Depósitio Sonoro

Electronic

La música de OMD: de sensaciones primordiales y recuerdos infinitos

Si existe una banda tan peculiar en la historia de la música hecha con sintetizadores con registros sonoros históricos, es, sin duda, OMD.   Lo que OMD logró a lo largo y sobre todo al inicio de su carrera fue algo perfectamente equilibrado, antagónico hablando desde la experimentación con chispeantes éxitos de synthpop, con temáticas coherentes, fluidas y esplendorosas, llenas de ritmos mecánicos y melancólicos. Su música logra tener momentos destacados que funcionan tan efectivamente por sí mismos, que hacen de su escucha una fantástica experiencia.   Se animaron por vez primera después de sus éxitos como “Enola Gay” o “Electricity” o “So In Love” a lanzar piezas instrumentales y ambientales, así como sombrías y adorables, más artísticas y poco convencionales, pero manteniendo el encanto pop que les distingue. Sin miedo a su ingenio. En los 80 y aún el día de hoy siguen sonando refrescantes, exquisitos y hermosos, casados con sus tonos suaves que se van impregnando en el oído, que se van impregnando en el corazón. Pocos lo saben o los no tan clavados, pero usar instrumentos nuevos siempre le va a dar otro giro a tu música, así que, para el viaje de la arquitectura de composición, el grupo utilizó un Mellotron durante varias de sus creaciones, en especial las del Arquitecture & Morality, y aparece en el fondo de la mayoría de las pistas, presta atención, lo sabrás sin necesidad de haberlo escuchado antes, es esa magia que no percibes en otros registros de la cultura synthpop. Después de analizar toda la música posible que nos ofrecen, uno puede llegar a la conclusión que grupos así son excepcionales y a veces para bien o para mal poco comprendidos, ya que los tonos corales, industriales suaves y helados ayudan a unir todo, y cuando se combinan con líneas sintéticas y la visión artística de OMD, todo se combina para crear una atmósfera hermosa y consistente, que deja la mayoría de las pistas sintiéndose agradablemente conectadas y cercanas, a pesar de su diversidad. De sensaciones primordiales y recuerdos infinitos, así es la música de OMD, ¿pero y nosotros? ¿qué sabemos del amor si nunca hemos estado en uno de sus conciertos? Y si ya lo viviste, guárdalo para siempre. En tu baúl especial que habita dentro de ti.  

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El eslabón perdido de Alemania: Faust, nueva gira y un legado más presente que nunca

“No existe banda más mítica que Faust” escribió Julian Cope en su afamado libro Krautrocksampler (Head Heritage 1995). La enigmática banda conformada  en la actualidad por Jean-Hervé Péron y Werner “Zappi” Diermaier, miembros fundadores de la banda alemana, y que continúan explorando la paleta sónica del grupo a niveles insospechables. La banda está por comenzar su próxima gira en EUA, el mes entrante por lo que posiblemente la banda podría lanzar un álbum nuevo, como lo reporta el medio norteamericano Brooklyn Vegan. Dicha gira comenzará del 11 de Julio en Chicago y terminara el 29 de Julio en San Diego, California. Faust es una de las bandas más populares del kraturock (termino que ellos califican como despectivo y ofensivo) que con solo 4 álbumes lograron convertirse en una de las bandas estandartes del sonido de una era característica, una era de la resaca de la posguerra, el estigma y la efervescencia psicodélica de una juventud que no veía fronteras entre las músicas. Influenciados por el dadaísmo y más tarde por el movimiento fluxus; Faust logró no solo definir un sonido, sino que, permutó su obra en lo que hoy en día significa la banda, una banda que se siente nueva, fresca, con un sonido a la vez nostálgico como innovador, oscuro, el eslabón perdido de una era distante. Fundados en 1971, la banda conformada por Werner “Zappi” Diermaier, Hans Joachim Irmler, Arnulf Meifert, Jean-Hervé Péron, Rudolf Sosna y Gunther Wüsthoff, nació en la pequeña zona rural de Wümme, Alemania y gracias a la iniciativa del legendario productor Uwe Nettelbeck de formar un grupo que contrastará con la entonces invasión británica en el mainstream y la naciente visión del rock anglosajón; por lo que fácilmente lograron fichar 4 discos legendarios, en disqueras mayores, como la Polydor o la Virgin, estos últimos lanzando el que quizá es su álbum más popular Faust IV; desgraciadamente la banda de disolvió en 1975 tras la negativa de esta última disquera de lanzar su nuevo álbum. La banda se sumió a un profundo letargo, pero en 1994, decidieron reactivar al grupo con una alineación diferente, donde los miembros fundadores Jean-Hervé Péron y Zappi Diermaier comenzaron a dar giras por Estados Unidos y Europa, apoyados de miembros de Sonic Youth; además de lanzar una gran cantidad de discos junto a su miembro fundador Hans Joachim Irmler, bajo su propia disquera, Klangbad. Sin embargo en 1997 Perón deja el grupo para enfocarse en su propio arte multidisciplinario, dejando de nuevo al grupo a la deriva. En 2005 Diermaier y Perón se unen para conformar un “nuevo” Faust, con una alineación diferente, un sonido mucho más agresivo, crudo y oscuro, además de colocar el factor del azar y la improvisación en un primer plano; ejemplos claros de esto son: Rein (producido por Jim O’Rourke) Something Dirty o C’est Comm…Comm…Compliqué, materiales donde la banda muta completamente, pero al mismo tiempo revive en ocasiones el sonido de sus primeros discos. La banda actualmente se conforma por sus primeros dos fundadores, además de incluir numeroso colaboradores como lo son: James Johnston (ex Nick Cave and The Bad Seeds y Gallon Drunk) la artista británica multidisciplinaria Geraldine Swayne. Faust es una de las bandas más interesantes de la historia del underground, un grupo mutante sónicamente, pero que mantiene esa noción tan natural por revivir su sonido inicial, dando constantes giros de tuerca. Una banda que puede tanto colaborar con el fallecido Tony Conrad como con los míticos Slapp Happy, una banda que se cataloga dentro del krautrock como también con el rock in oposittion, o para algunos, precursores del industrial; una banda tan única por sí sola, que de haber dos como en algún momento extrañamente sucedió este mundo sería seguramente un poco más torcido de lo que ya es. ¡Larga vida a Faust!

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Sea Point: música para océanos abstractos

Retomando algunos tracks de su album Inland, Mark Templeton completa este concepto bajo la firma de Anticipate Recordings en 2009. Género: Electronic, Electro-Acoustic, Ambient  Cada título de cada pieza de esta grabación -atinadamente escogido– Templeton nos lleva de lugares pacíficos y llenos de calma y resaca, a estridencias y ruidos causados por la aguja de un tocadiscos y sonidos procesados de manera acústica. Una recomendación sería escucharlo definitivamente con los ojos cerrados, en un lugar tranquilo, para enfocarse en cada nota yuxtapuesta en cada ruido, o viceversa. Es un arrullo en su totalidad que genera paisajes nostálgicamente electroacústicos, si eso tiene sentido. Hay algunas rolas como increasing by numbers que nos hacen sospechar que el propio título fue planeado después de haber sido hechas, dado que hay una serie de climax diversos que remontan a los calmados oleajes de los mares del norte. Es fácil imaginarse en una playa de alguna isla de un país frío y lejano. Hay crujidos y fuzz que se alejan y entran suavemente; estridencias temporales que no llegan a alterar la paz mental, sino por el contrario… Podría ser una herramienta para profundamente meditar sin caer en las garras del new age. Sin duda un gran EP para los que disfrutamos de atmósferas relajadas, exploraciones sonoras sutiles y estados de ánimo marítimos y pacíficos. Resonancias que quedan permanentes como un continuo y vago oleaje.

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Tangerine Dream lanza disco póstumo en homenaje a Edgar Froese

Un nuevo álbum de Tangerine Dream  es lanzado al mercado para todos los coleccionistas de ésta influyente banda pionera del ambient electrónico. Grabado en vivo en el E-Live Festival, con sede en el Social Culturel Centrum De Enck Oirschot en Holanda los días 21 y 22 de octubre de 2017, The Sessions II es un homenaje en honor a uno de los héroes musicales más grandes de la música electrónica experimental  y de los sintetizadores: Edgar Froese. El séptimo lanzamiento de Quantum Years.  

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Leftism de Leftfield: pilar electrónico de los 90

Allá por el lejano año de 1995 estaba en auge varios géneros clásicos de la música electrónica, entre ellos el techno, dance, trance, psycho, y el progressive house,   motivaron a algunos grupos  a mezclar sobre estos géneros, entre ellos a finales de los 80 nació el grupo Leftifield. Este dueto originario de Londres formado por Paul Daley y Neil Barnes en 1989, comenzaron a experimentar con varios sonidos y hacer importantes colaboraciones, un ejemplo de ello fue con John Lydon , el mismísimo mítico vocalista de los Sex Pistols, y esto se demuestra en uno de sus primeros sencillos “Open Up”. Pero el reconocimiento no les llegaría hasta 1995 donde llego el álbum que cambio la perspectiva de muchos Djs y productores. Leftism es considerado uno de los mejores álbumes de música electrónica de toda la historia, la primera impresión es la portada, la parte frontal de la boca del  sistema óseo de un anfibio mostrando un subwoofer en su interior, en ello te dabas cuenta de que tan sorpresivo e inesperado pudiera ser el contenido del disco, desde su comienzo con la ya tan mezclada “Release the Pressure” a mediados de los 90 llegaron a los charts del Reino Unido, pero lo que realmente innovó fue la incursión de instrumentos con sonidos nativos de África, el resultado fue “Afroleft” con la colaboración del intérprete africano DJUM DJUM que movió las masas hacia sonidos de diferentes percusiones,  “Song Of Life” es (al menos para mí y creo que también para gran parte de los seguidores) una de las mejores creaciones hechas por este dúo, se percibe con un comienzo un tanto introspectivo y lento, para luego arrancar con ambientes de un sintetizador que te envuelve y termina por hacer un tremendo estruendo en todos los sentidos auditivos, pero no todo el disco es mención de estar en una densa atmósfera de movimiento, rolas como “Melt” nos hace evocar un chill out lleno de tranquilidad y misticismo sin perder esa esencia de un beat en un lento pero continuo movimiento. Como podrá apreciar el lector Leftism fue un disco que marcó pronunciadamente la adolescencia de muchos jóvenes  en busca de escuchar algo realmente diferente y novedoso en la música electrónica, y aún dos décadas después sigue haciendo una referencia para muchos artistas actuales que se remiten a crear sus propios sellos haciendo referencia a este monstruoso LP.  

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Underworld: titanes de la música electrónica contemporánea

Como olvidar la ya tan sonada “Born Splippy” (sí, esa rola de la película Trainspotting  que ponen al final cuando Mark Renton va caminando). Corría el año de 1996 y la música electrónica estaba en total auge,  fue así que Underworld supo llevar el techno a otros niveles de los cuales no se estaban acostumbrados. La música electrónica ha pasado por diferentes etapas, desde sus inicios con los pioneros Kraftwerk,  abrieron una brecha para que el beat tomara forma y se  empezaran a diversificar distintos sub géneros y se empezaran a formar grupos a los cuales estaban llenos de propuestas frescas e interesantes dentro del género, uno de ellos fue Freur (sí, los mismísimos Underworld actualmente). A principios de los 80, Karl Hyde y Rick Smith pusieron en marcha las ideas de nuevos sonidos de los cuales no se había puesto atención alguna, su primer sencillo lanzado en 1983: “Doot Doot” fue lo que los dio a conocer como un grupo de música experimental el cual gustaba de jugar con diferentes sonidos dentro de las primeras cajas de ritmos en esa década, más tarde en 1988 ya con el nombre de Underworld, presentaron el siguiente sencillo: “Underneath the Radar” el cual mostraba un Hi-Energy totalmente estilizado pero aun algo difícil de entrar en el mainstream, al siguiente año lanzaban su tercer disco Change the Weather, mediante el cual seguían buscando su propio sonido. Para la década de los 90,  Underworld re definiría su sonido dentro de la electrónica, Dubnobasswithmyheadman  lanzado en 1993 fue el boom dentro de lo que el techno podría ser capaz de sonar en cada rave que se celebraban en cada parte de Europa y Reino Unido en especial, sellaron su sello característico para ubicarlos y llegar a decir “Ah sí definitivamente son Underworld”. Dirty Epic  es una muestra de cómo se puede vocalizar serenamente en un ritmo semi lento pero no por eso aburrido, Karl Hyde encontró la manera de como adecuar las vocales en cada track que creaban y mostrar una vez más que en la música electrónica se puede cantar con unas líricas atrevidas, agridulces y un tanto ácidas. En 1996 llegaria el Second Toughest In The Infants, un disco en el cual se podía apreciar que seguían esa línea innovadora y atrevida de crear ritmos más estilizados, “Juanita Kiteless To Dream of Love” es una rola de más de 14 minutos (la versión de 12 pulgadas) que te hace perderte y mover los pies mediante un ritmo que no tiene fin, esto se ve reflejado en el DVD que sacaron en vivo en 1999 llamado  Eveything, Everything donde venían a mostrar porque eran los reyes del techno, fue monumental escucharlos y estar moviendo el cuerpo con rolas como “Jumbo”, “Cowgirl” y al final cerrar con “Born Slippy” que pareciera que marcara al final de un milenio.

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El acid, la música house y su legado a finales de los años 80 y en los 90

Una naciente generación a finales de los 80 en toda Europa y América también, estaba hambrienta de comerse al mundo con algunos de los más emocionantes, raros, exóticos y ácidos sonidos que la década había arrojado justo cuando todo parecía perdido gracias a la invención del 303 y el dueto Phuture y la droga del momento: el éxtasis. Pero, ¿cómo pasa el éxtasis de ser una droga de uso bastante restringido a ser la “droga para bailar” de toda esa revolución? Desde unos contextos de uso bastante específicos, la MDMA se va poco a poco filtrando en los clubs más exclusivos de Chicago, Nueva York, San Francisco y Detroit, de la mano de los yuppies metropolitanos sumidos en el glamour del mundo del arte, del cine y de la música. La MDMA encuentra el mejor terreno en las entonces llamadas warehouse parties, fiestas muy de moda que se realizaban en bodegas subterráneas, almacenes abandonados y en clubs predominantemente gay, donde se comienza a hacer una experimentación musical más en forma y desafiante. En Chicago es el club Warehouse, paraíso de homosexuales y afroamericanos, en Nueva York el estandarte sería el Paradise Garage. En estas catedrales del baile, 2 DJs americanos: Frankie Knuckles y Larry Levan (el primero en Chicago el segundo en Nueva York) comienzan a crear un nuevo estilo musical con la intención de cubrir el vacío que se estaba creando en mundo de la música. Estos serían los primeros pasos de lo que posteriormente se conoció como música House, esto según la versión del DJ británico Richard West conocido como Mr. C, sin embargo, versiones menos refinadas, refieren que el término “house” procedería del hecho de que este tipo de música puede ser fácilmente producida en cualquier casa, desde el hogar literalmente, eso sí, siempre y cuando se disponga de la tecnología necesaria. El house rompe con todos los moldes musicales existentes hasta la fecha, lo mezcla todo, especialmente R&B, ritmos latinos, hip hop, funk y la música electrónica alemana de comienzos de la década de los años 80. La única concesión distintiva a esta mezcla completamente electrónica es la presencia de una voz femenina, que es sin duda una de los distintivos que crea un éxtasis total al momento de sonar en las pistas de baile. Pero acá no acaba todo y de ahí un punto relevante del porque de su importancia, descendiente directo del house es el techno (término tan mal usado últimamente para todo), variante totalmente computarizado de más de 120 o en ocasiones 130 bpm y así, a esta nueva familia se irían uniendo los bizarros y relevantes en su momento gabber, tribal, el ambient y el hipnótico trance, así como la igualmente batiente e imprevisible música progresiva. Estos géneros impulsados por el house dieron vida a los raves, es un término surgido para hacer referencia, desde hace algunos años, a un tipo de fiestas multitudinarias que se celebran en espacios cerrados, que se prolongaban durante toda la noche y, en las que predominaba un tipo de música fuerte y repetitiva que usaba muestras de música previamente registrada, que eran mezcladas a modo de collages y que fue bautizada atinadamente como Acid House. El origen del término acid house no está del todo claro, ya que si bien algunos autores consideran que proviene del argot existente en las calles de Chicago dónde significaba “robar”, pretendiendo hacer referencia al proceso de creación de esa clase de música, son muchos más numerosos los que piensan que hace referencia al nombre coloquial del LSD, droga consumida preferentemente en las primeras fiestas acid house y que todos sabemos tuvo un impacto tremendo en la psicodelia de la década de los 70. Existen algunos mitos y fuentes que apuntan a que fue en Chicago donde comenzó, el año registrado en los libros especializados es 1988, esto coincidiría con el hecho de que algunos DJs comenzaron a reunir a grupos de jóvenes donde permanecían bailando durante toda la noche música que consistía en fragmentos de discos que eran copiados y mezclados electrónicamente por medio de un sampler. Desde América, el  house, el techno y el éxtasis atraviesan el océano y penetran en el viejo continente, así es, lo habían logrado y nadie tenía una absoluta idea del movimiento revolucionario que empezaría a vislumbrarse; destinos enganchados y puntos clave: primero Ibiza y Valencia, posteriormente, Londres y Manchester. Había nacido una nueva era, un nuevo reinado. En Ibiza comienzan a hacer furor en dos de las más famosas discotecas a nivel europeo de la época, Amnesia y Pachá, pioneros que ahora quizá no sean muy bien vistos por esta gran comercialización. Sin embargo, en Londres, el comienzo sería en locales principalmente de carácter gay como el Shoom, el Pyramid o el Jungle, donde se bailaba house toda la noche y se comenzaba a utilizar las primeras dosis de MDMA. La mayoría admite que fue España, concretamente Ibiza, el lugar desde donde se exportó al resto del mundo este tipo de fiestas y el movimiento acid house. Ibiza constituía el lugar de encuentro habitual tanto de vendedores de drogas como de seguidores del movimiento denominado New Age,  por lo que alrededor del año 85, el MDMA circulaba con cierta difusión por la isla, fechándose el inicio de los raves en el año de 1987. Es en esa época cuando la juventud inglesa que veranea en Ibiza, comienza a importar ese tipo de fiestas a su país, dónde se convierten junto con el consumo del éxtasis en uno de los fenómenos de mayores repercusiones sociales de los últimos años, concretamente a finales del 87 y comienzos de 88 se aviva la tendencia en Inglaterra, cuando un grupo de cuatro DJs ingleses: Paul Oakenfold, Johnny Walker, Nicky Holloway y Danny Rampling, conocidos como Los cuatro jinetes del Apocalipsis:, regresan de Ibiza tras haber visitado Amnesia y Pachá y deciden recrear en su país lo vivido en estos lugares. En sus clubs sonaban exclusivamente discos que pertenecían a un tipo de música aún inaudito, pero

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