Depósitio Sonoro

Diego Navarrete

Fotógrafo | Creador de contenido audiovisual

Canciones creadas en oposición a Donald Trump

La música es uno de los canales de comunicación más efectivos a la hora de alzar la voz; si el mensaje le llega a varias personas, puede convertirse en el himno de una generación Es 2020, en vísperas de las nuevas elecciones en Estados Unidos, existe la posible reelección de Donald Trump para un mandato de cuatro años más, lo cual para ciertos países resulta un peligro inminente.  Desde 2016, los comentarios xenofóbicos y racistas del mandatario han alimentado el descontento de la gente, llegando a permear en el mundo musical del que han surgido varias canciones. Estos son algunos casos: Fucked up Donald – D.O.A. La banda de culto de hardcore punk D.O.A. lanzó el sencillo titulado “Fucked up Donald” en 2016, siendo nueva versión de la canción de 1981 “Fucked up Ronnie”, que criticaba al gobierno del entonces presidente Ronald Reagan. Just Because – Adolescents Es una canción cuya letra menciona varios escándalos en los que el mandatario estadounidense ha estado involucrado, como aquel en que varias prostitutas clamaron que habían sido contratadas en un hotel de Moscú para orinarle la cara a Trump; así como las denuncias de abuso sexual en su contra y sus declaraciones sobre construir un muro a lo largo de la frontera con México. Make America Great Again – Pussy Riot Pussy Riot fue uno de los grupos más polémicos en 2010. En 2012, fueron arrestadas por protestar contra el gobierno de Vladimir Putin en una catedral de Rusia, acto que abrió un debate en la comunidad internacional sobre la libertad de expresión.  Make America Great Again fue publicada en octubre de 2016 como respuesta a la candidatura de Donald Trump. La canción toma conciencia de los migrantes de México, Palestina y Siria; remarca las limitantes de las fronteras, que afectan tanto a las personas que desean entrar como salir. The Kids Are Alt-Right – Bad Religion Bad Religion se ponen burlesco, al puro estilo de los Dead Kennedys en esta canción, la cual altera el nombre de “The Kids Are Alright” de The Who.  Este sencillo de 2018 marcó el regreso de la banda al estudio, quien había publicado su último disco en 2013. El contenido de la canción, aunque no habla directamente de Trump, sí lo hace de la ideología de la Derecha Alternativa (Alt-Right), de la que varios de sus simpatizantes forman parte. Alt-Right se caracteriza por tener ideas extremistas, llegando a ser racista, xenofóbica, y utilizando el nacionalismo estadounidense como justificación de dichos actos. Justamente el mayor logro que tuvo este movimiento fue el de llevar a Donald Trump a la presidencia. Viva Presidente Trump! – Brujería Por último, mencionamos a una de las bandas que ha representado la voz de los inmigrantes desde su fundación, a principios de los años noventa, hasta la actualidad.  Brujería fue creada para que el público migrante tuviera una banda con la que pudiera gritar su coraje en su idioma. Puedes leer más sobre su historia aquí. Viva Presidente Trump! es un 7 pulgadas de dos canciones que marcó el regreso de la banda al estudio desde su disco del 2000, Brujerizmo. En la portada del EP se observa una foto de Donald Trump con los ojos tapados y un machete clavado en su cabeza.  La letra retoma las declaraciones del entonces candidato, diciendo que odia a los mexicanos y comparándolo con el ex gobernador de California, Pete (Pito) Wilson quien, a principios de la década de los 90, realizaba declaraciones similares a las del presidente actual. El espíritu violento de la banda se escucha en la línea de la canción “yo sí quiero que llegue a ser presidente gabacho, porque él quiere ver guerra, igual que nosotros”.

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Brujería: banda legado, música y violencia

Brujería es una de las bandas de metal más importantes que existen, no sólo por su música; sino también por el impacto que logró en una generación tanto en México como en Estados Unidos   La banda se formó en una tocada en una casa donde se presentó Terrorizer al sur de Los Ángeles, en 1989. Fue ahí donde el líder de Brujería, Juan Brujo notó que la mayoría de los asistentes eran mexicanos, y que casi nadie hablaba inglés. Por lo que decidió formar una banda que tocara música para ellos y que fuera en español. La primera formación contó con Dino Cazares, Billy Gould, bajista de Faith No More; Pat Hoed y Juan Brujo; además de Jello Biafra, quien fuera vocalista de los Dead Kennedys bajo el seudónimo de “Jr. Hozicon” y juntos dieron a luz el EP ¡Demoníaco! (1990). Este trabajo marcó la pauta para lo que sería uno de los ejes temáticos de la banda: la violencia y el satanismo. Dos años más tarde, en 1992, salió el EP ¡Machetazos!, el cual continuó con la temática del trabajo anterior. Es en 1993 cuando salió Matando Güeros, su primer disco de larga duración, mismo que pondría a la banda bajo la lupa de los medios de comunicación, ya que tomó como portada una fotografía de una mano sosteniendo una cabeza cercenada.  La imagen cautivó la atención de Juan Brujo, quien la había visto publicada en la primera plana del periódico de nota roja Alarma! Al querer usar la página del periódico, se vio con la dificultad de tenerla en malas condiciones, por lo que optó por llamar al fotógrafo que capturó el momento. Cuando Brujo estableció comunicación con él y comentó la intención de usar la imagen, el fotógrafo se negó rotundamente ya que no podía dársela por respeto a los familiares de la víctima.  El líder de la banda no aceptaría un “no” por respuesta, por lo que le ofreció la cantidad de 300 dólares al fotógrafo, quien viendo que se trataba de moneda estadounidense y no mexicana, aceptó en mandarle la fotografía original de inmediato.  Logrado el cometido de utilizar la fotografía como portada de álbum, el día de su lanzamiento Brujo fue despertado una llamada furiosa de la disquera. La causa de este enojo fue que las tiendas de discos de más de 25 países iban a regresar todos los discos de Brujería y que iban a prohibir su venta; y no sólo eso, también amenazaron con devolver el material de la propia disquera. Matando Güeros (1993). Roadrunner Records. Al lanzamiento del disco, comenzaron a generarse mitos y rumores alrededor de la banda ya que los integrantes optaban por usar seudónimos en los créditos de los discos en vez de sus nombres reales, se tapaban los rostros y el contenido de sus letras e imagen ayudaron en esto. Entre las historias que se crearon, se decía que la banda estaba constituida por narcotraficantes satánicos, que narraban las atrocidades de sus crímenes en las letras de las canciones. También se les relacionaba con las desapariciones de las mujeres en Ciudad Juárez, Tijuana y Mexicali. Incluso, se dice que el FBI creía que en verdad sí eran capos de la droga. La realidad era que Brujería era un super grupo de metal conformado por leyendas de la escena del grindcore y death metal.   Desde entonces, diversos miembros han pasado por las filas de la banda; entre los cuales destacan, además de los mencionados, Jeff Walker, vocalista y bajista de la legendaria banda de grindcore Carcass; Nick Barker, baterista en Cradle of Filth, Dimmu Borgir; Raymond Herrera, de Fear Factory y Phobia; Emilio Márquez, quien ha tocado en Asesino y en Possessed; Shane Embury, bajista de Napalm Death, entre otras personalidades. Gracias a Brujería se dio la oportunidad a que nuevas bandas comenzaran a utilizar el español como lenguaje principal. Además, de crear un sentimiento de unión entre el público hispano, llegando a influir más allá de México y Estados Unidos. Sus conciertos son una experiencia digna de celebrarse, quienes han tenido la fortuna de verlos en vivo sabrán que es uno de los sucesos más extremos que se pueden vivir.

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Hipnosis 2019: El revival de la psicodelia

Por tercer año consecutivo, el Festival Hipnosis se llevó a cabo por segunda ocasión en Las Caballerizas, Huixquilucan, a las afueras de la Ciudad de México Con la misma experiencia del año pasado, los asistentes al festival llegaron preparados con impermeables, botas y varias capas de chamarras para escuchar a las bandas del cartel acompañados por la lluvia y frío del lugar. Los banda encargada de comenzar actividades fue Sei Still, originaria de la Ciudad de México cuya canción más reciente “Tácticas de Guerrilla Urbana” abrió las puertas de la percepción de las primeras personas en llegar. Acto seguido, las chicas de The Darts (US) encendieron la energía del público con su garage rock, otro de los géneros principales del festival. Tajak fue otro de los actos nacionales en participar en el evento. Fue aquí cuando la lluvia comenzó a hacerse presente, convirtiendo al público en lo que parecía una secta de encapuchados bailando. Tajak presentó canciones influidas de space rock con paisajes de noise, las cuales provocaron un ambiente ideal para ese momento. La música ha servido como una forma de expresión que trasciende fronteras. En el caso de The Holydrug Couple, banda originaria de Chile, su música sirvió como una forma de catarsis ante los acontecimientos de los últimos días en ese país. Su música llena de energía transmitió fuerza y belleza que se llegó a manifestar en el sentir del público.   Directo de Nueva York, Crumb ofreció un show cargado de nuevas canciones de su último disco Jinx, dedicando su concierto a los presentes del festival. Ingresando un gran puñado de globos rosas a mitad del show, la guitarrista y cantante Lila Ramani se mostraba agradecida con los mexicanos al ser éste su primer show en el país, y prometiendo volver. El momento más eufórico de su presentación fue el cierre con su sencillo “Locket”.   El sol comenzaba a brillar, brindando unos instantes de calor para recibir a la banda japonesa Kikagaku Moyo. Ésta fue una de las bandas más interesantes del festival al fusionar rasgos de la música oriental con ritmos jazzistas y melodías psicodélicas. La sitar eléctrica de Ryu Kurosawa le daba un toque místico a las canciones, provocando fiesta y descontrol en el Festival Hipnosis.   Cayendo la noche, la lluvia volvió a hacerse presente con fuerza torrencial creando la atmósfera ideal para la presentación de Uncle Acid and the Deadbeats. El show de esta banda llenó de oscuridad el ambiente del festival, entregando un show fuerte con canciones como “Death’s Door”, “I’ll Cut You Down” y “13 Candles”, mostrándose como herederos del sonido de bandas como Candlemass, Black Sabbath y Blue Öyster Cult.   Dando un giro de 360 grados, el ambiente gótico se disipó con la presentación de Mild High Club, quienes ofrecieron la parte más relajada del festival. La banda de California, liderada por Alexander Brettin, interpretó canciones de su disco Skiptracing, incluso una versión con mayores adornos de la canción que abre el disco de Sketches Of Brunswick East, de King Gizzard & the Lizard Wizard, en el que Mild High Club colaboró en su totalidad.   El festival estaba en su pico sólo faltaban los tres actos que encabezaban al cartel y uno de ellos era The Claypool Lennon Delirium. La banda formada por Sean Lennon, hijo John Lennon, y Les Claypool, de Primus, sorprendió con su inicio al interpretar uno de los himnos de la psicodelia “Astronomy Domine” del primer disco de Pink Floyd. El humor de este dueto amenizó a los asistentes, quienes se entregaron al delirio causado por canciones de su último disco como “Little Fishes”, “Boriska” y “South Of Reality”. Sin embargo, los momentos más memorables de su presentación fue cuando rindieron homenaje a King Crimson y a The Beatles, tocando “In the Court of the Crimson King” y “Tomorrow Never Knows”, respectivamente.   Todo estaba listo para recibir por primera vez en México a la esperada banda Stereolab, quienes presentaron una antología de sus canciones iniciando con “Anamorphose”, de su disco Mars Audiac Quintet. Con gozo, el público se entregó a canciones como “Brakhage”, “Miss Modular” y “Rainbo Conversation”, siendo la interpretación a mayor velocidad de la canción “French Disko” el momento con mayor energía de su presentación. A casi 30 años de su primer disco, Stereolab demostró el por qué es un referente e influencia para la música moderna, dejando en el público de Hipnosis una huella que será difícil de borrar. Para finalizar el show y, a pesar de la cancelación de Electric Wizard, la banda californiana de stoner rock Fu Manchu se encargó de cerrar esta entrega del festival. La banda abrazó a los fanáticos del género con los distorsionados riffs de canciones como “Evil Eye”, “Clone of the Universe” y “Hell on Wheels”. Los asistentes que permanecieron para ver esta banda poco les importó armar una fiesta en medio del lodo, donde los empujones y algún aventado eran amenizados por el fuzz. Un momento memorable de esta presentación fue cuando el público comenzó a corear el riff de “Laserbl’ast!” para continuar posteriormente con el mosh de lodo.   El Festival Hipnosis volvió a ofrecer un espacio para los asiduos de géneros como la psicodelia, el stoner y el garage. Apostar por realizar un festival fuera de la ciudad resultó un acierto más, al mostrar que lo único que se necesita para realizar un buen evento descentralizado es la óptima planeación, cartel y facilidades de acceso. El hecho de que incluso la gente haya tomado consciencia de estar preparada para vivir el festival en medio de la lluvia, sirvió para reafirmar la convicción del público de asistir a un evento que, a pesar de todo, puede disfrutar a sus bandas favoritas en un buen ambiente, siendo un punto a favor para espacios como Hipnosis.  

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Sadfields estrena “Atrás/Desaparecer”: Una invitación a la reflexión

El país vive una época de transición y esto se ve reflejado en la música nacional, donde el paso del tiempo y la melancolía son temas cada vez más frecuentes en las bandas mexicanas.  Tal es el caso de Sadfields, originarios del sur de la Ciudad de México, quienes recientemente han publicado su segunda grabación, “Atrás/Desaparecer”, la cual marca un nuevo punto de partida para la banda, ya que dejan atrás las capas de ruido de su primer material y se opta por abrazar más las melodías y las letras en español. Esto último, para Daniel Espinoza, guitarrista de la banda, representa la necesidad de expresarse de manera más auténtica, personal e íntima. Además, considera que el idioma llegaba a representar una barrera para manifestar su pensar y sentir. “Atrás/Desaparecer” es un trabajo íntimo, que nos permite sentir a la banda en una etapa de reflexión. Donde la canción “Atrás” nos invita a dejar ir las cosas a través de la realización del cierre de ciclos y se complementa con “Desaparecer”, que aborda los sentimientos de derrota y querer dejarlo todo. No cabe duda que la música es un gran medio para sublimar las emociones, y Sadfields lo logra de una manera muy fuerte y sincera. Escucha a Sadfields aquí. Síguelos en Facebook. Síguelos en Instagram. Síguelos en Twitter.

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Roger Waters exige a Trump dejar a Venezuela en paz

El ex bajista de Pink Floyd, también es conocido por su constante activismo político. El 3 de febrero, Waters, a través de su cuenta de Twitter, lanzó un mensaje en contra del gobierno estadounidense para exigir que no intervenga en Venezuela, esto después de que el presidente Donald Trump declaró ese mismo día, en una entrevista para la CBS que la intervención militar en Venezuela es una “opción”. El tuit protesta que se tiene que “detener esta reciente locura del gobierno de Estados Unidos”, y que “deje al pueblo venezolano en paz”, argumentando que el país latinoamericano tiene una verdadera democracia y que dejen de intentar destruir al país para que sólo “el 1% pueda saquear su petróleo”. Seguido de esto, compartió un cartel que incita a protestar en frente de la ONU, el 4 de febrero, Día de la Dignidad Nacional Venezolana, acompañado de los Hashtags #Venezuela #NicolasMaduro #StopTrumpCoupInVenezuela (Detengan el Golpe de Estado de Trump en Venezuela, en inglés). Diversas muestras en apoyo al pueblo venezolano se llevaron acabo en la Ciudad de Nueva York a lo largo del fin de semana. En la noche del jueves, cientos de personas se reunieron frente al Consulado General de Venezuela y marcharon por las calles hasta la Torre Trump. Muchas organizaciones progresistas fueron representadas y se pronunciaron en solidaridad contra la intervención imperialista de Estados Unidos en los asuntos de naciones soberanas. Gran cantidad de medios han hecho pasar la noticia como un mensaje negativo por parte Roger Waters, cuando sigue su misma línea de crítica política como lo ha hecho anteriormente, protestando contra el muro entre Palestina e Israel, y lanzando un mensaje contra el ex-presidente Enrique Peña Nieto en su concierto de México en 2016. A note from Roger: THIS IS TODAY!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! STOP THIS LATEST USG INSANITY, LEAVE THE VENEZUELAN PEOPLE ALONE. THEY HAVE A REAL DEMOCRACY, STOP TRYING TO DESTROY IT SO THE 1% CAN PLUNDER THEIR OIL. US HANDS OFF #VENEZUELA! #NICOLASMADURO #STOPTRUMPSCOUPINVENEZUELA pic.twitter.com/AFi89IGcgV — Roger Waters (@rogerwaters) 3 de febrero de 2019

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Roma: la música que definió a México en los años 70

En diciembre del 2018 llegó a Netflix la galardonada película Roma, de Alfonso Cuarón. Una película que se enfoca en la vida de Cleo, una empleada doméstica en la Colonia Roma del México de 1970. La película ganadora del Oscar por Mejor Director, Mejor Película Extranjera y Mejor Fotografía logra transportar al espectador de vuelta al pasado, a través de los recuerdos de Alfonso Cuarón. Además, estuvo nominada a Mejor Sonido y Mejor Edición de Sonido, a cargo del talentoso Sergio Díaz, quien se encargó de encontrar cada uno de los elementos sonoros que hacen que la película tenga una gran peso evocativo. En cine, los elementos que componen un filme, como la fotografía, dirección, escenografía y el vestuario, le dan a éste las herramientas para sumergir al espectador dentro de ella. Pero hay un elemento en específico que llega a empatar con las fibras sensibles de la persona, y ese es la música. Uno de los elementos más fuertes dentro de la película multipremiada de Cuarón, es el Diseño de Producción, el cual, ha llevado al equipo de este departamento a reconstruir, con detalles minuciosos, el México de 1970. Roma es una película que carece de música original, todo lo que podemos escuchar dentro de este viaje a los recuerdos del pasado, son los sonidos que nos remiten a ciertos lugares, como el sonido del afilador, el del camotero, o inclusive ruidos, como los gritos de comerciantes ambulantes o el tráfico. Y es aquí, que la música entra de forma circunstancial, apareciendo como guiños, constituyendo un elemento fundamental para transportarse a esa época. El México de 1970 es una época definida por movimientos sociales que agitaron al país. Las marchas y represiones estudiantiles del ’68 y ‘71 dieron visibilidad a los problemas nacionales e hizo evidente el autoritarismo gubernamental. De este primer movimiento, la música de protesta se volvió parte del espíritu de los estudiantes, siendo Óscar Chávez y Judith Reyes los músicos que serían la voz del movimiento junto con Joan Baez, Leonard Cohen, Bob Dylan y Peter Seeger, quien fue invitado por el Partido Comunista a tocar en la Facultad de Ciencias de la UNAM. Los grupos de Rock&Roll de la década los 60 comenzaron a diluirse, Enrique Guzmán, César Costa y Johnny Laboriel dejaban Los Teen Tops, Los Camisas Negras y Los Rebeldes del Rock respectivamente, y comenzaron a forjar sus carreras como solistas. Mientras tanto, el movimiento hippie comenzaba a influenciar a los estados fronterizos. Si se tuviera que elegir a un género musical que haya definido a esta década, definitivamente sería el de balada romántica con arreglos sinfónicos. A pesar de las cosas que sucedían en el país, esta música sirvió para poder hacer al mexicano olvidar su realidad. Es en 1970, año en el que transcurre la película, que las carreras de artistas como Leo Dan, Juan Gabriel, José José y Rocío Durcal se consolidaron y marcaron a gran cantidad de la población haciendo que sus canciones vivan hasta nuestros días. Los grupos sudamericanos y españoles encontraron en México la cúspide de sus carreras, como lo fueron Los Pasteles Verdes, de Perú, Los Terrícolas, de Venezuela, o Los Ángeles Negros de Chile. Por ejemplo, Leo Dan, originario de Argentina, llegaba a tierras mexicanas en 1970 con el éxito Te he prometido. Él era gran aficionado de la música mexicana, y aquí, grabó otras canciones que le llegaron al público nacional, como Toquen mariachis canten y Mi última serenata. Este año, significó también el nacimiento de El Príncipe de la Canción, José José, quien tuvo como primer éxito la canción La Nave del Olvido. Meses después, se presentaría ante un público internacional televisado en el II Festival de la Canción Latina, con sede en el Teatro Ferrocarrilero de la Ciudad de México, en dicho evento, cantó por primera vez el éxito que marcó su carrera para siempre, El Triste. El Divo de Juárez, Juan Gabriel, después de graves problemas financieros e incluso penales, lanza en 1971 su primer disco Alma Joven, con el sencillo No tengo dinero, este álbum -al igual que con José José- ayudó a posicionarlo como uno de los interpretes de balada romántica más importantes del país. La música que nunca ha faltado en el corazón de los mexicanos es la de artistas como Álvaro Carrillo, Javier Solís y los clásicos Pedro Infante, José Alfredo Jiménez y las irreverentes canciones de Tin Tan. Todos estos artistas, consolidados 20 años antes, seguirían marcando a la población. Pero no todo fue música romántica y baladas durante la década de los años 70. Esta década representó el punto de quiebre para las bandas de rock nacional. Había una división musical demasiado amplia, porque, a pesar que los artistas antes mencionados eran de consumo masivo, las clases populares y sectores más contestatarios se inclinaron al rock. Es así, que tres meses después de la Matanza de Corpus, se llevó acabo el primer festival masivo de música en México, el Festival de Rock y Ruedas de Avándaro, considerado el Woodstock Mexicano, el cual estaba programado para 5 mil asistentes, que verían una carrera de autos acompañados de bandas, pero la asistencia final fue alrededor de 150,000 personas, que experimentaron en el festival una especie de catarsis social que emanaba del recuerdo de las matanzas de los años anteriores, además de expresar el amor libre y el uso de drogas. Fue en este festival que la banda Three Souls In My Mind, después conocida como El Tri, que marcaría y sería el estandarte del rock de esa década. Después de este evento, el gobierno mexicano prohibió grandes reuniones juveniles, para evitar nuevos movimientos y cerró las puertas en el país a grupos internacionales de rock a presentarse por esta misma razón. Es por eso, que la música en México que llegaba a las grandes audiencias, era aquella que fuera más tranquila y de temas más generales. Roma se desarrolla entre 1970 y 1971. Como se puede observar, este par de años sirvieron como punta de lanza para el desarrollo

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Hipnosis 2018: La magia más allá de la adversidad

México se abre paso cada vez más en el mundo de los festivales de música, los cuales ofrecen diversidad de espectáculos que abarcan a gran cantidad de seguidores de todos los géneros. Simplemente, este fin de semana hubo tres festivales en el país que convocaron un amplio público, el Tecate Metal Fest, Force Fest y, el Festival Hipnosis, este último, haciendo culto a la psicodelia. Después de sufrir cambios de locación a una semana del evento, el Hipnosis llevó a cabo su segunda edición en Las Caballerizas, Huixquilucan, a las afueras de la Ciudad de México; donde, a pesar de los retos, los organizadores pudieron sacar adelante el Festival, llegando incluso a ofrecer transporte gratuito, una solución que ayudó a trasladar a los asistentes. Entrar al festival era como un regreso al pasado. Las camisas coloridas, los pantalones acampanados de varias personas, el entorno rodeado de naturaleza y el ambiente psicodélico que generaba la gente, evocaban una imagen que recordaba a Avándaro. Tres actos nacionales se encargaron de abrir el festival, Sgt. Papers, Build A Vista y San Pedro El Cortez, los cuales fueron responsables de darle a la gente riffs garageros distorsionados y llenos de fuzz. Hipnosis dio la oportunidad a varias bandas de realizar su primer show en México, una de estas fue Stonefield, banda originaria de Australia, la cual está formada por Amy Lee Findlay y sus tres hermanas, Hannah, Sarah y Holly. Su influencia de bandas setenteras se hacía notar en cada nota que tocaban. La banda le dio al público guitarras melódicas, tonos graves y una voz magnífica y cautivadora. Stonefield compartió gran parte de su repertorio de discos, como As Above So Below, y el más reciente Far From Earth el cual fue editado por Flightless Records, la disquera detrás de King Gizzard & the Lizard Wizard. Después de ellas, siguieron Boogarins, originarios de Brasil, que regresaron a México para sorprender al público del Hipnosis con un viaje de letras en portugués y tocar canciones de su disco más reciente, Lá Vem a Morte. Su presentación se vio caracterizada por sus sonidos más tranquilos, mayor reverb y grandes espacios para la improvisación y efectos sonoros. Una de las bandas más esperadas, sin duda, fue DIIV. Los neoyorkinos aprovecharon el estado en el que se encontraba la gente para poder brindar una experiencia digna de su música; melancólica y etérea. Under the sun y Dopamine fueron las canciones que detonaron el baile entre los asistentes y otras como Bent (Roi’s Song) y Take your time crearon un ambiente más tranquilo. DIIV dejó con ganas de más a quienes los escucharon y marcaron uno de los momentos más memorables del festival. Si se habla de creación de atmósferas, OM logró que el sonido viajara por los árboles del recinto y dejar a los espectadores en un estado de contemplación y reflexión, con música densa que es acompañada de oscuridad y tranquilidad. Siendo la primera vez en México de OM, mostraron una conexión con el público, que se unió a ellos en su sacra misa moviendo lentamente la cabeza a los ritmos lentos de la banda. Canciones de sus discos Advaitic Songs y God is Good sonaron desde el escenario, comenzando con Gethsemane, State of non-Return y Sinai. Cremation Ghat I y II, Meditation is the Practice of Death le siguieron, finalizando con Bhima’s Theme. Al Cisneros le reafirmó al público mexicano la oscuridad que puede lograrse a través de la música, al ser la segunda vez que viene al país con una banda, después de haberse presentado en el NRMAL de este año con Sleep. La noche había caído y con ella, la lluvia, aún así, la gente no se dejó apagar por ella, así como una gran fogata que se encendía en la zona de descanso del festival. A pesar de que varios decidieron protegerse del agua cayendo a cántaros en la carpa de la zona de comida o en el calor de la fogata, gran parte de los asistentes recibió a Wooden Shjips. Originarios de San Francisco, California, hogar del movimiento hippie a finales de los años 60, Wooden Shjips retomó la psicodelia y el viaje de ese movimiento y trasladó ambos elementos a cualquiera que escuchara su música, ya sea que estuviera hasta adelante o a la distancia. Canciones de su disco más reciente “V.” se escucharon en Las Caballerizas mientras la gente bailaba y disfrutaba bajo la lluvia, y fue bajo este ambiente húmedo, que Allah-Las y Unknown Mortal Orchestra tocaron para perpetuar la atmósfera de colores creada por Wooden Shjips. A pesar de que las bandas habían dejado tiempo de sobra, los horarios se respetaron bajo su logística. Es así, que la gente estaba ansiosa de ver al headliner del festival, la banda que lanzó 5 discos en 2017, que regaló a sus fans un disco y la posibilidad de editarlo en el formato que se quisiera, que tiene un álbum que se puede reproducir en un loop infinito: King Gizzard & the Lizard Wizard. La lluvia había finalizado, el frío acechaba el lugar, pero no el calor del público, que aguardaba pacientemente para ver a la banda liderada por Stu Mackenzie. Las luces se apagaron y las primeras notas de Rattlesnake invadieron los sentidos de los asistentes para después explotar con el verso repetitivo de la canción, los movimientos acelerados del slam no faltaron y el baile de King Gizzard cautivó a todos. Sleep Drifter, del Flying Microtonal Banana perpetuó la danza del público, que se deleitaba con los riffs microtonales influenciados por la música turca. Un disco al que la banda le puso énfasis en su concierto fue el mítico Polygondwanaland del cuál tocó temas como la canción épica de 10 minutos Crumbling Castle y otras como The Fourth Colour, Deserted Dunes Welcome Weary Feet y The Castle in the Air. King Gizzard fue recibido por el público como si ya fuera una banda de antaño, donde la melodía de las canciones era coreada por la gente y

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