Depósitio Sonoro

18 noviembre, 2024

La plataforma de música experimental OTONO cumple 10 años

La plataforma de música experimental OTONO, cumple 10 años de impulsar vanguardias y lo celebra con la visita de Embryoroom, alias del cineasta, músico y artista audiovisual neoyorquino, Edward Quist. Desde sus inicios como un pequeño colectivo, agencia productora y posteriormente un sello de música experimental, la plataforma Otono ha buscado hacer una diferencia en el espectro del arte y los fenómenos sonoros. Ahora, a lo largo de 10 años y se posiciona como un espacio dedicado a la música experimental, que ha hecho una diferencia a nivel global, con gestiones que han tenido impacto y alcance en múltiples latitudes con un enfoque descentralizador desde la Ciudad de México. Para 2024, se festejan diez años de trayectoria y se proponen una nueva serie de experiencias, así como actividades que puedan generar nuevas dinámicas creativas, por y para el público, esta vez con una gran cantidad de proyecciones de cine y algunos conciertos principales que celebren la existencia de la música experimental y encaminan nuevas posibilidades bajo los conceptos de unión artística, memorias del futuro, críticas a la actual situación del cambio climático, discursos a favor de la diversidad, así como acciones descentralizadoras relacionadas con la celebración de la vanguardia, el arte underground y la experimentación. OTONO 10 Años: Eventos de Aniversario— Jueves 21 de Noviembre, 4pm: Proyecciones Audiovisuales  @ Faro CosmosEmbryogallery Film Festival: Selected works by Edward Quist (NY) — Sábado 23 de Noviembre, 12pm: Retrospectiva y Ciclo Audiovisual @ Museo YancuicEmbryo Room (NY, proyección retrospectiva)Interspecifics, “Aire” (pieza inmersiva)Manrico Montero († In memoriam)Marcela Armas, “Tsinamekuta” (obra audiovisual)Caósmosis (instalación audiovisual) — Sábado 23 de Noviembre, 7pm: Expo-show & Party @ Secret LocationEmbryo Room (NY / acto audiovisual en vivo)KOI & Rampa (acto audiovisual en vivo)Shitsuyume & ? (acto audiovisual en vivo, por confirmar artista visual)MDK + Actos Sorpresa (acto audiovisual telemático en vivo)Colaboración con Bleed y Rhuinas — Miércoles 27 de Noviembre, 6pm: Antonio Russek @ Museo de Arte Carrillo Gil, colaboración con La Fórmula Secreta de Ibero 90.9 — Viernes 6 de Diciembre, 8pm: Show Sorpresa con Micro Ritmia, Mirror Revelations, Sexores y OCEΔNSS @ Multiforo Alicia MÁS INFORMACIÓN DEL DÍA A DÍA DE LOS EVENTOS DE ANIVERSARIO, EN EL PERFIL DE OTONO: https://www.instagram.com/otonospace/

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Peter Hook y su separación de New Order: Historia de una ruptura icónica

La historia de New Order está marcada por su evolución sonora, su legado dentro de la música electrónica y, lamentablemente, por tensiones internas que culminaron en la salida de uno de sus miembros fundadores, Peter Hook. El bajista, conocido por su estilo único y melódico, dejó la banda en 2007, tras años de conflictos. Esta separación no solo impactó a los fans, sino que también reveló la complejidad de mantener una relación profesional dentro de una de las bandas más influyentes de la música moderna. Contexto: De Joy Division a New Order Peter Hook, junto con Bernard Sumner, Stephen Morris e Ian Curtis, fue miembro fundador de Joy Division, la legendaria banda post-punk que marcó la escena musical de finales de los años 70. Tras el suicidio de Curtis en 1980, los miembros restantes decidieron continuar bajo un nuevo nombre: New Order. Con esta transición, New Order integró influencias electrónicas y dance en su sonido, convirtiéndose en una banda innovadora que definió la música de los años 80 y 90. Canciones como Blue Monday y Bizarre Love Triangle catapultaron a la banda a la fama mundial, y Peter Hook se destacó como un bajista con un estilo distintivo, tocando melodías altas y complejas que desafiaban las convenciones del rol tradicional del bajo en el rock. Las tensiones en la banda A pesar del éxito, las relaciones internas comenzaron a deteriorarse con el tiempo. Según declaraciones de Hook, los problemas comenzaron a intensificarse durante los años 90 y principios de los 2000. Diferencias creativas, disputas económicas y la falta de comunicación entre los miembros sembraron discordia. Un punto crítico fue la gestión de Hacienda, el club nocturno y sello discográfico que New Order cofundó en Manchester. El club enfrentó dificultades financieras que afectaron la relación entre los integrantes de la banda, quienes tenían opiniones encontradas sobre cómo manejar la situación. Además, Hook ha mencionado que las dinámicas de poder en la banda comenzaron a cambiar, con Bernard Sumner asumiendo un rol más dominante en las decisiones creativas y administrativas, lo que dejó a Hook sintiéndose marginado. El punto de quiebre: 2007 En 2007, tras el lanzamiento del álbum Waiting for the Sirens’ Call (2005), Peter Hook anunció públicamente que había dejado la banda. Según Hook, la ruptura fue el resultado de una combinación de conflictos personales y profesionales que habían alcanzado un punto de no retorno. En entrevistas posteriores, Hook ha descrito cómo las diferencias con Bernard Sumner se volvieron irreconciliables, llegando al punto de que la comunicación entre ambos era casi inexistente. Hook también criticó la dirección musical de New Order en sus últimos años, argumentando que la banda había perdido su esencia. Por su parte, Sumner y los otros miembros de la banda afirmaron que New Order seguiría adelante sin Hook, lo que marcó el inicio de una disputa legal sobre el uso del nombre de la banda y los derechos económicos relacionados. Después de New Order: Peter Hook and the Light Tras dejar New Order, Peter Hook fundó Peter Hook and the Light, una banda que se dedicó inicialmente a interpretar canciones de Joy Division y New Order. A través de este proyecto, Hook ha mantenido vivo el legado de ambas bandas, ganándose tanto elogios como críticas por reinterpretar material clásico sin la participación de sus antiguos compañeros. Hook también ha sido franco en entrevistas y en su autobiografía Substance: Inside New Order (2016), donde detalla los conflictos internos de la banda y su perspectiva sobre los acontecimientos que llevaron a su salida. La relación actual Aunque han pasado más de 15 años desde la separación, la relación entre Peter Hook y los miembros restantes de New Order sigue siendo tensa. Las disputas legales sobre los derechos de la banda se resolvieron en 2017, pero las declaraciones públicas de ambas partes reflejan que las heridas no han sanado del todo. New Order ha continuado su carrera sin Hook, lanzando álbumes como Music Complete (2015) y realizando giras internacionales, mientras que Hook ha consolidado su propio legado a través de Peter Hook and the Light y otros proyectos. Impacto y legado de la ruptura La salida de Peter Hook de New Order marcó el final de una era para la banda, pero también subrayó la complejidad de mantener relaciones creativas a lo largo de décadas. Mientras New Order sigue siendo una fuerza importante en la música, la ausencia de Hook es palpable para muchos fans, especialmente considerando su contribución al sonido característico de la banda. Al mismo tiempo, Hook ha demostrado que su talento y visión musical trascienden cualquier proyecto específico, consolidándose como una figura clave en la historia del post-punk y la música electrónica. En última instancia, la ruptura entre Peter Hook y New Order es un recordatorio de que incluso las relaciones más prolíficas en la música pueden enfrentar desafíos insuperables, pero el arte que producen sigue resonando en generaciones de oyentes.

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te vi en un planetario: Mexicanizando el shoegaze desde el corazón de Teotihuacán

El shoegaze, con su mezcla de distorsiones etéreas y melancolía introspectiva, ha sido históricamente un género dominado por sensibilidades anglosajonas. Sin embargo, proyectos como te vi en un planetario están demostrando que su naturaleza emocionalmente expansiva puede adaptarse y enriquecerse a través de perspectivas culturales distintas. Con su nuevo sencillo “j”, el dúo compuesto por Alexis Ramos e Ilka Serna no solo abraza los códigos del shoegaze, sino que también los reinterpreta bajo una lente profundamente mexicana, creando un puente entre lo global y lo local que resulta tan evocador como revolucionario. El eco de Teotihuacán en el ruido La elección de Teotihuacán como punto de partida no es un detalle menor en la narrativa de te vi en un planetario. Más allá de ser su lugar de origen, la antigua ciudad mexica opera como una metáfora constante en su música: un espacio donde lo terrenal y lo espiritual convergen. “j” parece resonar con los ecos de este pasado místico. Las capas de distorsión y los acordes melódicos densos recuerdan el aire reverberante dentro de las pirámides, un espacio donde las voces humanas se vuelven ecos eternos. Esta conexión no es casualidad. Ramos y Serna construyen su imaginario artístico con un respeto tácito por la carga simbólica de Teotihuacán, integrando elementos que aluden a la espiritualidad y la introspección. La ansiedad romántica que permea “j” se siente casi ritualista, como si la canción fuera un himno para quienes buscan sentido en la fragilidad de las emociones humanas. Una mexicanización sonora Aunque el género shoegaze tiene raíces en la escena británica de los años ochenta y noventa, te vi en un planetario se aleja del homenaje directo para incorporar elementos que lo hacen propio. En “j”, las referencias al noise-pop y al dream-pop están presentes, pero los detalles sonoros tienen un carácter particular: hay una tensión entre lo orgánico y lo abrasivo, una cualidad que resulta intrínsecamente mexicana. El trabajo de producción de José Luis Alcalde en Estudios El Diamante y la mezcla de Pablo Barros en Buenos Aires refuerzan esta dualidad. Por un lado, la canción mantiene una atmósfera shoegaze clásica: guitarras que se entrelazan en una maraña de distorsión y reverberación, una voz etérea que flota entre las capas instrumentales. Por otro lado, hay unpeso en los arreglos que sugiere la tierra, un arraigo que diferencia a “j” de sus referentes anglosajones. La lírica, con su enfoque en la vulnerabilidad y el temor a la entrega emocional, también juega un papel fundamental en esta mexicanización del género. El romanticismo de “j” no es idealizado ni escapista; es tangible y humano, lleno de dudas y contradicciones que resuenan con una sensibilidad cultural más cercana al bolero que a los paradigmas del indie global. Espiritualidad y expansión emocional Donde otros proyectos mexicanos de shoegaze pueden limitarse a replicar fórmulas foráneas, te vi en un planetario utiliza su música como un medio para explorar conceptos más amplios. “j” no solo habla de emociones individuales, sino también de la conexión con algo mayor. La espiritualidad no está explícitamente presente en la letra, pero se filtra en la atmósfera misma de la canción. La combinación de distorsión, melodía y silencio crea un espacio sonoro que recuerda a un templo en ruinas, un lugar de reflexión y vulnerabilidad. La importancia de esta propuesta radica en su capacidad para expandir las posibilidades del shoegaze como género. Al mexicanizar su sonido y dotarlo de un imaginario tan arraigado como el de Teotihuacán, te vi en un planetario ofrece una alternativa fresca y relevante dentro de una escena que a menudo se estanca en clichés. Un camino hacia la trascendencia “j” es, en muchos sentidos, una súplica desde el abismo emocional, pero también es una declaración de intenciones. Con este sencillo, te vi en un planetario demuestra que es posible reinterpretar un género sin perder su esencia, adaptándolo a contextos culturales únicos. Al integrar la espiritualidad mexiquense y su visión emocional en el shoegaze, Alexis Ramos e Ilka Serna han logrado crear un sonido que se siente universal, pero profundamente personal y local. En un panorama musical donde las propuestas originales escasean, te vi en un planetario se alza como un faro de innovación. “j” no es solo un gran tema; es una promesa de que la música puede ser un medio para conectar mundos y explorar emociones que trascienden fronteras. Teotihuacán no es solo su punto de partida; es el corazón palpitante de una propuesta que busca resonar más allá del tiempo y el espacio.

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Tanto por hacer: Cariño deja el tonti-pop ara ser POP con mayúsculas

Cariño, la banda que se convirtió en sinónimo del tonti-pop en España, ha dado un paso firme hacia una nueva etapa con Tanto por hacer, su tercer álbum de estudio. Este trabajo, que se presenta como el más maduro y cohesionado de su carrera, abandona las etiquetas reduccionistas para abrazar un pop con mayúsculas, repleto de ambición artística y una identidad renovada. Desde sus inicios con Movidas (2018), Cariño ha demostrado su habilidad para transformar lo cotidiano en himnos memorables, con letras honestas y melodías irresistibles. Tanto por hacer no renuncia a esas raíces, pero las expande hacia un terreno más reflexivo y elaborado. Las integrantes —Alicia, María y Paola— han usado este disco como un lienzo para explorar su evolución personal y artística, y el resultado es un álbum que respira autenticidad y profundidad. El sonido de Tanto por hacer es un claro reflejo de esta transformación. Producido por los argentinos Luis Lamadrid y El Malamia, el disco se enriquece con elementos de dream pop, patrones de uk-garage y baladas a piano que amplían la paleta sonora de la banda. Cada canción se siente cuidadosamente construida, sin perder el espíritu kawaii que las ha hecho tan identificables, pero llevándolo hacia un contexto más sofisticado. El focus track, Y Yo Que Pensaba, encapsula esta transición con maestría. Las guitarras, más rockeras de lo habitual, sostienen una narrativa sobre el desamor que combina introspección y energía. La canción, al igual que el resto del álbum, logra equilibrar la sensibilidad emocional con una producción impecable, lo que la convierte en un ejemplo del crecimiento de Cariño como artistas. Más allá del sonido, Tanto por hacer también representa una evolución temática. Las letras, aunque siguen explorando el amor y el desamor, lo hacen desde una perspectiva más serena y madura. Cariño se adentra en las contradicciones de las emociones humanas con una honestidad que resultaconmovedora y universal. Este enfoque se refleja en canciones como Solo Me Importas Tú, donde la delicadeza melódica se combina con una narrativa que invita a la introspección. El álbum, además, se siente como un manifiesto contra la inercia. Después de años de giras ininterrumpidas y el éxito que las consolidó como referentes del pop nacional, Cariño decidió detenerse y mirar hacia dentro. Esa pausa no solo les permitió redefinir su sonido, sino también cuestionar su lugar en la industria y el significado de su música. El resultado es un disco que trasciende las expectativas y se convierte en una declaración de intenciones: Cariño ya no es solo una banda de tonti-pop; son una fuerza creativa que aspira a redefinir el pop español. En un panorama musical donde a menudo se valora lo inmediato por encima de lo elaborado, Tanto por hacer es un recordatorio de la importancia de la evolución. Cariño ha logrado mantener su esencia mientras abrazan nuevos horizontes, y este álbum es prueba de que el crecimiento no implica renunciar a lo que se es, sino descubrir lo que se puede llegar a ser. Con Tanto por hacer, Cariño no solo refuerza su relevancia en la escena musical, sino que también se posiciona como un ejemplo de cómo el pop puede ser honesto, ambicioso y profundamente personal. Es, sin duda, el mejor trabajo de su carrera hasta la fecha y un paso hacia la consolidación de un legado musical que trasciende etiquetas.

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“La Pata Coja” de The Bongo Hop: Un Viaje Musical Vibrante y Sin Fronteras

Con “La Pata Coja”, The Bongo Hop nos invita a un fascinante viaje musical, lleno de ritmo, color y una energía contagiosa que nos transporta a diversos rincones del mundo. El proyecto de Etienne Servet demuestra una vez más su capacidad para fusionar géneros de manera original, explorando desde el soul colombiano y el afro-jazz hasta el pop brasileño de los 70s y los ritmos carnavalescos. Pero lo más impresionante es cómo logra mantener una autenticidad vibrante sin apropiarse de ninguna tradición, sino reimaginándola con su toque único. El álbum tiene una historia personal detrás de su título, nacido a partir de un accidente que casi le cuesta la movilidad a Servet, quien, a pesar de todo, mantiene la determinación de seguir adelante y crear música. Este espíritu de perseverancia se refleja en las canciones, que destilan una fuerza inquebrantable, con momentos de oscuridad pero también de alegría y esperanza. Es una obra que invita a la reflexión, pero también a bailar sin reservas. “El álbum refleja una sensación de libertad creativa que solo se logra cuando el proceso artístico se aleja de la presión comercial”, explica Servet. De hecho, las canciones fueron creadas sin prisas, algunas de ellas gestadas durante la pandemia y otras a lo largo de un proceso de transición en su banda. La presencia de músicos excepcionales como Nidia Góngora, Kephny Eliacin, Moonlight Benjamin y Lucas Santtana, entre otros, eleva la propuesta, sumando voces y estilos que enriquecen la paleta sonora del disco. Uno de los aspectos más notables de “La Pata Coja” es su grabación en vivo, lo que le da una sensación de espontaneidad y autenticidad. Las sesiones en estudio fueron una verdadera experiencia colectiva: ocho músicos, ocho instrumentos, y un solo propósito: transmitir la música tal como se vive en el escenario. El resultado es un álbum lleno de energía pura, donde cada tema se siente como una celebración de la música misma. Las colaboraciones, en particular, aportan una riqueza vocal impresionante. La participación de Moonlight Benjamin en la sombría “Eko Eko” le da un aire vudú que encaja perfectamente con la atmósfera mística del tema, mientras que el trabajo con Nidia Góngora y otros músicos cercanos a Servet suma una capa de profundidad cultural que transforma cada canción en una verdadera obra maestra de la fusión.

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