Vampire Weekend: De frat boys a jam band

Tras meses del lanzamiento de su aclamado cuarto LP “Father of the Bride”, Vampire Weekend disfruta de las mieles de no tener que demostrarle nada a nadie. Prueba de ello es la comodidad con la que algunas de las composiciones que comprenden este nuevo álbum Basta escuchar por primera vez tracks como Sympathy, Sunflower o Flower Moon para notar que la banda liderada por Ezra Koenig no le teme a experimentar. Al lanzar un cuarto disco que tiene más de cinco años de distancia con su antecesor y, una baja importante en la alineación titular (Rostam Batmanglij colabora en algunos momentos del disco, pero ya no forma parte de la banda), muchos buscarían repetir fórmulas para mantener el interés de los fans cautivos y llamar la atención de aquellos que con el tiempo se han alejado de su música. Este no es el caso, Vampire Weekend regresó con un ambicioso disco de 18 tracks (21, en el caso de la edición japonesa), que se perfila para ser de lo mejor de 2019. Pero lo más interesante de esta nueva etapa en la carrera de Vampire Weekend no es que se atrevan a darle un toque progresivo a algunas de sus canciones. Esta nueva fase se trata de tocar en vivo, de “jammear”. Koenig ha comentado en repetidas ocasiones en Time Crisis, su programa de radio en Apple Music, que varios de los temas de Father of the Bride tienen tres o cuatro formas distintas de interpretarse en vivo. Por ejemplo, 2021 y Big Blue, dos de las canciones más breves del álbum (cada una dura menos de dos minutos), en vivo pueden pasar los cuatro o cinco minutos. Temas más largos podrían llegar a superar hasta los ocho minutos en concierto. Ensayo tras ensayo, la banda se dedica a divertirse; crear  intros y outros que mutan en la estructura de las composiciones y que lo seguirán haciendo durante el resto de la gira. Un modus operandi propio de las grandes jam bands, como The Greatful Dead, Twiddle o Phish. A estas composiciones originales, Ezra y compañía han sumado covers interesantes como Jokerman, de Bob Dylan, o The Boys are Back in Town, de Thin Lizzy, en versiones pensadas también para divertirse jammeando. Y es que la diversión es una pieza clave de toda jam band. Un buen ejemplo de esta mentalidad despreocupada fue cuando, al inicio de la gira, la banda se presentó en la BBC para tocar algunas canciones del disco y, en lugar de tocar Sunflower de Father of the Bride para darla a conocer entre los radioescuchas británicos, tocaron la mucho más famosa Sunflower de Post Malone, a la manera de Vampire Weekend, agregándole arreglos y solos extraídos del nuevo disco. Hoy y mañana toca Vampire Weekend en México, ya veremos hasta qué punto han evolucionado sus composiciones y qué otros covers se sumarán a su repertorio. Si de algo podemos estar seguros, es que serán dos fechas memorables. NOTA POR: Javier Manzanera. @elmantis

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