Depósitio Sonoro

Nostalgia

Mira el primer concierto de Kraftwerk, el día que todo comenzó

Imaginemos la escena: 1970 y un puñado de chicos desconocidos se llamaban Kraftwerk, nombre desconocido hasta ese momento. Y como toda la banda tuvieron que dar su primer concierto para personas que no entendía bien lo que estaban haciendo, sin saber que parte de la música electrónica que conocemos en la actualidad no sería como es sin su trabajo.   En 1970, cuando Florian Schneider y Ralf Hütter dieron su primer concierto en Soest, un pueblo en el noroeste de Alemania, no sólo eran un par de desconocidos haciendo “música del futuro”: también eran una pareja de bichos raros haciendo música que nadie comprendía. Como podemos ver en este video de Youtube. Antes de la era de Youtube era un video considerado de culto. Podemos ver los 48 minutos de la historia de Kraftwerk. Su actitud de venir de otro Planeta a dictar parte del futuro sonoro en la Tierra; un público evidentemente confundido que aplaude al unísono de sus canciones, desconcierto. UnosKraftwerk inmaduros, pero ya interesantes. Risas incómodas, gestos de incomprensión y mucho rostro de ánimo es lo que se ve entre un público que, lejos de ser conscientes de estar asistiendo ante un hito increíble en la historia de la música, seguramente creían estar viendo a un grupo que nunca llegarían lejos.  

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25 años del Forever de CRANES: Dream pop sangriento

De los grupos alternativos/indies que circulaban inmunes al hedor grunge a inicios de los 90 –Lush, Ride, Curve, Pale Saints– CRANES se distinguían por su filia dark wave, portentosa sección rítmica, la etérea de voz de la cantante Alison Shaw y su devoción por grupos de los 80 como The Cure, Cocteau Twins ySiouxsie & the Banshees. Habían publicado eps siniestros como el “Inescapable” o el “Self Non Self” además de su primer álbum “Wings of Joy” (1991), densos trabajos de neo clásico y gótico con los que lograron despertar el interés de algunos. Entre esos fans estuvo Robert Smith (The Cure) a quienes telonearían en el Wish Tour del 92 instalándose en un mayor radio de acción y  popularidad. Emprenden así la confección de su álbum más pop, “Forever” (1993). Visto a la distancia el 93 fue un año fecundo para la música independiente, “Souvlaki” de Slowdive, el debut de Pram, “Quique” de Seefeel, Insides y su clásico “Euphoria”, el “Motion Pool” de Main… Hermoso estar vivo y vivir la primera juventud en aquellos años de melomanía transgresora y vanguardia recalcitrante. En Lima nacía la discoteca Bauhaus y gente como Eduardo Lenti, compartía primero que nadie este tipo de delicias desde su tienda en los Pinos, Transmission Records, a donde ibamos todos a encontrar las últimas músicas. Recuerdo como en un bosque haber bailado Cranes alguna noche en esa disco ya por el 95. Noches de exploración y aprendizaje. “Forever” es un documento del alma. Amor a primera vista. Everywhere o Adrift más que canciones son himnos de rebelión y apostasía, Far Away, Cloudless y Rainbows -una relectura de Everywhere- supuran éter y melancolía en las vocales de Alison Shaw y los ambientes neo clásicos que despliega delicadamente el cuarteto. Jewel, el single de rigor, sería remezclado por el propio Robert Smith. Tales son las coordenadas y sensaciones con las que Cranes construye Forever, un documento básico para entender los 90. Más allá del grunge, brit pop, el techno rave y la prostitución mass mediática forzada que se instauró en Perú. Cranes transgreden sus influencias y logran salir con un sonido propio, nuevo y contundente. No tienen la cantidad de seguidores de bandas como Slowdive oMy Bloody Valentine pero su lugar en la Historia está asegurado merced a joyas como “Forever”  o “La Tragédie D’Oreste Et Électre” (1996). Música para bailar en tu cuarto o en la fiesta más in, solo o acompañado. Música para partirte el cerebro en pedazos. Pop de avanzada. Como la canción de la que toma prestado el título, una rareza de los Cure circa 1984, “Forever” es de esos discos que te quemarán eternamente cada vez que vuelvas a su madriguera. Narcótico y ensoñador, monumental, sangriento y hermoso. TEXTO ORIGINALMENTE PUBLICADO EN PERÚ AVANTGARDE.

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33 años del Psychocandy de The Jesus and Mary Chain

Lanzado al universo musical un noviembre de 1985, el álbum debut de The Jesus and Mary Chain sentó muchas de las bases de géneros que después vendrían a clasificarse como shoegaze, alternativo o noise garage, entre muchos otros. Nos referimos al Psychocandy que cumple 33 años.   Su lugar en la historia de la música ha sido permanente y con toda dignificación, no hay nadie que no esté relacionado al género y que no haya pasado por éste disco. Así pues, los hermanos Reid comandando el espíritu de JAMC comenzaron la granbación de este disco inspirados en  bandas como The Stooges y The Velvet Underground, esa tercia más la producción de  Phil Spector  fue una locura total de lo que ahora es considerada una obra de culto.  La pared de sonido es la mejor manera de describir este álbum. Es un lío de ruido y estática, de encanto y pasión, de melancolía ensordecedora y de rabia explosiva. Todo eso repartido y perfectamente suministrado en menos de 35 min, ayudaron a JAMC a lograr la dirección deseada de ser una banda de rock que logró tener éxito entre la emergente escena de la electrónica a finales de los años  80.  La apertura del álbum inicia con “Just Like Honey” que es considerada una de sus máximas creaciones. Es merecedor de todos los elogios por el ruido, las letras y la forma en que se presentaban en vivo, este álbum es la perfecta conjunción de melodías escondidas detrás de letras tristes sobre el amor perdido y las insinuaciones al sexo, todas lanzadas como un poema penetrante. https://www.youtube.com/watch?v=z50jjb4iAzE

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Robert Smith y su paso por Siouxsie And The Banshees

Siouxsie and the Banshees, emergieron del punk a finales de los 70 para ser una de las bandas emblemáticas del primer goth rock a mediados de los 80. Continuaron evolucionando y afinando su sonido, experimentando sin miedo, para deleitar a su público con esa rareza que nace de los estados alterados de la mente y deseos desgarrados. Un cambio deliberado de la oscuridad abierta del encanto que siempre manejaron en el escenario a sonidos más pop al final de sus días en 1996. Tras el lanzamiento de su segunda placa Join Hands y a punto de comenzar el tour de promoción del disco, su guitarrista y baterista John McKay y Kenny Morris respectivamente deciden abandonar la formación, dejando un poco incierto el futuro de Siouxsie y los demás. El problema con los guitarristas siempre fue el talón de Aquiles de los Banshees, pero posteriormente eso les permitió forjar una identidad que se distinguía por su potente sección rítmica materializada por el tandem del bajista Steve Severin y el baterista Budgie. Después de entrar en un periodo de pánico/incertidumbre; llegaría el diamante que brillaría para ellos: Robert Smith de The Cure, quien en ese entonces tocaba en aquella época como telonero de la banda y pasaría a ser un miembro fijo de la alineación aportando mucho en la guitarra por ahí de 1983, con un estilo quizá alejado a lo que después hizo con The Cure. Con los Banshees, Smith aplicó delays y flangers llevados a un arte minimalista que les dio una figura fuerte en sus performances, se percibía inspiración en todas sus diversas formas que, con frecuencia, seguimos recordando con un alto vértigo de una manera inolvidable. Esta colaboración se extendería al álbum Hyæna, la única placa en donde Smith colabora en el estudio con los Banshees. Cabe mencionar de igual manera que de entre estas conjunciones mágicas, durante su paso por The Banshees, Smith hizo una gran conexión con Steve Severin, tanto así que en 1983 fundaron la banda The Glove, invitando a la exótica Jeanette Landray, al tecladista Martin McCarrick y contaban también con Andy Anderson en la batería que más tarde pasó a la alineación de The Cure. Sólo editaron un álbum al cual llamaron: Blue Sunshine, que en 2006 fue reeditado en un CD doble con las canciones que interpretaba Robert Smith en formato demo, dato de oro para todos sus fans.

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Warm Leatherette de The Normal, los orígenes de Mute Records

La intención de Daniel Miller al fundar Mute Records era publicar su propia música bajo el nombre de The normal, y aunque solo editó Warm Leatherette, un álbum de dos tracks lanzado en 1978 justo después de que la era del punk había comenzado y este tipo de música era bastante inusual, Mute Records siguió creciendo hasta convertirse en la casa de muchos de los grandes artistas de culto de la música contemporánea. Poco tiempo después del lanzamiento de Warm Leatherette, álbum que nunca fue de gran éxito pero que se convirtió en un registro culto, Mute Records siguió creciendo hasta llegar a ser la casa de gente como Kraftwerk, Depeche Mode, T. Raumschmiere, Nick Cave & The Bad Seeds, Erasure, Moby, Zola jesus, Goldfrapp, Arca, CAN, Wire y muchos otros. Mute Records se inauguró en Hammersmith, al oeste de Londres como un espacio de escritura, grabación, mezcla y masterización que contaba con una consola SSL Matrix, una selección de sintetizadores y algunos procesadores de batería análogos. Actualmente Daniel Miller sigue concentrado en la producción creativa de Mute Records y eventualmente como Dj de música techno minimalista.

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Apparat, música electrónica con clase

Ritmos hilarantes, emociones fuertes, atmósferas épicas: Sascha Ring, alias Apparat es uno de los músicos techno más peripatéticos y aventureros de Alemania en la actualidad. Su carrera comenzó a finales de los años 90 con música para clubs vigorosa, antes de recurrir a ritmos emocionales, complicados y a experimentos de sonido electroacústicos. Cuanto más vanguardista se hicieron sus sonidos, más fuerte fue su talento para crear melodías pegadizas y de grandes gestos, abrazando e integrando sonidos imperfectos dentro de su grandiosa música. Sascha Ring nació en 1978 en Alemania, actualmente radica en Berlín, en donde  comenzó su carrera artística en el 2001 de la mano del sello Shitkatapult con Algorhythm, luego continuando con Multifunktionsebene en ese mismo año. Cuenta con cerca de 40 producciones discográficas que van desde el ambient, el broken beat, el deep house y el dub techno, hasta el pop e incluso el post rock. Sasha Ring ha pasado gran parte de su vida estableciéndose como diseñador de un sonido etéreo bajo el nombre de Apparat. Sus trabajos electroacústicos incluyen colaboraciones con Ellen Allien y remezclas de numerosos colegas basadas en una adolescencia impregnada de la arritmia techno post-Detroit y la difusión armónica de Warp Records. A su música nunca le falta sensación de inmediatez y le sobra una calidad igualmente hermética. Una especie de autismo musical que nos hace reconocer fácilmente  sus influencias innegables.  Al saturar sesiones de ritmo deliberado con cliclos de microloops alternos, sonidos reverbeantes granulares y otros modestos beats explosivos, a Ring le quedó una memoria musical que el mismo describe como cadáveres sonoros remanentes que nunca se completaron para el consumo público. En 2008 Ring tomó eso y colaboró con dúo Modeselektor para reanimarlos en un álbum bajo el mismo nombre del proyecto, Moderat.  En el 2011 la banda de Sascha Ring, Apparat Band, lanzó el fantástico de álbum pop orquestral The Devil´s Walk recibiendo respuestas entusiastas más allá de los límites de la escena techno. Un año más tarde, en el 2012, hizo su debut como músico de teatro. Sebastian Hartmann, director de teatro y gerente general del Central Heater Leipzig le encargó que escribiera la música para su producción Guerra y Paz de Tolstói.  Al final, Sascha Ring ha creado música destinada a desplegarse gradualmente. Desde sonidos poseídos por un suave foco de ensueño y una oscura sincopación, hasta ritmos techno que igualan a la música electrónica de los solteros. Anhelos y pensamientos sistémicos que pulsan bajo capas de sonido armónicos que ofrecen un testimonio fugaz de la creatividad y dinámica estética del productor alemán.   

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David Bowie: el hombre que bajó de las estrellas

A 400 metros de distancia del Muro de Berlín, se cocinaba en “Hansa Studios” uno de los álbumes más emblemáticos del músico y compositor David Robert Jones, mejor conocido en la historia como David Bowie, uno de los músicos más grandes que han existido. Heroes es considerado por los críticos de la música como uno de sus mejores aportaciones dentro del Art Rock, aunque para otros sobresalgan obras maestras como el “The Rise and Fall of Ziggy Stardust” o el “The Man Who Sold the World”. Algunos datos curiosos que hay alrededor de la grabación, es que Bowie desembarcó en la vieja Alemania en el momento que sufría una de sus peores crisis contra la cocaína, se alejaba de la locura pero la rozaba con los dedos y mantenía una disputa legal con su ex esposa. Aunque a simple vista no parecía muy buena idea hospedarse en el mismo piso del toxicómano Iggy Pop, estos hechos inspiraron a Bowie para la composición del disco, el cual engloba un virtuosismo instrumental idílico, y no es para menos, pues fue elaborado en colaboración de leyendas de la talla de Robert Fripp, Tony Visconti y Brian Eno. Durante este proyecto, Brian Eno llegó a usar sus estrategias oblicuas, una serie de aforismos en forma de cartas que él mismo realizó con Peter Schmidt, las cuales aplicaba cuando requería de una perspectiva fresca durante momentos de poca creatividad. Aquellas sesiones de grabación berlinesas, captaron el espíritu del tiempo que se vivió durante los años setentas: un contexto decadente a finales de la guerra, donde guardias soviéticos se escabullían vigilantes en edificios, mientras la vida de noche era iluminada a través de las luces de neón de cualquier bar. La interminable vida bohemia, los efectos de las drogas y el alcohol, llevaron a Bowie y a Visconti a recorrer los cabarets y bares de la ciudad, lugares en los que descubren a Antonia Mass, una cantante de jazz. Esta es la historia que hay detrás de la canción “Heroes”, una fotografía que registra Bowie desde su habitación: el beso que se llevó a cabo en las cercanías del Muro del apasionado romance que se mantuvo en secreto por mucho tiempo entre Visconti y Antonia Maas. La influencia de este disco fue tan grande que, incluso, se reflejó en la canción “Trans Europe Express” del grupo alemán de música electrónica Kraftwerk, en la que susurran: “From station to station back to Dusseldorf city/ Meet Iggy Pop and David Bowie/ Trans Europe Express, Trans Europe Express…”. Otros datos que valen la pena mencionar es que de la serie de discos que conforman la Trilogía de Berlín: Low, Lodger y Heroes, este último fue el único que en realidad se grabó completamente en dicha capital alemana. Y que a pesar de que Bowie fue conocido por su capacidad histriónica y por su necesidad de incursionar en caminos inexplorados, en este disco no hubo alter-egos, sólo estaba él y su talento. Después de diez años de la grabación, Bowie dio un concierto para toda una generación de berlineses divididos por los conflictos sociales, políticos y económicos del momento, por lo que “Heroes” se convirtió en un himno que representó la unificación, inclusive la cancillería alemana llegó a espetar: “Ahora estás entre los héroes. Gracias por contribuir a derribar el Muro”. Se trata de un álbum que trascendió el pensamiento de toda una época, por lo que héroes como Bowie hoy siguen vivos y recordados en la memoria de la colectividad.

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Bauhaus en México, su primera visita en 1998, entre darks y punks

Un 12 de octubre de 1998, sucedía lo impensable para la escena oscura en México, llegaba el día en que Bauhaus tocaría en nuestra ciudad con todos y cada uno de los miembros originales de la banda. La cita era en el ahora extinto Cine Ópera, que en esa época ya estaba prácticamente abandonado y lo que adentro quedaba lo hacía el venue perfecto para esa gran fiesta oscura. Aproximadamente una hora antes empezamos a entrar, mientras decenas y decenas de darks y punks se quedaban afuera porque, como era de esperarse, los boletos se habían agotado. Ya adentro el calor subía conforme el Cine Ópera se empezaba a llenar y se dejaba ver lo que nos esperaría cuando eso estuviera a su máxima capacidad. Llegó el momento que tanto y tantos habíamos esperado, salía Bauhaus al escenario para iniciar con “Double Dare”, desde ese momento eso fue la locura en su máxima expresión. Ellos tocando impecable cada canción, Peter Murphy cantando tal y como se le escuchaba en los discos y alcanzando notas que hoy ya no logra, era un orgasmo tras otro. La quinta rola sería “Kick in the Eye”, nos volvíamos aún más locos sin saber que para ese momento la banda punk que se había quedado afuera ya había empezado a dar el portazo, al que se sumaron darks y no darks en cuando se dieron cuenta que sí era posible lograrlo… y así fue. Los que estábamos adentro empezamos a ver a mucha banda abriéndose paso a empujones, para llegar lo más adelante que pudieran, pues huían de la gente de seguridad que fue absolutamente insuficiente. Lo que hizo aún más memorable ese momento fue ver a 2 punks cargando un trompo de pastor que se habían robado de un puesto de tacos que estaba afuera del Ópera, algunos le daban mordidas mientras lo rolaban, hasta que no se supo más de él. Eso no fue una leyenda urbana, les juro que yo lo vi. Para cuando sonaba “Dark Entries” eso se convirtió en una escena, de cierta forma, apocalíptica. Los que se subieron a un segundo piso que había en el lugar, y que por supuesto también ya estaba a reventar, brincaban a tal grado que empezaron a caer pedazos de techo y agua, al parecer de alguna tubería que se rompió. A casi 2 horas de haber iniciado el concierto seguíamos esperando “Bela Lugosi’s Dead”, que decidieron guardar para el final. Definitivamente fue el mejor cierre, después de haber escuchado también covers de T. Rex, David Bowie, Iggy Pop y para mi sorpresa, hasta de Dead Can Dance. Fue un concierto perfecto e irrepetible, y hasta con final feliz, todos habíamos felizmente ilesos. Texto por Juan Sordo. 

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