“Coaxial es un espacio de Los Ángeles que funge como foro y galería para las artes experimentales, mismo que en 2020 presenta una edición online pandémica con una noche co-curada por OTONO en colaboración con Nett Nett“. Entrevistamos Luis Clériga, fundador de OTONO, para saber más detalles sobre este festival en línea. 1.- Hola, Biz. Cuéntanos con tus propias palabras el propósito general de Axial Age Festival (Coaxial Arts). Axial Age es una manera de mantener la narrativa en un momento en el que no la hay. La galería Coaxial ya se había estado encargando de esto desde antes y, hasta cierto punto, OTONO y Nett Nett también. Conocer a sus fundadoras en años anteriores, fue para mí como ver un espejo de artistas y gestoras que impulsan la creación de nuevas plataformas. Axial Age es el pretexto para hacer un festival en los tiempos del aislamiento pero con mucha fuerza colaborativa y un concepto de ideas artísticas y musicales que, en un momento de transición así, cobran un nuevo significado. Justo el nombre, además de sonar como un juego de palabras sobre la “electricidad” de Coaxial, hace referencia al momento filosófico donde se dieron nuevas corrientes de pensamiento. 2.- ¿Qué podremos ver en cuestión de line up en este Festival y algo que quieras resaltar? Creo que el lineup realmente refleja la experiencia de Coaxial como venue y esa historia de sus fundadores llegando a colar noise en la tele estadounidense (el antecedente de Coaxial, es la Experimental Half Hour de Eva Aguila y Brock Fansler). Yo tuve la oportunidad de presentarme Coaxial en 2018 en solo y viví justo ese espíritu de vanguardia, de un poco de caos pero también de diversidad y de latinidad. Considero que este esfuerzo por reinventar el momento con un festival, refleja algo incluyente, creativo y que empuja los límites de la música. En nuestro caso, hay actos musicales y de minimalismo, siendo Rancho Shampoo y Alina Sánchez los más “easy listening”, de lo psicodélico a lo introspectivo; y que nos mueven algo. Hay dos o tres actos que funden elementos ruidistas, como Charmaine’s Names que es una especie de Robert Wyatt queer; y Juanjosé Rivas, uno de los pilares del noise y arte electrónico en México. En el caso de las colaboraciones, como Ice Cyborg (Iv de Bioluminik) con KOI, o Loquilandia (Enrique Arriaga y Bimbo) con MHV, una locura como su nombre lo indica; este último siendo baja la baiza uno de los mejores y más infravalorados productores electrónicos en México. La idea era generar mancuernas poco habituales, estrechar la mano, impulsando unión y difuminar líneas entre atmósferas, noise y la IDM. Además, está el detalle de que una buena parte de los actos son representativos de algo específico o son artistas que también son curadores, y estamos más que contentos con la calidad con la que sonarán. Matt Rubidoux se los dejo como sorpresa pues es uno de los artistas menos convencionales y más que he podido ver en mi vida, en una escapada a Borderland Noise (el festival en Baja California y la costa oeste impulsado por Nett Nett, de alguna forma contemporáneo a lo que podría pasar con iniciativas en el sur como Infinito, Rockomiteco, Musa Paradisiaca o hasta el Cosmic Convergence, por mencionar algunos). 3.- ¿Cómo crees que podamos generar más interés en el público en general para no perderse este Festival? Creo que mientras podamos hacer algo de difusión, es suficiente para despertar el interés de un público curioso, que igual y no les tocaron tantos shows ruidistas, a sesiones históricas del experimental o simplemente con ganas de conocer el acontecer actual de mucha otra música. Los demás, a lo mejor creen que ya se la saben, pero también se pueden llevar una sorpresa respecto a la actualización de como son estos sets de actos que ya conocían o de viejos lobos de mar en pleno 2020. La idea es invitar a todos, a que se imaginen el ir a una galería experimental en el obscuro Centro de Los Angeles en un momento un tanto distópico y en el que sería imposible ir aunque estuvieras allá. Pero que lo disfruten completo, que lo compartan, que le suban al volumen, que se dejen sorprender por algunos de estos momentos audiovisuales. 4.- ¿Cuál es la labor actual de OTONO y de Nett Nett para hacer un trabajo tan interesante en conjunto? En pocas palabras: empuje y adaptación. Tanto Haydeé Jimenez, fundadora de Nett Nett en Tijuana, como yo por mi parte en OTONO desde la Ciudad de México, hemos sido y somos emprendedores, fans de corrientes musicales bien eclécticas y hasta holísticas: ella tiene una cama conectada a subwoofers para dar masaje aural en el espacio físico de Nett Nett, para trabajar con el sonido y sanación. Yo siempre estoy buscando experiencias transformadoras. Ambos nos hemos rodeado de gente muy creativa y generado un network que se extiende mucho más allá de nuestros lugares de origen. Este tiempo nos puso el reto de no poder viajar para encontrarnos como lo haríamos normalmente, pero de encontrar formas interesantes de sostener la red y de celebrarla a través de sitios como el estreno de Nett Nett Radio y OTONO Live en www.otono.live. 5.- ¿Qué momento consideras que está atravesando la música experimental actualmente, situándonos en este extraño inicio de década? Creo que es uno de los momentos más retadores, pero a la vez más auténticos. La música experimental puede ser muy introspectiva, a veces física, sensorial o evocativa en distintas formas; en algunos casos es de hallazgo, de búsqueda, de exploración y hasta catarsis. Iniciativas como el BandCamp Day ayudan, son pasitos para que el público aprenda a cultivar otra relación y otra forma de escuchar a los músicos, aunque la batalla aún es larga y se necesita aún más apoyo, pero el espíritu de comunidad existe para esta música que no es tan “obvia”. Considero que actualmente la música experimental se está replanteando en los oídos de los