Depósitio Sonoro

Crónicas y Reseñas

Galería de fotos Force Fest día 1

Botas enlodadas, recuerdos melancólicos y música bien ecualizada en lo que parecía ser “Rock sobre el pantano”, una reseña de la experiencia salvaje del Force Fest en su edición 2018.   ¿Se acuerdan cuando íbamos a un concierto a disfrutar y regresábamos orgullosos de nuestras heridas de guerra y  la experiencia en el alma en vez de a quejarnos por todo y regresar con la grabación completa en el celular? Bienvenidos al 2018, donde el público quejica le da más valor al tiempo que perdió esperando salir del concierto y a su ropita sucia que a la experiencia de un concierto de metal, con bandas legendarias que nos siguen haciendo vibrar después de tantos años. Si bien no podemos negar la falta de organización evidente desde el acceso al evento, creo que hay varios puntos en los que podemos fijar nuestra atención. Ok, si fueron filas interminables para entrar, estacionarse, cargar el brazalete para el Cashless e incluso para quien gozaba la fortuna de haber ganado la entrada gratis o tenía alguna acreditación. Pero ojo: como mexicanos sabemos que podemos ser más precavidos y ahorrarnos las filas si hacemos las cosas con anticipación, como con la carga del brazalete Cashless vía internet. Sin embargo, pocos comentan la camaradería de los asistentes, que no hubo atracos masivos, accidentes ni riñas. Por experiencia propia puedo decir que los conciertos donde la audiencia es metalera, irónicamente son los más relajados. Tal vez porque saben a lo que van y respetan la música. He asistido a otros eventos como el Corona Capital donde además de ser un completo caos, la gente se empuja como si fuera el fin del mundo, donde no te dejan disfrutar a las bandas por hacerse los graciosos, ya que muchas veces están viendo artistas que ni siquiera conocen. O como en el Vive Latino, que además de carecer de buen audio por lo general, si sales con cartera y celular ya te sientes afortunado. No, no es una referencia clasista, es una experiencia real que muchos han compartido y que no me dejarán mentir. Durante el Force Fest pudimos escuchar a bandas como P.O.D. y Code Orange que indistintamente sonaron como una banda pro tiene que sonar. Pero no solo en los escenarios principales, sino en los escenarios más pequeños, se podía apreciar la calidad del audio que puede presumir este festival. A la hora de ver a las bandas emblemáticas de los ´90s, la banda comenzó a acercarse para ver a Bush abrir con “Machine Head”, y para asombro de todos, Gavin Rossdale a sus 53 rockeó y cantó como en sus mejores días todas las rolas que nos hicieron corear de morros. Y aunque todos sufrimos la ausencia de Scott Wieland y Layne Staley, las leyendas del grunge Stone Temple Pilots y Alice in chains nos movieron con la magnífica presentación que dieron a sus fans, confirmando porqué la década en la que los conocimos fue un hito en la historia de la música. Finalmente, llenos de lodo hasta las rodillas, emocionados, cansados y aún con chelas que por cierto nunca se agotaron, pudimos disfrutar la fuerza de System of a Down, que dio un espectáculo sin decepción. El poder de esta banda logró hacer temblar el pantano que la lluvia nos dejó, pero que no impidió a todos gritar a la par de Serge Tankian de inicio a fin el cierre de la noche. La salida fue desesperante para TODOS, y no cabe duda que tener que remolcar coches atascados por horas a las 3 de la mañana es lo que menos querría un asistente. Sin embargo, cada vez que uno va a un concierto sabe que hay inconvenientes pero lo que se aprecia es la calidad de las bandas y sobre todo, no podemos dejar a un lado que el audio del que pudimos disfrutar, fue un trabajo impecable que difícilmente encontramos en los venues de México. Hay muchas cosas que se tienen que mejorar, pero también aprendamos a gozar. Más rock y menos princesos. Ya veremos que sorpresas nos tiene el día dos.   Escrito por: Mina   Aquí algunas fotos del día de apertura del Force Fest.  

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Hipnosis 2018: La magia más allá de la adversidad

México se abre paso cada vez más en el mundo de los festivales de música, los cuales ofrecen diversidad de espectáculos que abarcan a gran cantidad de seguidores de todos los géneros. Simplemente, este fin de semana hubo tres festivales en el país que convocaron un amplio público, el Tecate Metal Fest, Force Fest y, el Festival Hipnosis, este último, haciendo culto a la psicodelia. Después de sufrir cambios de locación a una semana del evento, el Hipnosis llevó a cabo su segunda edición en Las Caballerizas, Huixquilucan, a las afueras de la Ciudad de México; donde, a pesar de los retos, los organizadores pudieron sacar adelante el Festival, llegando incluso a ofrecer transporte gratuito, una solución que ayudó a trasladar a los asistentes. Entrar al festival era como un regreso al pasado. Las camisas coloridas, los pantalones acampanados de varias personas, el entorno rodeado de naturaleza y el ambiente psicodélico que generaba la gente, evocaban una imagen que recordaba a Avándaro. Tres actos nacionales se encargaron de abrir el festival, Sgt. Papers, Build A Vista y San Pedro El Cortez, los cuales fueron responsables de darle a la gente riffs garageros distorsionados y llenos de fuzz. Hipnosis dio la oportunidad a varias bandas de realizar su primer show en México, una de estas fue Stonefield, banda originaria de Australia, la cual está formada por Amy Lee Findlay y sus tres hermanas, Hannah, Sarah y Holly. Su influencia de bandas setenteras se hacía notar en cada nota que tocaban. La banda le dio al público guitarras melódicas, tonos graves y una voz magnífica y cautivadora. Stonefield compartió gran parte de su repertorio de discos, como As Above So Below, y el más reciente Far From Earth el cual fue editado por Flightless Records, la disquera detrás de King Gizzard & the Lizard Wizard. Después de ellas, siguieron Boogarins, originarios de Brasil, que regresaron a México para sorprender al público del Hipnosis con un viaje de letras en portugués y tocar canciones de su disco más reciente, Lá Vem a Morte. Su presentación se vio caracterizada por sus sonidos más tranquilos, mayor reverb y grandes espacios para la improvisación y efectos sonoros. Una de las bandas más esperadas, sin duda, fue DIIV. Los neoyorkinos aprovecharon el estado en el que se encontraba la gente para poder brindar una experiencia digna de su música; melancólica y etérea. Under the sun y Dopamine fueron las canciones que detonaron el baile entre los asistentes y otras como Bent (Roi’s Song) y Take your time crearon un ambiente más tranquilo. DIIV dejó con ganas de más a quienes los escucharon y marcaron uno de los momentos más memorables del festival. Si se habla de creación de atmósferas, OM logró que el sonido viajara por los árboles del recinto y dejar a los espectadores en un estado de contemplación y reflexión, con música densa que es acompañada de oscuridad y tranquilidad. Siendo la primera vez en México de OM, mostraron una conexión con el público, que se unió a ellos en su sacra misa moviendo lentamente la cabeza a los ritmos lentos de la banda. Canciones de sus discos Advaitic Songs y God is Good sonaron desde el escenario, comenzando con Gethsemane, State of non-Return y Sinai. Cremation Ghat I y II, Meditation is the Practice of Death le siguieron, finalizando con Bhima’s Theme. Al Cisneros le reafirmó al público mexicano la oscuridad que puede lograrse a través de la música, al ser la segunda vez que viene al país con una banda, después de haberse presentado en el NRMAL de este año con Sleep. La noche había caído y con ella, la lluvia, aún así, la gente no se dejó apagar por ella, así como una gran fogata que se encendía en la zona de descanso del festival. A pesar de que varios decidieron protegerse del agua cayendo a cántaros en la carpa de la zona de comida o en el calor de la fogata, gran parte de los asistentes recibió a Wooden Shjips. Originarios de San Francisco, California, hogar del movimiento hippie a finales de los años 60, Wooden Shjips retomó la psicodelia y el viaje de ese movimiento y trasladó ambos elementos a cualquiera que escuchara su música, ya sea que estuviera hasta adelante o a la distancia. Canciones de su disco más reciente “V.” se escucharon en Las Caballerizas mientras la gente bailaba y disfrutaba bajo la lluvia, y fue bajo este ambiente húmedo, que Allah-Las y Unknown Mortal Orchestra tocaron para perpetuar la atmósfera de colores creada por Wooden Shjips. A pesar de que las bandas habían dejado tiempo de sobra, los horarios se respetaron bajo su logística. Es así, que la gente estaba ansiosa de ver al headliner del festival, la banda que lanzó 5 discos en 2017, que regaló a sus fans un disco y la posibilidad de editarlo en el formato que se quisiera, que tiene un álbum que se puede reproducir en un loop infinito: King Gizzard & the Lizard Wizard. La lluvia había finalizado, el frío acechaba el lugar, pero no el calor del público, que aguardaba pacientemente para ver a la banda liderada por Stu Mackenzie. Las luces se apagaron y las primeras notas de Rattlesnake invadieron los sentidos de los asistentes para después explotar con el verso repetitivo de la canción, los movimientos acelerados del slam no faltaron y el baile de King Gizzard cautivó a todos. Sleep Drifter, del Flying Microtonal Banana perpetuó la danza del público, que se deleitaba con los riffs microtonales influenciados por la música turca. Un disco al que la banda le puso énfasis en su concierto fue el mítico Polygondwanaland del cuál tocó temas como la canción épica de 10 minutos Crumbling Castle y otras como The Fourth Colour, Deserted Dunes Welcome Weary Feet y The Castle in the Air. King Gizzard fue recibido por el público como si ya fuera una banda de antaño, donde la melodía de las canciones era coreada por la gente y

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El virtuoso, sutil, enigmático y tiernamente melódico productor alemán Robag Wruhme, lanza Wuzzelbud KK, música sencilla para la pista de baile

Robag Wruhme ha lanzado este septiembre un EP doble que se siente como un álbum completo de nueve pistas en total llamado Wuzzelbud FF, dandole seguimiento estilístico al Wuzzelbud Kk LP del 2004, retomando así el sonido que según él había descuidado durante mucho tiempo, haciendo música sencilla para la pista de baile. Género: Minimal Techno | Microhouse | Tech House | Techno Label: Hart & Tief ★★★★ Yendo mas allá de la pista de baile, la música que Robag Wruhme ofrece en su nuevo álbum se adentra en un ambiente impulsivo y áspero, pero mucho más refrescante a lo que experimentamos en su anterior y grandioso Thora Vukk lanzado en el 2011 en Pampa Records. Un álbum elaborado con precisión clínica y que presenta los rasgos que distinguen de Robag del resto. Y esos rasgos tan diversos con los que Robag produce con tan gran afecto hacen que su música expanda horizontes con ideas y atmósferas que se complementan maravillosamente.   

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La hermosa voz de Rhye en su álbum Blood

Cuando se tiene una voz tan distintiva y cautivadora como la de Mike Milosh de Rhye, realmente no hay razón para encubrirla. Blood, su último lanzamiento, es un disco que se desliza entre lo público y lo privado, con temas que van desde los ritmos más íntimos hasta el sonido más funk a repuesto y viceversa. Género: Alternative R&B | Downtempo | Soul | Sophisti-pop Label: Loma Vista Recordings ★★★ El debut de Rhye en 2013 Woman, puso a Milosh y a su voz al frente de un íntimo movimiento “alternative R&B” que construyó con ayuda de su socio Robin Hannibal. Pero en su nuevo álbum, Blood, lanzado a inicios de febrero, Rhye trabajó solo con un alma aún más despojada aprovechando al máximo su voz para ir más allá del sonido del falsete y del R&B.  La forma en que la voz de Milosh se desliza y agrieta suavemente a lo largo del disco, solo es un reflejo de sus vertiginosos sentimientos en los que se pierde en cada tema. Incluso preguntándose en el coro de Softly “¿Dónde estamos ahora?”, como si hubiera perdido todos sus aspectos emocionales reflejándolos con su voz y en sus letras.  Aunque las canciones de Blood son más sencillas que las de Woman, en realidad no son simples. Milosh ha construido historias elaboradas a partir de los materiales más sutiles y delicados entrelazándolos de la forma intrincada creando un gran álbum que declara que la música de Rhye está hecha para durar.   

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Peter Hook, celebrando el Substance en suelo mexicano

Peter Hook fue una noche especial, la atmósfera se dictaminó perfecta y no fue para menos, la palabra mágica que gobernó la noche fue: celebración, la celebración al Substance, placas esenciales en la discografía de New Order y Joy Division, que funcionan como compilado unificador supremo.   Siempre he creído que los conciertos de viejas glorias suelen ser celebraciones siempre inundadas de melancolía, ya sea por lo importante de la banda o del impacto que nos hace imaginar que tuvieron décadas atrás o el que tuvieron o tienen en nosotros en el presente, y si a esto le sumamos la oportunidad de ver a esos músicos legendarios tocando discos completos encima del escenario, eso lo hace un poco más especial. Las mejores historias de la música siempre estarán respaldadas por las memorias y los aspectos oscuros, asombrosos, discretos, irónicos y devotos del pasado, y así cobra vida la visión interna de los acontecimientos y la reflexión; una interpretación de lo que nosotros como espectadores firmamos con el corazón. Salen los músicos al escenario y empiezan las primeras notas de “Regret”, una perla, una de las canciones más bonitas que tiene New Order, el inicio de concierto más inesperado  de todos y sientes como te recorre todo el cuerpo un escalofrío sustancial. La primera parte del concierto estuvo conformada por puros tracks de New Order. La evolución va creciendo al sonar “State of The Nation” en tonos super bailable, “The Perfect Kiss” para conquistar la pista, y los clásicos “Shellshock”, “Thieves Like Us”, “Subculture“, “Bizarre Love Triangle“ “Temptation” y la esplendorosa“True Faith“ La segunda parte cobró más poder. El espíritu de Joy Division cobró encarnación bajo la estructura del pabellón, encarnación que se hizo evidente según iban pasando las canciones e hicieron que la gente se viniera arriba con una fuerza tremenda y una más que notable ejecución, muy bien todos, en su interpretación de canciones irrepetibles. Sonaron entre las más esperadas “Warsaw“, “Leaders of Men“, “Digital“, “Transmission“, “She’s Lost Control“, “Dead Souls“, “Atmosphere“ con dedicación especial a Ian Curtis y el esperado final con “Love Will Tear Us Apart” que seguía siendo coreada inclusive muchos minutos después de haber terminado el concierto. Sensaciones poderosas, físicas y demeledoras, todas en una noche, “Es increíble el amor que el público mexicano tiene por Joy Division, es algo que no se puede explicar. Hay muchas razones para ir a un concierto de Peter Hook, la decisión es personal, pero si eres de los que se arriesgó y se atrevió, sabes que valió la pena. Sobre todo porque si existe trayectoria alguna en el mundo del pop conocida lo suficientemente es la que abrió Joy Division y continúo New Order.

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Los mantras sonoros y minimalistas de la banda OM

Eran finales de los años 90 cuando la banda de culto Sleep, que compuso una obra maestra de más de 50 minutos, llamada Dopesmoker, dejaba de existir, y a su vez su guitarrista feroz y hambriento de creatividad, forma High On Fire. Mientras, la parte rítmica de Sleep pasa por un completo letargo musical y por más de seis años en los cuales Al Cisneros cae en una profunda depresión y se dedica a trabajar como instructor de ajedrez para niños en la bahía de California . A principios del año 2003, deciden juntarse para formar un proyecto con un alto contenido espiritual e introspectivo, que oscila entre el sufismo, Catolicismo e Hinduismo; deciden llamarlo OM! ‘El camino de las odiseas y monoliticos riffs usando un bajo distorsionado, sonando como un mantra super poderoso y minimalista. Mientras Chris Hakius y su gran capacidad de tocar con tanta fuerza, crean una constante gloriosa donde el Fénix se alza triunfante. Sus primeros 3 discos fueron grabados por Al Cisneros y Chris Hakius en su totalidad, bajo la tutela de Billy Anderson en la producción a excepción de ‘Pilgrim’ que lo produjo Steve Albini. Fueron ejercicios con un ritmo claro y contundente, el patrón vocal percusivo que realza los temas líricos tan oblicuos y obtusos como para ser en gran medida impenetrables. Los primeros trabajos de Om incorporan estructuras musicales similares al canto tibetano y bizantino.   El 5 de diciembre de 2007, Om tocó en Jerusalén, Israel. Su presentación duró más de cinco horas y una porción de aquel concierto fue lanzada en vinilo de 12″ por Southern Lord como Live at Jerusalem. Y Para finales del 2008 Chris Hakius decide abandonar la banda para dedicarle tiempo total a su familia. Al Cisneros invita a Emil Emos (Grails) con quien giró por Europa  y que encaja perfectamente con el sonido que vendría posteriormente sin perder en absoluto la esencia. Incorpora instrumentos como la tabla hindú, chello, flauta …. funge un equilibrio entre lo aplastante y lo meditativo.  Invitan a Robert Lowe (Lichens) un prolífico músico contemporáneo de música vanguardista, quien le da una constancia gloriosa y sin duda, una inclinación más suprema y oculta. “La empatía me libera”, dice en un pasaje de Advaitic Songs. A la fecha cuentan con un total de 5 álbumes de estudio en los que se les puede catalogar desde rock progresivo hasta stoner metal y doom. Sin embargo, por lo antes mencionado ellos han tomado un camino propio, con sonidos que fungen entre rituales y melodías más espirituales.

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Memory Leak, una banda que danza entre el ruido y la melancolía casi palpable

Tijuana siempre ha sido considerado un semillero de bandas propositivas, bandas que se diluyen entre la influencia nacional y la extranjera, teniendo una mezcla sonora natural originaria de su propia condición geográfica. Un caso nuevo y exaltante, es el de Memory Leak, una banda joven proveniente de la frontera más visitada en el mundo, que por sí sola carga con un sonido intrigante y cautivador. Que por momento da saltos entre la emotiva nostalgia del shoegaze más meloso, pasando por capaz de guitarras abrasivas conjunta a una batería llena de una eufórica lentitud, y acompañado de voces que endulzan todo este trayecto a la perfección. La banda podría recordar en momentos a bandas como Slowdive, o incluso a Whirr, aun así la banda mantiene un sello especial y fuera de cualquier comparación evidente, se mantiene bajo un manto de melancolía y coqueteos con músicas que denotan un poco más de agresividad. Memory Leak, acaba de lanzar su primer Ep, Graduate Into Nothing, grabado y producido por Patrick Alexander, mezclado por el afamado productor angelino Jack Shirley (mejor conocido por su trabajo con Deafheaven en Sunbather, y con bandas como Oathbreaker, Loma Prieta o los antes mencionados Whiir). Con esta placa, la banda introduce a su sonido antes mencionado, con una producción sobresaliente, toques agresivos empañados de una tristeza casi palpable, como es el caso de Patterns o bien, Dream Queen, donde la influencia pop es inevitable de rescatar. Graduate Into Nothing, está ya disponible en todas las plataformas digitales y se puede escuchar en el bandcamp de la banda. Memory Leak, es una de las bandas que darán de que hablar pronto, una suerte de agresividad y de esa sensación de sentirse tan solo en un mundo tan rutinario, una banda propositiva, auténticas y que debe de estar en la vista de muchos.

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Mew En El Plaza. Frengers: Not quite Friends, but not quite strangers

Después de vestir de negro el alma y exorcizar nuestros demonios con la presentación de Nick Cave en el Pepsi Center, tocó el turno a los daneses Mew de llenar nuestros corazones de melancolía y nostalgia al tocar de principio a fin Frengers, su disco más exitoso a nivel internacional, que este año festeja su décimo quinto aniversario. Desde las 5 de la tarde, el número 4 de Juan Escutia ya tenía a los primeros fans haciendo fila para ser los primeros frente al escenario del Plaza, algunos con camisetas de la banda y otros con algún póster del evento que pintaba para algo épico, mientras el sol hacía su aparición de forma inclemente y los clásicos revendedores pedían un minuto de tu tiempo para hablarte del precio de sus boletos. Así transcurrió toda la tarde y ya entrada la noche el lugar se fue llenando hasta que no cabía un alma más, todo el mundo se notaba muy tranquilo, algunas parejas comentaban cuales eran sus canciones favoritas, mientras otros aseguraban que todo el trabajo de Mew es impecable, pero que definitivamente Frengers es el bueno.   Exactamente a las 21:05 pm las luces se apagaron y los gritos del público no se hicieron esperar: Repeaterbeater rompió el silencio y todo el mundo comenzó a cantar junto al vocalista Jonas Bjerre para dar comienzo a un pequeño repertorio de canciones de toda su carrera musical, entre las que destacaron Special, The Zookeepers Boy, Apocalypso, Saviours of jazz ballet y Louise Louisa,  viejas conocidas del segundo disco: And the glass handed kites, así como Satellites y Candy Peaces all smeared out de sus últimos trabajos. Después de un pequeña pausa, el grupo regresa para tocar los primeros acordes de Am I Wry y todo se vuelve una locura, la gente comienza a gritar descontroladamente, los visuales son increíbles y Jonas con guitarra en mano comienza a cantar la primera canción del Frengers. Era el momento de la nostalgia. 156 continuó la velada con una versión totalmente renovada y diferente a la original, pero con los mismos cambios de ritmo, mientras todos cantaban y gritaban cada una de las letras: “From my boat i can see your house, and when the light are on… i can watch you move”. Luego llegó el turno a Snow Brigade, uno de los momentos más altos y estridentes del Frengers, que de inmediato provoca miles de empujones y saltos entre los asistentes.   Con Symmetry pudimos escuchar la voz en off de Becky Jarret, mientras se proyectaba su imagen en el fondo blanco detrás de la banda. Mismo caso con Her voice us beyond her years, que contó con backingtracks de Stina Nordenstam, mientras que Behind the Drapes se encargó de llenarnos de lágrimas con su ritmo melancólico y oscuro: “Why are we so alone, even with Company”. Los visuales mostraban un fondo negro con algunas luciérnagas que se movían de un lado a otro, como en el video que alguna vez vimos en MTV.   One flew over, one was destroyed mantuvo un aire de nostalgia entre los fans más aguerridos de la banda para dar pie a otro de los momentos más emotivos de la noche con She came home for Christmas, que contó con la proyección del video en una tonalidad muy baja, para hacer notar el efecto del paso de los años, como si se tratara de una cinta de película a punto de velarse. She Spider volvió a encender el ánimo del público con el rasgueo de las guitarras y de inmediato todos comenzaron a brincar y gritar al unísono con el coro: “Confident, Tangled up in a nice life, Put the sipder in you…”. Al final, el solo de guitarra de Mads Wegner fue más largo, provocando un éxtasis hipnótico entre todos los asistentes que no paraban de cantar. Otro momento épico del concierto. De pronto, un largo silencio. Todos saben que la siguiente canción será la última y tal vez el mejor momento de todo el concierto. Mads comienza a tocar los 3 acordes iniciales  y todo el mundo estalla de emoción mientras Jonas comienza a cantar acompañado de la dulce y triste melodía de Comforting Sounds. La canción va creciendo poco a poco hasta convertirse en una monumental pared de sonido tan emotiva que podría hacer estallar el universo. La piel se eriza, es imposible no sentir nada ante tal portento musical. De fondo se aprecia el video original de la canción con personajes extraños tocando violines y chelos hasta que después de 8 minutos por fin termina de forma sublime. El recinto se llena de lágrimas y aplausos, Jonas baja del escenario para saludar a los asistentes de la valla, los empujones te obligan a moverte, todo el mundo quiere despedirse. Finalmente el grupo se postra al frente y hacen una reverencia al público mexicano. Se ven felices y muy conmovidos por la respuesta del público. La melancolía ha terminado pero la magia se repetirá al día siguiente. Hoy brindamos por una noche memorable y los maravillosos 15 años del Frengers. El Setlist no pudo ser mejor.   Setlist: Repeaterbeater Special Satellites Candy Pieces All Smeared Out Count to Ten Apocalypso Saviours of Jazz Ballet Louise Louisa   Frengers: Am I Wry? No 156 Snow Brigade Symmetry Behind the Drapes Her Voice Is Beyond Her Years Eight Flew Over, One Was Destroyed She Came Home for Christmas She Spider Comforting Sounds

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