Quizá los músicos independientes por excelencia de la década de los setentas fueron The Residents, banda fundada por el compositor Hardy Fox y el vocalista Homer Flynn, quienes actuaban bajo disfraces alienígenas e intentaban no revelar sus identidades Trasladados de Louisiana a San Francisco en 1966, The Residents debutaron en 1972 durante la etapa oscura que surgió, tras la desaparición del movimiento hippie y la caída del acid-rock. Compusieron sus obras más innovadoras entre 1974 y 1976 cuando el new wave aún estaba por nacer; pero su aislamiento de la escena musical permaneció hasta que emergieron de forma absoluta como profetas de una forma de hacer, interpretar y concebir música a oscuras y crípticas. Sus piezas formaban parte de un espectáculo multimedia cuyas actuaciones los trasladaron a la cima de la escena avant-garde de los setentas y, cuyo sonido enfatizó un enfoque de composición musical estilo collage. Meet The Residents, en 1974, dio un sonido de evolución. Inspirados por el dadaísmo, el surrealismo y Frank Zappa, The Residents reunió fragmentos y escombros de la cultura sonora basura (sonidos de comerciales, orquestas de fácil escucha y bandas sonoras de dibujos animados), y procedieron a esculpir una estructura sonora que fue deliberadamente amateur, pero también proporcionó un documental escalofriante de la civilización occidental disfrazado de una parodia grotesca de consumismo, en el que Zappa era en realidad un virtuoso de la composición, la dirección musical y un ejecutor heroico de ideas descuidadas. The Residents estuvo concebido como un colectivo de artistas descuidados con ideas heroicas y voces glaciales, distorsionadas y monótonas, que se elevaron sobre instrumentos para fusionar ritmos pueriles y melodías torpes. Not Available (1974) fue la obra de arte mas sofisticada de The Residents, uno de los álbumes más importantes de la época. Cada tema acuñó una nueva forma de música de vanguardia a partir del primitivismo sinfónico y de la música cacofónica. A pesar de la gigantesca exhibición de sonidos, la agrupación ofrecía una visión sombría y aterradora de la humanidad. Ese espíritu se expresó en un formato más programático con el ballet futurista de Six thing to a cycle de 1976, y alcanzó su ápice poético con Eskimo en 1979, que fue básicamente un experimento de musique concréte ambientado en el ártico, pero también un conmovedor homenaje a la humanidad ancestral y a su lucha épica en entornos hostiles. Después, The Residents buscaron el expresionismo y el teatro para elaborar una obra que fuera menos caótica que sus primeros collages; así como un sonido más ambiental, al estilo de Brian Eno. En 1981, Mark of the mole fue la primera entrega de una fantasía de ciencia ficción de tres partes; y los cuentos de hadas de Census Taker en 1985 y God in three persons en 1988, continuaron sus aventuras en un ámbito musical que ninguna otra banda se atrevió a acercarse. The Big Bubble en 1985 fue la tercera parte de la trilogía y fue uno de los experimentos post-modernistas más emocionantes sobre la voz humana de la época. Debe decirse que la década de los noventas fue una década decepcionante para The Residents. Su discografía creció de manera constante, pero casi no hizo ninguna diferencia cualitativa; entre discos interactivos y bandas sonoras para series de televisiones y videojuegos, los noventas no marcaron un punto de partida para el grupo. Twelve days of Brumalia en el 2004 fue un álbum creado hipotéticamente sólo para los fanáticos de la banda y se descargaba en su sitio web, y junto con el álbum en vivo The way we were en el 2005 fue una excentricidad menor. Una mala señal se dio en el 2005 cuando las identidades de los miembros de la banda se convirtieron en el tema principal de la mayoría de los artículos que hablaban de The Residents. Lo más probable es que Animal lover (Mute, 2005) sea tan popular como la música del cuarteto; sin embargo, la preocupación sobre quiénes eran sus integrantes fue una señal de que sus tiempos habían cambiado y que el mito de The Residents comenzaba a desintegrarse.