Depósitio Sonoro

Psicodelia

La Historia de la Psicodelia: Orígenes, Influencias y Evolución Cultural

La psicodelia es mucho más que un movimiento artístico; es una manifestación de exploración espiritual, artística y cultural que desafió las normas y moldeó generaciones. Surgió en los años 60 como una contracultura, una forma de entender y percibir la realidad, influyendo profundamente en la música, el arte, la literatura, la filosofía y la vida cotidiana. En su esencia, la psicodelia se caracteriza por su interés en las experiencias alternativas de la conciencia, promoviendo un sentido de unidad y trascendencia en aquellos que la exploraron. Primeros Trazos: Orígenes Científicos y Filosóficos La historia de la psicodelia comenzó antes de su explosión en la cultura popular. En 1938, el científico suizo Albert Hofmann sintetizó el LSD (dietilamida de ácido lisérgico), una sustancia que en un principio estaba destinada a la investigación médica. Sin embargo, en 1943, Hofmann descubrió los efectos psicoactivos del LSD de forma accidental, y sus experiencias con esta sustancia abrieron nuevas puertas para la investigación de la mente humana y el potencial de los psicodélicos. Durante la década de 1950, las sustancias psicodélicas comenzaron a ser utilizadas en ensayos médicos en América y Europa, siendo investigadas como posibles tratamientos para enfermedades mentales, especialmente en contextos controlados. Los psicólogos y psiquiatras, como Humphry Osmond y Timothy Leary, encontraron en estas sustancias un potencial transformador que podría abrir nuevas fronteras en el tratamiento de la mente. La fascinación con las sustancias psicodélicas también comenzó a capturar la imaginación de los artistas y filósofos. Autores como Aldous Huxley abordaron en sus libros, especialmente en Las Puertas de la Percepción, la posibilidad de que los psicodélicos fueran una “llave” para acceder a realidades alternas, cambiando la percepción y trascendiendo las barreras del ego y la consciencia. Los Años 60: El Despertar de una Contracultura La década de 1960 fue el escenario de profundos cambios sociales y culturales. Movimientos como la lucha por los derechos civiles, el feminismo y el movimiento pacifista influyeron en la juventud que buscaba nuevas maneras de experimentar el mundo. En este contexto, los psicodélicos comenzaron a ser usados por grupos de jóvenes interesados en cuestionar las normas establecidas y experimentar con la conciencia. El movimiento psicodélico encontró en la música una de sus expresiones más poderosas. La música rock se convirtió en el vehículo ideal para expresar los ideales de la psicodelia, y artistas como The Beatles, The Grateful Dead, Jimi Hendrix y Pink Floyd comenzaron a incorporar sonidos experimentales, letras introspectivas y efectos de estudio que evocaban las experiencias psicodélicas. El álbum Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de los Beatles (1967) es un emblema de esta era, con una mezcla de sonidos, efectos y estilos que cautivaron a toda una generación. Los festivales de música como el Monterey Pop Festival en 1967 y Woodstock en 1969 se convirtieron en escenarios emblemáticos de la psicodelia, no solo por la música sino por la atmósfera de libertad, comunidad y apertura a nuevas experiencias que promovían. La Psicodelia en el Arte Visual Paralelamente a la música, el arte visual psicodélico comenzó a ganar terreno. Inspirados en las experiencias de los viajes psicodélicos, artistas como Wes Wilson, Victor Moscoso y Rick Griffin crearon carteles, portadas de discos y obras que capturaban las visiones y el espíritu de la época. Estos artistas se caracterizaban por el uso de colores vibrantes, patrones hipnóticos y tipografía fluida que evocaban el movimiento y la intensidad de una experiencia psicodélica. La estética psicodélica no solo influyó en el arte gráfico, sino también en la moda, con prendas de colores intensos, patrones repetitivos y diseños bohemios. Los carteles y las portadas de discos se convirtieron en un símbolo visual de la contracultura psicodélica. Literatura y Filosofía Psicodélica La literatura y el pensamiento también jugaron un papel fundamental en la psicodelia. Escritores como Ken Kesey y Jack Kerouac exploraron temas de libertad, rebeldía y autodescubrimiento en sus obras, mientras que poetas como Allen Ginsberg abrazaron la experiencia psicodélica como una forma de expresión espiritual y artística. El filósofo y psicólogo Timothy Leary, uno de los defensores más prominentes del LSD, se convirtió en una figura clave en la psicodelia. Con su famosa frase “Turn on, tune in, drop out”, Leary promovió el uso del LSD como una herramienta para la transformación personal y la expansión de la conciencia, alentando a la gente a desafiar las normas establecidas y explorar nuevas dimensiones de la mente. La Psicodelia en los 70: Un Declive y Nueva Evolución Con el final de la década de 1960, la psicodelia comenzó a declinar, ya que las autoridades de varios países comenzaron a prohibir el uso de sustancias psicodélicas. Además, los conflictos internos dentro de la contracultura y el cambio en las prioridades sociales llevaron a un interés decreciente en los ideales psicodélicos. Sin embargo, aunque la era psicodélica original llegó a su fin, su influencia persistió en la música y en la cultura pop. Bandas de rock progresivo, como Pink Floyd y King Crimson, continuaron desarrollando temas y sonidos que derivaban de la psicodelia, mientras que el punk y el new wave adaptaron algunos elementos de la contracultura para sus propias agendas. El Renacimiento Psicodélico en los 90 y la Música Electrónica En los años 90, la psicodelia experimentó un renacimiento, especialmente en la música electrónica y el movimiento rave. Artistas de psytrance como Shpongle y Infected Mushroom retomaron el legado de la psicodelia, combinando ritmos electrónicos y sonidos espaciales que evocaban experiencias psicodélicas. Los festivales de música electrónica se convirtieron en el equivalente moderno de los festivales de rock de los 60, creando ambientes donde la música, la tecnología y las experiencias sensoriales se fusionaban. Psicodelia en la Actualidad: Psicoterapia y Cultura Pop En los últimos años, la psicodelia ha vivido un resurgimiento con el renovado interés en la terapia psicodélica. Estudios en países como Estados Unidos, Canadá y Suiza han demostrado que sustancias psicodélicas como el LSD, la psilocibina y la MDMA pueden ser efectivas para tratar enfermedades mentales, como la depresión, el trastorno de estrés postraumático y la ansiedad.

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¡Despierta!: la psicodelia nacional de Viv and The Sect está de vuelta con “Wake Up” 

La icónica propuesta de garage y rock psicodélico mexicano, Viv and The Sect, rompe el silencio y regresa a la escena musical con el anuncio de “Wake Up”, el primer sencillo de segundo larga duración, el cual llegará a tus oídos el próximo otoño de 2024. Este track es directo, tajante y divertido, pretende hacer bailar a la gente con su ritmo soul pop, inspirada en artistas como Bruno Lomas, Los Salvajes y Los Bravos. El video oficial del sencillo, dirigido por Beto Vargas, nos muestra un vistazo a la vida de la banda, y en que se expone la diversión sobre el escenario como principal enfoque del proyecto. Baile, música y un escenario. Todo lo que los Viv necesitan. Viv and The Sect es una banda originaria de la Ciudad de México conformada por Aleph Aguilar (guitarra líder), Francisco Mariner (voz), Waco Fuzz (órgano), Mario Anguiano (bajo electrico) y Rombo de la Rosa (batería), que surgió en 2012 con una fuerte influencia de R&B y Garage. En 2016 lanzaron su álbum debut, This Will Pass, bajo el sello Get Hip Recordings, trabajo que dejó en claro la seriedad con la que la banda trabaja, y que dejaba escuchar una fresca propuesta sonora. Ahora, se preparán para la llegada de su nueva creación y segundo disco oficial de estudio, que fue producido por los mismos integrantes de la secta, logrando capturar la energía y la madurez adquirida a través de los años, teniendo como resultado un disco lleno de colores, matices, nuevos sonidos e introspección.En conversación para Depósito Sonoro, Leo Moreno platicó con Aleph Aguilar sobre su regreso, cómo la pandemia cambió el mundo, sus pasiones, inspiraciones y este nuevo material que presenta una nueva época en la creatividad de la banda. ¡Checa AQUÍ la entrevista! Para más info: https://www.instagram.com/vivandthesect/ https://www.facebook.com/vivandthesect

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Festival Hipnosis 2023: Celebrando la Música Psicodélica en México

El Festival Hipnosis, un evento anual que ha estado sacudiendo la escena musical en México desde 2017, es una celebración única de la música psicodélica y experimental. Con un enfoque en géneros alternativos, como el rock psicodélico, el stoner rock y el space rock, este festival ha cautivado a amantes de la música de todo el país y más allá, teniendo este año como headliners a los legendarios The Flaming Lips, Melody’s Echo Chamber y The Brian Jonestown Massacre.  Destacamos algunos puntos clave de este emocionante evento: Historia y Evolución Desde sus inicios, el Festival Hipnosis se ha convertido en un pilar de la escena musical alternativa en México, siendo los primeros headliners Black Rebel Motorcycle Club. Durante sus ediciones anteriores, el festival ha acogido una variada selección de bandas nacionales e internacionales que abrazan la experimentación musical y la psicodelia. Cada año, los organizadores han sorprendido al público con un lineup diverso y emocionante. Diversidad Musical Lo que distingue al Festival Hipnosis es su compromiso con la diversidad musical. El evento ha sido una plataforma para una amplia gama de géneros, desde el rock psicodélico y el stoner rock hasta el noise rock, teniendo actos consolidados como The Mars Volta y Primus, como de la nueva generación como los ya emblemáticos King Gizzard & the Lizard Wizard, creando un mosaico de sonidos que deleitan a los oídos más exigentes. Ubicación y Ambiente El festival ha tenido lugar en diversas locaciones de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, cada una cuidadosamente elegida para ofrecer el ambiente perfecto para la experiencia musical. Ya sea en el Deportivo Lomas Altas, la memorable intimidad del bosque en Las Caballerizas, Huixquilucan, y el Parque Bicentenario el Festival Hipnosis ha creado un ambiente relajado y acogedor donde la música y la creatividad se unen. Este 2023 la sede será en Parque Cuitláhuac, en la alcaldía Iztapalapa de la Ciudad de México.  Arte y Experiencia Visual El Festival Hipnosis no es solo música: también es un festín para los ojos. En ediciones anteriores, los asistentes han podido disfrutar de exhibiciones de arte psicodélico, instalaciones visuales y proyecciones que añaden una dimensión extra a la experiencia. El arte y la música se entrelazan para crear un ambiente inmersivo que estimula los sentidos. Venta de Boletos Los boletos para el Festival Hipnosis generalmente están disponibles en línea a través de Boletia y en puntos de venta físicos, como el Foro IndieRocks!, lo que facilita la compra para aquellos que deseen unirse a la celebración. El Festival Hipnosis ha sido un faro de creatividad y un espacio para aquellos que buscan una experiencia musical fuera de lo común en México. Si te apasiona la música psicodélica y experimental, el Festival Hipnosis es un evento que no querrás perderte. Para ganar uno de los 3 pases dobles que tenemos deberás enviar lo siguiente al correo [email protected] Enviarnos un correo en donde nos mandes 4 screenshots de que nos sigues en todas nuestras redes sociales (X, Facebook, Instagram, TikTok). Enviar un quinto screenshot de que compartiste la publicación de la dinámica de FB (https://bit.ly/3FrYy3N).  Decirnos 10 bandas que te gustan que se hayan presentado en cualquiera de las ediciones de Festival Hipnosis. Las primeras 3 personas, ganas. ¡Suerte!   

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“Nunca volveré a tomar ácido ni hongos”: entrevista a Psychedelic Porn Crumpets – Hipnosis 2022

En las vísperas de la quinta edición del festival Hipnosis, a realizarse el 5 de noviembre, tuvimos la oportunidad de platicar con Jack McEwan, líder detrás la banda Psychedelic Porn Crumpets, quien nos compartió sus expectativas de presentarse en México por primera vez, los procesos creativos dentro de la banda y su experiencia con psicodélicos.   Diego Navarrete: Hola, Jack, un gusto platicar contigo ¿Cómo estás? Jack McEwan: Estoy bien, aunque íbamos conduciendo hacia Chicago y nuestra van se descompuso ayer y tuvimos que cancelar un show. Estuvimos varados en una gasolinería por bastante tiempo.   Lamento escuchar eso Afortunadamente todo sigue en pie y estamos bien   ¿Cómo se sienten de tocar en México por primera vez? ¿Cuáles son sus expectativas del festival Hipnosis? No puedo esperar a llegar a México, nunca hemos estado ahí. Nuestros amigos de Royal Blood dieron un par de conciertos recientemente ahí y nos dicen que el público es increíble. Es raro que no lo hayamos hecho porque hemos tocado en Estados Unidos un par de veces pero ahora tuvimos la oportunidad de viajar allá.    ¿Por qué les tomó bastante tiempo venir? No tengo idea. Yo creo que porque es caro llegar allá, en vez de conducir hay que viajar en avión. Así que hacer un show como headliner no sería tan factible pero un gran festival como Hipnosis nos funciona bien.    En una entrevista mencionaste que Dread & Butter era una de tus canciones favoritas del nuevo álbum. ¿Los Crumpets se sienten obligados a tocar un setlist con máxima energía y por ende dejar atrás canciones más lentas como esa? No, creo que ahora tenemos bastantes canciones lentas. Claro que siempre estamos tocando las más pesadas, pero creo que tenemos que dar un paso en la producción para que pudiéramos ejecutar esas canciones en vivo.    Por ahora estamos tocando November, que es una gran canción y Chris está tocando la guitarra y el piano al mismo tiempo. Además de esa, como Dread & Butter, ocupamos muchos samples, entonces podríamos intentarlo. Si tuviéramos las condiciones óptimas como banda definitivamente tocaríamos esa canción. Sería fantástico.    ¿Están considerando tocar canciones más lentas en vivo? Si, definitivamente. Intentaremos tocar algunas canciones en el futuro pero por ahora tenemos tres guitarras, bajo y batería entonces estamos enfocados en tocar las canciones con más energía.   ¿Qué cambió en el proceso creativo y el estilo de producción desde “High Visceral” y a partir del “And Now for the Whatchamacallit”? Yo siento que desde Whatchamacallit nos fuimos más al “lo-fi”. Todos nuestros álbumes los hemos hecho desde un cuarto, y ese fue más como una especie de “álbum lo-fi de circo o carnaval”.    “Night Gnomes” fue un álbum donde tuvimos más tiempo para trabajar en él, debido a la pandemia pudimos tener ideas más claras y juntar más canciones y creo que es de los álbumes más fuertes y escuchables a comparación de los dos anteriores. Y ahora, después de escucharlo varias veces, sería bueno hacer algo diferente de nuevo y mantenernos en ese mismo proceso de producción.   He escuchado a muchos fans preguntando cuándo tendremos nueva música después de Night Gnomes.  Puedo decir que bastante pronto. En noviembre, en cuanto lleguemos a casa, volveremos a grabar. Llegaremos al estudio, hacer los últimos detalles y grabar las ideas más fuertes en vez de grabar porque sí.    Siento que tenemos una idea más clara de lo que queremos lanzar y lo que queremos tocar, en vez de grabar canciones que no podamos tocar en vivo. Se siente bien tener ese pensamiento claro de lo que queremos hacer musicalmente.   ¿Será un LP o un material corto? Definitivamente será otro álbum.     ¿Es posible agotar el proceso creativo de un género tan explorado? ¿Cómo evitas sonar como cualquier otra banda que se cataloga como “psicodélica”? Esa es una muy buena pregunta. Siento que entre más produces más comienzas a escuchar los mismos patrones de batería repetitivos, rasgueos, acordes o lo que sea.    Definitivamente se está volviendo más difícil componer en ese género, pero por lo mismo hay bandas que destacan porque tienen que pensar más al momento de escribir. Así me siento con nosotros, si solamente nos mantuviéramos componiendo un álbum cada tres meses podría sonar bastante genérico, así que ahora necesitamos más tiempo para poder alcanzar un sonido más natural.    Preferimos hacer algo con lo que nos sintamos felices en vez de algo que pudiera sonar a otra cosa similar antes de lanzarlo.   ¿Alguna vez has experimentado la lucha entre escribir sobre lo que tú quieres contra lo que a la gente podría gustarle? Si, esa es una pregunta difícil. Si empiezas a pensar en lo que a la gente pudiera gustarle puedes darte la espalda a ti mismo. Si puedes quitar esas expectativas del lanzamiento y sólo empiezas a escribir para ti entonces vas a comenzar a componer mejor material porque no puedes confiar en que a todos les va a gustar lo mismo que a ti.    Si empiezas a fingirlo puedes pensar que “todos son así” cuando puede que en realidad no. Pero si a ti te gusta puedes desarrollar mayor confianza en tu estilo de tocar y de componer, y te vuelves mejor de esa forma porque dejas de ser menos falso y creces más.    ¿Cuál ha sido el mayor aprendizaje que has tenido en un viaje psicodélico? “Nunca volver a tomar ácido ni hongos, jamás”. Jajaja, creo que esa es la mejor lección.   ¿Estás muy metido en eso o eres más moderado? Solía estarlo. Definitivamente solía estar más metido en eso. Fue en un periodo de mi vida cuando era más joven, algunos de los muchachos aún lo hacen, incluso en este viaje consumimos hongos y fue bastante divertido.    De todas formas, no lo hacemos tanto como antes, solíamos hacerlo frecuentemente los fines de semana. Comenzar a crecer te ayuda a pensar diferente. En ese estado estás en tu realidad, en

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Columna Estoy Escuchando: Meddle, de Pink Floyd

Por Abraham García [email protected] Lanzado hace 50 años, este álbum supuso una transición para que el grupo de Londres tuviera un nuevo comienzo creativo y de una vez por todas en el estudio de grabación dejara de lado la sombra de Syd Barrett. Desde las sesiones de A Saucerful of Secrets de 1968, Pink Floyd no había entrado al estudio sin tener composiciones previamente trabajadas para grabar un álbum nuevo. Hicieron Ummagumma en calidad de solistas para cada pieza y en seguida cayeron los encargos musicales para las películas More y Zabriskie Point (este último proyecto un tanto fiasco porque el director Michelangelo Antonioni decidió descartar la música original que el grupo había trabajado para la cinta) y mientras tanto, Atom Heart Mother, el pomposo álbum que los retiraría de la movida hippie universitaria para situarlos en el superestrellato, ya se estaba cocinando. En 1971, Pink Floyd se había metido en demasiadas cosas desde la expulsión/deserción de Syd Barrett a causa de su inestabilidad con el LSD y apenas habían pasado 2 años, era como si en ese tiempo los integrantes del grupo hubiesen tratado de evadirse de su ausencia (incluso David Gilmour, Roger Waters y Richard Wright participaron de la grabación de sus álbumes solistas, The Madcap Laughs y Barrett) y tan solo seguir sin parar el flujo del torbellino que comenzó en 1965, cuando formaron el grupo con la visión y empuje de alguien que ya no estaba ahí. Se metieron a grabar en el estudio, por separado, a ver qué salía. Era hacer un corte de caja para reactivar al grupo desde cero, para definir lo que era su sonido sin su líder primigenio, y todo comenzó con “Echoes”, la épica la pieza central de 23 minutos y fracción que cierra su sexto álbum de estudio. A Meddle lo conocí, como dicta el cliché, en una de las primeras veces que experimenté los efectos de la cannabis, en compañía de mis 3 mejores amigos de la facultad. Eran tiempos en que nos reuníamos ya no para hablar y discutir, sino prácticamente pelear por música y grupos y géneros musicales mientras corrían canciones elegidas por todos. “Tú no eres nadie para criticar la música que me gusta, perro”, era algo que seguro nos llegamos a decir. Desde luego, en ese tiempo “Echoes” me voló la cabeza. Decía que la composición del tema fue lo primero que hizo el grupo para este álbum y fue un parto creativo muy complicado, ya que fueron semanas y semanas de trabajar sin dar con la tecla. Fue de hecho ese reconocible teclazo inicial de Richard Wright, aquel que, usando la imaginación, se podría interpretar como una señal, no sé si de vida, o de un nuevo despertar o comienzo, lo que cimentó la base para estructurar los 24 fragmentos de improvisación individual que conforman “Echoes” y hasta el momento habían llamado “Nada”. Usaron el estudio de grabación para editar el orden de los fragmentos de sonido -como si fuese un instrumento musical más- y así armaron un rompecabezas sonoro y musical que tuviera sentido. De ahí la secuencia en limpio y muy lento crescendo que progresa hacia un jam funky. De pronto se rompe y cae, como Ícaro desde el cielo, pero en vez de morir ahogado en el fondo del mar, recupera la consciencia y comienza a nadar hacia la superficie, y así reemerge triunfante mediante el teclazo en el piano de Richard Wright del inicio, pero que ahora anuncia la ascensión musical. “Echoes” logra ser un tema muy imaginativo, como otrora fuera “Interstellar Overdrive” de los inicios de la banda, aunque de una manera que poco y nada tiene que ver con el sonido de la época de Syd Barrett, mismo que ya tenían bien asimilado trabajado. El sonido lírico de sus inicios como grupo, claramente influenciado por el jazz, perdió un poco de su explosividad espontanea y cambió hacia una creatividad más deliberada y consciente. “La canción” tan sólo fue el primer atisbo del sonido más refinado y venidero del grupo y el inicio de una temática que se volvió recurrente en las letras de Pink Floyd: la comunicación. Debo decir que Meddle es un álbum muy querido para mí y tal vez se trate de mi favorito entre la basta discografía del grupo. Sus bucólicas letras me remiten a los campos de Colima y Ciudad Guzmán a cualquier hora, ya sea desayunando un litro de pulque fresco, haciendo senderismo entre la niebla en una tarde estival, o avistando estrellas fugaces por la noche, mientras me caliento las manos frente a una buena fogata con un café bien cargado. “One Of These Days”, con su ritmo cuasimetalero que invita a hacer headbanging, quizá haya sido en su momento el gancho que me hizo querer escucharme todo el álbum, pero “Fearless”, el lado B del sencillo, y también parte del álbum, es sin duda mi canción pinkfloydiana favorita. En lo musical tal vez sea insignificante comparada con la complejidad sonora de otras piezas progresivas o psicodélicas del grupo, pero la letra, con su literal evocación a esa noción de que como personas somos frágiles o vulnerables ante aquello que nos pueda dar miedo, ya sea una cima empinada, el futuro, la muerte (propia o de un ser querido), me lleva a un lugar emocional muy íntimo y, como si fuese un chute de adrenalina para un corazón en paro, me carga de convencimiento para encarar lo que sea, por mucho que no crea poder. La interpolación entre Pink Floyd tocando el tema, con el entrañable “You’ll Never Walk Alone”, muy popularizado por el grupo Gerry and The Pacemakers y cantado a todo pulmón por los Kopites del Liverpool FC en un Anfield a reventar como cierre, me parece inefable y abrumador. Sobra decir que cuando escuché “Fearless” en el Zócalo, el 1 de octubre de 2017, con el sonido cuadrafónico de Roger Waters y su banda, me rompí en incontrolable y vigorizante llanto porque llovía bastante y además tenía

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Entrevista con Sugar Candy Mountain rumbo a Festival Hipnosis 2021

Entrando en materia del Festival Hipnosis, una de las bandas que estará presente es este dúo llamado Sugar Candy Mountain, originarios de Oakland, CA., Estados Unidos. Conformada por Ash Reiter (Vocalista/Guitarrista) y Will Halsey Vocalista/ Baterista/ Guitarrista/ Tecladista) quienes a su vez son pareja. En Depósito Sonoro nos dimos a la tarea de realizarles una entrevista para que ustedes sepan más sobre este proyecto. 1. ¿Cuándo empezaron como Sugar Candy Mountain?Me parece que fue por el 2011, pero no era realmente un proyecto “formal” en ese momento. Sin embargo, en los últimos 5 años ha sido como si fuera nuestra carrera, y ahora la banda es nuestra prioridad. 2.-¿Cuáles son tus influencias musicales?Escuchamos mucha música, pero principalmente The Beatles son siempre un gran touchdown para nosotros, los Kinks. Hay una banda que vamos a cubrir en un festival, la banda se llama We All Together, siempre miramos las cosas de los años 60 y 70 y luego simplemente encontramos un enfoque para ello. 3.- ¿Qué hicieron durante la pandemia del Covid? Es decir, tocaron, grabaron o algo así por el estilo.Como mucha gente, estuvimos haciendo transmisiones en vivo en ese momento. El baterista es mi esposo, así que él y yo siempre tocamos juntos, pero los otros chicos que son compañeros de banda, uno comenzó a regresar a la escuela a tiempo parcial y el otro se mudó a otra ciudad. Will y yo tuvimos 2 hijos durante la pandemia, así que ahora tenemos 2 bebés. 4.- ¿Cómo crean su música?Cada canción es diferente. A veces elegimos conscientemente una canción y emulamos algo de eso. A veces tenemos una línea de base y creamos alrededor de esa línea de base, otras veces hacemos variaciones de ideas mientras acampamos y las grabamos con nuestros iPhones para poder retomarlas más tarde. Hay muchas canciones en este disco que fueron solo ideas que nos vinieron a la mente mientras caminábamos por la calle, estando con la guitarra en la playa, y todo eso se convirtió en un álbum. 5.- ¿En dónde producen su música?En nuestro espacio de ensayo en este momento, que también es nuestro estudio en casa, hacemos algo allí y con nuestro amigo Jason Quever de la banda Papercuts, quien también tiene un estudio donde trabajamos mucho con él. 6.- ¿Crees que esta pandemia afectó tu proceso creativo y de qué manera?Nos limitó respecto a cuánto podemos colaborar sin juntarnos con otras personas. Especialmente durante el comienzo de la pandemia, nadie sabía si podían estar en la misma habitación, sí eso estaba bien, así que solo Will, Jason y yo trabajamos en el registro, pero parte de las limitaciones de no ver a otras personas es concentrarse en tu arte y tenga tiempo para reducir la velocidad y hacer los cambios necesarios. En cierto modo, también hubo presión para hacerlo para tenerlo listo antes de que nacieran los bebés. 7.- ¿Cómo te sientes de tu primera vez en México?Es la primera vez que tocaré en México, he viajado antes por diversión. Estamos muy emocionados. Hice un viaje a la Ciudad de México en la época navideña del 2018 y me encantó, solo por vacaciones. Mi hermana y yo tenemos 8 años de diferencia y siempre sentí extraño crecer juntas porque estamos tan separadas en edad que fue un proceso para pasar un tiempo juntos. Para mi esposo es la primera vez en la Ciudad de México. Sin embargo, cuando estaba en la escuela secundaria tocó en algún lugar cerca de Los Cabos o algo así. 8.- ¿Cómo te sientes al tocar en Festival Hipnosis?Nos sentimos muy honrados de ser invitados a tocar. También es emocionante ir a lugares nuevos y ver tanto entusiasmo por la música nos hace sentir muy bienvenidos y es solo nuestro segundo show después de la pandemia, lo que lo hace aún más emocionante. 9.- Como una banda de música, ¿cuál crees que es tu aportación a este festival?Nuestra música es lo que respecta a la música psicodélica, las armonías serán como las originales de los años 60, 70 y en mi experiencia no hay muchas mujeres tocando guitarras fuertes en la música rock n ‘roll, así que estoy feliz de encajar en ese papel y ver más mujeres en el escenario. 10.-¿Cuál es tu cd favorito de los Beatles?Eso es tan difícil, quizás Revolver tiene un lugar especial para mí porque cuando estaba en la escuela secundaria aprendiendo a conducir con mis amigos, escuchábamos a los Beatles y formó la banda sonora de mi adolescencia. 11.- ¿Qué me puedes contar de tu último vídeo “Running From Fire”?Fue dirigido por alguien que conocimos cuando tocamos en un festival llamado Expansion Festival, que es un festival de música psicodélica en Kentucky. Él hizo los visuales para un espectáculo allí y quedamos realmente impresionados con su trabajo y le pedimos que hiciera este video con nosotros. Él realizó los efectos tan geniales y encontró un lugar espeluznante con un árbol de la muerte en un bosque en las colinas que funcionó bien como lienzo para la canción. Sin más que decir solo queremos invitarlos a que no se pierdan el acto de esta gran banda. El jueves 4 de noviebre en Foro Indie Rocks! y el sábado 6 de noviembre como parte del cartel estelar de Festival Hipnosis 2021. SI QUIERES GANAR BOLETOS PARA VERLOS EN FORO INDIE ROCKS! SOLAMENTE TIENES QUE: 1. COMPARTIR LA PUBLICACIÓN DE FACEBOOK O TWITTER (depende en dónde la hayas visto), SOBRE ESTA ENTREVISTA. 2. DECIRNOS CUÁL ES EL DISCO FAVORITO DE SUGAR CANDY MOUNTAIN DE LA DISCOGRAFÍA DE THE BEATLES. 3. SOLICITA TU PASE DOBLE, MANDA SCREENSHOT DE TU SHARE DE LA PUBLICAIÓN Y DE LA RESPUESTA A LA PREGUNTA 2, AL CORREO: [email protected] LAS 5 PRIMERAS PERSONAS EN HACERLO GANARÁN SU PASE DOBLE, CADA UNA.

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Los 60’s, la revolución psicodélica de estilo único

En la búsqueda de inspiración de la moda de la mano de Lipton, llegamos a la década de 1960. Más qué ninguna otra de las décadas anteriores, los años 60 marcaron una importante ruptura en la historia de la moda. Los cambios sociales y culturales tienen un impacto directo en la forma de vestirse, convirtiendo a la moda en una verdadera forma de expresión, y dando comienzo al reinado de la juventud, qué desde la calle comienza a dictar tendencias. La música inspira, las mujeres se rebelan y se derriba el paradigma que determina lo que se usa y lo que no, cuándo se usa y quién lo usa. La revolución ha comenzado en todo ámbito cultural, cinematográfico, moda y música. La moda de los años 60 va mucho más allá del estilo hippie y bohemio con el qué tanto se relaciona. Ésta se define en una variedad de tendencias cuya principal consigna era romper con todas las reglas y descubrirse a uno mismo. Pero el cambio no fue repentino. De hecho, los primeros años de la década continuaron nutriéndose de la moda de los 50. La elegancia prevalecía de la mano de simples vestidos sin mangas y de largo hasta la rodilla, junto con accesorios cómo sombreros y guantes. Las faldas eran sueltas y femeninas, mientras qué los tops ajustaban apenas el cuerpo para marcar la silueta sin incomodar. El toque final: un peinado con mucho fijador al mejor estilo Jackie Kennedy, una de las principales musas de la época. En esos primeros años un joven diseñador comenzaba a llamar la atención en Francia por sus creaciones: Yves Saint Laurent, quien se convertiría más adelante en uno de los abanderados de la moda de esta década. Sus chaquetas se volvieron populares en 1963 y dieron inicio a la tendencia sportswear, la más importante de ese año. Chalecos, poleras y tapados de piel eran piezas infaltables en el guardarropas femenino. Para la primavera de 1964, las colecciones en París impactaron al mundo con controversiales escotes y desnudos como el muy recordado traje de baño sin parte de arriba diseñado por Rudi Gernreich (una mujer, por ejemplo, fue arrestada por usarlo en Chicago). Los moños se convirtieron en un accesorio complementario para cualquier peinado, mientras que las faldas se hacían aún más cortas y los vestidos presentaban transparencias. Entretanto, los hombres también buscaban un estilo joven con prendas a rayas y trajes de colores claros. Y “joven” es justamente la palabra que define la moda en la segunda mitad de los 60. Con las canciones de los Beatles como banda sonora, la revolución de la moda estalla en Londres, convirtiéndola en la capital de la tendencia por excelencia, quitando el título a París. La capital británica comienza su influencia en la moda y la british invasion desembarca en New York, donde al mismo tiempo surgía el Pop Art. El color impacta por doquier -en las pinturas, en la ropa, en las personas- dando lugar a un minimalismo teñido por una variedad de tonalidades. El vestido Mondrian de Yves Saint Laurent define este momento. Para 1966 la moda escapaba a la tradición. En Londres se creaba el look mod, con minifaldas (creadas por Mary Quant), medias can can texturadas, zapatos bajos y chaquetas de hombros caídos o de largo hasta la cadera. Texturas como el encaje y redes aparecen en las páginas de Vogue junto a botas altas que complementaban a la perfección las cortas polleras (que cada año se acortaban aún más). Personajes como las inglesas Edie Sedgwick, Jean Shrimpton y Twiggy se convierten en iconos de estilo de la época, influenciando distintos ámbitos y adoptando el término de “it girls”. Por su parte, los hombres llevaban pantalones ajustados y poleras, eliminando así el uso de corbatas. Mientras, las mujeres robaban sus trajes, dando lugar al concepto de moda unisex (sí, no lo inventó Calvin Klein). Los pantalones eran celebrados por su versatilidad y hacia 1968 comienzan a ensancharse, llevados indistintamente por hombres y mujeres. Hacia el final de la década la Alta Costura parecía ver su final, y el ready-to-wear ganaba terreno obligando a diseñadores como Balenciaga a retirarse. Es en las calles donde se dictan las tendencias y es allí donde se desarrolla el movimiento hippie. Buzos sueltos se combinan con pantalones anchos y los pañuelos cobran protagonismo, llevándose en la cabeza. La inspiración llega de países como Nepal e India, lo que aportó coloridos estampados a la moda, preparando así el terreno para uno de los principales estilos de los 70. Tal ha sido la influencia de los años 60 en la moda, que su espíritu continúa presente en las referencias actuales. Al igual que sus coterráneas de aquella época, Alexa Chung lo ha adoptado como propio, mientras que marcas como Moschino y Louis Vuitton lo han impuesto en sus colecciones. Al mismo tiempo, diversas revistas se han inspirado en la época, tanto en sus tendencias como en sus musas, con producciones que recrean la psicodelia de los 60’s.

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