo posible, intentando absorber los accesos y los ritmos. A veces basta poner todo en “aleatorio” y listo, no tendremos que decidir qué escuchar, delegamos la responsabilidad a un rectángulo digital, dueño de nuestras más íntimas colecciones, que como dice Jordi Soler: a veces tengo la tentación de pensar que el aparato, esa hermosa maravilla tecnológica a la que van todos enchufados, importa más que la música que reproduce.  

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World Music: guía de los sellos más importantes de la actualidad

Hoy en día, las formas en que consumimos música expanden nuestras librerías de manera notoria, los medios y las ofertas a disposición son muchos, por lo que rápidamente vamos pasando desde el rock, electrónica, y por diferentes subgéneros, y cruces antes inimaginables. Sumergirnos a ese mar tan ríspido como puede ser el internet, ha cambiado por completo la forma en que nos relacionamos con la música, y de cómo ésta – de alguna manera- va construyendo nuestra vida. Uno de los principales horizontes más interesantes y probablemente para muchos, fascinantes, es esa etiqueta llamada “World Music” o música del mundo, (alguna vez David Byrne escribió una columna titulada “yo odio la música del mundo”) la etiqueta es por demás pretenciosa, condescendiente, y colocada por la industria para englobar a todo aquello que se salga de los estándares definidos, en ocasiones algunas de las música que encontramos bajo este membrete, son las más conmovedoras que alguna vez podríamos escuchar o bien, mucho más divertidas que lo que se encuentra en las superficies. Desde finales mediados de los años 60 existen disqueras etnográficas que se han dedicado arduamente a recolectar grabaciones, hacer registros originales, e investigar acerca de la música o los artistas que presentan, como en su momento lo hizo Ocora disques, con Charles Devuelle, o el mismo Marcel Cellier; quienes marcaron la pauta de cómo llevar a cabo una labor tan dedicada. La influencia de estás música ha sido importante, sobre saliente, y se puede constatar en álbums de David Byrne (Rei Momo) Peter Gabriel (The Last Temptation of Christ), Arto Lindsay (quien coquetea con la música brasileña desde hace años) o los incansables Dead Can Dance, por mencionar algunos, además de los músicos que han emergido de estas disqueras y que ahora se mantienen constantes fuera de su origen, presentándose en los grandes festivales. Esta es una guía por el sendero de los sellos más importantes en la actualidad. Luaka Bop Fundado en 1988 por David Byrne, y administrado por Yale Evelev. En la actualidad, el sello es una caja de pandora, uno de los responsables de presentarle al mundo el Tropicalismo (Os Mutantes, Tom Zé, etc..) de abarcar diferentes vertientes sonoras, desde electrónica vanguardista, funk africano (William Onyeabor), cruces musicales como el de Alice Coltrane en su último y exitoso lanzamiento, como también por ser descubridores en su momento de Los Amigos Invisibles. Uno de los sellos más eclécticos, accesibles y profundamente encantadores en la actualidad. https://luakabop.bandcamp.com/ Sublime Frequencies Sitiada en Seattle, Washington, este sello, presidido por Alan Bishop (Sun City Girls, Alvarius B.) y Hisham Mayet; en lo que podría ser el sello más esotérico de todos, enfocándose en gran parte por compilar grabaciones de campo y collages radiales del Sureste de Asia, Norte y Este de África, y Medio Oriente. Sin ellos no podríamos haber conocido algún día a Omar Souleymann o incluso a Bombino, músicos hoy con exposición mundial. La disquera se enfoca en ir más allá de lo musical, extender el disco como una pieza extra-geográfica, una experiencia que se acompaña de texto sobre los lugares, los problemas sociales, la religión, el viaje al lugar; la música se vuelve un pretexto para hablar de otras inquietudes geográficas. Cada lanzamiento del sello es garantía. https://sublimefrequencies.bandcamp.com Finders Keepers De Londres, Inglaterra, Finders Keepers se ha mantenido bajo el rigor de muchos coleccionistas, ya que, Andy Votel, su fundador, se ha dado la vertiginosa tarea de explorar y recolectar música olvidado de diversas partes del mundo. Esta labor de archivista, ha dejado en el catálogo del sello placas francamente hipnóticas, como lo pueden ser compilaciones de psicodelia turca de finales de los 60 o el primer álbum de la legendaria Selda. Si bien, la disquera es más un sello de archivo, donde existen soundtracks o lanzamiento que no tienen nada que ver con el tema, se han orientado con persistencia en explorar la música turca con sus etiquetas Anatolian Invasion y Sound Of Wander! https://finderskeepersrecords.bandcamp.com https://www.facebook.com/theFindersKeepers World Circuit/ Explorer Series (Nonesuch) Dos clásicos que no pueden faltar en ninguna colección, éste par de etiquetas que forman parte del sello de Nonesuch, se han encargado de forjar toda una escuela en cuanto a música global se refiere. La primera, encargada de lanzar artistas como, al africano Toumani Diabaté, al legendario ensamble búlgaro Le Mystére Des Voix Bulgares, el también mítico, Buena Vista Social Club, entre otros muchos álbumes de estudio bajo su catálogo, por lo que el sello actualmente funciona independiente del sello que emergió. Por otra parte, Explorer Series, se encargó de llevar las cosas a la vieja usanza. Desde finales de los 60, su catálogo –vasto- albergo una gran cantidad de música de campo que va desde Indonesia, Rhodesia, Burkina Faso, Medio Oriente, Grecia, e incluso México, acompañado de textos introductorios que ilustraban y acompañaban el recorrido musical. https://www.discogs.com/es/label/221084-Explorer-Series Awesome Tapes From África Sello estadounidense fundado por el archivista y DJ Brian Shimkovitz, quien ha ido por el mundo tocando música de su propia disquera – el cual hace algunos años visitó México-la cual se encarga de lanzar exclusivamente música del Norte y Este de África, en la cual compilan artistas olvidado, bajo una labor de archivista claro está. Por lo que sus géneros van desde el funk y soul más energético, pasando por cantos cercanos al Motown, y toques de jazz, al estilo más africano posible; su catálogo es una malgama de espacios completamente bailables y momentos conmovedores. https://awesometapesfromafrica.bandcamp.com/

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