La fotografía es el arte de guardar momentos estrictamente diseñados para recordar. Nadie como Simon Larbalestier para interpretar la oscuridad, el surrealismo y lo retorcido de una imagen a la perfección. Simon Larbalestier es un fotógrafo de Gales graduado de Royal College of Art en 1987. A través de su trabajo fotográfico, logra contar historias alternativas que recrean la sensación de curiosidad ante nuestros ojos. Esta visión alterna le permite conectar con gente que tenía los mismos fundamentos creativos. Ahí, en ese intercambio conoce al diseñador Vaughan Oliver, socio de la disquera 4AD. El amor que tenía Vaughan por la música se notaba en sus portadas; muchas de ellas eran inspiradas en trabajos de Salvador Dalí, Robert Rauschenberg y Andy Warhol. En una parte del libro Vaughan Oliver: Visceral Pleasures, Larbalestier consideró a Vaughan como una persona que complemento su creatividad para mejorar su nivel fotográfico. Eso le ayudó a narrar historias que juegan de manera visual con el argumento del disco. Incluso, cuenta que Vaughan; había estado en el mismo curso de diseño gráfico sin saberlo y que había tenido al mismo tutor, Terry Downling. Un gran hombre que fue mentor para los dos. Simon Larbalesteir fue considerado por años el “Fotógrafo de los Pixies“, la realidad es que este señalamiento le afectó en demasía ya que; muchas bandas que intentaron trabajar con él, lo rechazaban por miedo a que sus fotografías fueran como la de los Pixies. A pesar de la complicación, Simon fue parte clave para crear un fanatismo desmedido por todas las portadas de 4AD. También, aceptó que la labor de Vaughan y Chris Bigg en los impresos era muy importante para mostrar las texturas y elementos del montaje que él mismo colocaba a propósito en la producción. Años más tarde declaró que con la llegada del CD, esto se perdió. Dentro de sus experiencias en los trabajos con Pixies, decía que no le gustaba trabajar sus fotografías a color debido a su poco impacto visual. Por ejemplo; una vez al finalizar los tiros de cámara con su Rollieflex SL66 durante la sesión del Doolittle, el manager de los Pixies pidió de manera déspota tomar las fotos a color. Evidentemente Simon se rehusó y en su lugar añadió químicos para desteñir los bordes de todas las imágenes finales que se incluirían en el álbum, esto para hacer que el blanco y negro se vieran “más coloridos”. Su trabajo no sólo se conecta con la naturalidad del entorno, también crea escenarios que ayudan a la ambientación. Tal es el caso de la sesión de Surfer Rosa donde desarrolló un pequeño escenario. Cuenta Black Francis, vocal y guitarra de Pixies, que se imagino la portada de ese disco mientras componía canciones en el bar de mujeres donde su padre era el dueño. Larbalestier durante el shooting añadió el crucifijo y el póster roto, para dar un aire de catolicismo a las imágenes. Dentro del disco podemos ver más fotografías de esa sesión que en un principio tenían muy preocupados a la banda; ya que los desnudos eran cuestionables en las tiendas de discos. Incluso, el álbum llevaría el nombre de “Gigantic” canción que compuso Kim Deal, pero la banda temía que se malinterpretara por la portada. Es ahí donde deciden nombrarlo “Surfer Rosa” que es un extracto de la canción “Oh Golly!” que habla de una mujer desnuda.