Depósitio Sonoro

Crónicas y Reseñas

Jumper, el nuevo álbum de Dvrvnt

Dvrvnt, una de las cabezas más visibles de la escena electrónica nacional, empieza el año con Jumper, un álbum sombrío interrumpido bruscamente por colores brillantes Género: Glitch Hop | IDM | Lo-Fi | ★★★★ Jumper sobresale como un álbum liderado por un estado de ánimo sombrío con una atmósfera brillante. Sus hermosos ritmos, a veces nostálgicos, son salpicados por un tejido melódico de voces recortadas. Aquí sólo hay siete temas en los que Dvrvnt nos presenta un viaje de casi veinte minutos a través de un mundo de misterio e intriga con ocasionales momentos de fuga; o tal vez, picos de luz envolventes en un mundo predominantemente oscuro.  Jumper es uno de esos álbumes que podrían sentirse algo sofocantes si no fuera tan bellamente convincente. Al igual que la auto-exploración vista a través de los propios sueños o de los pensamientos mas sesgados, el mundo que crea Dvrvnt, es un mundo oscuro interrumpido bruscamente por colores brillantes. Hay oscuridad y mucha, pero se siente preparada para ser derrotada; un contrapunto conquistado por una visión aguda de lo excepcional, en sí mismo, y lo que es lo más importante. Magnífico.  

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Los Smashing Pumpkins y su bella etapa del Siamese Dream

The Smashing Pumpkins y el Siamese Dream que nos dejó canciones maravillosas como “Today”, “Mayonaise” y “Disarm”. Lejos quedaron esos ayeres en los que unos The Smashing Pumkins sobresalían por su energía; Siamese Dream era una bella etapa que la mayoría de los fans recuerdan con mucho cariño, pues en él maduraron su mezcla de pop de ensueño, rock y guitarras con esbozos al shoegaze.  El álbum tiene una producción de alto nivel para el rock alternativo de principios de los 90, que intencionalmente buscaba arreglos sueltos y un sonido básico y crudo. Los objetivos de los productores eran crear una verdadera obra y un disco influyente para la época; el tiempo les dio la razón.

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La música oscura de la CDMX, conoce We Are One – Darkwave Vol. 1

Escucha el primer compilado de We Are One Records, una canción inédita de cada proyecto, hecho con el corazón para las almas vulnerables Me parece interesante que se siga nutriendo este tipo de movimientos musicales en la ciudad, géneros que, a pesar del paso del tiempo, siguen coincidiendo y conectando de alguna forma con la gente del presente, sobre todo la gente joven, que se ha arropado de influencias como la no wave , el goth y el post punk. Lo importante es seguir construyendo, y qué mejor que sea desde nuestra trinchera nacional.   Que siga la sub y contracultura en manos de Hoffen, Nite Shadows, Sunnset, Red Ulalume, I Can Fly, Silis, Neue Strassen, Emilio Revolver, Reverbs y muchos más. We are one – Darkwave Vol.I by We are one Records

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Entrevista a Hari Sama, director de la película Esto no es Berlín

Platicamos con Hari Sama, director de Esto no es Berlín, película que parte de un guion vivencial del director; además, charlamos del mundo punk y el underground de los años 80 en México Esto no es Berlín (2019) es una película dramática mexicana dirigida por Hari Sama. La cinta, que se presentó en el Festival de Sundance y se estrenó en junio de 2019 en España, retrata las vivencias del director en los años ochenta en el país. Platicamos con Sama sobre música, cine y el mundial del 86. ¿Cómo fue para ti vivir en la época de los 80, entre una devaluación de la moneda y una sociedad berlinesa dividida? Creo que la devaluación de la moneda, por supuesto, fue importante; pero yo era muy joven y no tenía poder adquisitivo de ninguna índole, entonces sólo estaba probablemente un poquito más jodido. La realidad es que en los ochenta, el 86 en particular, fue un año de muchos excesos para mí: estaba diario en El Nueve, donde, realmente, me pasó mucho de lo que retrata la película y estaba full en el reven, intentando hacer performance con un par de personas por ahí. La sociedad berlinesa, creo que era una influencia a distancia; nosotros veíamos lo que estaba sucediendo en Europa con mucho anhelo, con muchas ganas de hacer lo mismo en México, siendo que aquí no se podía; que aquí nadie escuchaba esa música, no era una ciudad con onda. Estaba todo prohibido, estaba todo muy básico. Entonces era llevarlo a estos lugares como hoyos funky, o a estos lugares muy clandestinos y tener la experiencia de esta contracultura. Si hubiese sido un poco mayor, me hubiera pegado muy fuerte la devaluación. Seguramente, a mi padre sí le afectó, pero no recuerdo que hubiese una consecuencia muy funesta en mi casa. Lo que sí recuerdo es mi reven y los peligros con los que yo estaba coqueteando. ¿Qué similitudes ves en el México de 1986 con el México actual?, ¿en qué crees que cambiamos?  Muchas similitudes y diferencias en cuanto al México del 86 con el México actual. Yo siento que la generación X y los millennials somos un espejo. Siento que los noventas y los dos miles se fueron completamente hacia otro lado. Mucha de la conversación que inició en los ochenta, tanto de estética como de música, el tipo de asuntos de interés en este universo contracultural; ahora, los millenials lo retomaron con muchísima fuerza y lo han hecho propio. Eso me parece que está bien padre. Creo que, en ese sentido, probablemente, las diferencias son que en aquel tiempo sí era realmente clandestino: había una posición muy política en cuanto a este lugar de contracultura. Creo que hoy se ha vuelto muy general; puedes tatuarte, puedes estar en la calle – en ciertos lugares, por supuesto – de la mano de tu pareja del mismo sexo sin tanto problema. Quizás Esto no es Berlín trae a la charla estos temas en otro nivel de lectura, de lo que ellos están haciendo. Por lo que sabemos, tu personaje en Esto no es Berlín estuvo inspirado en un familiar. ¿Crees que en estos tiempos de discrepancia es necesario tener un guía “espiritual”? Mi personaje está inspirado por un tío que no tenía, digamos, la calma o la integridad espiritual. El tío Esteban, el personaje que hago, es un personaje que ha asumido su lugar en la vida; es una posición de calma, de paz, de tranquilidad y que no permitirá que nada lo separé de eso. Él encontró un espacio de relación consigo mismo en no luchar por tener un lugar protagónico dentro de la profesión, y está muy bien parado en ese lugar. Mi tío, no, él sí tenía otro tipo de conflictos, sí me heredó la mota y la música, pero no estaba en paz interior, este disfrute de la vida y del momento presente. Creo que estamos en un momento en el que no ir hacia adentro es gravísimo, porque es el único lugar donde hay una solución verdadera de todo lo que estamos viviendo. En específico, ¿qué bandas o artistas conociste en esa época que marcaron tu vida? Conocí muchas bandas. La verdad es que Joy Division, Bauhaus y The Cure en sus primeros discos me cambiaron la vida. Hubo un par de bandas en México que también lo hicieron: Los Caifanes, al principio, antes de que grabaran el disco cuando tenían un corte más oscuro, me cambiaron la vida. Así hubo asuntos muy significativos que fueron realmente muy transformadores para mí. La referencia a Rita Guerrero es inminente, ¿en qué otros integrantes de la cultura mexicana pensaste para la construcción de los personajes de la película? Paradójicamente, Rita Guerrero no está tan reflejada en ella; sino otros personajes, pero de alguna manera, también. Hay otros personajes de la contracultura mexicana que me influyeron: Illy Bleeding, por ejemplo, lo conocí en aquel tiempo y otros amigos: Luis Carlos Gómez, DJ Chrysler, el Taka Fernández, los hermanos Quiñones, Rubén Ortiz; de lejos, Gabriel Orozco. Me tocó ver mucha gente en ese tiempo. La música es un gran elemento de acompañamiento en la cinta, ¿qué escuchas ahora que pudieses recomendarnos? Tuve una temporada de oír bandas como Grizzly Bear; de haberme metido en este proyecto Colors para oír un poco de este trap contemporáneo, pero elegante: el trap muy influido por el soul. Estuve haciendo gira con mi banda Expediente Sama con Los Guadaloops. Recuperé el trip-hop, como que anduve metido en un universo musical muy distinto del que la película retrata en los ochenta. Ahora, me estoy dando chance de ver cómo esta generación millennial retoma la estética de los 80, sobre todo, en la electrónica. Les sugeriría escuchar a Boy Harsher y Bones UK, banda muy joven que está haciendo electrónica bien chida y, por supuesto, La Femme, esta banda francesa que también recupera el sonido ochentero y lo hace de una manera muy chida. ¿Consideras que aún existe la cultura under en el país?, ¿cuál

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Artificial Intelligence, compilación excelsa de Warp Records sobre el IDM

Desde sus inicios, el IDM fue construyendo un legado que adquirió una amplia gama de estilos diferentes, y Warp Records lo supo       El IDM fue y seguirá siendo una corriente musical bastante innovadora de la que han brotado nuevos proyectos, desde artistas como Broadcast hasta Bibio y Rustie, que ya gozan de un gran estatus, pero que, estamos seguros de que no existirían, sin sus predecesores. A lo largo de su existencia, la música electrónica de esta vertiente definió el sonido de una nueva era que el sello Warp Records recopiló en la serie de discos Artificial Intelligence (1992; 1993), que incluye a The Dice Man, Autechre, Musicology, Dr. Alex Paterson y más.

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¿Quiénes eran The Residents?

Quizá los músicos independientes por excelencia de la década de los setentas fueron The Residents, banda fundada por el compositor Hardy Fox y el vocalista Homer Flynn, quienes actuaban bajo disfraces alienígenas e intentaban no revelar sus identidades Trasladados de Louisiana a San Francisco en 1966, The Residents debutaron en 1972 durante la etapa oscura que surgió, tras la desaparición del movimiento hippie y la caída del acid-rock. Compusieron sus obras más innovadoras entre 1974 y 1976 cuando el new wave aún estaba por nacer; pero su aislamiento de la escena musical permaneció hasta que emergieron de forma absoluta como profetas de una forma de hacer, interpretar y concebir música a oscuras y crípticas. Sus piezas formaban parte de un espectáculo multimedia cuyas actuaciones los trasladaron a la cima de la escena avant-garde de los setentas y, cuyo sonido enfatizó un enfoque de composición musical estilo collage.  Meet The Residents, en 1974, dio un sonido de evolución. Inspirados por el dadaísmo, el surrealismo y Frank Zappa, The Residents reunió fragmentos y escombros de la cultura sonora basura (sonidos de comerciales, orquestas de fácil escucha y bandas sonoras de dibujos animados), y procedieron a esculpir una estructura sonora que fue deliberadamente amateur, pero también proporcionó un documental escalofriante de la civilización occidental disfrazado de una parodia grotesca de consumismo, en el que Zappa era en realidad un virtuoso de la composición, la dirección musical y un ejecutor heroico de ideas descuidadas. The Residents estuvo concebido como un colectivo de artistas descuidados con ideas heroicas y voces glaciales, distorsionadas y monótonas, que se elevaron sobre instrumentos para fusionar ritmos pueriles y melodías torpes. Not Available (1974)  fue la obra de arte mas sofisticada de The Residents, uno de los álbumes más importantes de la época. Cada tema acuñó una nueva forma de música de vanguardia a partir del primitivismo sinfónico y de la música cacofónica. A pesar de la gigantesca exhibición de sonidos, la agrupación ofrecía una visión sombría y aterradora de la humanidad. Ese espíritu se expresó en un formato más programático con el ballet futurista de Six thing to a cycle de 1976, y alcanzó su ápice poético con Eskimo en 1979, que fue básicamente un experimento de musique concréte ambientado en el ártico, pero también un conmovedor homenaje a la humanidad ancestral y a su lucha épica en entornos hostiles.  Después, The Residents buscaron el expresionismo y el teatro para elaborar una obra que fuera menos caótica que sus primeros collages; así como un sonido más ambiental, al estilo de Brian Eno. En 1981, Mark of the mole fue la primera entrega de una fantasía de ciencia ficción de tres partes; y los cuentos de hadas de Census Taker en 1985 y God in three persons en 1988, continuaron sus aventuras en un ámbito musical que ninguna otra banda se atrevió a acercarse. The Big Bubble en 1985 fue la tercera parte de la trilogía y fue uno de los experimentos post-modernistas más emocionantes sobre la voz humana de la época.  Debe decirse que la década de los noventas fue una década decepcionante para The Residents. Su discografía creció de manera constante, pero casi no hizo ninguna diferencia cualitativa; entre discos interactivos y bandas sonoras para series de televisiones y videojuegos, los noventas no marcaron un punto de partida para el grupo. Twelve days of Brumalia en el 2004 fue un álbum creado hipotéticamente sólo para los fanáticos de la banda y se descargaba en su sitio web, y junto con el álbum en vivo The way we were en el 2005 fue una excentricidad menor.  Una mala señal se dio en el 2005 cuando las identidades de los miembros de la banda se convirtieron en el tema principal de la mayoría de los artículos que hablaban de The Residents. Lo más probable es que Animal lover (Mute, 2005) sea tan popular como la música del cuarteto; sin embargo, la preocupación sobre quiénes eran sus integrantes fue una señal de que sus tiempos habían cambiado y que el mito de The Residents comenzaba a desintegrarse.

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Reseña de Adiós a Dylan, la novela ganadora del premio Maurcio Achar 2016

Cada relación amorosa tiene uno o varios soundtracks; el de Omar, evidentemente, es Bob Dylan. Este solitario joven de 19 años actúa en torno a los aprendizajes y letras de su ídolo Bob Dylan, las usa para entender mejor qué está pasando con su vida, cómo superar las amarguras del desamor y de lo cotidiano Sara, Sara, Sara. Resuena el nombre miles de veces en la cabeza de Omar, el protagonista de esta novela ganadora del premio Maurcio Achar 2016, Literatura Random House Achar. Los personajes de Adiós a Dylan son muchos, que como fantasmas llegan y desaparecen, pero en primer plano, son Sara, novia de Omar, quien vive de hacer porno por internet, engañarlo todo el tiempo y romperle el corazón; y, en segundo plano, tenemos a la sombra de un hermano muerto tiempo atrás, un papá ensimismado, una mamá de bajo perfil y muchos familiares. El libro se desplaza por lugares comunes de la Ciudad de México, el Chopo, la colonia Juárez; entre otros un poco más distantes como es el puerto de Acapulco. Conformado de un léxico que rompe formalismos: es claro, ordinario, común…, pero basto e inteligente. Una marioneta llena de inesperadas expresiones. En este libro se riegan “olas de placer y tristeza”, el protagonista “se cae y llega al fondo para transformar su propio dolor”. Una pluma que evoca a la generación beat y que rescata lo mejor del humor en la literatura mexicana. Después de 6 años de escritura, curiosamente la novela salió en 2016, mismo año en que Bob Dylan ganó el premio Nobel de Literatura. Cada capítulo tiene el título de una canción del músico estadounidense, cada capítulo es una epopeya. Dejar de lado simplezas y viajar hacia esas cosas que nos hagan sentir más vivos, ser auténticos, eso se descubre siguiendo a Omar, ésa es una de las grandes reflexiones de Adiós a Dylan. Como dice el autor: “el libro habla de lo importante que pueden llegar a ser los ídolos durante la adolescencia”, para moldear nuestra forma de ser y encontrar nuevas verdades. Alejandro Carrillo publicó una novela que tardó seis años en resolver, una encrucijada que él mismo señala que le dejó grandes aprendizajes. De repente se dio cuenta de que Omar sabía más sobre Bob Dylan que él mismo, por ejemplo. Para Carrillo este es un libro que está vivo, siente y respira. Adiós a Dylan está de venta en librerías (Gandhi, Sótano y Porrua). Puedes también obtenerlo en formato digital, dando clic aquí. Y lo puedes acompañar oyendo la canción de cada capítulo en el sitio web oficial de la novela. Por último, el premio Mauricio Achar, cada año, desde 2015, se entrega a autores que editan su primera novela; así que, si te gusta escribir y estás por terminar la tuya, checa las bases aquí.

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Daughters, una banda que no repite su sonido

La evolución y el cambio es válido en terrenos musicales, Daughters es una banda que evolucionó en su sonido y pasó de ser grindcore a industrial y no wave Desde su formación en 2002, Daughters es una banda que nos tiene acostumbrados a un constante cambio y evolución en su sonido, es una banda que aún no se repite y que, a pesar de lo intenso de su ejecución, su energía está conservada intacta. Antes de formar Daughters, el vocalista Alexis S.F. Marshall, el guitarrista Jeremy Wabiszczewicz y el baterista Jon Syverson tocaron en la banda estadounidense de grindcore As the Sun Sets. Después de su disolución, Marshall, Wabiszczewicz y Syverson formaron Daughters con el guitarrista Nicholas Andrew Sadler y el bajista Pat Masterson. Tiene cuatro discos de estudio y cada uno tiene su peculiaridad, distinción de géneros y propuesta musicales. DISCOGRAFÍA:  1.Canada Songs, julio 29, 2003 Label: Robotic Empire 2. Hell Songs, agosto 8, 2006 Label: Hydra Head 3. Daughters, Marzo 9, 2010 Label: Hydra Head 3. You Won’t Get What You Want, octubre 26, 2018 Label: Ipecac Sus años de actividad han sido 2002–2009 y del 2013 al presente. En 2015, Daughters publicó una foto en Facebook de sus miembros en el estudio de grabación, en la que oficializaban su regreso después de una pausa de varios años. En septiembre de 2016, la banda anunció a través de Instagram que grabarán, una vez más, durante [su próxima gira] sin una agenda real ni un calendario para el lanzamiento. En esta gira, Daughters tocó la nueva canción “Long Road “.  En una entrevista de 2017, Marshall dijo que esperaba que Daughters lanzará su cuarto álbum de estudio para fin de año. En abril de 2018, Daughters informó que las grabaciones de las guitarras para su próximo álbum estaban completas. El 13 de julio de 2018, Daughters lanzó un sencillo, “Satan in the Wait” de su próximo álbum, el single y el álbum se lanzarán a través de Ipecac. En general, Daughters ha transformado y reinventado la música durante dos décadas, principalmente, al inicio como grindcore, mientras que su material posterior se describe como noise rock. También, la agrupación ha sido descrita como rock industrial, no wave, math rock, math core, post-punk, experimental, metal alternativo, art rock y art metal.  Sadler dijo que siempre estuvo en desacuerdo con la descripción de Daughters como una banda matemática o math-core, al afirmar: “siempre ha sido una especie de banda calculada, pero no de manera matemática; y no creo, agrega, que nadie en Daughters haya tomado una lección en nada. La música simplemente sale de esa manera y siempre ha sido la naturaleza de la banda“.  

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